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4. El Instinto

Desde hacia una hora calculaba que había pasado desde que vio la luz del sol entrar por los huecos que no eran tapados por las cortinas de la ventana.Haría calor ese día tal vez, Snowding nunca fue un lugar tan cálido pero ahora que era verano se podía disfrutar de la flora.

El solo veía esa ventana por donde entraba luz cubierto por la oscuridad de su cuarto.

Estaba tan acalorado, solo respiraba en jadeos algo lentos y suaves estando completamente desnudo sobre la cama despojado de cualquier sabana o colcha ya que estas las tiro al suelo donde yacían desparramadas a su alrededor.

Cada vez el celo era peor para su cuerpo.

No sabía que ocurría con el, si esto antes no pasaba cuando estaba asi.

Sus huesos sudorosos y calientes lo agobiaban.

Las cuencas cansadas y ojerosas adornadas con ese rojizo sonrojo lo delataban de lo que hace minutos hacía.

Tenia tantas necesidades de hacer..."eso" todo el tiempo y no podía evitar la sensación de calor en su isquion sin tener que masturbarse otra vez para evitar esa tortura.

Y esa cola.

¿Por que carajos le creció una cola?

Se sentía mucho más perra ahora con eso.

Huesos salían de su coxis hasta ser pequeños al llegar a la punta. Podía moverla como un gato de un lado a otro lentamente y hasta sentía a través de ella si la jalaba o apretaba.

Solo apareció de la nada como una pequeña cola en su séptimo celo hasta volverse así de larga hasta casi tocar el piso cuando se paraba.

Estaba cansado física y espiritualmente en todo sentido, se abrió de piernas con cuidado sin moverse de donde estaba recostado y empezó a acariciar esos huesos húmedos y viscosos por sus fluidos de magia.

Lo malo era que no estaba solo en la casa, el Mayor seguramente podía olerlo aún que este a unos metros de distancia.

En algún momento tocara la puerta para que le habrá.

Absolutamente No, no podía dejarlo que se le acercara.

Es un peligro ahora que sabe que es un dominante y rotundamente No podía dejarse cojer por el.

Sabia que podía olerlo, escucharlo gemir aún que lo haga en susurros dentro de su habitación. Y simplemente no quería admitir que el tambien podía olerlo cerca.

Ese aroma tan dulce y a la vez amargo que alteraba más sus sentidos al punto de hacerle sacar la lengua cual perro ansioso echándole vistazos a la puerta asegurada con llave.

Podía sobrevivir ahí encerado Por los tres días.

Encontró las pastillas , y recién empezó con tomar una.

El efecto tardaría un tiempo en calmarlo un poco de este calor además tenía comida y chocolates previa mente preparados para esta situación.

Quería dormir otra vez ya cansado de tanto esfuerzo y cerrar las cuencas poco a poco hasta que...

Escucho crujir la puerta del otro lado de afuera.

No iba a decir nada, solo esperaría que el otro le llamara. Se sentó en su sitió mirando la puerta respirando hondo y algo ruidoso, las falanges le temblaban levemente.

-¿Rojito?...¿Estás bien?-

-...Dejame en paz idiota-

-¿Necesitas mi ayuda? Te vi muy pálido esta mañana-

-No me pasa nada fastidioso...solo ¡lárgate!-

-¿No quieres charlarlo?-

-¿Charlar que?-

-¿Sobre problemas de pasivos?-

-¡Te Dije Que Te Larges!-

- No quiero que tengas ...esa necesidad de encerarte amigo, créeme te hará peor...Tampoco tengas miedo.

-¡Yo no tengo miedo!-

- Te prometo que no te tocare ni hare nada que no quieras-

-No eres bueno haciendo promesas-

-Por favor, lo digo en serio-

¿Que le pasaba a este estupido? Se piensa que le abrirá asi nada más con tontas promesas.

No confía en el, nunca confió y no lo haría justo ahora en esta situación. Estaba temblando ¿Por que?

Siempre que lo olía desde mas allá de la puerta y ahora que lo escuchaba hablar le causaba temblar de nervios.

Tenía que calmarse maldición, un monstruo que alcanzó a convertirse en Dios no puede estar en este estado tan de maricón en su celo. Fue a ir a limpiarse un poco en el baño donde solo estaba el fregadero y la ducha solo para bañarse o lavarse el rostro. ¿Por que tendría que tener un inodoro? Si nunca defeco ni nada por el estilo en su vida. Era un esqueleto sin necesidad de hacer esos horribles órganos que provocaban tal cosa.

-¡Vete! ...que no tienes nada mejor que hacer pedazo de mierda huesuda -

Seguía detrás de la puerta, podía olerlo y en lo que tardo en ponerse ropa mas holgada y ligera para que no sude tanto, no se había ido.

Se paro cerca de la puerta y le grito eso, joder daba miedo cuando hacia eso con el, seguirlo y esperarlo en los marcos de las puertas.

Y después de unos minutos lo escucho irse bajando las escaleras.

Luego de unas horas en que se sentó en la cama todavía desordenada para leer un poco de sus libros de física cuántica para distraerse. Fue ahí que lo sintió otra vez dando un gruñido molesto.

-Red, tengo que hablar contigo-

-No me jodas basura-

De verdad estaba molesto con el, casi odio sentía hacía su persona, por que se comportaba así de retrasado con el.Entendía que el celo lo haga comportarse así, pero ya no tenía paciencia con el, lo echaría de la casa ahora.

-No me dejas de otra caprichoso...yo quiero verte-

-¡Suficiente! ¡Largo de mi casa! ¡Si no te vas ahora te daré la paliza de tu vida hasta matar-!....te-

Quedo sin palabras teniendo al mayor enfrente suyo con sudor en ese rostro ojeroso y sonrojado levemente de azul oscuro, se había teletransportado dentro de su cuarto y ahora si que estaba en problemas ,no se lo veía feliz , ni enojado sino serio.

Pero al momento que estuvieron juntos sintió perder la fuerza en las piernas de la extrema sensación que el provocaba en el con su olor y presencia.

Se alejo casi cojeando como si estuviera por desmayarse ahí mismo y enrollo en su propia cintura con la cola al momento de sentarse en su cama. El olor del celo, los fluidos que dejo al masturbarse se olían con fuerza hasta para el.

El mayor estaba sonrojado en pocos segundos siguiendo con su mirada clavada en las pupilas carmesí del menor sin decir palabra aún pero dejando de estar serio a algo calmado soltando un suspiro y cerrar las cuencas.

-No tengas miedo pequeño, no muerdo-

-...¿qu-que? ....¡¿Por que entraste?!-

Aún estando en extrema situación de sumiso y débil incluso, seguía retándolo con sus gritos enojados.

-solo...quiero hablar contigo de ...nosotros -

Le miró con una cuenca semi abierta y decidió retroceder unos pasos hacía la puerta para no tener tan nervioso al rojizo.

Esto ya no lo soportaba tener en su alma oculto estos sentimientos tan fuertes.

Ahora más que nunca de verlo así ante el.

Tenía que decirle ....

Tengan buenas noches

Adiós~

(cae muerta...digo dormida).

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