050.
Después de ese día, se creería que la vida de ellos se hubiera convertido de la noche a la mañana en colores, mariposas y arco iris, sonando como una alegre canción de Taylor Swift.
Pero la realidad era que comenzó a sonar más como una canción de Lana del Rey, demostrando un coraje, dolor y frustración más grande de lo esperado. Y no, no por ellos dos, sino por lo que conllevaba el que volvieran a decidir estar juntos después de tanto, tanto tiempo y a su vez, después de haber realizado sus vidas aparte del otro. Era el momento en el que tenían que rejuntar los escombros del pasado y volver a unirlos, en el que debían encontrar las piezas del rompecabezas de su vida y entrelazarla con la del contrario. Era el momento en el que los dos, como adultos, como personas individuales con la capacidad de decidir, razonar y tomar decisiones, debían de hacer cartas en el asunto.
Y el asunto era: actuar.
Jungkook no tomó aquel vuelo, casi arriesgándose a ser despedido debido a que tenía un compromiso con la empresa de Filipinas. Sin embargo, tenía la gran ventaja y privilegio de que su jefe, Shin Seokmin, lo respetaba y admiraba casi de la misma forma que a él por su profesionalismo. Y en el fondo, agradecía que Ryujin no le hallase dicho nada sobre lo que pasó entre ellos dos, pues le hubiera perjudicado enormemente. Al principio, Jungkook pensó que en definitiva sería despedido al sincerarse con su jefe sobre todo lo que había pasado y estaba en proceso de buscar un nuevo empleo, pero grande fue su sorpresa cuando Seokmin logró entender su situación y le regresó el puesto de directo creativo que anteriormente tenía de la agencia en la que trabajaba.
En primera instancia, Jungkook dudó en tomarlo, su intención era comenzar de cero en otro lugar, no volver, aunque la principal razón por la que había renunciado y optado por trabajar en Filipinas fue porque no creía seguir soportando trabajar en el mismo lugar que Jimin mientras estaba casado con Taehyung el cual ahora sería permanentemente su jefe. Sin embargo, las cosas ahora eran un poco diferentes... Hace un mes desde que Jimin y Taehyung se habían oficialmente divorciado después de haber estado casados sólo dos meses, descubriendo que los divorcios rápidos a sólo meses de haberse casado eran bastante comunes, ya sea por infidelidad, poca tolerancia a la convivencia del otro en el hogar, conflictos sin resolver o matrimonios arreglados.
Y por otro lado, las cosas con Ryujin no volvieron a surgir debido a que ahora ella trabajaba de forma híbrida por lo que pasaba trabajando más desde la comodidad de su hogar tomando su café helado con su gato al lado, mientras permanecía horas y horas al frente de la computadora. Pero ella prefería mil veces estar en su casa que en la oficina, en realidad, le sentaba muchísimo mejor y creía ser una de las mejores decisiones que había tomado. E internamente, Jungkook también se lo agradeció. Porque como era de esperarse, ellos dejaron de ser amigos después de una efusiva charla en la que habían conversado sobre sus sentimientos, errores y disculpas. Aun así, y a pesar de que se querían, Ryujin prefirió no volver a tener ningún tipo de contacto con Jungkook, y él lo entendió y aceptó, tampoco esperaba recibirlo.
Si dañas severamente a una persona, le pides disculpas y aun así, ella no decide perdonarte, o sí te perdona, pero aún así quiere romper cualquier lazo contigo y alejarse de ti por su propio bienestar, está en todo su derecho. No podemos obligar a que las personas se queden en nuestra vida. No podemos retener a alguien y forzar un vínculo que eventualmente ya estaba roto.
Y a pesar de tener historia con varias personas de aquella agencia, al final del día, Jungkook se había esforzado y trabajado duro por llegar a estar ahí, por el puesto que tenía, por las huellas profesionales y personales que dejó en ese lugar. En realidad, Jungkook amaba su trabajo, amaba trabajar ahí, amaba esa empresa antes y después de que Jimin y Taehyung hubieran llegado repentinamente a cambiarlo todo. Y a pesar de que era consciente de que si aceptaba volver, esta vez Taehyung, ex esposo de Jimin el cual le caía de un culo, sería de forma permanente su jefe, no iba a permitir que esos pequeños detalles interfirieran en su carrera profesional.
Así que, aceptó la nueva oferta de trabajo de Seokmin, aceptó volver a trabajar en el lugar que originalmente era su agencia soñada. Además, no estaba obligado a convivir o llevarse bien con Taehyung, era sólo su jefe, el director ejecutivo, nada más, la mayoría del tiempo ni siquiera lo vería porque sus trabajos estaban estrechamente desvinculados del otro. Jungkook era el director creativo de proyectos, y Taehyung el director de todos los apartamentos de la agencia. Inclusive sus oficinas se localizaban en pisos diferentes y alejados. Madurar y ser profesional, era también alejar cualquier pensamiento personal en el trabajo, y sólo hacer eso, tú trabajo, sin importar lo demás.
Como si nada hubiera pasado.
Por su lado, él pudo continuar con su vida personal y laboral como si nada hubiera pasado saliendo casi ileso de esta, no presentando grandes problemas el haber vuelto con Jimin. Sí, perdió la oportunidad de comenzar de nuevo en Filipinas. Pero eso dejó de ser importante en el momento en que volvió a tenerlo entre sus brazos, porque a veces, el amor era la única respuesta y justificación de los actos más descabellados. El amor muchas veces era el fin que justificaba los medios.
Sin embargo, el amor también equivalía enfrentarse a tus mayores miedos, a aquello de lo que habías intentado huir y evitar por tanto tiempo, y el amor, el decidir estar con alguien, también significaba el perder otras cosas que no siempre son de tu control. Y si bien, la vida laboral de Jimin no se vió afectada debido a que anteriormente se encontraba trabajando en otra agencia, su vida personal, especialmente familiar, se fue directo a la basura.
Claro está, que si él y Jungkook querían volver a ser una pareja, y funcionar, y no fallar, debían de trabajar en muchas cosas tanto entre ellos como personales. Y una de las principales razones por la que su relación decayó varias veces, era la inestable y dependiente relación que Jimin tenía con sus padres. Y no fue necesario que Jungkook le dijera directamente: "Mándalos a la mierda o no vuelvo contigo", porque entendía lo difícil que era para él, pero ambos sabían que debía de hacerlo tarde o temprano.
Sólo que Jimin no había encontrado las agallas, las fuerzas, la valentía para poder enfrentarlos y mucho más después de que ellos se enteraran sobre su divorcio con Taehyung. ¿Lo peor? Fue que no reaccionaron. No era necesario que Jimin fuera a decirles personalmente que se había separado de Taehyung, ellos tarde o temprano lo sabrían, y él esperó, esperó con ansiedad y nerviosismo aquella llamada o alguna visita de sus padres en donde le dirían hasta de lo que se iba a morir. Pero nunca llegó. Y eso sólo pudo ponerle mucho más ansioso porque el silencio también era una respuesta y cuando sus padres dejaban de comunicarse con él significaba que estaban muy, muy, pero muy decepcionados.
La decepción. Vaya sentimiento tan horrible, especialmente si proviene de alguien a quien estimas muchísimo. Y era una de las cosas más dolorosas que un hijo podría experimentar de parte de sus padres, pero al tener progenitores tan exigentes y manipuladores, la decepción dolía el triple de peor.
Cualquiera podría pensar que el hecho de que los padres de Jimin hayan dejado de comunicarse con él, y básicamente, hacer como si no existiera, era una ventaja, un favor, un beneficio. Podría ser. Pero no para él. Sabía que debía de tomar límites y distancia con sus padres, pero no así, no de forma anónima y ajena. Debía de enfrentarlos, hablarles y alejarse por su propia cuenta. Él debía ser quien tomara la decisión, no ellos. No quería imitarlos, no quería sólo aceptarlo y alejarse sin dar ninguna explicación. Desgraciadamente su corazón no se lo permitía a pesar de lo mucho que se lo merecían porque al final del día... eran sus padres.
Y el hecho de enfrentarlos y ponerles finalmente los límites que necesitaba, era muy, muy, muy difícil.
—Jimin, hay algo que debes de saber muy bien... —le dijo su psicóloga quien le había estado acompañando en el doloroso proceso de alejarse de las personas que le dieron la vida— Sé que tienes miedo de alejarte de ellos porque en el fondo todavía sigues aferrado a la idea de que pueden cambiar, entenderte y finalmente aceptarte... Pero no es así. Tienes que empezar a vivir el duelo que conlleva aceptar que tu madre o padre, no van a poder darte eso que mereces y necesitas...
Al frente de ella, manteniendo la piernas cruzadas en su asiento y abrazándose a sí mismo con lágrimas secas en sus mejillas por haber estado llorando, Jimin la miró con desconcierto.
—¿Cómo? ¿Quieres decir que debo de comenzar a vivir el duelo de que mis padres... no pudieron ser buenos padres para mí?
Lee Jiyoon relamió sus labios con una mirada apacible y asintió lentamente con la cabeza.
—Sí. Hasta que no puedas aceptar eso, aceptar que tus padres no fueron los mejores para ti, aceptar que mantuvieron conductas negligentes, irresponsables, manipulativas e hirientes contigo que al día de hoy te perjudican en tus relaciones interpersonales, hasta que no aceptes que tú papá, no pudo ser un papá para ti, y que tu mamá, no pudo ser una mamá para ti, hasta que no puedas aceptar eso, Jimin, no lo vas a soltar.
Los labios del contrario comenzar a temblar al mismo tiempo que su nariz volvía a tornarse roja y sus ojos se llenaban de lágrimas. Reflexionando y cayendo en cuenta hasta ese momento, lo crudo y doloroso que era realmente pensar: "No tuve unos buenos papás. No, no los tuve. No los tengo. Y no los tendré".
—Una parte de ti siempre va a creer que ellos te pueden dar lo que te mereces... —continuó la mujer haciendo una pequeña mueca— No es que no quieran, es que no pudieron... Nadie puede dar lo que no tiene... Y ellos no van a cambiar, Jimin, no lo harán. Debes comenzar a entender y aceptar eso, o jamás podrás avanzar ni dejarlos ir...
Finalmente Jimin sollozó en silencio, bajando la mirada y negando con la cabeza.
—Y-Yo sólo... Yo sólo quería que valorarán todo lo que hacía... Yo sólo quería que me aceptarán sin ninguna condición... Y-Yo sólo... Yo sólo quería que me amarán... ¿Por qué no pudieron amarme correctamente? ¿Por qué no pudieron sólo dejarme en paz y tener una infancia normal? ¿Por qué tuvieron que arruinarme de esta forma?
La psicóloga inhaló y exhaló suavemente observando con una mirada lastimosa pero a la vez esperanzadora a su paciente. Sí, Jimin estaba llorando, estaba roto en ese momento, pero por otro lado, finalmente la venda en sus ojos y percepción que tenía sobre sus padres estaba comenzando a caer. No lo parecía, pero era un gran avance.
—No estás arruinado, Jimin —le contradijo de inmediato con voz suave— No eres un objeto que alguien puede arruinar y echar a perder. Eres un ser humano. Y todos los seres humanos podemos mejorar, siempre. No... No lo merecías, no merecías nada de lo que te pasó... No, no deberías de arreglar algo que alguien más rompió... Pero es tu realidad, eres la única persona que puede hacerlo, y ahora, es tu decisión hacer algo al respecto —sentenció viéndole con seriedad— Ahora tienes qué hacer lo que sabes muy bien que debes de hacer para continuar con tu vida. Ahora reconoce lo que sí te mereces y dátelo. Eres la única persona en el mundo que puede hacerlo. Sólo tú.
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Jimin le dedicó una leve sonrisa al guardia de seguridad de la entrada desde su auto antes de acelerar e introducirse en su antigua y sofisticada urbanización en la que antes vivía.
—Vaya, hace mucho que no visito este lugar —murmuró Jungkook desde el asiento copiloto observando fuera de la ventana y fruncir el ceño— Un momento, ¿había una piscina? —lo miró asombrado— ¿Había una piscina y nunca la usamos?
—Jungkook... —regañó el rubio viéndole de reojo sacándole una pequeña sonrisa y las mejillas sonrojadas— Sí, la había. Pero jamás te lo dije porque sabía que te escabullirías sólo para estar ahí y no conmigo.
—¡Dios, es que amo las piscinas!
Jimin volteó los ojos al mismo tiempo que giraba el volante hacia una calle que conocía muy bien.
—Eres un niño.
—Ahora me debes un paseo en piscina porque ya me antojé.
—No te debo nada, no es mi culpa que ahora quieras ir, estás aquí para darme apoyo emocional.
—Claro... Pero ahora quiero una piscina en la casa o un jacuzzi. ¿Qué te parece? —volteó a verlo con una sonrisa pícara— ¿No te gustaría un jacuzzi para estrenarlo juntos en las noches? —Jimin frenó de golpe a propósito provocando que Jungkook se impulsara con fuerza un milisegundo hacia adelante y que casi le diera un ataque cardíaco— ¡Jimin! —reprochó viéndole molesto y con una mano en su pecho.
—Sé lo que estás haciendo —dijo el rubio mordiendo su labio inferior con una ligera sonrisa sin apartar los ojos del panorama.
—¿Qué estoy haciendo según tú?
—Estás intentando distraerme actuando coqueto y soltando comentarios inapropiados para que me sienta nervioso por otra cosa.
—¿Y funcionó?
—Algo así.
Había funcionado, temporalmente, porque pronto habían llegado a su destino y los nervios volvieron a gobernar su cuerpo y mente cuando finalmente se estacionó al frente de la casa de sus padres. Jimin mordió su labio inferior con fuerza, ajustando sus manos en el volante mientras veía su antiguo hogar de forma insegura. Jungkook también se encontraba viendo la entrada, inspeccionando cada detalle a su alrededor y recordando las múltiples veces que había analizado esa casa en busca de alguna forma de entrometerse sin permiso. Aun no entiende como los padres de Jimin no se dieron cuenta y no lo arrestaron. Era algo divertido. Fueron buenos tiempos, a veces.
Tragando grueso, Park apartó la mirada cuando su corazón comenzó a latir con fuerza y sintió una familiar presión en su pecho. Oh, no, era el indicio de un ataque de ansiedad. Inhaló por la nariz y exhaló por la boca de forma pausada y entrecortada, aferrándose al volante y cerrando sus ojos. Intentando calmarse. Mierda, debía calmarse. A su lado, Jeon lo escuchó respirar sonoramente, así que giró a verlo para hacer una pequeña mueca y extender su mano hacia el muslo del contrario para darle una pequeña caricia.
—Tranquilo, ángel. Respira, puedes hacerlo.
El cuerpo de Jimin se relajó considerablemente al sentir el tacto de Jungkook en su muslo, a lo que de inmediato tomó su mano y la entrelazó con la suya para presionarla con fuerza mientras aún intentaba controlar su respiración. Se mantuvo así durante un par de minutos, no estaba teniendo un ataque de ansiedad, debía de aprender a diferenciarlo y tratarlo antes de que se intensificara. Por esta razón le pidió a Jungkook que lo acompañara porque se conocía a sí mismo y sabía que en algún momento podría perder el control, agradecía que él hubiera estado ahí.
—¿Estás bien? —preguntó el pelinegro después de un tiempo en el que sintió la mano del rubio sobre la suya relajarse un poco y la tensión bajando de sus hombros.
—Sí, sí —asintió varias veces con la cabeza para finalmente abrir sus ojos y suspirar con más calma— Estoy bien.
Sí, estaba bien. Podía hacerlo. Debía hacerlo. Ya estaba aquí y no podía echarse para atrás. Tenía que enfrentar esto solo y sin ayuda, era el único que podía hacerlo.
Finalmente encontró el valor para salir del auto, Jungkook le siguió y ambos cerraron las puertas. El plan original es que Jungkook se quedara en el auto mientras esperaba a Jimin, la idea es que fuera rápido, corto y preciso, pero aún así salió para darle un último apoyo emocional antes de que entrara. Jimin se mantuvo inmóvil sin siquiera atreverse a comenzar a caminar todavía hasta el pórtico de su casa, Jungkook se colocó al frente suyo y tomó su rostro entre sus manos para acariciarle cariñosamente las mejillas con los pulgares.
—Todo saldrá bien. Lo harás bien, ángel. Sabes cómo son, sabes cómo pueden reaccionar, si es que hacen o dicen algo, lo importante es que logres decir lo que tengas que decir y listo —aseguró viéndole fijamente a los ojos— Yo estaré aquí esperándote, no me iré a ningún lado, aun así, no dudes en llamarme por cualquier cosa. ¿De acuerdo?
—De acuerdo —garantizó no tan convencido y es cuando el pelinegro decide darle un fuerte abrazo, el rubio lo recibió suspirando temblorosamente y cerrando sus ojos con fuerza.
—Te amo —murmuró Jeon cerca de su oído sin soltarlo.
Park sintió su corazón estrujarse y lo abrazó con más necesidad.
—Yo te amo más.
—Mhm, discutiremos eso después —bromeó con una pequeña sonrisa el contrario cuando finalmente los separó— Éxitos.
—Gracias.
Y sin más, Jimin se dio media vuelta dispuesto a todo, pero no avanzó ni tres pasos cuando se detuvo de forma abrupta y su respiración se agitó un poco para voltearse hacia Jungkook y volver hacia a él con una mirada suplicante.
—¿P-Podrías acompañarme?
Jungkook, quien yacía apoyado sobre el auto blanco con los brazos cruzados relajó su mirada a una completamente confundida y sorprendida.
—¿Qué?
Jimin mordió su labio inferior con inseguridad y nerviosismo, luciendo completamente vulnerable y asustado.
—Lo siento, sé cual era el plan, p-pero no puedo entrar... n-no puedo hacerlo solo... Te necesito, no es necesario que digas nada, sólo que estés ahí, a mi lado... Por favor, ven conmigo.
—¿Estás seguro?
—No lo sé... Sé que debería de entrar sólo yo y no quiero obligarte a nada, entiendo si no quieres hacerlo, p-pero-
—Está bien, lo haré —se apresuró a decir el pelinegro tomándole la mano al rubio para guiarlo hacia la entrada principal— Iré contigo.
—Gracias, amor.
Soltando el aire en sus pulmones, Jimin afianzó su agarre entre la mano de Jungkook y asintió varias veces con la cabeza hasta ambos llegar a la elegante puerta principal y finalmente entrar en silencio. Entre más rápido fuera, mejor. De inmediato, fueron recibidos por el característico silencio de una enorme y costosa casa, sus zapatos resonando sobre el brillante piso y haciendo eco contra las paredes. Era domingo por la tarde, y Jimin sabía perfectamente donde estaban sus padres a esa hora así que se dirigió con Jungkook hasta la sala.
Y ahí estaban.
Los señores Park se encontraban leyendo tranquilamente sobre sillones individuales separados hasta que sintieron la presencia de alguien más en la habitación y ambos alzaron la mirada al mismo tiempo hacia Jimin y Jungkook. Mostraron sorpresa al inicio pero de inmediato cambiaron sus semblantes a uno serio por parte del señor Park y una mirada filosa de la señora Park hacia su hijo.
Instintivamente, Jimin soltó la mano de Jungkook y dio unos cuantos pasos hacia sus padres mientras que su actual pareja permaneció en su lugar para cruzarse de brazos con un aura despreocupada pero atenta ante cualquier cosa.
—Hola, madre... —saludó con voz neutral viendo a cada uno— Hola, padre...
Los señores Park volvieron descaradamente su vista a sus lecturas, ignorándole por completo.
Jimin tragó grueso y sintió ganas de llorar pero se obligó a aguantarse, miró a Jungkook de reojo quien le dio un asentimiento de cabeza animándole a continuar.
—Sé que están enfadados y decepcionados conmigo —continuó a pesar de eso— Y puedo entenderlo, cometí muchos errores, tomé acciones que no debía de tomar... No he sido el mejor hijo del mundo bajo sus perspectivas... Pero... —mordió su labio inferior con fuerza durante varios segundos— U-Ustedes tampoco han sido los mejores padres conmigo... Y-Yo hice todas esas cosas porque pensaba que era lo correcto para mí y lo que quería, pero no fue así, era lo que ustedes por años me han hecho creer que quería... Y sé que siempre han querido y buscado lo mejor para mí, pero era lo que ustedes querían, jamás se detuvieron a pensar o preguntar realmente lo que yo quería... —su voz se quebró un poco pero volvió a retomar la compostura, ellos seguían ignorándole— No soy el hijo perfecto que siempre han querido y no voy a permitir que controlen mi vida nunca más.
—La única persona responsable de todas tus acciones eres tú, Jimin —habló por primera vez su padre, bajando el periódico para verle con un rostro duro— Tú madre y yo jamás hemos intentado controlarte, sólo hemos querido guiarte por un buen camino para que no cometas los mismos errores que muchas personas hacen y después se arrepienten, pero ahora nos ha quedado muy en claro que todos nuestros años de esfuerzo se han ido a la basura. No puedes simplemente llegar y echarnos la culpa sobre los problemas que hay en tu vida.
—Eso no es lo que estoy haciendo —negó con seguridad— No hay ningún problema en mi vida porque todo está resuelto y estoy bien con eso. Jamás hice algo por cuenta propia, cada vez que lo intentaba ustedes me detenían, me amenazaban, me obligaban a tomar otra decisión. Eso no es guiar, es manipulación y control.
—¿Manipulación? —el mayor frunció el ceño comenzando a molestarse— ¿Ahora querer lo mejor para mi hijo es manipulación? La única verdad aquí es que tiraste por la borda toda tu dignidad y reputación en ese divorcio, sabías muy bien que Taehyung era la persona correcta para ti y aun así lo arruinaste. Casi le rompes el corazón a tu madre que lo único que quería era un buen matrimonio para ti.
—No era lo que yo quería —aclaró Jimin con cierta angustia— Y lo siento mucho pero ese matrimonio con Taehyung no hubiera funcionado a largo plazo... Queríamos cosas diferentes... Y no lo amaba...
—¿Amor?
Finalmente la señora Park intervino dejando el libro de lado para levantarse del sillón y mirar a su único hijo.
—Creo que tienes un concepto demasiado erróneo de lo que es el amor en un matrimonio.
—Por supuesto —concordó Jimin dando un paso al frente y sintiendo una extraña seguridad en su pecho— Puede que tenga un concepto erróneo de lo que es el amor, ¿pero cómo podría tenerlo si ustedes jamás me lo han demostrado? —confesó viéndolos a ambos— Jamás me han dicho que me aman, no me abrazaban, no me felicitaban por absolutamente nada, no me demostraron ninguna señal de afecto durante toda mi vida y lo que daban era falso —sus ojos comenzaron a lagrimearse— Maldita sea, yo sólo quería poder agradarles, hacerles sentir orgullosos por una vez en la vida, que me quisieran porque jamás lo sentí de su parte... —negó con la cabeza— Pero me he dado cuenta que es imposible y ya no me importa, es por eso que he tomado la decisión de alejarme permanentemente de ustedes. No son buenos para mí, sólo me hacen daño y creo que tampoco me querrán en su vida a partir de ahora.
Hubo un corto silencio en el que sus padres se quedaron sorprendidos ante sus palabras y se miraban entre sí, mientras que Jimin intentaba controlar el ligero temblor de sus manos hasta que sintió el calor abrazador de la mano de Jungkook envolver la suya. Se giró a verlo y él igual lo miró, sus ojos expresaban cariño y fue suficiente para que Jimin tomara más valor y se dirigiera nuevamente hacia sus padres:
—A pesar de eso, logré descubrir lo que es el amor y es lo que sentí, siento y sentiré por Jungkook. Él es mi verdadera familia, mi hogar, mi lugar seguro y no volveré a perderlo solamente por miedo a que ustedes dejen de amarme porque sé que jamás lo hicieron y lo harán.
La respiración de la señora Park perdió su control y frunció el ceño a medida que su rostro pasaba a uno enfadado variando su vista entre Jungkook y Jimin.
—No tienes idea del grave error que estás cometiendo, Jimin —advirtió la mujer en un tono frívolo— Vas a arrepentirte de todo esto, de haberte separado de Taehyung y alejado de nosotros solamente para estar con un incompetente como él —miró a Jungkook— Maldigo el día en el que conociste a mi hijo y lo corrompiste para siempre, no eres más que un idiota inservible.
Jungkook hizo ademán de responder pero inmediatamente Jimin se interpone.
—¡No te atrevas a volver a hablarle así! —exclamó hacia su madre como nunca antes lo había hecho, sus ojos estaban envueltos en ira y rencor mientras que la mujer lo miraba estupefacta— ¡Puedes insultarme a mí, a mi vida, pero no a él! Eso no voy a permitirlo más porque Jungkook y yo vamos a casarnos —avisó y el rostro de sus padres fue de película— Así que les guste o no, será parte de mi vida y de la familia, con o sin ustedes, voy a casarme con él y no voy a dejar que nada ni nadie vuelva a arruinar lo nuestro... ¿Les quedó claro?
Todos en la sala se quedaron en un silencio crudo y sorprendido, inclusive Jungkook. Jimin mantenía la respiración agitada y los ojos con lágrimas pero no quitaba la expresión enojada de su rostro.
—¡Estoy harto de toda esta mierda, maldita sea! —continuó el rubio de forma frustrada y caótica hacia sus padres quienes permanecían sin hablar— ¿Por qué no pueden ser personas normales? ¿Por qué simplemente no pueden apoyarme en esto? ¡Durante toda mi vida he hecho cada jodida cosa que me han pedido sin chistar! ¡Siempre siendo unos expertos en disculparse, en hacerme sentir que era insuficiente porque jamás los impresioné a pesar de que haya aprobado todas y cada una de sus pruebas! ¡Todas y nada! ¿Qué mierda querían de mí? —preguntó con impotencia, a este punto su madre estaba llorando sin decir nada y él la ignoró— Ustedes sólo abusaron psicológica, física y emocionalmente de mí y eso jamás, jamás, voy a perdonárselos. ¿No creen que era muy joven como para ser tratado de esa manera? Nunca me harán cambiar de opinión al respecto porque yo sé lo que viví... las consecuencias de eso me afectan en la actualidad... Así que no, no me voy a arrepentir de esta decisión.
El señor Park se levantó de su asiento con su característico rostro serio y alzó una mano señalando la puerta.
—Perfecto, entonces lárgate y no te atrevas a volver a buscarnos porque oficialmente eres una decepción para nosotros.
Jeon suavizó su mirada a una anonadada y negó molesto con la cabeza.
—Escuche, puede irse muy a la m-
—Está bien, me iré —se apresuró a decir el joven Park con un rostro y voz neutral— No me importa ser una decepción para ustedes porque siempre lo he sido, no hay novedad en eso.
—No, hijo, espera —le detuvo su madre quien comenzó a llorar desconsoladamente— Por favor, recapacita sobre esto, nosotros no somos el enemigo, somos tú familia y sólo hemos querido lo mejor para ti. No escuches a tu padre, sólo está molesto pero sabes cómo es él, se le pasará. Piénsalo bien, podemos hablarlo mejor y que vuelvas a vivir con nosotros. Olvidaremos lo de Taehyung y todo lo que pasó para comenzar de nuevo, puedes volver a reiniciar tu vida al lado de tu verdadera familia.
Park sintió su corazón estrujarse con fuerza y un leve impulso traumático de compadecerse pero se obligó a resistirse por su propio bienestar.
—Lo siento, pero esto nunca fue una familia —sentenció viéndolos a los dos— Hicieron lo que pudieron, pero no fue lo mejor y ahora es momento de alejarme. Gracias por todo y a pesar de esto siempre los querré... Adiós, padre. Adiós, madre.
Dicho esto, Jimin se dio media vuelta y avanzó rápidamente hacia la salida sin esperar a Jungkook quien de inmediato fue detrás de él. Dejando a sus padres asombrados, enojados y decepcionados. Pero ya no le importaba.
Salió de un golpe a la puerta principal de su casa, caminando rápida e impulsivamente hacia quien sabe donde hasta que Jungkook logró alcanzarlo y detenerlo del brazo.
—Oye, oye, ángel —le miró preocupado— ¿Estás bien?
—Sí, sí, estoy bien —tragó grueso mientras asentía varias veces con la cabeza y una respiración agitada— Eso fue horrible, pero estoy bien.
—Claro que lo fue, ¿seguro que te sientes bien?
—Sí, estoy bien, vámonos —respondió con seguridad y se dirigió de la misma forma hacia el auto con Jungkook detrás, sin embargo el sentimiento de culpabilidad le pegó de golpe y pasó a un rostro afligido para voltearse inesperadamente con el propósito de regresar— No, no, debo volver —dijo haciendo ademán de avanzar pero al instante Jungkook lo detuvo.
—No, Jimin, ya hiciste lo que tenías que hacer.
—No, no estuvo bien, tengo que volver y disculparme —negó con la cabeza forcejeando con el pelinegro mientras derramaba lágrimas— Déjame pasar, por favor.
—No, ángel. No puedo —Jeon no iba a dejarlo ir— No vale la pena y lo sabes.
Entonces Jimin deja de forcejear y rompe en un llanto desconsolado y acumulado, y es ahí cuando Jungkook finalmente lo abraza con fuerza, permitiendo que se desahogara sobre su pecho y refugiara en sus brazos. Y Jimin lo hizo, se aferró a él y sollozó de forma lastimosa sintiendo cualquier cantidad de emociones en ese momento, liberación, arrepentimiento, culpabilidad, dolor y paz. Jungkook cerró sus ojos mientras depositaba pequeños besos sobre su frente con el propósito de darle confort. Si a él le dolió todo lo que pasó y las palabras de los señores Park, no podía imaginar lo que Jimin sentía, así que sólo podía estar ahí para él pues sabía que era lo único que tenía ahora.
—Estoy muy orgulloso de ti —le susurró con cariño.
Realmente Jimin no tenía ninguna expectativa sobre lo que fuese a suceder, pero por un momento pensó que sus padres recapacitarían, se disculparían, aunque sea en algo... Pero no fue así. Y no podía quedarse esperando una disculpa que jamás iba a llegar, por lo que sólo le tocaba mirar hacia adelante y avanzar. Por más que quisiera, sus padres no cambiarían, así que debía dejarlos ir, alejarse voluntariamente de ellos y romper ese vínculo familiar que tanto daño le ha causado. El que alguien sea familia no obliga a mantener forzosamente el vínculo, siempre se puede romper o alejar.
Ahora había decidido forjar su propia familia.
No les mentiré, lloré escribiendo este capítulo.
Quedan dos capítulos para que termine la historia, así que espero se mantengan aquí hasta el final y lo sigan disfrutando. En cuanto a las actualizaciones, les seré sincera todavía no he terminado de escribir los capítulos y no me he sentido con muchos ánimos y he tenido corto tiempos, así que dudo que suba capítulo el sábado. Pero intentaré hacerlo lo más pronto posible y estaré avisándoles.
Gracias por el apoyo a la historia y por seguir aquí, les quiero mucho 🤍
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