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036.

Oficialmente faltaban cinco días para la boda.

Estaba a la vuelta de la esquina, tanto los novios, como los familiares y los organizadores estaban emocionados.

Aunque Jimin se encontraba cada vez más ansioso que nunca y tuvo que luchar contra su autocontrol para no aumentar su medicamento o buscarse unos calmantes, lo que sea. Sus manos temblaban conforme se acerca más y más el día.

"Son los nervios de novio. Son los nervios de novio. Son los nervios de novio", se repetía constantemente a sí mismo para convencerse de ellos y no entrar en colapso.

Después del domingo, el lunes Taehyung había llegado devuelta al país y fue allí cuando Jimin tuvo un golpe de realidad y de consciencia sobre todo lo que había pasado. Han pasado dos días desde lo de Jungkook, en el trabajo extrañamente no volvió a verlo o coincidir con él y tampoco quería hacerlo, porque... ¿qué carajos había pasado? Literalmente sólo recordaba que estaba discutiendo con él y de un pronto a otro estaba en su cama, y estuvo en su maldita cama durante todo el día y toda la noche hasta el día siguiente, y aún así no pararon. Fue como si ambos hubieran perdido completamente la cabeza, el control, noción del tiempo y realidad. Lo sentía como estar bajo los efectos del alcohol, y el alcohol era Jungkook y la resaca el remordimiento.

Sin embargo, eso no fue lo peor, el engaño o reencuentro no fue lo peor, sino cuando volvió a ver a Taehyung y lo recibió con una sonrisa y un beso en los labios como si nada hubiera pasado. Lo peor fue tener la facilidad de sonreírle y besarle sin sentir ningún tipo de arrepentimiento.

Maldita sea.

No estaba arrepentido.

Sí, sabía que estaba mal, que era un error, que no debió pasar y que jamás volvería a pasar.

Pero no se arrepentía en lo absoluto.

Porque jamás se había sentido tan lleno de vida, tan completo, satisfecho, cómodo y feliz como en ese corto tiempo que había pasado con Jungkook. Se sintió como si hubiera vuelto a casa después de un largo día de trabajo o de volver de una guerra. Se sintió como seguro y un hogar.

Y eso, eso era lo verdaderamente peor de todo este asunto y que no podía quitarse de la cabeza.

¿Seguía sintiendo algo por su exnovio de la adolescencia o era puramente deseo sexual?

No importaba.

Huir de los problemas y confrontaciones. Huir de investigar el origen de sus propios sentimientos y emociones. Hacerse el loco y mirar hacia atrás, era de las mejores cosas que sabía hacer.

Sí, probablemente su psicóloga lo regañaría por todo lo que hizo y por pensar así. Pero simplemente no podía lidiar con todo esto de manera adecuada, en realidad no sabía cómo afrontarlo, y la próxima cita estaba programada dentro de un mes cuando volviera de su luna de miel.

Estaba perdido. Así que sólo decidió aferrarse a lo que más estabilidad le trasmitía y es pensar en hacer lo correcto, a toda costa.

—Ya casi es el día... —sonrió Taehyung esa noche acercándose cariñosamente hacia él y tomando su cintura— ¿Te sientes nervioso?

Jimin sonrió y posó sus manos sobre su pecho.

—Un poco... Bueno, no voy a mentirte —suspiró pesadamente— Creo que voy a desmayarme ese día.

Taehyung soltó una carcajada y tomó las manos contrarias con delicadeza mientras le veía calmado.

—No te preocupes, cariño. Si te desmayas, yo no te dejaré caer —afirmó antes de besar con cariño sus manos y mirarlas de reojo para inmediatamente fruncir el ceño— ¿Y tu anillo?

—¿Ah? —el rubio se había perdido en sus pensamientos.

—¿Dónde está tu anillo de compromiso? —volvió a preguntar el azabache completamente confundido— ¿Te lo quitaste?

—¿Qué?

Sin entender nada, Jimin bajó la mirada hacia sus manos y sintió su presión bajarse de un golpe al notar que en efecto su anillo de compromiso no estaba en su dedo anular.

—Oh, Dios mío —soltó con los ojos abiertos de par en par para comenzar a mirar frenéticamente el suelo— N-No me lo he quitado en ningún momento, debió de haberse caído o algo por el estilo.

—¿Estás seguro? —preguntó el azabache imitando su acción y recorriendo la habitación con la mirada en el piso— Pudiste habértelo quitado a la hora de lavar algo o pudo haber caído al cambiarte de ropa, yo que sé.

—No, es imposible —negó Park mirando a su alrededor y comenzando a buscar desesperadamente en su tocador— Maldita sea. No tengo idea de dónde está, ni siquiera sé en dónde buscar o recodar. No recuerdo absolutamente nada.

Taehyung suspiró y optó una pose pensativa.

—Tranquilo, lo encontraremos. Hagamos algo, tú busca en la habitación y yo en los baños y cocina. ¿De acuerdo?

—De acuerdo —asintió Jimin y juntos se fueron a direcciones distintas para empezar a buscar y buscar efusivamente ese maldito y carísimo anillo de compromiso. Jimin revisó y saqueó toda la habitación, buscó en cada cajón, pantalón, abrigos, cama, almohada, bolsos, carteras, closets y armarios. Inclusive debajo de cada mueble. No encontró absolutamente nada. Taehyung hizo lo mismo, revisó cada centímetro de los tres baños que tenían en la casa y no había nada, mucho menos en la cocina.

Volvieron a reencontrarse en la sala de estar, Jimin seguía buscando con esmero entre los sillones y almohadas.

—No está, no está, no está —murmuró al borde del colapso e inmediatamente tapando su rostro cuando sintió las lágrimas amenazar con salir— ¡Maldita sea!

De inmediato, Taehyung se acercó a él y bajó sus manos para dedicarle una mirada tranquila. Él siempre era así, tan tranquilo, simple y calmado. Nunca lo había visto alterado en nada. Él siempre era el que solucionaba todo y lo tranquilizaba en sus momentos más estresantes.

—Amor, tranquilo. Todo está bien.

—¿Cómo que está bien? —repitió con la voz ahogada y sin evitar comenzar a llorar— Era el anillo de compromiso que me diste, ¿cómo carajos voy a casarme sin él?

—No hay problema, puedo conseguir otro o que intenten convalidarlo en la joyería donde lo compré y me den él mismo a un mejor descuento. No sé muy bien cómo funcionan las políticas de las joyerías en cuanto a extravíos de anillos de compromiso, pero mañana lo averiguaré —le dio un casto beso en la frente— No te preocupes, esas cosas pasan.

—Sí, pero no con esto. No ahora, no cuando la boda es en cinco días —se quejó llevando una mano a la cabeza y viendo a su alrededor— En serio no tengo idea de dónde está, jamás me lo quité.

—Bueno, no saliste de la casa este fin de semana así que de que está en la casa, está —aseguró Taehyung— Y si no yo consigo otro después, no te estreses más por eso.

Pero obviamente Jimin se iba a estresar más por eso y aun cuando se quedó estático ante esas últimas palabras de su prometido. Sólo estuvo dos lugares en el fin de semana pasado, el Blue Bar y el apartamento de Jungkook. Sin embargo, no pudo haber desaparecido en el Blue Bar porque recordaba ver el anillo en su dedo anular cuando se duchó en el baño de Jungkook al despertarse en su habitación después de embriagarse.

Su corazón sólo pudo dar un vuelco en el momento en que se dio cuenta que probablemente estaba en el apartamento de Jungkook. No tenía idea cómo, cuándo o dónde, quizás se cayó o resbaló en algún momento. Pero si estaba ahí, sólo Jungkook pudo haberlo encontrado. No había otra explicación.

Y ahora tenía otros dos problemas más que agregar a la lista: su anillo de compromiso desparecido y el volver a tener que hablar con Jungkook, otra vez.

Estaba muerto.

———— [ 💌 ] ————

Ese día Jungkook se sentía inquieto y lo peor es que no tenía mucho trabajo por hacer, así que se mantuvo paseándose por toda su oficina, ordenando, limpiando e investigando. A veces ni siquiera recordaba para qué tenía tal cosa en específico o por qué no había desechado otra, era como limpiar una habitación vieja sólo que esta era formal y donde ganaba dinero.

Finalmente terminó y se quedó sin menos cosas que hacer, recostándose en su silla giratoria dando una vuelta mientras suspiraba y de repente el rostro de Jimin llegó a su mente.

¿Cómo podía explicar que se había estado manteniendo ocupado todo el tiempo para no pensar en él?

¿Cómo podía explicar que por mucho que besara y abrazara a Ryujin, no se arrepentía de absolutamente nada de lo que pasó?

Y que había confirmado que en efecto, no sentía nada romántico por ella más que una amistad platónica. No podía evitar compararla con Jimin ahora muchísimo más que antes, no podía dejar de pensar que a veces cuando la veía a los ojos encontraba una vistazo de él y Jimin, que a pesar de que intentaba enamorarse de sus caricias no podía dejar de pensar en cómo había sido todo y que sólo pasaba el tiempo entre sus manos con la esperanza de encontrar un vistazo de ellos dos.

Aún así, no había encontrado el momento para terminar con ella, porque... maldita sea, él le había prometido que esta vez todo sería diferente y al fin se comprometería a tener algo serio con ella. No quería lastimarla. Sin embargo, creía que eso era lo único que estaba haciendo y le dolía mucho porque a pesar de todo era su mejor amiga.

Y simplemente no era justo para ella, porque uno: le había sido infiel, y dos: no se arrepentía.

No se arrepentía de nada con Jimin.

Pero si le hubieran dicho cómo se sentiría después de eso, después de dejarlo ir y no volver a verlo, como si nada hubiera pasado. Definitivamente no lo hubiese hecho. Porque ahora mismo no podía dejar de pensar en él, no podía sacárselo de su cabeza y mucho menos cuando había vuelto a tener acceso a él. No podía seguir adelante y menos cuando había vuelto a probar y tocar su piel, besar sus labios, gobernar sus gemidos y sonrisas.

Desde que volvió a verlo después de tanto tiempo, sabía que una parte de él seguía teniéndole cariño, seguía anhelándolo y queriéndolo. Pero jamás se imagino que iba a caer tan fuerte y a la vez tan débil, otra vez.

Esto no era parte del plan, esto no estaba bien, esto no debería de haber pasado. Se suponía que volvería con Ryujin y podría amarla de verdad. Pero, a este punto, realmente comenzó a reflexionar si podría volver a amar a alguien.

Estaba tan perdido y aislado en sus propios pensamientos tan asfixiantes que no se dio cuenta en el momento en que Jimin había entrado de improvisto a su oficina. Él sólo abrió la puerta sin avisar y la cerró, apoyándose en esta. Jungkook se quedó estático en su posición cuando alzó la mirada y él estaba ahí, viéndole sin ninguna expresión en su rostro pero que a la vez decía todo.

Ambos tragaron saliva al conectar miradas fijas, viéndose sin decir absolutamente nada por varios segundos y con respiraciones pesadas.

Si supieran que ambos estaban igual de confundidos, ahogados y desesperados como el otro, quizás se hubieran podido entender mejor.

Pero nadie podía leer las mentes ni era adivino, así que para la vista del otro, ellos estaban perfectamente bien como si nada hubiera pasado, como si sólo fue algo que pasó y ya está.

—Hola... —soltó Jimin rompiendo el silencio y avanzando lentamente hacia el escritorio— Yo... vengo porque... —no supo por qué se sentía tan nervioso y ansioso en ese momento, quizás era por la mirada analítica que le estaba dando el pelinegro o por la desesperante necesidad que entró en su cuerpo en el momento en que volvió a verlo y solamente pensó en que lo quería devuelta. Lo quería devuelta en sus brazos, en sus piernas, en sus labios y manos. Lo quería, otra vez— Ahm... —bajó la mirada y tragó saliva antes de encontrar la valentía para hablar— Creo que dejé mi anillo de compromiso en tu apartamento —avisó al fin, volviendo a verlo e intentando mostrar un rostro serio.

Mientras que el rostro de Jungkook pasó por todo tipo de emociones hasta que finalizó en un ceño fruncido con una pequeña sonrisa sarcástica.

—¿Qué? —inclinó un poco su rostro.

—Lo que oíste, creo que dejé mi anillo de compromiso en tu apartamento, ¿lo viste o no? —volvió a preguntar con más firmeza.

—¿En serio vienes a decirme eso después de dos días?

—Sí, porque hace dos días no me había dado cuenta de que faltaba mi anillo de compromiso —respondió con obviedad, encogiéndose de hombros— ¿Por qué otra cosa volvería?

Jungkook tensó su mandíbula y lentamente se levantó de la silla para caminar hacia Jimin con las manos metidas en los bolsillos de su pantalón.

—Deja de mentir, Jimin —bramó entrecerrando sus ojos de forma sospechosa— No estarías aquí de no ser por otra cosa que tú y yo sabemos exactamente cuál es.

Jimin frunció el ceño y se tensó.

—No estoy mintiendo, la pregunta es sencilla, tienes mi anillo, ¿sí o no?

—¿Por qué lo tendría? —fingió demencia a propósito— ¿De cuál anillo hablas? —frunció el ceño ante la expresión molesta que le hizo el rubio— ¿Qué? ¿Tú sí puedes fingir cómo que nada pasó pero yo no? ¿Y te consideras a ti mismo una persona justa?

—Estoy seguro que mi anillo quedó en tu apartamento, es el último lugar donde lo vi —continuó el rubio intentando mantener la calma ante la arrogante actitud del pelinegro, pero en el fondo lo entendía— Y lo quiero devuelta, así que quiero saber si lo encontraste o... si puedo ir a buscarlo.

Quedando a metros de él, Jeon se cruzó de brazos y relamió sus labios.

—No lo he visto, pero... ¿Qué te parece mejor venir a buscarlo hoy en la noche?

La respiración de Park se tornó pesada, sintiendo su corazón latir con fuerza y tragó saliva.

—Puedo ir después del trabajo, no más ni menos, seré rápido... Y si no veo indicio de que esté, me iré de inmediato.

—Muy bien.

—Muy bien —asintió Park y entonces ambos se quedaron nuevamente en esa misma posición observándose por varios segundos, así que frunció el ceño e inclinó la cabeza al sospechar de algo— Sí lo encontraste, ¿verdad?

Jungkook soltó una pequeña carcajada mientras comenzaba a acercarse lentamente a Jimin, y este no se movió.

—¿Por qué piensas eso?

—Porque te conozco —justificó el rubio intentando no perder la compostura cuando el pelinegro invadió su espacio personal.

—Yo también te conozco —devolvió el contrario e inmediatamente le tomó de la cintura, acercando su rostro tan cerca del rubio que sus narices rozaron— Ambos tuvimos esta conversación y sabemos cómo terminó, ¿acaso quieres repetirlo?

El corazón de Jimin comenzó a latir con más fuerza, su presión se bajó y de inmediato colocó sus manos en los brazos de Jungkook, queriendo alejarle, pero, mierda, en realidad no quería.

—J-Jungkook... —advirtió con la respiración comenzando a agitarse y mordiendo su labio inferior— E-Estamos en el trabajo...

—¿Quieres volver a repetirlo, ángel? —preguntó de nuevo Jeon con un tono sensual prácticamente sobre sus labios con claras intenciones de besarlo, a lo que el pecho de Park se infló, cerró sus ojos y arrugó la ropa del contrario entre sus manos, dispuesto a recibirlo.

Hasta que alguien abrió la puerta sin tocar, sin avisar y sin hablar.

Todo pasó muy rápido.

Estando prácticamente pegados al otro, ambos salieron de su burbuja y voltearon hacia la puerta para encontrarse con el rostro asombrado de Ryujin. No hubo necesidad de que uno separa al otro, ambos se separon inmediatamente como si sus cuerpos quemaran viendo igual de sorprendidos a la intrusa. Sin decir nada, Ryujin sólo presionó sus labios cambiando a una expresión molesta para darse media vuelta y salir rápidamente de allí.

—¡Ryujin! —Jungkook no dudó en ir tras ella.

Mientras que Jimin se quedó solo en la oficina con una expresión abrumada, la respiración agitada y sus ojos comenzando a cristalizarse. Entonces cubrió su rostro entre sus manos con impotencia antes de negar con la cabeza, limpiarse las lágrimas y también abandonar el lugar.

Al mismo tiempo, Jungkook trotaba angustiado detrás de Ryujin para alcanzarla y lograr tocar su brazo, sin embargo, ella inmediatamente se volteó y le propinó una fuerte bofetada en la mejilla.

Hubo un corto silencio.

Ryujin mantenía la respiración pesada con un rostro empapado en lágrimas y una mirada devastada. Mientras que Jungkook la miró completamente sorprendido con una mano en su mejilla lastimada.

—Ryujin, p-puedo explicártelo, yo-

—¡Lo sabía! —exclamó la pelinegra con una sonrisa fingida y negando varias veces— Es que yo lo sabía... Dios mío, soy tan-... —se calló a sí misma cerrando sus ojos con fuerza. Inhaló y exhaló. Los abrió y lo miró— El anillo de compromiso en tu habitación no era para mí, ¿verdad? —cuestionó con voz ahogada.

Por unos segundos, Jungkook frunció el ceño en confusión para finalmente tragar grueso manteniendo una expresión dolida y negar con la cabeza.

—Lo siento...

La mujer aspiró hondo de forma temblorosa y alzó el mentón, reteniendo la gran cantidad de palabras que quería decir en ese momento e intentando mostrarse firme.

—No vuelvas a escribirme ni hablarme nunca más en tu maldita vida —sentenció enfadada, ya no sabía si por Jungkook o por ella misma, por haber creído en algo que evidentemente sabía que no tenía futuro y más cuando existía alguien más. Pero sólo por un momento, ella realmente llegó a pensar que él podía cambiar de opinión, que él podía cambiar y fijarse en alguien más. Bueno, no fue tanto idea de ella, él también le había dicho que estaba considerando cambiar.

Y una mierda.

Ryujin dio media vuelta y se fue. Y Jungkook no la detuvo más, se quedó completamente desolado en medio pasillo para pasar las manos por su rostro y cabello hasta irse devuelta a su oficina.

Sin embargo, ambos se fueron con el mismo pensamiento en mente.

No importaba cuanto Jungkook intentara, intentara e intentara seguir adelante, Jimin siempre iba a ganar y prevalecer en su corazón. Estuviese o no con él.

Y ese... ese era un gran problema.

Buenas noches, mi gente latino, perdón por la tardanza estaba perfeccionando y arreglando el capítulo y me demoré más de lo previsto. Bueno... Poco a poco se irán sacando los trapos sucios de todo el mundo. Como dice el dicho: "Tarde o temprano, la verdad siempre sale a la luz".

⚠ Mañana (Domingo) publicaré la segunda parte de este capítulo como actualización extra para que estén atentas y puedan leerlo bien.

Les tkm, nos vemos mañana.

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