030.
La agencia le concedió a Jungkook tres días de luto en la que no asistió al trabajo y permaneció encerrado en su casa, completamente aislado de todos y del mundo, fumando y lo más probable también drogándose con otro tipo de sustancia ilícita.
Ryujin se dio cuenta de esto cuando lo encontró fumando marihuana en su habitación, sabía que era una droga bastante común y no tan riesgosa, pero Jungkook no era el tipo de persona que se drogaba y temía que al no sentirse satisfecho quisiera buscar algo más fuerte y así sucesivamente. Parecía que Jungkook estaba decayendo cada vez más, más y más.
Él ya había caído de la cuerda floja.
Estaba lo que podría denominarse como en una fuerte recaída en todo el sentido de la palabra.
Y Ryujin estaba sumamente preocupada por él. Jungkook no dormía, no comía, no hablaba, solamente fumaba, tomaba y se hacía una bolita en su cama.
Ella podía entender que el proceso de duelo era duro, individual y con sus respectivas etapas. Pero ya había pasado casi una semana, los tres días hábiles finalizaban ese mismo viernes, y Jungkook no parecía dar indicios de mejorar. La próxima semana debía de asistir de nuevo al trabajo y desgraciadamente el maldito sistema capitalista no funcionaba con personas con mala salud mental, porque si no rendías lo suficiente eras despedido. Ella temía que eso le sucediera, que no estuviera listo para volver a trabajar y que sólo lo afectara más.
Estaba desesperada, tan malditamente desesperada que la última opción que tenía era acudir a la última persona que pensó que acudiría: Park Jimin.
Ella no estaba molesta con Jimin ni lo odiaba o algo por el estilo, simplemente había comenzado poco a poco a alejarse de él porque ahora que sabía la verdad entre ellos dos, le incomodaba un poco que se hicieran amigos. Sería muy raro para los tres. Aún así, el trabajo los obligaba a convivir juntos así que de todas formas se hablaban, pero ya no tanto como antes.
Por lo que Jimin se sorprendió completamente cuando Ryujin se acercó a él a la hora del almuerzo y le pidió si podían hablar a solas.
—¿Estás bien? —preguntó el rubio con una mirada confundida en cuanto quedaron solos— ¿Sucedió algo?
—No, descuida, estoy bien —aseguró la pelinegra al instante antes de frotar sus codos con sus manos y hacer una mueca— Pero... Jungkook no lo está.
El rostro de Jimin se relajó e inclinó levemente su cabeza viéndose más interesado en la conversación.
—¿Ah sí?
—Sí, bueno, creo que es entendible porque acaba de perder a una persona muy cercana a él... Pero mañana debe volver al trabajo y no se ha levantado de la cama en días —comenzó a explicar— He ido a visitarlo para intentar apoyarlo en lo que puedo pero lo único que está haciendo es caer en vicios y tengo miedo de que empeore...
—Oh, mierda —murmuró el rubio tragando saliva— Probablemente esté entrando en una recaída depresiva...
—Sí, eso mismo pensé.
—Pero... —frunció levemente el ceño en confusión— ¿Por qué me cuentas todo esto a mí?
Ryujin suavizó su mirada y suspiró pesadamente para acercarse un poco más a Jimin y que la conversación se volviera más privada.
—Sé lo que pasó entre ustedes dos... —confesó y vió chico se tensó en su lugar, pero aún así continuó— Y descuida, no tengo nada en contra de ti ni algo parecido... Pero estoy muy preocupada por Jungkook... Y a lo que llegó contarme sobre ti, quizás, sólo quizás, pensé que tú podrías ayudarlo.
Jimin cambió su expresión a una bastante sorprendida.
—¿Qué? ¿Por qué yo?
—Él no me escucha...
—¿Y crees que también me escucharía a mí? —bromeó el rubio soltando una pequeña risa para después ponerse serio— No creo que sea una buena idea... Además, ¿de qué forma podría ayudarlo?
—No lo sé, tú lo conoces mejor que yo —se encogió de hombros— Sé que podrías encontrar una forma de subirle el ánimo... Yo ya he intentado de todo... Y siento que tú eres el único que puede levantarlo en estos momentos...
Soltando un largo suspiro, Park se cruzó de brazos y apartó la mirada comenzando a pensarlo. Se había prometido a sí mismo alejarse de Jeon, pues su psicóloga le había recomendado por su bienestar psicológico y emocional alejarse de él. En realidad, los dos habían acordado eso, así que no sabría qué tan bueno se lo tomaría el contrario. Sin embargo, también pensó que, para que Ryujin se tragara su orgullo y dignidad y viniera a pedirle que la ayudara, era porque realmente Jungkook estaba mal.
Pero no sabía por qué el hecho de pensar en pasar más tiempo con Jungkook hacia a su corazón latir con fuerza en una extraña combinación entre peligro y emoción.
Eso le asustaba muchísimo.
—Ryujin... —comenzó mordiendo su labio inferior con intención de negarse— Realmente me gustaría ayudarte pero no creo que-
—Por favor, Jimin —pidió Ryujin juntando sus manos y viéndole angustiada— Escucha, no me incómoda nada de esto si es lo que crees, sé que aún te preocupa Jungkook de la misma forma en la que él se preocupa por ti, sé que lo de ustedes dos fue hace mucho tiempo y que ya todo quedó atrás... Sólo te lo pido como una compañera le pediría un favor a otro compañero... O no lo hagas por mí, hazlo por él. ¿Podrías aunque sea intentarlo?
Jimin inhaló y exhaló lentamente viéndola con impotencia.
————— [ 🎢 ] —————
Después del trabajo y de salir milagrosamente temprano, Ryujin logró que Jungkook se diera aunque sea a una agradable ducha y comiera un poco. Ese día el pelinegro se encontraba un poco más activo que los días anteriores, porque al menos había accedido a hacer todo lo anterior. Se encontraban sentados en la mesa, Jungkook comía en silencio completamente fuera de sí mientras que Ryujin lo observaba algo nerviosa.
—Jungkook... —lo llamó.
—¿Mhm? —respondió sin mirarla.
—Hice algo... Y espero no te enfades conmigo, pero estoy preocupada por ti y pensé que necesitabas una mejor ayuda que yo...
—¿De qué estás hablando? —dejó de comer para verla confundido— Te he dicho que estoy bien y que no te menosprecies de esa manera, agradezco que estés aquí.
—Gracias... Pero igual, necesitas salir de aquí —en ese preciso momento sonó el timbre del apartamento y el rostro de ella se iluminó— Y justo mi ayuda llegó.
—¿Qué fue lo que hiciste?
Levantándose de la mesa, Ryujin sonrió con inocencia y algo avergonzada.
—Ahm... Le dije a Jimin que viniera.
Jungkook casi se atragantó con la comida y prosiguió a mirarla completamente anonadado.
—¡¿Qué hiciste qué?! ¿Estás loca?
—Lo siento... —mordió su labio inferior y de inmediato se fue— ¡Iré a abrirle!
—¿Qué? ¡Ryujin!
Inmediatamente Jungkook se levantó de la mesa con intención de detenerla pero ella ya se había ido, así que sólo pudo suspirar con pesadez y darse una rápida mirada en el espejo más cercano para acomodarse mejor el cabello desordenado y sus prendas holgadas que eran para estar en casa. Volvió a su posición en cuanto escuchó pasos y voces acercarse, y a los segundos Jimin y Ryujin habían entrado a la cocina.
Tanto Jimin y Jungkook alzaron sus cejas en una leve sorpresa en cuanto vieron al otro.
—Hey... —soltó el pelinegro repentinamente nervioso e intentando disimular normalidad— ¿Q-Qué estás haciendo aquí?
—Hola —respondió el rubio para encogerse de hombros con una pequeña sonrisa— Bueno... Ryujin es muy insistente.
—Sí, lo es —afirmó haciéndole una mala cara a la mujer— Te odio, ¿lo sabías?
—Sí, sí —Ryujin le restó importancia para acercarse al perchero y tomar su abrigo— Bueno, yo me voy, tengo un compromiso con unas amigas en la ciudad y no puedo llegar tarde.
Sin más, Ryujin se dirigió a la puerta de entrada pero rápidamente Jungkook se acercó a ella y le detuvo viéndole asombrado.
—Pero, Ryujin... —susurró tragando saliva— ¿Estás segura?
—Claro, no te preocupes —sonrió la mujer con tranquilidad y confianza. Y no era falsa, en realidad ella sí confiaba en él. Mucho más después de haber encontrado aquel anillo, no estaba completamente segura si era para ella o no, si se lo entregaría pronto o tiempo después, pero tenía fe en que significaba algo. Además, Jimin se casaría pronto, no tenía nada que temer ni qué preocuparse. Así que abrió la puerta y se despidió con una enorme sonrisa— ¡Adiós, nos vemos!
Finalmente Ryujin se fue, quedando nuevamente Jungkook y Jimin solos... Era impresionante como de alguna u otra forma siempre terminaban así, quedando solo ellos dos en un determinado lugar, como si algo siempre quisiera forzarlos a mantener contacto o a hablarse.
—Escucha... —Jungkook se acercó a Jimin quien estaba viendo atentamente el apartamento a su alrededor— No tienes que hacer esto, puedes irte y haremos como si nada hubiera pasado. Ryujin... A veces no piensa dos veces las cosas.
—¿Eso es un piano?
Jimin señaló sorprendido hacia el objeto de apariencia electrónica a lo lejos que se encontraba en una esquina de la sala. Jungkook siguió su mirada y sonrió con timidez.
—Ah, sí, lo compré hace bastante tiempo.
—Oh, Dios —soltó Jimin y sin pensarlo se acercó emocionado hacia el piano digital para comenzar a toquetearlo y observarlo— Qué genial, nunca había visto un piano así en mi vida... Sólo he tocado en piano clásico.
Jungkook rió un poco y se acercó a su dirección metiendo las manos en sus pantalones de chándal.
—Pues son cosas de niño rico, porque quería comprar uno original pero me costaba un ojo de la cara.
—Me imagino —murmuró con una pequeña sonrisa repasando lentamente sus dedos sobre el teclado— Aunque este se ve más sencillo de usar.
—Sí, lo es... Bueno, ¿entonces planeas irte o...? —intentó cambiar de tema.
Park iba a hacer ademán de responder pero inmediatamente es interrumpido por un fuerte ladrido, así que volteó hacia el sonido para notar cuando un perro adulto de raza doberman se acercaba rápidamente hacia él. Park lo reconoció de inmediato y su rostro se iluminó en una gran sonrisa.
—¡Oh, Dios mío! —exclamó agachándose por instinto cuando el perro se abalanzó hacia él y comenzó a lamer su rostro— ¿Bam? ¿Eres tú? —preguntó tomando la cabeza del can y acariciando detrás de sus orejas— ¡Estás enorme! No puedo creerlo, la última vez que te vi eras un cachorro.
Mientras tanto Jeon no podía quitar la impresión de su rostro ante el hecho de que Bam hubiese reconocido a Park después de tantos años y viéndolo tan amoroso con otro humano que no fuera su dueño. Generalmente Bam no era muy sociable y era muy selectivo con las personas.
—Sí, él ha crecido muchísimo —agregó Jeon agachándose también a acariciar a su perro— Me sorprende que te haya reconocido...
—Los perros tiene memoria olfativa a largo plazo —explicó el contrario sin dejar de juguetear con el animal— Es normal que reconozca mi olor.
—Interesante.
Finalmente el rubio se levantó del suelo y por ende el pelinegro también lo hizo, mientras tanto el perro se fue a hacer de las suyas dejándolos nuevamente solos.
—¿Quieres que me vaya? —preguntó Jimin después de unos segundos en silencio sin saber qué decir ni hacer.
Jungkook suavizó su mirada y tragó saliva.
No, nunca.
—Sólo quiero saber qué fue lo que tú y Ryujin planearon por hacer conmigo —bromeó.
—Pues... nada —escondió sus manos detrás de su espalda y relamió sus labios— Ella lo dejó a mi cuenta...
—¿Ah sí?
—Sí.
—¿Y a dónde me quieres llevar, entonces? —se cruzó de brazos.
Jimin tragó saliva.
—Quiero ir a la playa.
—¿Qué? —rió por unos segundos y después le miró confundido— ¿Estás hablando en serio?
—Sí, quiero enfrentar mi miedo, otra vez, y... —mordió su labio inferior— Sé que a ti te gusta mucho, entonces pensé que sería una buena opción...
—Te recuerdo que la última vez que intenté ayudarte a enfrentar tu miedo al mar me mandaste prácticamente a la mierda —alzó una ceja.
—Juro que esta vez lo haré si eso te hace sentir mejor.
—Uhm... No te creo capaz.
Ambos se miraron con los ojos entrecerrados y sonrisas retadoras.
————— [ 🎢 ] —————
El oleaje golpeaba fuertemente sus rostros mientras que las gaviotas revoloteaban cerca del muelle y las olas reventaban contra el agua elegantemente. Jimin tragaba saliva con dificultad estando a pocos metros del mar, Jungkook se acercó a su lado usando lentes de sol y mirando hacia el horizonte, ambos estaban utilizando prendas frescas y adaptadas al clima.
—A todo esto, ¿dónde está tu esposo? —preguntó Jungkook colocando sus brazos en jarra.
—Está de viaje de negocios en Taiwán, volverá la próxima semana —respondió y después negó con la cabeza— Y no es mi esposo... aún.
—Yah... ¡Bueno! —sentenció quitándose los lentes para guardarlos en su bolsillo y voltear a mirarlo repentinamente animado— ¡Al agua, patos!
Jimin presionó sus labios y asintió para juntos caminar lentamente hacia el mar a una distancia corta del otro. Se sentía como un deja vú, la misma playa, el mismo clima, la misma soledad y evidentemente, ya habían estado en ese mismo lugar sólo que no salió acorde a lo esperado. Pero esta vez sería diferente, o eso esperaban.
Jungkook avanzó hasta que sus pies tocaron el agua y miró al lado suyo esperando ver a Jimin pero no estaba, así que se giró para encontrarlo estático y con la respiración un poco agitada aún en la orilla. Suspiró y se acercó a él.
—¿Estás seguro de qué quieres hacer esto? —cuestionó viéndole con preocupación— En serio, no tienes qué hacerlo si no quieres, podemos irnos y listo.
—No, quiero hacerlo.
—¿Seguro? —volvió a preguntar.
—Sí.
Pero Jimin seguía sin avanzar. Entonces Jungkook supo enseguida que quizás necesitaba un empujón, así que se colocó al frente de él y tomó lentamente sus manos para comenzar a retroceder a pasos cortos, jalándolo con delicadeza hacia el mar. Jimin tragó saliva sintiendo su corazón comenzar a latir con rapidez y nerviosismo. Ninguno apartando la mirada del otro en todo momento hasta que Jimin sintió el agua tocar sus pies y se tensó, forzando más su agarre en el contrario. Sonriente, Jungkook soltó una de las manos sólo para mirar hacia el mar y continuar adentrándolo más a su interior.
Park estaba increíblemente tenso, pero de alguna extraña manera se sentía seguro con la mano de Jeon sosteniendo la suya en todo momento. La olas lo empujaban, haciéndolo retroceder un poco de no ser que Jeon lo sostenía con fuerza, mirándolo de reojo para asegurarse de que estuviera bien. Park no quería seguir metiéndose más que las rodillas, pero no le dijo nada a Jeon porque quería ver hasta cuánto podía llegar.
Finalmente se detuvieron cuando el agua les llegaba por la cintura y las olas no desembocaban en ellos, estando en un punto intermedio en donde comenzaban a formarse. Para su fortuna, las olas en esa playa eran pequeñas, no grandes porque de lo contrario jamás se hubieran metido.
Jimin miraba a su alrededor mordiendo efusivamente su labio inferior hasta ver como Jungkook, sin soltar su mano, se sumergía al mar unos segundos en el fondo para salir con el rostro empapado y limpiando sus ojos por la sal.
—Ahora tú —insistió este con una sonrisa.
Inhalando, Jimin sacó las agallas para sumergirse en el agua de la misma forma, después levantarse de golpe para respirar con la boca y limpiar su rostro con ambas manos. Nunca había hecho eso en su vida pero se sintió sumamente refrescante. Jungkook nadó hacia él, la corriente los acercaba cada vez más y más adentro por la que a ese punto el agua les llegaba al pecho.
—Okay, ¿ves esa ola de ahí? —le señaló al rubio el indicio de una ola a lo lejos que comenzaba a formarse y este asintió— Bueno, lo divertido de esto es meterse dentro de la ola. ¿Quieres intentarlo? —el pelinegro tomó nuevamente sus manos y lo arrastró hacia su cuerpo para que quedara más cerca de él y así poder cuidarlo mejor, el rubio no parecía muy convencido pero igual aceptó— Bien, cuando la ola esté cerca de nosotros, nos sumergimos y después salimos, ¿de acuerdo?
—De acuerdo.
—Bien, ahí viene, no me sueltes.
El inicio de la ola se acercó rápidamente hacia ellos por lo que se metieron al mismo tiempo al agua sintiendo la relajante y divertida sensación ola pasarles por encima hasta que continuó y reventó en la orilla del mar. Ambos salieron a la superficie al mismo tiempo limpiando sus rostro y tomando aire.
—¿Te gustó? —preguntó Jungkook hacia Jimin quién asintió con una pequeña sonrisa— ¿A qué no da tanto miedo?
Jimin le miró de forma cómplice.
Si estoy contigo, no.
—No, no tanto —confesó jugueteando con el agua— En realidad es divertido... aunque no deja de dar miedo.
—Sabía que lo lograrías —sonrió el pelinegro de forma satisfactoria y orgullosa hacia el rubio.
Este también le sonrió, ambos se quedaron mirando a una distancia corta mientras seguían flotando sobre el agua y sin darse cuenta que se acercaba una ola que se había formado desde antes porque lo que estaba a punto de estallar cerca de ellos.
—¡Cuidado! —advirtió Jungkook al instante pero fue demasiado tarde porque la ola logró revolcarlos con fuerza sin darles tiempo de haberse sumergido al agua. A los segundos, Jungkook salió a la superficie y miró a su alrededor en busca de Jimin pero no lo vió en ningún lado— ¿Jimin? ¡Jimin! —gritó comenzando a preocuparse.
Al instante Jimin salió del agua a una distancia un poco más lejos de donde estaba antes mientras tosía y acomodaba su cabello hacia atrás.
—¡Jimin! —Jungkook inmediatamente nadó hacia él— ¿Estás bien? —cuestionó aún asustado puesto que había estado dentro por mucho tiempo, para darse cuenta que el rubio estaba riéndose— ¿De qué te ríes?
Jimin no dejó de carcajear.
—¡Mierda, fue tan divertido y estúpido! —exclamó sin dejar de sonreír— Al principio me asusté pero sólo me sumergí a tiempo y aproveché para nadar un poco. ¡Creo que vi un pez! Bueno, espero sea un pez...
Jadeante, Jungkook le miró anonadado y ligeramente molesto.
—No vuelvas a hacerme eso —ordenó acercándose a él— Casi me matas de un susto, pensé que te había pasado algo.
—Lo siento.
—Sólo quédate cerca mío, es muy peligroso. Dame la mano y no me sueltes, en el mar nunca hay que confiarse.
Park obedeció y tomó la mano de Jeon quien los sacó un poco del mar por seguridad hasta que el agua volvió a quedar a sus cinturas. Estando allí, siguieron jugueteando con las olas y soltando una que otra risa. Mientras se miraban de vez en cuando de una forma extraña, casi con ojos melancólicos pero a la vez reconfortantes. Debido a que estaban pasando un gran momento juntos cuando realmente no deberían.
Todo se sentía extraño.
Como nieve en la playa, extraño pero malditamente hermoso.
Jimin se sentía como si estuviera volando en un sueño entre miles de estrellas y esta escena la sentía como algo que vió alguna vez en una película. Por un momento, todo a su alrededor se desenfocó y sólo quedó Jungkook al frente suyo, sonriéndole como si acabara de ganar un concurso.
Entonces la corriente del mar los empujó más cerca uno del otro, como si fuera cómplice de lo que sea que estuviera pasando entre ellos dos. Junto al sonido de las olas estallar en la orilla y sus cabellos y rostros empapados, se miraron a los ojos sin decir absolutamente nada y a la vez diciendo todo. El mar volvió a empujarlos con más brusquedad y por acto de reflejo, Jimin se aferró a Jungkook desde sus fuertes brazos mientras que este tomó su cintura y cuando volvieron a verse todo fue peor que antes. Fue como si el tiempo o el mundo a su alrededor se hallase detenido por un segundo, las respiraciones de ambos se agitaron de forma considerable conforme sus ojos aterrizaban en los labios del otro y poco a poco sus rostros daban impulsos de querer acercarse.
Sin embargo, Jungkook fue el primero en salir del trance, rompiendo la burbuja al aleja sus manos de la cintura del contrario con una sonrisa nerviosa.
—¿Nos vamos? Creo que está comenzando a subir la marea.
Jimin parpadeó desconcertado y en ese momento pensó que probablemente todo había sido producto de su imaginación.
—S-Sí, claro.
Sin esperar más, salieron con dificultad del mar debido a que cada vez estaba siendo más fuerte y agresivo. Probablemente por no haber obtenido lo que quería. Finalmente llegaron a la orilla donde comenzaron a exprimir el agua de sus ropas y cabellos.
—¿Qué te pareció? —preguntó Jungkook secándose con un paño mientras le pasaba uno a Jimin.
—Me gustó —contestó aceptando el paño y sonriendo— Creí que no lo lograría, pero en cuanto estuve dentro simplemente me dejé llevar y el miedo desapareció por un momento.
—Estoy orgulloso de ti.
—Gracias...
—A ti —devolvió Jeon.
Park frunció el ceño.
—¿Por qué?
—Porque ahora me siento mucho mejor.
Sonrojándose un poco, Jimin bajó la mirada con una sonrisa tímida y Jungkook simplemente lo observó con una expresión suave antes de restarle importancia y continuar con su aseo. Al final del día, cada uno se dirigió a su respectivo hogar después de una corta e incómoda despedida. Por más de los dos habían hecho el acuerdo de mantener un contacto cero, sin embargo, ese día habían hecho la excepción.
Hola, hola, mis niños y niñas, sólo quería decirles dos cositas:
1. ¡Mi Buen Amor llegó a 100 K de vistas! Muchas gracias por el apoyo, por seguir hasta acá, aprecio mucho cada comentario y voto. Me gusta mucho esta interacción que estamos teniendo conforme la historia está en emisión, les extrañaba mucho y los extrañaré cuando termine.
2. El próximo sábado haré un maraton triple, es EL maraton porque pasan cositas... Así que para que no se lo pierdan.
¡Nos vemos el miércoles!
Les tkm bbs <3
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