026.
Jimin se removió nerviosamente sobre el cómodo sillón manteniendo las piernas y manos cruzadas en cuanto la psicóloga tomó asiento en el otro sillón al frente suyo y prosiguió a mirarle con atención.
—Muy bien, Jimin —comenzó la mujer, llamada Lee Jiyoon, con una voz neutral mientras abría su libreta y sacaba un lapicero— Antes de comenzar, te haré algunas preguntas básicas para verificar tu información, ¿te parece?
—Está bien —asintió con una pequeña sonrisa.
Jimin suspiró y respondió cortamente a las preguntas que le hacía la mujer sobre su información personal mientras movía frenéticamente su pie izquierdo. Desde el incidente con el CEO, claramente no podía seguir ocultándole sus problemas de ansiedad a Taehyung, por lo que decidió contarle toda la verdad al respecto. Como respuesta y estando más preocupado por él que antes, Taehyung insistió en pagarle un psiquiatra y un terapeuta para recibir terapia psicológica que ayudara a tratar su ansiedad pero también sus problemas personales.
Así que allí estaba. En terapia. Hacía bastantes años que no había vuelto a pisar un consultorio psicológico, pues estar ahí le ponía sumamente nervioso y ansioso. Él no era bueno en hablar abiertamente sobre lo que sentía o le sucedía, por lo que temía que no diera resultados pero lo intentaría.
Sin embargo, a diferencia de otras veces y con otros psicólogos, la mujer al frente suyo le trasmitía un poco más de confianza, quizás era porque se veía joven y hermosa. Por lo que mientras la psicóloga escribía sobre su libreta, Jimin no pudo evitar inspeccionarla con la mirada, tenía el cabello negro y sujeto con una coleta, labios rojos, delineado negro y un piercing en la nariz. Estaba usando una elegante blusa blanca cubierta por un saco negro y pantalones del mismo color. Anteriormente había tenido terapeutas muchísimo más mayores que él, pero ella se veía joven, le calculaba unos veintisiete años.
Entonces tuvo un pensamiento intrusivo de que probablemente a Jungkook le gustaría, y sintió un enorme bajón. ¿Por qué había pensado en eso?
—Bueno... —la voz de la mujer le sacó abruptamente de sus pensamientos para mirar como dejaba la libreta de lado y ponía toda su atención en él— Tengo entendido que tu motivo de consulta es sobre ataques de ansiedad frecuentes, y tomando en cuenta la información que me diste, tienes ansiedad grave diagnosticada. Me gustaría que comencemos a hablar sobre eso, ¿cuándo fue que comenzaron a ocurrir estos ataques?
Jimin tragó saliva y bajó la mirada hacia sus manos para juguetear con sus dedos.
—Pues... No lo sé, desde siempre, creo —se encogió de hombros— La primera vez que tuve uno fue en la escuela, cuando recibí una mala calificación en un examen de matemáticas... Mi maestra llamó a mis padres y todos pensaron que tenía problemas cardiovasculares o algo por el estilo —rió un poco— Mis padres son médicos, así que no le dan mucha relevancia a los problemas mentales, siempre buscan encontrarle el significado fisiológico a todo por lo que su primera opción no fue llevarme con un terapeuta sino con un médico —aclaró al instante— Sin embargo, el médico les dijo que debían de llevarme con un psicólogo para que eventualmente me refiriera a un psiquiatra y así medicarme.
Lee Jiyoon asintió lentamente con la cabeza.
—¿Fue ahí cuando te diagnosticaron?
—Sí.
—¿Cuántos años tenías?
—Nueve.
—¿Y qué opinaron tus padres al respecto? —inclinó levemente su cabeza.
Al instante el cuerpo de Jimin se tensó y volvió a apartar la mirada hacia sus manos, la psicóloga no pasó esa repetición por alto pero no dijo nada al respecto.
—Pues al inicio solamente quisieron medicarme, pero en cuanto notaron que los ataques de ansiedad no cesaban sólo con psicofármacos comenzaron a pagarme un terapeuta para ayudarme a tratarlos mejor.
—¿Entonces ya habías recibido terapia psicológica antes?
—Sí, específicamente enfocada en mi ansiedad.
—¿Y te sirvió?
—Por un tiempo... Mi anterior psicóloga me enseñó algunas técnicas para mejorar y sometió a ciertas terapias al punto en que dejé de tener ataques con tanta frecuencia, así que dejé de asistir y de medicarme por mi propia cuenta, no porque ella me haya dado de alta... —comentó y entonces recordó algo— Bueno, en realidad los ataques de ansiedad disminuyeron en cuanto dejé la casa de mis padres... Y también hubo un lapso de tiempo en el que no los sentí, fue cuando estaba a mitad de semestre de mi tercer año en la universidad.
La psicóloga le dedicó una mirada analítica por unos segundos.
—Bueno, trataremos todo eso, punto por punto porque es información importante en la que podemos indagar... Pues el objetivo es poder disminuir los ataques de ansiedad en tu vida, sin embargo, debemos de buscar el verdadero detonante de estos para poder evitarlos o tener herramientas más especializadas para atravesar apropiadamente uno. ¿Entiendes? —Jimin asintió con la cabeza— Bien, en primer lugar, fue un error que te dieras de alta a ti mismo, el terapeuta es el único que puede decidir cuando el paciente esté listo. Y evidentemente, no estabas listo, por eso has vuelto a recaer.
—Lo sé...
—Aún así, puedo entender que cuando nos sentimos sanos y a gusto, volvemos a recuperar nuestra autonomía y confianza, por lo que tendemos a tomar más decisiones por nosotros mismos como lo es el dejar voluntariamente ir a terapia porque creemos estar mejor... Ahora, háblame sobre tus padres —pidió antes de acomodarse mejor en su asiento para mantenerse atenta a su reacción.
Y en efecto, fue la misma que antes, Jimin tensó su mandíbula y se removió un poco sobre su asiento para bajar la mirada y comenzar a retocar sus uñas.
—Bueno... —murmuró tragando saliva y mirando lentamente a su alrededor— Ellos son muy parecidos entre sí, siempre han sido muy estrictos, reservados y críticos... Pero también son muy elegantes, educados y afectuosos a su manera... Soy su único hijo, nunca tuve hermanos por mucho que pedí uno —sonrió levemente mientras hacía memoria— Ellos casi nunca estaban en la casa, siempre trabajaban, día y noche, por lo que la mayor parte del tiempo estaba con una niñera o solo... Siempre querían que fuera el mejor en todo, especialmente en lo académico, fui cuadro de honor durante muchos años... Estuve en varios cursos y clases de distintas áreas durante toda mi infancia... —suspiró pesadamente— Cada año hacen una enorme, aburrida y sofisticada fiesta navideña donde invitan a cualquier cantidad de personas, y me inscribieron a clases de piano para tocar en esos eventos durante años... Era agotador.
Lee sintió que podía indagar más en esa respuesta por lo que decidió seguir preguntando al respecto algunos pequeños pero importantes detalles.
—¿Consideras que tus padres mantienen una crianza autoritaria contigo?
—Por supuesto que sí —respondió con una sonrisa irónica— Creo que es demasiado obvio.
—¿Y qué pasaba cuando sacabas una mala calificación o te equivocabas en una tecla musical?
Y entonces la sonrisa de Jimin flaqueó por un segundo hasta convertirse en una mueca ligeramente perturbada. Jiyoon pudo jurar haber visto un eje de miedo en sus ojos antes de que volviera a apartar la mirada, y a diferencia de las otras preguntas, Jimin tardó más tiempo en responderla.
—Me castigaban —fue lo único que dijo.
—¿Y cómo te castigaban?
El lenguaje corporal de Jimin empeoró y volvió a removerse en su asiento, tragó saliva y comenzó a mover su pierna de forma frenética.
—Ahm... pues... —resopló y se encogió de hombros, como si intentara restarle importancia— Me quitaban las cosas que más utilizaba en el momento, ya sabes, celular, laptop, iPad... —rascó su nariz— Me prohibían salir con mis amigos y así... Nada fuera de lo normal.
La psicóloga lo observó con seriedad y sospecha, pues Jimin acababa de hacer un gesto de lenguaje corporal bastante interesante el cual era rascarse o tocarse la nariz, lo que podría significar que estuviera mintiendo. Sin embargo, no podía sacar conclusiones sólo por un gesto por lo que decidió seguir intentando.
—Mhm, ¿y sólo eso?
—Sí.
—¿Cuánto tiempo duraban esos castigos?
—Dos o tres días... —relamió sus labios.
—¿Alguna vez impusieron algún castigo físico sobre ti?
—No —respondió al instante.
Jiyoon suspiró.
—Bueno, me alegro de eso, porque el castigo físico en vez de incitar obediencia sólo lleva a que el niño pierda el respeto y genere temor a los padres... Además de ciertos problemas psicológicos a futuro.
—Mis padres no me golpeaban —aclaró con más firmeza al entender la indirecta de la psicóloga y molestarse levemente porque ella creyera que mentía al respecto. Y no era mentira, sus padres rara vez habían llegado a castigarle físicamente de niño, sin embargo, en ese momento tuvo el flashback de su madre abofeteando su mejilla hace un mes y eso le trajo mucho más recuerdos— B-Bueno, al menos no de niño... —comentó en voz baja con la mirada gacha— En mi adolescencia mi madre llegó a abofetearme un par de veces, pero después se disculpaba por hacerlo y la mayoría de veces me lo merecía...
—¿Qué hacías para que tu madre te abofeteara?
Jimin tragó grueso.
—Gritarle o desobedecerle. Pero solo ha llegado a suceder en casos extremos... Cuando cometía un error generalmente mis padres me castigaban de otras formas menos violentas... —Jiyoon prestó más atención al lograr su objetivo, esperando que continuara, mientras que Jimin comenzó a pellizcarse la piel de la mano— A-Aparte de los castigos que mencioné, ellos... me encerraban en el cuarto de visitas más aislado de la casa... sólo había una cama, un baño y una ventana sin cortinas que comunicaba al jardín... —hizo una mueca y negó con la cabeza mientras recordaba— En las noches era aterrador porque en el jardín habían muchos árboles inmensos y con formas extrañas, muchas veces pensaba que eran sombras, monstruos o cosas así... Dormía completamente a oscuras.
La psicóloga parpadeó varias veces y se inclinó un poco hacia al frente.
—¿Cuánto tiempo estabas en esa habitación?
—Horas... Días... A veces semanas —respondió con simpleza— Tampoco me encerraban todo el tiempo, salía para comer, que por cierto me daban la comida sin ningún tipo de sabor y justamente la que menos me gustaba... sabía horrible... Ahm, también salía para ir a la escuela o a mis clases y después volvía... Era como mi segunda habitación sólo que no podía salir de allí durante todo el día y no hacía absolutamente nada... La odiaba.
—Y aparte de eso, ¿hacían algo más?
Park mordió su labio inferior con fuerza.
—Dejaban de hablarme... A veces no me encerraban en la habitación de visitas, solamente dejaban de hablarme por semanas y me ignoraban por completo. No importaba cuanto intentara disculparme u obtener su atención, simplemente era inútil... Sentía que en cualquier momento iban a irse y dejarme solo.
—¿Y todo estos castigos sucedían cuando cometías algún fallo o error?
Jimin asintió lentamente con la cabeza y en silencio. Jiyoon relamió sus labios y tomó su libreta para apuntar algo rápidamente antes de volver su vista en él.
—Tomando todo esto que me dijiste en cuenta... ¿Qué es lo que sientes por tus padres? —preguntó la pelinegra.
—¿En qué sentido?
—¿Los amas?
—Claro que sí —contestó el rubio de inmediato e hizo una mueca— Por supuesto que les resiento muchas cosas, ¿pero no todos los hijos lo hacemos? Es normal... Sólo intentaban educarme, y realmente, no son tan malos como a veces son... —sonrió levemente al recordar— Hemos pasado muy buenos momentos juntos, de niño mi padre me llevaba mucho a pescar y volar cometas, y mi madre siempre ha sido fanática de la repostería así que hacíamos diferentes postres juntos. Claro, siempre con sus órdenes y exigencias, pero como nunca pasaba tiempo con ellos era... lindo.
—¿Y qué buenos recuerdos tienes en tu adultez?
—No muchos...
—¿Entonces la mayoría de los buenos recuerdos con tus padres son de cuando eras niño?
—Sí.
Jiyoon asintió y volvió a apuntar algo en la libreta.
—Muy bien, ahora quiero resaltar algo que mencionaste sobre tus ataques de ansiedad, hiciste referencia a que disminuyeron en cuanto te fuiste de la casa de tus padres. ¿A qué edad lo hiciste?
—A los veintitrés.
—¿Y por qué lo hiciste?
Jimin suspiró.
—Quería irme a vivir con mi prometido.
—¿Vas a casarte?
—Sí, a finales de este mes.
—Felicidades —sonrió la mujer.
—Gracias —le devolvió la sonrisa.
—Continuando con el tema... ¿Entonces nunca habías considerado irte de la casa de tus padres desde antes?
El rubio presionó sus labios y apartó la mirada.
—Sí.
—¿Qué te detuvo?
—No pude...
—¿Por qué no pudiste?
—Porque... —tragó con dificultad sintiendo una presión en su pecho— Sentía que no podía dejar a mis padres solos ni tampoco alejarme de ellos... Cada vez que mencionaba el tema mi madre lloraba desconsoladamente y me decía que iba a abandonarla... —suspiró pasando una mano por su cabello— En realidad siempre han sido muy sobreprotectores conmigo, casi nunca me dejaban salir o tener amistades que no aprobaran... Pero llegó a un punto en que dejé de hacerles caso, especialmente cuando cumplí diecisiete años... Me desaté —se encogió de hombros con una pequeña sonrisa nostálgica y divertida— Comencé a escaparme, a mentir y a esconderme... A finales de mi adolescencia hacia muchas cosas, salía con mis amigas, bebía, me besaba y follaba con chicos... Cosas así.
La pelinegra asintió bastante interesada en el relato pues no veía rasgos de que su paciente hallase tenido ese estilo de vida en el pasado debido a que en la actualidad se veía como una persona completamente diferente, y tomando en cuenta su crianza e imposiciones, no lo veía tan posible.
—Interesante —murmuró pensativa— Sabes, eso es muy común en hijos con padres estrictos y autoritarios, generalmente son los más rebeldes y descontrolados, o tienden a ser los más propensos a caer en tentaciones pues están tan limitados que cualquier oportunidad de romper las reglas es oro.
—Exacto, así era —sonrió con orgullo.
—¿Y qué cambió?
—Pues... crecí —hizo una pequeña mueca— Dejé de hacerlo desde que... —se quedó en silencio y tragó saliva— Bueno, hubo un lapso de tiempo en el que estudiaba medicina en la universidad y se me ofreció una oportunidad para ir a hacer prácticas en un hospital en Tokio... Y-Yo la acepté, porque fueron mis padres quienes la habían conseguido e insistieron en que era lo mejor para mí... Pero... Odiaba la medicina, la estudiaba porque era lo que mis padres querían... —bajó la mirada— No aguanté dos semanas y renuncié completamente a todo, dejé la carrera, y fue un caos, casi me sacan de la casa —rió sin ganas— Me odiaron por meses, pero aún así no querían que me fuera. Intenté irme pero simplemente no me dejaban hacerlo... No-No era tan fácil librarse de ellos...
—¿Consideras que tus padres son controladores? —preguntó con el fin de obtener más información al respecto.
Sin embargo, el rubio permaneció en silencio unos segundos con la vista en el suelo, como si estuviera recapitulando todos los hechos, para finalmente mirarla a los ojos y asentir con la cabeza.
—Sí, mucho.
—¿Qué intentaban controlar?
—Todo —alzó sus cejas con un rostro levemente angustiado— S-Siempre han controlado todo en mi vida, mis gustos o pasatiempos, a cual universidad iría y qué estudiaría, mis amigos, mi apariencia, mi alimentación, m-mis parejas... —murmuró sintiendo un doloroso nudo en su garganta— A-A veces sólo quiero que se sientan orgullosos de mí, otra vez, como antes... Y-Yo sé que soy una decepción para ellos, y por eso intento que vuelvan a quererme... P-Pero es demasiado difícil... —finalizó con la voz quebrada limpiando rápidamente una lágrima que bajó por su mejilla— Lo siento.
—No te disculpes, es un tema fuerte, tienes todo el derecho de llorar o soltarlo —sonrió apaciblemente la mujer— Este es un espacio seguro para ti, y por eso necesito que seas completamente honesto conmigo para así poder ayudarte... Y claro que duele, a veces los padres pueden ser muy duros y exigentes, sin tomar en cuenta los sentimientos de sus hijos y los hieren mucho... Es entendible que quieras volver a tener su aprobación, amor y orgullo, pero al igual que ellos, tú eres un ser humano, eres diferente y no siempre vas a poder cumplir las expectativas de los demás...
Jimin suspiró temblorosamente con la nariz roja y ojos llorosos, negando con la cabeza.
—N-No sé por qué siempre he tenido esta enorme necesidad de querer complacer a todo el mundo... S-Simplemente no quiero decepcionar o lastimar a nadie... P-Pero es lo único que siempre termino haciendo y-y a veces no sé qué hacer... —soltó un pequeño sollozo— A veces sólo quiero que mis padres pudieran entenderme aunque sea un poco, ponerse en mi lugar y escucharme... Jamás lo han hecho, no sé por qué sigo intentándolo...
En silencio, Jiyoon le pasó una caja de pequeños pañuelos en cuanto Jimin volvió a sollozar y este inmediatamente tomó uno para limpiarse sus lágrimas e intentaba controlarse.
—Gracias.
—De nada, y ahora, déjame preguntarte otra cosa —miró levemente su libreta y después alzó la mirada— ¿Has pensado que quizás el origen de tus ataques de ansiedad sea debido a la presión y exigencia que tus progenitores impusieron sobre ti desde tan corta edad?
Aún limpiando su rostro, Park tragó saliva y movió la cabeza.
—A-A veces...
—Dijiste que los ataques habían cesado desde que abandonaste la casa de tus padres, ¿no crees que permanecer bajo su techo, sus reglas, ambiente estresante y tenso, despertaba estos sentimientos en ti?
—Eso creo... era muy asfixiante.
—Entonces, ¿tus ataques de ansiedad se presentan cuando te expones a situaciones estresantes y fuera de tu control?
—Definitivamente.
—Y a lo que me dijiste, hace poco volviste a tenerlos con mucha más frecuencia e intensidad después de años de no volver a padecer uno, ¿qué sucedió para que volvieran a aparecer si ya no vivías con tus padres?
Esta vez, la psicóloga observó una reacción completamente diferente a las pasadas, pues el rostro de su paciente palideció un poco y cambió a uno inseguro, su cuerpo pareció erizarse porque al instante se abrazó a sí mismo y tragó saliva varias veces.
—M-Me enteré de algo...
—¿Algo malo?
—Sí y no.
—¿Quieres hablar de eso?
Jimin la miró con ojos ligeramente brillantes y negó con la cabeza en silencio sin dejar de abrazarse a sí mismo. Jiyoon asintió con la cabeza y le dedicó una pequeña sonrisa.
—Bien, no voy a presionarte a hablar sobre eso, ni tampoco espero que me cuentes todo en la primera sesión. Sin embargo, el objetivo de estas sesiones es poder encontrar los factores detonantes a tu ansiedad, y si me ocultas información no voy a poder ayudarte ni avanzaremos —explicó con paciencia— Tenlo en cuenta para las siguientes sesiones, ¿de acuerdo? —Jimin asintió con la cabeza, así que la psicóloga decidió continuar con la sesión mediante un suspiro— Muy bien, entonces cada vez tenemos más claro que tus padres-
—Me enteré que mi prometido trabaja en el mismo lugar que mi expareja —soltó abruptamente el contrario.
Jiyoon se detuvo y le miró ligeramente sorprendida.
—¿Cómo?
—Es su jefe.
—Oh... ya veo —La psicóloga se dio cuenta que Jimin había decidido hablar al respecto de su otro detonante sin previo aviso, le sorprendía un poco su cambio de opinión pero no lo juzgaría, más bien era una gran ventaja— ¿Y eso cómo te hizo sentir?
—Asustado, nervioso, sorprendido... —frotó sus propios brazos— Porque hace mucho no lo veía ni sabía nada sobre él, pensé en tantas cosas en ese momento que simplemente comencé a sentir que me ahogaba...
—¿Hace cuánto tiempo no veías a tu expareja?
—Como seis años.
—¿Podrías hablarme un poco de cómo fue su relación? —preguntó la pelinegra buscando una hoja nueva para apuntar.
Jimin jugueteó con su labio inferior y sus propias manos, volviendo a mantener su pierna inquieta. En el fondo se arrepintió de haber sacado el tema porque sabía que ahora la psicóloga le preguntaría al respecto, pero realmente quería decirle, sólo que no sabía cómo comenzar a hablar sobre... Jungkook.
—A-Ahm... —rascó su nuca e hizo una mueca— F-Fuimos novios durante dos años, bueno, un año y ocho meses... A-Al principio lo mantuvimos a escondidas por el tema de mis padres pero después ellos se dieron cuenta y tuve que decirles...
—¿Cómo fue su reacción?
—Muy mala —tragó saliva con dificultad al recordar— Me quitaron el celular, me mantuvieron encerrado en mi habitación y no me dejaron salir de la casa aunque tuviera que ir a la universidad por dos semanas. Claramente me prohibieron volver a hablar o acercarme a él. Lo peor es que Jungkook no se había enterado de nada ni pude decirle, por lo que se preocupó muchísimo y vino a buscarme... —suspiró cubriendo su rostro y negando con la cabeza— Eso fue otro caos...
—¿Jungkook? —repitió la mujer.
Y en ese momento, Jimin se dio cuenta que había dicho su nombre sin intención por lo que se puso más nervioso.
—Sí... N-Nos conocimos en una fiesta cuando estábamos en la universidad y desde ese momento comenzamos a salir muchas veces hasta que nos hicimos pareja... Y-Yo nunca había tenido algo oficial con una persona antes de él —confesó con voz decaída— P-Pero quise arriesgarme porque con él todo era diferente, se sentía distinto que con los demás y no me importaba nada... —sonrió un poco— No me importaba si mis padres me castigaban de por vida, me odiaban o me prohibían verlo, yo igual lo hacía, fue la primera vez que no tuve miedo de llevarles la contraria, porque yo... —se detuvo y en ese momento sus ojos se lagrimearon, su nariz se puso roja y sintió un doloroso nudo en su garganta— Y-Yo lo amaba... y quería estar con él... Era lo único que quería...
Al encontrarse a sí mismo tan afligido sobre el tema, rápidamente Jimin se obligó a recomponerse, inhalando y exhalando con profundidad y limpiando sus lágrimas. Jiyoon se mantuvo con un rostro neutral mientras le pasaba otro pañuelo y reformulaba mentalmente su próxima pregunta.
—Entiendo, el amor nos hace cometer acciones inesperadas de nosotros mismos y a arriesgarnos, es algo hermoso y peligroso a la vez —comentó sobre el tema— En especial en tu posición, debió de ser muy difícil sobrellevar esa relación con terceras personas perjudicando.
—Sí, fue muy difícil. Hubo un momento en el que pensé que mis padres iban a darle una oportunidad... —recordó con un rostro melancólico— Un día de repente sólo lo invitaron a una de las fiestas navideñas, al parecer querían conocerlo... Aún lo recuerdo —esbozó una pequeña sonrisa— Yo estaba tan jodidamente nervioso, sentía que en cualquier momento me desmayaría y tenía tanto miedo, pero él estaba tan tranquilo, tan confiado y neutral, como si nada, mientras yo me moría por dentro... Y-Y fue un éxito —frunció el ceño— Él habló abiertamente con mis padres, reían, socializaban y conversaban, ellos... ellos parecían que les agradaba y yo estaba tan feliz y sorprendido... Creía que por fin todo había acabado, pero... —de pronto su mirada se decayó— Al final de la noche, cuando todos los invitados se habían ido, ellos se acercaron hacia a mí y dijeron: "Es un buen chico, pero no es para ti".
Jiyoon tragó saliva y no pudo evitar dirigirle una mirada apenada mientras que Jimin limpiaba una lágrima que bajó por su mejilla.
—¿Y cómo te sentiste?
—Sentí que mi corazón se rompió en mil pedazos, como si me hubieran engañado —confesó con la mirada ida— Me enfadé, discutí y les grité con todas mis fuerzas que lo amaba y que jamás lo dejaría... Esa fue la primera vez que mi madre me abofeteó —recordó sintiendo un escalofrío de pies a cabeza— Me dijo que yo no sabía lo que era el amor y que debía de alejarme de él antes de que me hiciera daño... Después de eso sólo terminaron odiándolo más y todo empeoró, pero al mismo tiempo mi relación con Jungkook... Teníamos muchos problemas...
—¿Qué clase de problemas?
—Discutíamos, y mucho —tragó saliva — P-Por cualquier cosa, nuestras peleas eran muy fuertes, intensas e hirientes... Él era muy hiriente con las palabras, siempre lo fue —volvió a abrazarse a sí mismo al recordar las palabras de Jungkook hace unos días— M-Me hacía sentir muy mal después, pero sabía que era mi culpa... Y-Yo era muy terco, histérico y orgulloso, ambos lo éramos, bueno... lo somos... Aunque a veces él me sacaba de quicio y no me escuchaba... —suspiró pesadamente— P-Pero de alguna forma yo terminaba desquitándome con él, ahora lo veo de esa manera, quizás soltaba todo lo que quería decirle a mis propios padres pero no tenía el valor de hacerlo y lo hacía con él... P-Porque él siempre me perdonaba y entendía —su voz se quebró un poco— Es la persona que más me conoce en el mundo.
—¿Él sabe lo que me contaste referente a tus padres y lo que hacían contigo?
Jimin asintió lentamente con la cabeza.
—Sí, era la única persona que lo sabía. De la misma forma en la que yo sabía cosas sobre él, nos contábamos todo y a la vez nada —mordió nerviosamente su labio inferior— Creo que éramos tan parecidos que por eso chocábamos con tanta frecuencia, pero al mismo tiempo teníamos muchas diferencias... Era extraño, pero de alguna forma nos complementábamos.
—Ya veo, era una persona muy importante en tu vida... ¿Puedo saber la razón por la que terminaron?
—Oh... —Jimin se removió en su asiento haciendo una mueca porque aquella pregunta le tomó desprevenido— Y-Yo... No quiero hablar sobre eso... P-Pero en resumen sólo sucedió algo que fue la gota que derramó el vaso en el que ambos nos estábamos ahogando sin darnos cuenta y discutimos como nunca lo habíamos hecho... Y fue ahí cuando terminamos... —tragó saliva al sentir una presión en su pecho— Bueno, en realidad fue él quien terminó conmigo.
—¿Y cómo te sentiste después de que terminaron?
—P-Pues horrible, ¿no? Especialmente porque no quedamos en muy buenos términos... —sonrió sin ganas— C-Creo que fue una de las peores épocas de mi vida, lloraba todo el tiempo, no podía prestar atención en clase ni mucho menos levantarme de mi cama, no quería comer, no quería hacer absolutamente nada más que llorar, llorar y llorar... Mis padres no me entendían y me obligaban a estar bien, pero yo no podía, sólo... sólo quería desaparecer... Sí, fue muy horrible...
La psicóloga Lee dio un último asentimiento y se mantuvo en silencio sin más preguntas mientras observaba a Jimin con un rostro pensativo hacia el suelo, permanecieron en un silencio necesario durante un tiempo. Jiyoon apuntó un par de cosas importantes en su libreta y acorde a la hora se dio cuenta que había reunido información necesaria en esa sesión.
—Muy bien, Jimin —continuó con voz apacible y captando la atención del contrario— Tengo algunas observaciones que decirte al respecto, pero primero voy a darte una sugerencia de los puntos que comenzaremos a tratar durante todas la sesiones de terapia, la principal y el por qué estás aquí, claro está, es por tu ansiedad. Sin embargo, creo que es importante que debamos tratar la relación, vínculo y apego emocional que tienes con tus padres, pues claramente es uno de los detonantes de tu ansiedad y afecta en tu salud mental y emocional... Otro punto, es la aparición reciente de tu expareja en tu vida, porque observo que de alguna forma sigues manteniendo un lazo sentimental con él... ¿Te parece que trabajemos esos puntos o sólo quieres enfocarte en tu ansiedad?
Park mordió su labio inferior con fuerza sintiendo su corazón latir de la misma forma, anteriormente con sus antiguos terapeutas también habían sugerido tratar el tema de sus padres pero él siempre se negaba, cuando se trataba de ellos intentaba no hablar del tema. Pero ahora era diferente, sabía que en algún momento tenía que hacerlo y realmente quería mejorar. Aunque eso no quitara el hecho de que tuviera miedo de hablar directamente sobre la relación con sus padres o Jungkook. Todo era tan difícil... De todas formas, lo intentaría
—Me parece —dijo valientemente después de un momento.
Lee Jiyoon sonrió.
—Excelente. Trabajaremos con tres técnicas de terapias cognitivo conductual diferentes: Reestructuración Cognitiva o Racional Emotiva para ayudarte a pensar de forma más realista, técnica de exposición la cual te ayudará a afrontar las emociones y la vida de una mejor forma, y por último técnica de respiración diafragmática para ayudarte a respirar profundamente. No te preocupes que vamos a poder salir de esto, todo estará bien mientras pongas de tu parte, ¿de acuerdo?
—De acuerdo.
—Genial, también voy a referirte a un psiquiatra para que pueda mandarte unos medicamentos para tratar la ansiedad y espero cumplas con tomarlos, porque lo ideal es que la psicoterapia pueda ir acompañaba de cierta medicación para garantizar su éxito.
Jimin suspiró.
—Lo haré —La psicóloga asintió y comenzó a anotar el nombre de un psiquiatra en una hoja para después pasárselo a su paciente— Gracias —sonrió levemente el rubio antes de preguntar— ¿Cuáles eran las observaciones que hiciste?
Jiyoon relamió sus labios y dejó de lado la libreta y lapicero para enfocar su completa atención en su paciente.
—Bueno, Jimin, quiero que sepas que muchas veces nos vemos obligados a romper vínculos que no queremos por nuestro propio bienestar psicológico y emocional —comenzó a explicar con voz suave— Esto sucede porque no tenemos control sobre las emociones, sentimientos, pensamientos y actitudes de los demás, lo único que podemos controlar es nuestra reacción a eso. Y por mucho que queramos, no siempre es posible mantener vínculos que sólo nos perjudican, por lo que antes de continuar con nuestras sesiones lo que podría recomendarte es mantener distancia con las personas que son un posible detonante a tu ansiedad: tus padres.
—Sabía que dirías eso... —resopló el rubio haciendo una mueca lastimosa y sintiendo un mal sabor de boca— N-No es tan fácil como parece.
—Jamás dije que fuera fácil, pero es momento de que comiences a establecer límites en cuanto a ellos porque de lo contrario continuarán perjudicándote. Tal véz lo hiciste en su momento pero las circunstancias en tu vida te llevaron a retroceder ese avance que tenías y por eso perdiste tu seguridad y confianza, pero nunca es tarde para hacer lo correcto para ti.
Poco convencido, Jimin movió su cabeza en afirmación pensando en que ir a terapia era más difícil de lo que pensó que sería, pues te expone a ti mismo y a situaciones costosas de realizar con el fin de priorizarte a ti.
—Y, además de eso —agregó la mujer— Si trabajas en el mismo lugar que tu prometido, y él es el jefe de tu expareja, asumo que son compañeros de trabajo —concluyó pensativa— Por lo que pueden existir roces y tensión en el ambiente, y no te preocupes, yo no estoy aquí para juzgarte moralmente por las acciones que hagas. Sin embargo, antes de que comencemos a tratar ese tema, también te recomiendo mantener una distancia con él —le miró seria— Y cuando hablo de distancia, no me refiero a sólo no hablarle, sino evitar percances como contacto físico, nada de besos ni sexo, evítalo a toda costa. Lo que menos necesitas en este momento es arriesgarte a acentuar ese lazo inactivo que mantienes con tu expareja. ¿Comprendes?
Con nerviosismo y las mejillas ligeramente sonrojadas, Jimin mordió su labio inferior para asentir varias veces con la cabeza. Tenía sus dudas al respecto pero prefería no preguntar y hacerle caso a su psicóloga, aunque no entendía por qué ella se lo advertía como si fuera algo que pudiera llegar a hacer. Es decir, estaba comprometido, era obvio que no haría nada que irrespetara a su prometido.
¿Alejarse de sus padres?
Eso sonaba emocionalmente difícil.
¿No besar ni tener sexo con Jungkook?
Eso era pan comido.
... O eso quería creer.
Hola mi gente conocedora y latina, les traje un capítulo bastante peculiar e interesante en el que pudieron sentirse en el rol tanto de psicólogo como paciente. Generalmente la solución que dan muchas personas o comentarios en las historias a los personajes es: "Ve a terapia". Bueno, pues les traje directamente lo que es mandar a un personaje a una terapia de verdad. O al menos lo más cercano a eso.
Fun fact: soy estudiante de Psicología, por lo que no fue difícil crear un escenario terapéutico para Jimin. El cual entrevisté y di terapia, porque el personaje de la psicóloga Lee Jiyoon está inspirado en mí. Quise introducirme en la historia como la psicóloga de Jimin, kdkdkd, se metía en todo. Bueno, es mi historia y si quiero hacerme un cameo lo hago, eh.
No se molesten con la psicóloga de Jimin, ni den por hecho la historia, sólo por decirle que no se besara ni acostara con Jungkook, es su trabajo evitar o advertir a su paciente de que recaiga más. Otra muy diferente, es que Jimin le haga caso...🥤👀
En fin, espero les haya gustado el capítulo para que puedan continuar con el maratón. Les tkm, muak 💋
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro