022.
La primera vez que Jungkook y Jimin se dijeron "Te amo", fue a dos meses de que cumplieran un año de novios.
Si Jimin podría describir a Jungkook en tres palabras serían detallista, dramático y sarcástico. Era la persona más ordenada y perfeccionista que conocía, su habitación siempre estaba impecable con su ropa ordenada por diferentes tonos de colores, al igual que sus libros, cómics y pósteres en la pared.
Siempre usaba ropa holgada y sencilla de colores neutros y su olor era una combinación de colonia con tabaco, a Jimin le encantaba abrazarlo sólo para embriagarse con su aroma como si fuese la mismísima nicotina. Tanto él como Appa Yejun eran fumadores constantes, Jungkook se fumaba máximo cinco cigarrillos al día si estaba de muy mal ánimo. Jimin pensaba que se veía sexy cuando fumaba, pero ese era su gusto culposo porque en realidad no le gustaba cuando lo hacía. Sabía tocar algunas canciones en guitarra acústica y eléctrica pero nunca aprendió a tocarla como un profesional porque había perdido el interés. Jimin adoraba la forma en la que sus dedos se movían entre las cuerdas y su mente hormonal lo hacía imaginarse múltiples escenarios al respecto.
Tenía veinte tatuajes en todo su cuerpo, Jimin se había encargado de contarlos y besarlos uno por uno. Él no tenía ninguno porque no era de su gusto para sí mismo pero un día acompañó a Jungkook a terminar de hacerse un tatuaje y quedó fascinado por el proceso. Por lo que decidió que pensaría en un tatuaje para hacerse en alguna zona donde sus padres no pudieran verlo. Sin embargo, el día de la cita se arrepintió y literalmente huyó del estudio.
Jungkook odia la pizza, no le gustaba para nada la comida italiana en general, todo lo que tenía que ver con salsas, pastas y demás nunca le gustó. Jimin siempre intentaba que probara lo que era la delicia de una rebanada de pizza pero siempre se negaba. Él prefería la comida asiática de todo tipo, varias veces comió cosas extrañas y desagradables para los ojos de Jimin.
También tenía una mascota, hace poco adoptó un cachorro de raza dóberman llamado Bam que lo adoraba por completo.
Al igual que él, Jungkook era hijo único, a diferencia de que no tenía a sus dos padres de familia cerca, debido a que uno lo abandonó de niño y el otro falleció hace tiempo atrás. Su única figura paterna y familiar más cercano era su abuelo: Appa Yejun. Esto había logrado que desarrollara un instinto de independencia a muy temprana edad.
Jimin pensaba que Jungkook era el chico más guapo y hermoso que había visto en su vida, amaba la forma de sus ojos redondos y particularmente grandes, como si tuvieran mucho que explorar y descubrir, amaba jugar con su cabello negro que siempre se quejaba de lo difícil que era peinarlo. Más de una vez Jimin intentó hacerlo pero era imposible, parecía que el cabello de Jungkook se comportaba únicamente si él lo tocaba, una locura. También le gustaba tocar sus músculos y verlo ejercitarse. Amaba toquetear sus tatuajes, morderlo y hacerle cosquillas cuando estaba ocupado haciendo tareas de la universidad desde su computadora, pero eso lo hacía enfadarse. A veces a Jimin le gustaba verlo enojado porque se veía más atractivo de lo usual y por eso lo molesta pero después tenía que atenerse a las consecuencias.
Porque también Jungkook era una persona muy sensible, generalmente era tranquilo y no le gustaba el conflicto. Siempre intentaba no perder los estribos, tener paciencia y no irritarse. Pero cuando finalmente se molestaba era un jodido grano en el culo, se comportaba grosero, cortante y egoísta. Era demasiado hiriente con sus palabras. A Jimin le molestaba lo dramático y exagerado que podría llegar a ser, a veces hacía un pequeño problema más grande por tomárselo personal. Y siempre quería tener la razón porque la mayoría de veces la tenía pero lo hacía ser demasiado terco.
A su vez, Jimin adoraba lo expresivo que era aunque estuviera molesto, era como ver una obra de teatro, Jungkook era pésimo para ocultar sus emociones porque su rostro siempre lo delataba, pero Jimin ya había aprendido a identificar cuando algo le incomodaba, molestaba o agradaba. Y a la hora de explicar algo lo hacía e interpretaba de forma exagerada, pero era divertido. Jungkook siempre lo hacía reír con su peculiar humor sarcástico y burlesco.
Era muy sensible, casi todo le afectaba y cuando eso pasaba se alejaba de todos. Pero casi nunca lloraba, sus ojos podrían cristalizarse un poco y su nariz ponerse roja pero nunca derramaba una sola lágrima. Jimin nunca lo había visto llorar de verdad, sollozar o romper en llanto, al parecer tenía mucha fuerza de voluntad.
Jungkook era muy protector con él, siempre que salían nunca le soltaba la mano y pasaba constantemente vigilando de cualquier peligro. También era celoso y posesivo aunque lo negara, chico o chica que se le quedara viendo a Jimin por más de cinco segundos, era persona enjachada por él para después acercarse a abrazarlo, tocarlo o agarrarlo. A Jimin le causaba gracia lo obvio que era, porque podían estar tranquilos pero si de la nada Jungkook llegaba y le daba un abrazo de espaldas, tomaba su cintura, posaba una mano en su espalda baja o le daba un repentino y profundo beso sin contexto era porque estaba celoso de algo o alguien.
Una de las cosas que más adoraba Jimin de él era lo considerado que era. Jungkook siempre se aseguraba de brindarle bienestar y comodidad cuando estaban juntos. Todo en base del consentimiento y comunicación. Siempre estaba dispuesto a escucharlo, entenderlo, consolarlo y abrazarlo en sus malos momentos. Jimin sentía que no podía ocultarle cosas o mentirle porque confiaba muchísimo en él. Y era la persona más romántica a la hora de dar amor y cariño, Jungkook siempre lo abrazaba y besaba, le daba pequeños obsequios y detalles sin pedir nada a cambio. En el sexo era posesivo, serio y entregado. Pero después se convertía en un desastre meloso y consentido que quería ser besado y abrazado aunque también le gustaba darlo.
Pero lo que definitivamente más amaba de Jungkook, era la libertad y confianza que le otorgaba. Jungkook era como un espíritu libre y salvaje, a pesar de tener responsabilidades parecía un alma loca que no le importaba romper las reglas y ser diferente. Podía ser la persona más organizada y a su vez ser un completo desastre. A veces, Jimin envidiaba la seguridad que tenía en sí mismo y su valentía para enfrentar los obstáculos. Pero en el fondo lo admiraba.
Para Jimin, Jungkook era el chico más genial y auténtico que alguna vez había conocido.
Y estaba pérdidamente enamorado de él.
—¿Dónde estamos? —pregunta Jimin siguiendo a Jungkook mientras andaban en bicicleta por el sendero de un hermoso campo al aire libre una tarde del sábado.
—¿Te gusta? Una vez tuve que hacer un trabajo de investigación de la universidad sobre un viñedo que quedaba por esta zona y me enamoré por completo, quería que también lo vieras.
Jimin observó a su alrededor mientras pedaleaba en su bicicleta blanca con el viento soplando suavemente su rostro y su cabello rubio revolotear con delicadeza.
—Es precioso.
—Quiero que veas algo más, sígueme.
Jungkook se dirigió hacia una zona más alejada del campo vacío donde habían unos cuantos árboles pero se estacionó cerca del más robusto y grande de todos, un árbol de roble común. Jimin llegó al lugar y dejó su bicicleta al lado de la de Jungkook sin apartar su vista del frondoso y enorme árbol. Seguidamente avanzaron hacia el árbol con las manos entrelazadas y permaneciendo en silencio al verse sumidos en el relajante sonido de las ramas moverse con el viento.
—Wow —suelta Jimin con la cabeza en alto.
—Wow, ¿verdad? —sonríe Jungkook para volver hacia su bicicleta y sacar un cuchillo de su bolso— Cuando estaba haciendo la investigación, recorrí estas zonas y descansé sobre este árbol.
—¿Qué haces con un cuchillo?
—Esta es la parte en la que te asesino y te entrego como sacrificio, por supuesto —bromea mientras se acerca nuevamente al árbol.
Jimin voltea sus ojos color miel y observa atentamente los movimientos de Jungkook.
—Quiero tallar nuestras iniciales en este árbol como celebración adelantada de nuestro primer aniversario —explica el pelinegro tocando la corteza— Siempre he fantaseado con eso y ahora que estoy contigo quiero hacerlo... —hace una mueca— ¿Es demasiado?
—No, para nada —niega rápidamente con la cabeza sin quitar la sonrisa embobada y sorprendida de su rostro—Es lo más romántico y cliché que has hecho, pero lo amaría.
Jungkook sonríe y le guiña un ojo antes de observar detenidamente el tronco para elegir la superficie más plana que encontró a la altura de sus ojos. Seguidamente presionó la punta del cuchillo en la corteza del árbol usando una presión constante, comenzando a tallar la inicial de una J y después una M en mayúscula con movimientos cortos pero precisos y seguros. Después le agrega a un costado el símbolo + y un poco más abajo vuelve a recrear la misma inicial de la J y una K, ambas iniciales haciendo referencia a sus nombres y representando su unión. Finalmente encerró las iniciales en un corazón y limpió la superficie con la manga de su brazo.
JM + JK
En silencio Jimin se acercó y posó una mano sobre la corteza tallada, delineando con sus dedos las iniciales de ambos. Faltaban dos meses para que cumplieran un año de novios, y sabía que en el fondo eso dañaba al árbol, pero eso no impedía que fuera lo más lindo que le habían hecho.
—Me encanta... —murmura con una sonrisa y lágrimas en sus ojos— Me encanta, me encanta, me encanta. ¡Gracias! —exclama antes de girarse y lanzarse de improvisto sobre el pelinegro, provocando que se tambaleara y ambos cayeran acostados al pasto cortado.
Pero eso no fue impedimento para Jimin quien estando encima de Jungkook comenzó a darle pequeños besos por todo su rostro sin parar mientras este no podía dejar de reír por la situación.
—Te amo —soltó el rubio de forma inconsciente en medio de la oleada de besos y entonces la risa del pelinegro se detiene.
—¿Qué?
Park también se detiene en seco y no tarda en captar lo que había dicho mostrándose igual de sorprendido. Entre ellos se habían dicho todas las palabras y frases más románticas y afectuosas que habían, pero nunca se han dicho explícitamente "Te amo". ¿Por qué? Realmente no lo sabían. Quizás no había llegado el momento indicado o no estaban seguros de decirlo aún. Cada persona tiene un tiempo diferente a la hora de amar, al igual que cada pareja y su momento de expresarlo. Pero era la primera vez que Jimin lo decía en voz alta.
Y Jeon no podía dar más de la impresión porque en el fondo se moría desde hace meses por gritarle lo mucho que lo amaba, pero no estaba seguro si Park le correspondería igual, tomando en cuenta lo mucho que le costaba expresar en voz alta sus sentimientos. Sin embargo, contra todo pronóstico Jimin fue el primero en confesarlo y ahora se sentía completamente nervioso.
—Yo...
—¿Me amas? —repite el pelinegro con una sonrisa y ojos ilusionados— ¿En serio me amas?
—Dios mío, no me hagas esto —aparta la mirada con los ojos repentinamente llorosos mientras presionaba sus labios para no llorar.
Jungkook toma suavemente su mentón y lo obliga a mirarle a los ojos con un rostro serio.
—Por favor —pide en un susurro— Necesito verte decirlo.
Jimin parpadea y finalmente las lágrimas caen por sus mejillas.
—Te amo... —repite con voz ahogada y una sonrisa mientras niega lentamente con la cabeza— Te amo con cada virtud, diferencia y defecto que tengas. Te amo tal y cómo eres porque estoy malditamente enamorado de ti, Jungkook.
El pelinegro sonríe de una forma tan hermosa que el rubio hubiera deseado que sus ojos fueran una cámara para haber capturado ese momento. Esperó una respuesta pero el pelinegro sólo se quedó observándolo en silencio por un tiempo considerable que hizo al rubio ponerse rápidamente nervioso.
—Ya dime algo —hace una mueca penosa— ¿Estoy que se me sale el corazón y tú sólo sonríes?
—Lo siento, es que no pensé que fueras a decirlo en voz alta y estoy sorprendido —explica sin quitar esa sonrisa de su rostro.
—¿Y eso es algo malo? —pregunta con inseguridad en su mirada.
—No, claro que no... —responde con voz suave mientras acomoda un mechón rubio del contrario detrás de su oreja y viéndole pensativo— Gracias por decírmelo, ángel.
—¿En qué estás pensando?
—En lo mucho que quiero besarte ahora mismo.
De inmediato Jungkook lo toma de la nuca y junta sus labios para besarle de una forma intensa. Jimin gime entre sus labios cuando les da la vuelta y queda encima de él, con una mano posada sobre su mandíbula sin dejar de besarle de esa manera que le hacía alucinar.
Si Jungkook pudiera describir a Jimin con tres palabras serían sensible, temperamental e indeciso. Lo cual era una combinación peculiar debido a que Jimin era una persona bastante alterna con respecto a sus emociones, para no mal nombrarlo como bipolaridad. Jungkook nunca había visitado la casa de Jimin en los diez meses que llevaban de relación pero al menos sus padres ya estaban enterados de que tenía novio, aunque estuvo oculto durante varios meses. Jimin siempre le decía que él era demasiado sensible, pero era una completa mentira porque Jimin era el más sensible de los dos en lo que serían demostraciones físicas. Para Jungkook, Jimin era la persona más sensible que conocía pues siempre lloraba, por cualquier cosa, lloraba si se sentía triste, enojado, feliz, estresado o frustrado. Inclusive podría llegar ser un tanto frágil y manipulable, lo cual lo volvía fácilmente dócil antes las duras circunstancias.
Vestía muy bien, siempre con tonos cálidos y suaves pero no lo suficiente como para darle un apariencia de soft boy o algo por el estilo. Jimin era muy versátil, podía vestirse de forma adorable y sencilla con abrigos o camisas oversize, pero también podía verse sexy con pantalones ajustados y camisas de seda que enseñaban sus clavículas y cuello. A Jungkook le fascinaba verlo arreglarse y maquillarse en el espejo, muchas veces se dejó maquillar por él aunque sea para resaltar su mirada pero siempre terminaban en la cama con ellos besándose sin parar por lo cerca que se encontraban de sus rostros.
Tenía gustos musicales bastante particulares y diferentes a él, pero extrañamente su canción favorita eran Moonlight de Mozart. Sabía tocar el piano, y de tanto verlo, Jungkook sintió la necesidad de querer aprender también.
A veces le irritaba lo indeciso que podía llegar a ser con absolutamente todo, hacían videollamadas muy a menudo, especialmente para ayudar a Jimin a elegir el atuendo que usaría y fueron varias veces en las que Jungkook le gritó frustrado desde la pantalla que eligiera la maldita camisa blanca porque resaltaba más con su cabello rubio. Cuando tenía un momento de indecisión Jimin siempre acudía a él para saber su opinión y que le ayudara a elegir la opción correcta para que al final del día terminara haciendo lo que le diera la gana, rara vez le hacía caso, pero Jungkook siempre tenía la última palabra en decir "Te lo dije".
Jungkook pensaba que Jimin era una persona muy sensible pero a la vez bastante reservada con sus sentimientos porque casi nunca hablaba de lo que sentía o le sucedía y esa era otra cosa que le molestaba. Sabía que Jimin tenía muchos problemas personales como familiares, sabía que tenía una relación tóxica y codependiente con sus padres, sabía que Jimin padecía de ansiedad grave diagnosticada, y cuando sentía un poco se lastimaba así mismo pellizcándose la piel o mordiendo su labio inferior. A Jungkook le parecía sexy cuando hacía eso, pero no es el punto.
También sabía que Jimin le ocultaba muchas cosas a pesar de que él había sido bastante abierto desde un principio, Jungkook le mostró y contó toda su vida y apenas sentía que conocía la mitad de lo que era su novio. Ni siquiera conocía su habitación. Y tenía que insistirle más de una vez hasta que finalmente le contara lo que le sucedía. También sentía la leve sospecha de que era adicto al alcohol porque era increíble la cantidad que tomaba con tanta facilidad.
Jimin siempre olía muy bien a una combinación de un costoso perfume de Chanel N°5 y cremas corporales de olores cítricos. También su cabello olía a frutas, era como el olor de un osito de peluche. Jungkook literalmente era adicto a tocarlo, amaba poner sus manos sobre él en todo momento y en cualquier lugar. Su piel era estúpidamente suave, tan refrescante y cuidada. Amaba besar cada parte de su piel, especialmente su cuello, clavículas y manos. Amaba tener la libertad de poder besarlo cuando quisiera y dónde quisiera mientras se le fuese permitido. Era adicto a sus labios, a su boca en general, era tan besable y hermosa que no podía evitar morder sus labios cada vez que se besaban. Todo en Jimin era tan adictivo que algún día iba a volverse loco. Jungkook pensaba que era el chico más hermoso del mundo y que nadie se podía comparar con su belleza. Una de las cosas físicas que más adoraba de él era su sonrisa, esa dentadura perfecta, blanca y brillante. Era encantador, atrevido y coqueto. Mierda. Aunque demasiado coqueto para su gusto. Más de una vez se irritó por sentir que le estaba coqueteando a un mesero o barman.
Jungkook no era una persona que le resultara fácil llorar pero cuando Jimin lo hacía no había algo más doloroso para él. Desde la primera vez que Jimin se mostró vulnerable con él Jungkook sintió la necesidad de protegerlo, quería cuidarlo y darle consuelo siempre. Jimin era su propio peor enemigo, se metía ideas de la cabeza sobre sí mismo que Jungkook no entendía como podía pensar tan despectivamente de su persona. Pero él siempre estaba ahí para decirle lo contrario, escucharlo y apoyarlo. Jungkook amaba tomar su rostro entre sus manos, barres sus lágrimas con sus pulgares y mirarlo a los ojos. Lo hacía tan seguido que se convirtió en una costumbre entre ellos dos.
Una de las cosas que más admiraba de Jimin era su innata inteligencia. Era muy inteligente, astuto e ingenioso. Tenía ideas espectaculares y una mente que albergaba un sinfín de conocimientos. Podía armar un rompecabezas con sólo ver la imagen original por unos treinta segundos y armar un cubo de rubik en menos de un minuto. Sus notas eran excelentes, tan perfectas que hasta a veces le daba miedo o dudaba que fuese real. Pero no, su Jimin era así de intelectual y no dudaba de sus capacidades. Por lo tanto no tenía un hobbie, pasión o ambición en particular, su vida solamente se había concentrado en ser el mejor académicamente hablando. Aun así, creía que su inteligencia era selectiva porque era tan inteligente para algunas cosas y para otras no.
Jimin era muy cariñoso y afectivo con él, especialmente en el sexo era un increíble amante que combinaba lo sumiso con lo demandante. Sin embargo, Jimin poseía un carácter fuerte que era muy fácil de alterar, se ponía a la defensiva muy rápido y se enojaba al punto de llegar a gritar. Explotaba. Cuando se molestaba no tenía control de sus emociones ni lo que decía, pero depende de lo que hiciera inmediatamente se disculpaba por su reacción. A Jungkook no le gustaba enojarse o discutir con él pero es que muchas veces era imposible no hacerlo y perder los estribos.
Pero lo que más amaba de Jimin era su fortaleza, amabilidad y facilidad de compresión. A pesar de haber tenido un día de mierda, una discusión con su abuelo o compañero, Jimin siempre llegaba a sus brazos con una cálida sonrisa y mirada apacible. Jungkook estudiaba y trabajaba a la vez, lo cual no era algo fácil y muchas veces sentía que no podía más estando dispuesto a renunciar. Pero Jimin lo sostenía y no lo dejaba caer, animándole a seguir y besándole de esa forma que sólo él sabía que podía.
Jungkook amaba la pureza que escondían sus ojos, amaba hacerlo y verlo feliz. Haría absolutamente cualquier cosa en el mundo sólo para que sea feliz porque se lo merecía.
Para Jungkook, Jimin era el chico más especial, encantador e increíble que había conocido.
Y estaba pérdidamente enamorado de él.
—Yo también te amo, Jimin —confiesa entre sus labios al dejar de besarle para mirarle fijamente a los ojos— Te amo desde siempre, mierda, te amo desde la primera vez que me sonreíste en nuestra primera cita en aquella feria —ambos se ríen. Jimin ya tenía nuevamente lágrimas en sus ojos— Y no sabes cuánto quería decirte lo mucho que te amo y estoy enamorado de ti porque lo hago con todo lo que soy.
Jimin rompe en llanto y lo abraza su fuerza. Se aferra a él como si fuese lo último que haría en la vida y llora porque nunca se había sentido tan amado y querido en su vida. En el pasado muchas personas le habían declarado su amor pero nunca lo sintió real, nunca se sintió satisfecho hasta ese momento. ¿Qué cambió? No lo sabía con exactitud, solamente que lo sentía desde lo más profundo de su corazón que era real y correcto.
Ellos eran muy diferentes en muchas cosas pero sus almas eran tan compatibles una con la otra que con una sola mirada ya sabían lo que sentían. Ellos en algunas cosas no coincidían, dehecho rara vez se ponían de acuerdo en algo, pero no dudaban en lo que sentían el uno por el otro. Ellos se la pasaban discutiendo y peleando todo el tiempo, pero enseguida se amaban como si nada hubiera pasado.
Y a pesar de sus grandes diferencias tenían en común algo muy importante.
Estaban locamente enamorados uno del otro.
¡Sorpresaaaa! Hoy fue domingo de resurrección, eh. Les traje un capítulo sorpresa que más bien era un storytime para calmar un poco las aguas y tensión del capítulo pasado. Aunque creo que en realidad los flashbacks duelen más que el presente, o los dos por igual.
En este capítulo se muestra más lo mucho que se conocían JK y JM en el pasado y el tiempo que tomaron en saber cosas sobre el otro, al mismo tiempo, es una forma de hacerles saber cosas sobre ellos que probablemente no sabían y así aclarar dudas.
Con respecto a los storytimes, muchos confundieron con que sería el único momento en la historia en el que nuestros protagonistas demostrarían afecto y así. Y déjeme decirles que no, el pasado no será el único espacio tiempos en el que lo harán... ADIÓS. 🏃🏻♀️
Ya, ahora sí, nos vemos el miércoles uwu.
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