015.
No era tan malo.
En realidad no se veía tan mal, la marea estaba baja, el mar tranquilo, sereno y pacífico. Era como si realmente se hubiera puesto de acuerdo para mantenerse relajado y no asustar a Jimin. Inclusive el clima estaba perfecto, no estaba haciendo un fuerte sol ni tampoco frío, estaba neutral y relativamente nublado.
Parecía que el universo había conspirado para este momento, realmente cualquiera podría pensar eso e inclusive Jimin lo vió como una señal.
Sin embargo, al momento en que Jungkook lo acercó a las gradas y le incitó a bajar, teniendo un sólo paso para adentrarse a la playa y el mar a unos cuantos metros, fue cuando entró en pánico y se detuvo de forma abrupta.
—No, no puedo —sentenció negando varias veces con la cabeza.
—Sí, puedes. Andando —lo jaló suavemente hasta hacerlo bajar de forma obligada las gradas cuando este dejó de resistirse y finalmente tocando ambos la arena con sus zapatos— ¿Ves? No era tan difícil.
Jimin apartó la mirada del mar hacia sus pies y tragó saliva.
—¿No es mejor quitarnos los zapatos?
—En realidad sí, pero cómo eres tan quisquilloso con estas cosas pensé que no querrías ensuciarte.
—A la mierda, es peor sentir que se hunden mis zapatos y tener que cuidar de que no se ensucien de arena —bufó soltando momentáneamente la mano del pelinegro para comenzar a quitarse los zapatos junto con las medias.
Jungkook se quedó brevemente sorprendido pero sin más prosiguió a imitarlo y deshacerse de sus zapatos hasta que ambos quedaron descalzos, con ropa de vestir del trabajo y sosteniendo los zapatos en una de sus manos. En ese instante, se estrelló una ola con fuerza cerca de donde ellos estaban logrando asustar a Jimin quien inmediatamente se acercó de nuevo a Jungkook sólo que esta vez se aferró con fuerza a todo su brazo.
El cual no puedo evitar sentir su fuerte musculatura y asombrarse.
—Wow, ¿y esto? —preguntó sin pensar presionando con sus dedos el bícep del pelinegro.
—Pues son los resultados de varios años de entrenamiento, ¿te gusta? —respondió con una sonrisa atrevida e intentando no pensar mucho en la cercanía y tacto del contrario.
De inmediato, Jimin se sonrojó e hizo ademán de soltarlo pero otra ola volvió a estrellarse con fuerza a lo que volvió a aferrarse como un niño asustado y después suspirar.
—Cierra la boca —murmuró sin atreverse a mirarlo a los ojos y concentrándose ahora en el mar— Es tan inmenso... —sintió escalofríos y tragó saliva— No entiendo cómo hacen las personas para sumergirse tan al fondo y sin temer que algo les suceda.
—El temor siempre está, solamente es ignorarlo y disfrutar mientras se pueda —explicó y después levantó su dedo índice en advertencia— Eso sí, jamás se baja la guardia, con el mar no se juega porque es bastante engañoso e impredecible.
—¿Y eso se supone que me tenga que calmar?
—No, pero tampoco voy a decirte una mentira como que en el fondo vive la sirenita y el rey Tritón y ellos nos protegerán —se encogió de hombros— Es sólo tener cuidado y ya está. Tengo entendido que sabes nadar, ¿no?
—Sí.
—Pues entonces es mejor, aunque descuida, no vamos a sumergirnos ni nada por el estilo —se apresuró a decir jalándolo disimuladamente para comenzar caminar sobre la arena— Ven, caminemos un rato.
Jimin opuso resistencia por unos segundos teniendo miedo hasta que finalmente cedió con un largo suspiro y se dejó guiar por Jungkook, ambos empezando a caminar tranquilamente con la sensación de sus pies descalzos enterrarse en la arena y sosteniendo sus zapatos con la otra mano. Sin embargo, Jungkook notó que Jimin estaba mirando al suelo durante todo el camino, supuso que no quería ver el mar y asustarse.
Pero la idea no era evitar el miedo, sino enfrentarlo.
—Mira a tu alrededor —pidió con voz suave obteniendo la atención del contrario quien comenzó a observar los puntos que le señalaba con su dedo índice— Mira el mar... No lo mires con miedo, míralo con admiración, mira qué cristalina y limpia se ve el agua, mira como brilla mágicamente ante la luz del sol y las diferentes tonalidades azules y celestes que tiene... Mira el cielo —señaló hacia arriba, ambos alzando la mirada— Mira la forma tan abstracta de las nubes, lo liso y perfecto que se ve el color azul del cielo, mira como los rayos del sol intentan escaparse entre las nubes... —el rubio sonrió lentamente mientras contemplaba la belleza natural, a lo que el pelinegro bajó su mirada y lo veía a él sin que se diera cuenta— Mira la arena —volvió a decir, el rubio obedeció y él se perdió en la forma en la que su cabello brillaba bajo el sol. Dios, estaban tan increíblemente cerca que aun no lo podía creer— Mira cómo brilla, acaríciala con los dedos de tus pies y siente lo suave qué es.
De pronto, todo se volvió increíblemente sereno y pacífico, el fuerte y relajante sonido de las olas del mar, las gaviotas volando alrededor, la suave brisa abrazando sus rostros y revolviendo sus cabellos. Jimin repasaba mentalmente todas las indicaciones que le había dado Jungkook, observó el mar, observó el cielo, observó la arena y entonces sintió la sensación de sentirse observado, así que volteó su mirada y lo observó a él.
Juntaron miradas, estaban tan cerca de sus rostros después de tanto tiempo que no pudieron evitar comenzar a analizarse mutuamente. Las pupilas de ambos se dilataban conforme se sumergía en el color de sus ojos, repasando aquellas facciones que conocían tan bien y que no habían cambiado, sólo madurado.
Porque teóricamente, ellos habían madurado, ya no eran jóvenes adultos recién salidos de la adolescencia, ahora eran adultos y debían de actuar cómo tal.
¿Pero por qué cuando estaban juntos no podían actuar como tal?
Por un segundo, por un pequeño milisegundo en el que se miraron a los ojos, estando ellos dos solos en un lugar completamente aislado a lo que conocían como su día a día. Por un segundo, se sintió cómo si los años no hubieran pasado, como si fuera ayer la última vez que se hallasen visto y amado. Se sintió como el día de su primera cita en aquella feria cerca de la playa. Por un segundo todo se sintió tan extrañamente reconfortante, familiar y peligroso que Jimin se dio cuenta de lo que estaba sucediendo y apartó la mirada, soltando el brazo de Jungkook.
Lo que sea que fuera esto, no estaba bien.
—Jungkook... —murmuró tragando saliva y volviendo a mirarlo con ojos agobiados— Yo... —comenzó a hablar pero inmediatamente una fuerte ráfaga de viento le arrebató el sombrero que llevaba puesto— ¡Oh, mierda! —exclamó e instintivamente intentó agarrarlo pero se le escapó de las manos y voló lejos, así que comenzó a seguirlo— ¡Vuelve aquí!
—¡Jimin! ¿A dónde vas? —Jungkook comenzó a reírse mientras le seguía con rapidez trotando sobre la arena— ¡No lo dejes escapar!
—¡Eso intento! —bramó frustrado queriendo alcanzarlo pero era demasiado rápido y en cuestión de segundos, ambos estaban persiguiendo como estúpidos el maldito sombrero en medio de la playa.
Empezaron trotando pero después terminaron corriendo hasta que Jimin logró atraparlo pero tropezó y terminó cayendo al suelo y como Jungkook iba detrás suyo chocó con él y también cayó. Ambos cedieron de golpe ante la arena y no pudieron evitar reírse a carcajadas debido a la tonta, divertida e irónica situación. Finalmente Jungkook se enderezó y ayudó a Jimin a levantarse mientras sacudían la arena de sus prendas de vestir del trabajo.
—Eso fue tan tonto —resaltó el rubio mientras volvía a colocarse el sombrero en la cabeza— Todo por un sombrero...
—Es un lindo sombrero, por algo lo elegí —sonrió el pelinegro notando que ahora estaban más cerca del mar por lo que vió una oportunidad— ¡Ven! —soltó repentinamente tomando su mano y guiándolo hacia la orilla mar— ¡Es tiempo de que enfrentes tus miedos!
—¿Qué? —abrió sus ojos de par en par al captar la situación e inmediatamente opuso resistencia pero el pelinegro era bastante fuerte así que no estaba sirviendo de mucho y cada vez se acercaba más— ¡No, no, no! ¡Te dije que no me metería!
—¡Vamos! ¡Te gustará!
—¡No quiero!
Ignorándolo, Jungkook prácticamente arrastró a Jimin hacia la orilla del mar, estaban a pocos metros, ya estaban tocando la arena mojada pero entonces Jimin logró soltarse bruscamente de Jungkook para proseguir a mirarle enfadado.
—¡Dije que no! —exclamó en voz alta y clara, ambos se quedaron mirando en silencio con las respiraciones agitadas acompañados del cercano y ensordecedor sonido de las olas— ¿Es que no entiendes? —prosiguió con el viento revolviendo su cabello— ¡Está mal! Todo esto está mal... —tragó saliva, convirtiendo la situación en algo distinto a lo sucedido— No deberíamos estar haciendo esto, es completamente lo opuesto a profesionalismo o trabajo, o lo que sea que quieras llamarlo... ¿Estás haciendo todo esto apropósito, no es así?
Jeon relamió sus labios y negó con la cabeza frunciendo levemente el ceño cuando el sol comenzó a pegarle en el rostro.
—¿Qué? No, por supuesto que no.
—Claro —respondió irónico el contrario para después señalar un punto bastante a lo lejos, cerca del muelle, pero que ambos podían reconocerlo muy bien— Ese es el mismo lugar en que habían inaugurado la feria a la que fuimos hace seis años y esta es la misma playa. ¿Crees que soy idiota?
—¿De qué estás hablando? Jimin, fue pura coincidencia, esta es la única playa que hay cerca —intentó explicarse sin evitar sorprenderse por el repentino cambio de actitud— Te juro que no estoy intentando nada, sólo ayudarte.
—¿Ayudarme? —soltó una pequeña risa— Te conozco, Jungkook. Te conozco muy bien y sé lo que estás intentando pero voy a advertirte desde ahora que no va a funcionar.
—Espera, ¿creíste que realmente estaba intentando algo de nuevo contigo? —sonrió con incredulidad— ¿Es que acaso nadie puede ser amable y no esperar nada a cambio? Este proyecto es importante para mí como para ti, y lo hubiera hecho por cualquiera, no lo hice sólo porque se trataba de ti. ¡No es mi culpa que termináramos trabajando juntos y que las cosas se pusieran incómodas!
Park alzó sus cejas con una expresión asombrada y ofendida.
—¿Así que todo esto es mi culpa?
—¡Yo no-...!
—No, ¿sabes qué? —le interrumpió comenzando a retroceder a pasos cortos— Sea lo que sea que intentaste hacer, no funcionó, estoy comprometido y-
—¿Ah sí, Park? ¿Comprometido? —avanzó los pasos retrocedidos del contrario— Entonces respóndeme esto, ¿por qué él no sabía un carajo sobre lo que pasó entre tú y yo? Y no me salgas con esa mierda de que no lo viste necesario o nunca encontraste el momento adecuado. Si vas a casarte con él, no deberías de ocultarle esa clase de cosas.
Jimin tragó saliva y apartó rápidamente un mechón de su cabello revoltoso por el viento. En aquella posición el sol estaba pegándole al rostro por lo que se veía más iluminado y resaltaba el color mieloso de sus ojos. Por otro lado, Jungkook estaba contra la luz del sol logrando destacar la tonalidad de su cabello y contrastar atractivamente las facciones de su rostro.
—Ese tipo de cosas no te incumben, Jeon —respondió firme después de unos segundos— No puedes decirme qué hacer y qué no hacer, sé lo que hago.
—¿Seguro? —se cruzó de brazos con una expresión seria— ¿Eres consiente de todo lo que haces? Porque míranos ahora, estábamos tan bien hace unos minutos y tuviste que tomar todo por un lado negativo y actuar a la defensiva. Lo único que intentaba hacer es ayudarte y subirte el ánimo por todo lo que me compartiste afuera de la agencia, ¿si tanto te incomodaba estar a solas conmigo entonces por qué carajos aceptaste?
—¡No lo sé! No tengo ni una jodida idea del por qué acepté, creo que sólo quería salir de allí y ya. ¿Contento? —respondió y ambos permanecieron callados por varios segundos hasta que soltó un largo y pesado suspiro mientras llevaba sus dedos al puente de su nariz, intentando tranquilizarse— Escucha... te lo agradezco, ¿okay? —murmuró bajando el tono de su voz y haciendo una mueca— Entiendo por qué lo hiciste, entiendo que quisieras ayudarme y realmente lo aprecio... Fue agradable, pero... —tragó saliva— No quiero tu ayuda... No quiero que estemos juntos como lo estamos ahora... —apartó la mirada por un segundo al sentir sus ojos picar, pero volvió a retomarla— Sí, él no lo sabe, y sí, sé que está mal, así que por eso prefiero evitarme malentendidos porque... No es correcto... Y no quiero problemas, no con él... ¿Entiendes?
Permanecieron mirándose en silencio por varios minutos sin decir ni una sola palabra, sus rostros intentando demostrar una cosa pero sus ojos otra completamente distinta. Jimin esperaba impaciente la respuesta de Jungkook quien sólo se limitó a mirar el mar con la mandíbula tensa por varios segundos hasta que finalmente suspiró y volteó a verlo.
—¿Podrías hacer algo por mí? —preguntó comenzando a tantear su propio bolsillo hasta sacar una pequeña libreta y un lapicero— Ten. Dibuja —espetó, extendiéndole los objetos bajo la mirada confusa del contrario— Quiero que dibujes esos malditos diseños porque esa es la única razón por la que te traje aquí y no nos iremos hasta obtenerlos, prometí darle cinco diseños al cliente el miércoles y eso es lo que le daré. Así que, siéntate, diseña y después nos iremos para olvidar todo lo que pasó. ¿De acuerdo?
Park presionó sus labios manteniendo una respiración pesada y mirada molesta, pero se obligó a tragarse su orgullo y arrebatarle la libreta y el lapicero a Jeon para después dirigirse hacia un tronco que estaba sobre la arena y sentarse sobre él. Suspirando, se cruzó de piernas y abrió la libreta pasando página por página de forma brusca hasta obtener una hoja en blanco y comenzar a dibujar.
Por su lado, Jeon metió las manos en sus bolsillo y miró a su alrededor para observar a un grupo de niños caminar con una bola de vóleibol hacia su dirección. El grupito se detuvo a unos metros de distancia pero mandaron a uno de los niños a hablar con él.
—Hola, señor —saludó tímidamente el niño de cabellos castaños y ojos brillantes— ¿Quiere jugar vóleibol con nosotros? A nuestro equipo le falta un integrante y usted es muy alto, nos vendría muy bien.
Jeon mordió su labio inferior y miró de reojo a Park quien seguía concentrado en la libreta, así que finalmente les sonrió y asintió con la cabeza.
—¡Claro!
Sin más, el pelinegro se fue con el grupo de niños hasta una cancha de vóleibol que se veía a lo lejos. Después de unos minutos, el rubio terminó y alzó la mirada en su búsqueda llevando una mano a su frente intentando taparse por los rayos de sol pero frunció el ceño al no verlo por ninguna parte. Hasta que logró visualizarlo a lo lejos jugando vóleibol con unos niños y no pudo evitar sonreír con diversión ante la imagen de un hombre adulto jugando vóleibol con niños pequeños.
Observó el escenario por varios minutos y entonces tuvo la repentina necesidad de querer dibujarlo, por lo que tomó nuevamente la libreta y la abrió hasta la última página para comenzar a hacer un pequeño boceto, variando su vista entre Jungkook y la libreta mientras dibujaba.
Después de jugar como por media hora, Jungkook calculó el tiempo y se dio cuenta que ya había pasado bastante por lo que dio por finalizada su participación. Los niños se quejaron y reprocharon, pero él les agradeció por invitarlo y se excusó con que debía de ir a trabajar. Avanzó hacía Jimin quien continuaba dibujando pero al verlo a él, detuvo la acción y cerró el libro para extendérselo.
—Listo.
—¿Todo? —le miró sorprendido un poco agitado por el juego— ¿Los cinco diseños?
—Hice siete diseños —contradijo acomodando su cabello tranquilamente detrás de su oreja— Los que me faltaron por hacer en la mañana.
Jeon asintió con la cabeza intentando ocultar su asombro por la cantidad de diseños en tan poco tiempo pero no lo logró en cuanto abrió la libreta y comenzó a observar página por página. Sus cejas se levantaban conforme y sus ojos transmitían todos sus pensamientos hacia cada diseño. Eran realmente geniales.
—Wow, son... son muy buenos —murmuró repasando cada detalle y observando que las perfectas líneas, sombras y degradados, sólo les faltaba el color pero se entendía donde iba por el relleno con el bolígrafo— Si hubiera sabido que podías hacer siete diseños de forma tan rápida probablemente no estaríamos aquí.
—Bueno, quizás obtuve un poco de inspiración... —contestó Park en voz baja mirando a su alrededor con una pequeña sonrisa. Jeon apartó la mirada de la libreta ante sus palabras y no pudo evitar soltar una pequeña sonrisa ante sus palabras.
Su plan de traer a Jimin a la playa había dado frutos y funcionado a la perfección.
—Me encantan, no les veo siquiera un error —confesó mientras se sentaba a su lado en el tronco— Me atrevería a decir que son mejores que los de Ryujin.
—Ella es muy buena.
—Sí, lo es —suspiró repasando nuevamente los diseños— Pero tú eres mejor para este estilo, por eso te elegí para hacer el logo... Realmente será una decisión difícil elegir sólo cinco diseños entre los tuyos y los de ella —volteó a verlo con una mirada sincera— Hiciste un buen trabajo, te felicito.
—¿A eso venimos no? —se encogió de hombros con una mueca— Creo que al final funcionó, y... —miró el mar— Desde esta posición el mar no da tanto miedo, quizás algún día me atreva a meterme o aunque sea los pies... Pero creo que todavía no ha llegado ese día... —tragó saliva y lo miró de forma avergonzada— Lo siento... por... por lo que dije, creo que malinterpreté las cosas, y... —suspiró cubriendo su rostro— Admite que ha sido un tanto incómodo...
—Lo sé... y no te preocupes, sólo olvidémoslo, ¿okay?
Park mordió su labio inferior y bajó la mirada asintiendo con la cabeza.
—Okay... —susurró, y ambos se quedaron nuevamente en un silencio acompañado por las olas del mar, hasta que decidió preguntar algo que había rondando su cabeza desde el fin de semana— Pensé... pensé que salías con Ryujin —se atrevió a mencionar de forma inesperada.
Jeon frunció el ceño.
—¿Cómo?
—Estás saliendo con Hanaku, ¿no es así? Pues pensé que salías con Ryujin y me sorprendió.
—No salgo con ninguna de las dos.
—¿Ah no? —alzó sus cejas mostrándose bastante interesado en el tema— ¿Y por qué no?
—¿Por qué quieres saber? —alzó una ceja viéndole extrañado— Podría aplicar las mismas que tú y decirte que no son cosas de tu incumbencia.
Park volteó los ojos y asintió con la cabeza.
—Bien, tienes un punto.
Hubo otro largo silencio, pero extrañamente y por mucho que insistieran, los silencios entre ellos nunca eran incómodos.
Estar juntos no los ponía incómodos.
Sólo tensos, y extraños.
—Salía con Ryujin hace aproximadamente dos meses —confesó el pelinegro sorprendiendo al rubio— Lo dejamos porque queríamos cosas diferentes y así, pero éramos amigos antes de eso, así que nos arreglamos para seguir siéndolo.
—Oh, entiendo... —mordió su labio de forma pensativa— Eso explica el por qué ella te mira de esa manera...
—¿De cuál?
—Con admiración y deseo.
—¿Ah sí?
—Sí, creo que todavía le gustas.
—Probablemente, pero lo superará, todos lo hacemos.
—¿En serio? —preguntó Jimin apoyando su rostro en la palma de su mano mientras le miraba con atención. Jungkook tragó saliva ante el contacto visual y la pregunta capciosa, por lo que decidió carraspear y finalmente levantarse del tronco.
—En fin, creo que es hora de irnos —miró su reloj y suspiró— Joder, perdí la noción del tiempo y nos pasamos más de dos horas como le prometí a Taehyung así que cuando volvamos puede que esté despedido.
Jimin rió y se levantó también de su asiento.
—No lo creo, cualquier cosa la culpa cae sobre mí. ¿Okay? Así no te metes en problemas —le guiñó un ojo de forma cómplice.
Jungkook sintió su corazón dar un vuelco y relamió sus labios para sonreírle con suavidad.
—Gracias, Jimin.
—Gracias a ti, Jungkook.
Volvieron al auto de Jeon y regresaron a la agencia en silencio mientras escuchaban música y se hundían en sus propios pensamientos. Aquel día había sido completamente extraño, discutieron, se arreglaron, convivieron, rieron, lloraron, volvieron a discutir y después a reconciliarse.
Como una maldita montaña rusa increíblemente veloz.
Pero así siempre había sido su relación y al parecer no había cambiado en nada.
¡Holaaa, mis amores! ¿Cómo están? ¿Cómo se encuentran? Espero que bien, y si no, pues estamos iguales, pero como dice Bangtan, la vida sigue, y uno continúa esperando a que las cosas mejoren. Pero mejorarán, ya verán que sí, como dijo Namjoon en la carta que publicó para el 10° aniversario de Bangtan: "Cosas que pensé que jamás cambiarían terminaron eventualmente cambiando con el tiempo". Y si uno se pone a pensarlo detalladamente, es cierto, nada dura para siempre. Intenten siempre buscar su felicidad y no la de alguien más, a veces hay que ser egoístas en esta vida.
Sí, vengo reflexiva, pero x. Espero hayan disfrutado el capítulo, como verán, en el pasado la relación de Jungkook y Jimin era como una montaña rusa, subía y bajaba, subía y bajaba, y eventualmente, este fanfic será así, al igual que su relación, sentirán lo mismo que ellos, subir y bajar.
Gracias por llegar hasta acá, leer, comentar y votar, nunca lo dije pero yo amo que comenten, siempre es entretenido y aunque no lo crean yo veo todos los comentarios, así que, si piensas que no me doy cuenta de algo, es mentira, sí lo hao, buajaja.
En fin, cuídense, nos vemos el sábado, chau, chau <3
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro