004.
La mañana estaba soleada, la brisa fresca, las calles despejadas y la energía alta.
De esas mañanas en las que tenías la sensación de que sería un buen día.
Jimin conducía tranquilamente por la pista con la ventana abierta mientras escuchando música de camino al trabajo. Sin apartar su vista del frente permanecía tarareando una canción populares y a su vez, pensando en su comportamiento reciente de la cena en casa de sus padres.
Tuvo que decirle cómo unas cuarenta mil veces a Taehyung que estaba bien, que sólo había sentido pánico y quería estar a solas, además de recalcar que no era culpa de él. Ya que el azabache se sentía culpable de que Jimin hallase reaccionado así por haber mencionado lo de su compromiso tan apresuradamente a sus padres, aunque esa haya sido la razón principal de su cena.
Aún así, Jimin no le dijo la verdad, no le dijo que había sufrido un ataque de ansiedad y mucho menos le iba a decir que lo único que logró tranquilizarlo fue pensar en su ex.
Suspiró y cerró sus ojos con fuerza durante unos segundos en señal de frustración. Mierda, se sentía tan terriblemente avergonzado y decepcionado de sí mismo. ¿Cómo había permitido que pasara? ¿Cómo es que podía ponerse así solamente por escuchar su maldito nombre? Quizás no fue por el hecho de escuchar su nombre sino de pensar en la posibilidad de que trabajase en el mismo lugar que su prometido y todas las consecuencias de eso. Y era tan estúpido, porque el Jeon Jungkook que conocía no era el único que existía en el mundo, de seguro había cualquier cantidad de personas con el mismo nombre y pudo haber sido sólo una coincidencia.
Sin embargo, era una posibilidad, Jimin no había sabido sobre Jungkook desde que habían terminado hace cinco años atrás, ni mucho menos volvieron a verse ni hablar desde entonces. Fue como si el universo lo hubiera eliminado completamente de su vida o no quisiera que volvieran a encontrarse, no importaba si vivían en la misma ciudad o a un kilómetro de distancia. No habían vuelto a coincidir ni un sólo momento, y Jimin únicamente podía rezar con que todo haya sido un malentendido.
De pronto se encontró así mismo consternado pues desde hace bastante tiempo que había dejado de pensar en él y ahora mismo era lo único que estaba en su cabeza desde que se subió al auto. Sin mencionar aquel flashback que tuvo en la propuesta de matrimonio de Taehyung.
Frunció el ceño y negó con la cabeza intentando disipar aquellos pensamientos intrusivos que solamente estaban ahí para molestarle, se suponía que ya había aprendido a alejarlos y más si eran sobre Jungkook.
¡Diablos! Lo volvió a hacer.
—Basta, basta, basta —gruñó entredientes así mismo o a su propio cerebro, quien sea, eso era pasado y ya está. No tenía ninguna razón para pensar más en él o en lo que estuviera haciendo ahora mismo. Aunque, ¿qué estará haciendo?— ¡Mierda! —exclamó golpeando el volante y subiendo el volumen de la música para distraer su mente de otra cosa que no fuera su exnovio.
Y lo consiguió. Su mente se distrajo más al llegar a la agencia donde trabajaba para pasar la tarjeta de identidad en la entrada.
—Buenos días, Jimin —le saludó la secretaria de su jefa apareciendo inmediatamente en su campo visual con una sonrisa.
—Buenos días, Nia —devolvió el saludo mostrando su perfecta sonrisa— ¿Cómo estás?
—Muy bien, estaba esperando a que llegaras porque la jefa quiere hablar contigo.
—¿En serio? —le miró sorprendido— ¿Y no sabes por qué?
La mujer hizo una mueca negando con la cabeza.
—No, pero hoy no vino de muy buen humor así que probablemente no sea algo bueno... Te lo digo para que estés preparado. Está esperándote en su oficina ahora mismo.
—Oh, ya veo —tragó saliva y le dedicó una mirada tranquila a la chica— De seguro no es la gran cosa, iré enseguida. Muchas gracias.
—De acuerdo, ten buen día —sonrió y finalmente se fue.
Dejando a Jimin nervioso y un poco inseguro caminaba hacia la oficina de su jefa. Como todo jefe, ella era una persona estricta y dedicada a su trabajo, de hecho él era uno de sus mejores empleados entonces no tenía nada que temer. ¿Verdad?
Tocó la puerta y al darle el pase decidió entrar, encontrando a su jefa sentada en su escritorio sin hacer nada, enfocando sólo su mirada en él, como si realmente lo hubiera estado esperando y sintió vergüenza por haber tardado tanto.
—Buenos días, señora Lee.
—Buenos días, Jimin. Por favor, siéntate —señaló educadamente los asientos al frente de su escritorio— Necesito hablar de algo muy serio contigo.
Jimin asintió y se encaminó a la dirección señalada hasta tomar asiento y enfocar su máxima atención en la mujer, quien suspiró y acomodó sus lentes antes de comenzar a hablar:
—Verás, no es fácil para mí decir esto, realmente nunca pensé que llegaríamos a este punto pero no tengo más opciones...
Inmediatamente Jimin sintió su presión bajar y se quedó estático en su sitio ante una posibilidad que cruzó su mente.
—¿Va a despedirme? —soltó sin dudar con los ojos abiertos de par en par, pues sí esa era la razón no la entendía en absoluto y estaba listo para reclamar.
Pero la mujer negó con la cabeza.
—No, Jimin, no voy a despedirte. En realidad, no va a ser necesario a cómo está la situación.
—¿Qué sucede, señora Lee? —preguntó confundido.
—Pues... —comenzó dando una pequeña pausa con un largo suspiro antes de continuar— Como sabrás, las acciones de la empresa han ido cayendo de forma considerable en los últimos meses...
—Sí, pero logramos recuperarlas en poco tiempo —recordó el rubio.
—Ese es el problema, no lo logramos por mérito propio sino que tuvimos que comprarlas con un préstamo y ahora la empresa se encuentra endeudada.
—¿Qué? Pero...
—Lo sé, les hicimos creer a todos ustedes que había sido por su esfuerzo y milagro, pero no fue así, tuvimos que tomar medidas desesperadas para lograr salvar la compañía. Y no fue una decisión tomada a la deriva, fuimos asesorados por contadores y abogados, todo coincidía en que recuperaríamos el dinero perdido en los últimos meses para pagar la deuda... Pero desgraciadamente no fue así.
Jimin tragó saliva.
—¿Y eso qué significa?
—Significa... Que la agencia tendrá que declararse en quiebra o ser vendida a una corporación.
El rostro del rubio fue de película, su mente no podía decidirse en si quedarse en blanco debido al sentimiento de shock o en ser atormentada por un sinfín de pensamientos. Simplemente vió todo su esfuerzo y años invertidos en esa empresa que en su momento le proporcionaba estabilidad irse directo al basurero. Lo peor es que los últimos meses se había esforzado el triple en subir las acciones para poder ascender de puesto a director creativo, y al haber visto que lograron su objetivo no veía la hora de reclamar su premio y avanzar en su carrera profesional. Sin embargo, todo fue una farsa, una maldita mentira que se había extendido durante seis meses. Seis meses en los que se había quemado las neuronas, terminado de joder la espalda y manos en vano.
—Pasé seis meses trabajando de siete a ocho de la noche, fuera de mi horario laboral para intentar salvar esta agencia, ¿y ahora usted viene y me dice que todo fue una mentira? —interrogó con un tono molesto que ya no le importaba disimular.
—Jimin, agradezco tu esfuerzo durante todos estos años y de parte de la empresa lamentamos mucho lo ocurrido. Somos conscientes del empeño de nuestros empleados y de la irresponsabilidad cometida, por lo que les brindaremos un beneficioso bono a cada uno de cinco mil dólares para que puedan substituir mientras consiguen otro empleo.
—Aquí hay padres y madres de familia, personas que solamente han tenido este trabajo durante años y se esforzaron por llegar aquí —continuaba el rubio aún consternado— ¿Cómo pudo haber permitido que pasara?
—La culpa no es mía, Jimin. Fue de forma general, las ideas o productos dejaron de vender. Simplemente no era lo que el público quería y dejó de venderse, dejaron de buscarnos por, según ellos, "falta de calidad o creatividad". Es una estupidez —volteó los ojos.
Inmediatamente Jimin sintió un nudo en su garganta y mordió su labio inferior.
—Así que es culpa de los diseñadores...
—No, no, por supuesto que no.
—¿Quién más sabe de esto? —levantó una mirada firme a pesar de que dentro suyo había un huracán.
—Nadie, sólo la junta directiva, y tú.
—¿Y por qué yo? ¿Por qué me dice a mí por sobre todo el mundo?
—Porque eres uno de los mejores trabajadores y mentes que hay en esta agencia, y mereces saber la verdad antes que los demás para irte acomodando con anticipación.
Jimin soltó un jadeo completamente impresionado y ofendido.
—¿Así que es eso? ¿Porque soy el mejor trabajador o diseñador del lugar merezco más oportunidades que los demás? ¿Acaso a ellos les darán los mismos beneficios que a mí o sólo los echarán a la calle? ¿Qué pasó con esa igualdad de la que tanto presumían?
La jefa mostró un semblante preocupado y tragó saliva puesto que no se esperaba esa reacción.
—Jimin, tranquilo, por supuesto que no es así y todos recibirán sus respectivos bonos. Solamente quería avisarte con tiempo para que puedas mentalizarte que dentro de dos o tres meses esta agencia dejará de existir. Inclusive te puedo brindar algunos contactos o recomendaciones de otros lugares para que puedas trabajar en otro lugar-
No pudo terminar pues de inmediato Jimin se levantó de un golpe de la mesa e hizo ademán de irse.
—¡Jimin! —la mujer se levantó también por inercia— ¿A dónde vas?
Jimin abrió la puerta pero no salió, sólo para voltearse hacia su jefa y decirle:
—Renuncio, no voy a estar más en un lugar destinado a la quiebra y en donde los superiores tienen a sus favoritos. No voy a ser ese tipo de persona. Adiós, señora Lee.
Dicho esto, cerró la puerta de golpe y a pasos rápidos e ignorando a sus compañeros de trabajo que preguntaban sobre lo sucedido, avanzó hacia la salida y se subió a su auto. Le dedicó una última mirada a la agencia que tanto había querido y sacrificado dándose cuenta que ahora se había convertido en un lugar corrupto e injusto. No, no sería más parte de ello. Así que, jaló la palanca a cambio de reversa, pisó acelerador y salió de su estacionamiento para irse velozmente de ahí.
Sólo pudo conducir a una sola dirección mientras intentaba llamar a Taehyung con sus lágrimas cayendo como cascadas sobre sus mejillas, necesitaba decirle lo sucedido, necesitaba de él en estos momentos para no perder la cordura. Pero Taehyung no contestaba. Gruñó y tiró con rabia el celular al asiento copiloto mientras pisaba acelerador para llegar más rápido a la agencia donde trabajaba su prometido.
En el fondo estaba comenzando a tener indicios de volver a sufrir un ataque de ansiedad y necesitaba llegar a un lugar seguro antes de que le diera en media pista y sufriera un accidente de tránsito o algo por el estilo. Finalmente llegó de forma sana y salva a la agencia, estacionando el auto en cualquier lugar. Apagó el vehículo y antes de bajar, inhaló y exhaló con fuerza intentando calmarse mientras se limpiaba las lágrimas en el espejo retrovisor. Y cuando se veía un poco más presentable, salió.
Mentiría si no dijera que le impresionó la modernidad y la contemporaneidad del diseño del lugar en el momento en que entró. La agencia en la que antes trabajaba tenía un diseño moderno y minimalista, pero este era como el triple de mejor, parecía de élite. Era la primera vez que entraba, pero aún así no fue suficiente distracción para acercarse a recepción y preguntar por su prometido dando su número de identificación. Algo que tenía esa agencia con beneficio de ser pariente del director ejecutivo, es que le daban acceso inmediato a entrar al lugar y piso donde trabajaba el jefe cuando era en ocasiones de emergencia y Jimin declaró esto como una emergencia. Por lo que la recepcionista le dijo que Taehyung se encontraba en una reunión pero que salió y que lo estaba esperando en su oficina, así que le dio el pase libre a entrar.
Jimin subió por el ascensor hasta el piso cuatro sin quitar la mirada de la pantalla, sintiendo su cuerpo inquieto, un nudo en la garganta y sus lágrimas amenazando con volver a salir. Dios mío, necesitaba hablar con Taehyung ahora mismo o iba a colapsar en media agencia.
Finalmente el ascensor se detuvo e hizo un elegante sonido antes de abrir las puertas, Jimin bajó la mirada al mismo tiempo que hacia ademán de avanzar hacia la salida pero de forma abrupta se detuvo y congeló en su sitio en cuanto vió a Jungkook del otro lado también queriendo entrar al ascensor.
Todo pasó en un microsegundo, Jungkook había imitado su acción e hizo ademán de entrar tranquilamente al ascensor mientras leía una hoja hasta que alzó la mirada y se quedó estático.
Cometieron la misma acción al mismo tiempo y se quedaron en la misma posición con la misma expresión incrédula en sus rostros. Jimin solamente sintió como su corazón dio un vuelco y cayó en un precipicio hasta golpearse fuertemente contra el pavimento, y un jadeo silencioso se escapó de sus labios. Por su parte, Jungkook había palidecido por completo y probablemente perdió la conexión entre cuerpo y mente porque dejó caer la hoja que tenía en mano.
Fueron cinco segundos.
Literalmente fueron cinco malditos segundos en los que se vieron antes de que el ascensor se volviera a cerrar pero que duraron una jodida eternidad.
Y cuando las puertas comenzaron a cerrarse con lentitud, sus miradas conectadas produjeron una sensación angustiante de corriente eléctrica en todos su cuerpo antes de perder por completo el contacto visual.
SE VINO REENCUENTRO GENTE, y fue más inesperado de lo esperado, eh.
Para su información, estoy a punto de terminar el fic, creo que probablemente tendrá +40 capítulos, así que sería el fic más largo que habré hecho pero creo que me inspiré mucho y traté de hacerlo lo más realista, entendible y conciso posible así que espero les vaya gustando y puedan estar hasta el final. ❤️
Por otro lado, varios me han preguntado si tiene final triste, realista o termina mal. Y como no quiero dar spoilers y arruinar la historia, sólo diré que las personas que me conocen saben que no me gusta o frecuento hacer finales tristes.
En fin, por el momento voy a intentar subir caps cada semana y conforme vea más interacción la aumentaré a dos uwu yo les estaré avisando.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro