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001.

Se removió con algo de dificultad sobre su exageradamente cómoda cama.

Aún dormido, se quedó extrañado pues había gastado mucho dinero en esa cama para que se le estuviera dificultando dormir. Los recuerdos de la noche anterior golpearon como estacas en el interior de su cabeza y al instante supo de qué se trataba. No fue necesario mencionarlo pues inmediatamente sintió unos brazos abrazar su cintura seguidos de varios besos en su pecho.

Aquella familiar sensación lo hizo estremecerse y sonreír como un idiota hasta que la persona abrió la boca.

—Buenos días, guapo —susurró una voz femenina acariciando su piel.

Jungkook gruñó y soltó un quejido inaudible de dolor. Tenía resaca.

—¿Secuelas de anoche? —pregunta ella con voz divertida— Bebiste demasiado.

—¿Qué haces aquí? —Jungkook abre lentamente los ojos, acostumbrando su vista a la luz y enfocándose en la mujer que tenía sobre su pecho— Se suponía que debías irte en la madrugada.

Shin Ryujin sonrió ampliamente y algo risueña. A Jungkook siempre le había gustado los hoyuelos que se formaban en sus mejillas, sus encantadores ojos y cabello negro. Además de los atractivos tatuajes que adornaban sus brazos. Definitivamente ella era una mujer hermosa y digna de admirar. Pero eso no quitaba el hecho de que no la quería ahora mismo en su cama a pesar de que habían tenido sexo toda la noche.

—Tenía mucho sueño, así que decidí dormir contigo. Espero no te haya molestado —justificó la chica.

—Te he dicho varias veces que no me gusta dormir acompañado.

—¿Hubieras preferido que durmiera en el sofá?

—Sí.

Ryujin se quedó boquiabierta y ofendida pero enseguida le restó importancia y acercó su rostro al de Jungkook.

—Bien, te prepararé algo de desayunar para recompensarlo. ¿Algo en especial?

—Huevos con tocino estaría genial.

—Pues eso será —sonríe y le da un casto beso en la mejilla antes de levantarse e irse veloz a la cocina.

Jungkook suspiró y miró el lado vacío de su cama, inmediatamente su mirada se volvió sombría y melancólica. En silencio dejó caer su brazo sobre la almohada y la acarició delicadamente con su dedo índice. Maldita Ryujin. Por su desobediencia ahora se sentía mal ese día. Por eso siempre evitaba dormir con sus citas, pues siempre le dejaba un mal sabor de boca. A los segundos apartó la mirada y se levantó, definitivamente no era lo mismo y el aroma era diferente.

Ryujin dejaba el plato de comida junto a un vaso de jugo de naranja en la mesa cuando Jungkook entró a la cocina.

—Oh, siéntate —le animó con voz amable mientras colocaba otro plato y vaso iguales al frente— Te dejé unas pastillas para el dolor de cabeza.

—Muchas gracias.

Prosiguió a sentarse en la silla y comenzar a comer en silencio. Ryujin imitó su acción. El sonido de una leve música lofi puesta por la chica se escuchaba en el lugar, dándole un ambiente relajado y cálido.

—¿A qué hora es la reunión de mañana? —pregunta Jungkook.

—A las ocho de la mañana.

—Qué fastidio —soltó con el ceño fruncido— ¿Cuál es la necesidad de reunirnos un sábado en la mañana?

—No tengo idea, pregúntale a Kim, él es el jefe.

—Shin me agradaba más, al menos tenía más consideración y humanidad. Este nuevo tipo... —suspiró— Me saca de mis casillas.

Ryujin se encogió de hombros llevando el tenedor a sus labios.

—A mi me parece bien. Es mejor que mi padre.

Jungkook la miró desconcertado. Sí, quizás estar saliendo con una de sus compañeras de trabajo e hija de su ex jefe no era de las mejores ideas del mundo. Trabajaba en una famosa agencia de publicidad como director creativo. Ryujin era diseñadora gráfica en el departamento de diseño. Shin Seokmin estaba temporalmente fuera de la empresa por un extenso viaje de negocios por lo que dejó a cargo a un colega.

—¡Ese tipo no tiene nada de experiencia como jefe! —bramó indignado— ¿Cómo es que le dieron un puesto tan importante?

—Cualquier persona adinerada con buenos contactos puede llegar a tal puesto, cariño. De igual forma, Kim no es tan malo...

—Sólo lo defiendes porque te quieres acostar con él.

Ryujin casi se atraganta con la comida y tomó rápidamente del jugo para aliviar la sensación.

—¡Claro que no! —respondió con evidente ofensa— Me resulta un hombre atractivo, es todo.

—Sí, claro. Te he visto viéndolo desde la oficina, y linda, esa mirada no es de amigos.

—¿Cómo puedes pensar eso de mí?

—Porque te conozco.

—Me conoces desde hace cinco meses.

—Es suficiente.

Ryujin frunció el ceño y se cruzó de brazos.

—Te crees súper inteligente, ¿eh? —relajó su expresión— Aún así, no haría nada al respecto con Kim porque estoy contigo.

—Me siento halagado, pero lo que tenemos no es nada oficial, ya te había dicho que no me molestaría si comienzas a sentir interés por alguien más.

La chica mordió su labio inferior con algo de inseguridad y apartó la comida.

—Dejemos de hablar de trabajo. Quiero... discutir de otro asunto contigo.

El pelinegro la miró con algo de incertidumbre, sintiéndose repentinamente nervioso porque ya había estado en esta posición antes y sabía cómo terminaría.

—Está bien.

—Yo... Bueno —tragó saliva, acomodándose el cabello— Hemos estado saliendo durante dos meses, todo ha sido maravilloso, inclusive el sexo es genial, pero...

—¿Vas a terminarme o algo así? —la interrumpió Jeon, extrañado porque la conversación dio un giro que no esperaba ni estaba acostumbrado. Casi nunca las personas le dejaban, era un amante bastante complaciente y encantador.

—No, al contrario —negó la pelinegra antes de suspirar— Soy consciente de que antes de iniciar todo esto tuvimos una conversación al respecto, dejaste muy en claro que no buscabas algo serio y demás...

Jungkook hizo una mueca. Efectivamente esta conversación iba en dirección a lo que suponía.

—Y yo... —continuó la chica— Quería saber si podrías reconsiderarlo.

—¿No crees que es demasiado pronto?

—Nunca es pronto para el amor, Jungkook.

El cuerpo del hombre se paralizó. ¿Amor?

—¿Te imaginas lo felices y perfectos que seríamos si fuéramos una pareja de verdad? —comenzó Ryujin viéndolo con ilusión— Porque... te veo a los ojos y sólo puedo ver al hombre con el que me voy a casar.

¿Matrimonio?

Jungkook se sobresaltó de la mesa y sonrió con nerviosismo.

—Ryujin... lo siento, pero yo no busco nada serio contigo... Y no es nada personal, sólo no estoy interesado en una relación con nadie, te lo especifiqué desde un principio.

Joder. Siempre le pasaba lo mismo. ¿Por qué nadie lograba entenderlo? No era tan difícil.

Frustrada, Ryujin se levantó de la mesa y se acercó a él.

—¿Entonces no estás enamorado de mí?

Hace tiempo que no me enamoro de nadie.

Jungkook negó lentamente con la cabeza sin evitar verla con lástima.

—Lo siento.

Pudo contemplar el momento exacto en que el corazón de la chica se quebró y sus ojos se cristalizaron un poco. Ella intentó resistirse, mantenerse fuerte y no verse tan vulnerable. Jungkook siempre la había admirado por eso, Ryujin era una grandiosa chica de sentimientos fuertes y merecía a alguien que la amase de la misma forma.

—No lo entiendo... —murmuró la chica, consternada— Me miras, me besas y me tocas como si me amaras, como si estuvieras desesperado por buscar algo en mí que anhelas pero a la vez... no lo encuentras. ¿Hay algún problema en mí?

—No hay absolutamente nada malo en ti, Ryu —Jungkook avanzó y acarició su mejilla con delicadeza— Te adoro. Eres una mujer hermosa, encantadora, fuerte e independiente. Cualquier hombre sería afortunado de tenerte, lo digo en serio.

Una lágrima rebelde bajo por el ojo izquierdo de la mujer.

—¿Entonces qué te impide amarme?

No eres el amor de mi vida.

—No puedo explicártelo —responde, comenzando a sentir un nudo en su garganta.

Ryujin era la mujer perfecta. ¿Por qué no podía amarla? ¿Por qué simplemente no podría aceptarla y hacer su vida con ella? Ambos sabían que eran buenos juntos, eran muy parecidos y tenían planes a futuro similares. Ella siempre lo escuchaba y apoyaba en todo. Por un momento se imaginó un futuro a su lado y no le disgustaba. La idea de estar con Ryujin no le molestaba para nada, pero llevarla a cabo era completamente diferente.

—¿Qué es lo que realmente quieres, Jungkook? —la voz de Ryujin le sacó de sus pensamientos— Porque nunca lo comprendí, en realidad nadie lo hace. ¿Existe alguna persona en este mundo que haya logrado entenderte?

—Lo siento —dijo nuevamente el pelinegro— No puedo darte lo que quieres, Ryujin.

La joven asintió con la cabeza y limpió bruscamente sus lágrimas.

—Entonces todo acaba aquí, porque seguir contigo sería una tortura tomando en cuenta que estoy comenzando a enamorarme de ti.

—Es lo mejor para los dos. De igual forma, éramos amigos antes de que esto sucediera. Podemos... volver a eso. ¿No te parece?

—Sí... Pero creo que voy a pasarme de departamento, necesito tiempo para superarlo. Espero lo entiendas.

—Lo hago. De ser así, voy a extrañarte.

Se repartieron miradas y sonrisas tristes. Eran adultos, debían enfocarse en sus propias vidas y seguir adelante. Fue lindo mientras duró. Ryujin se alistó y guardó en su bolso cosas suyas que anteriormente se quedaron en el apartamento de Jungkook.

Se dirigió a la puerta principal con el chico detrás pero antes de salir, se volteó y avanzó a su dirección para tomar su rostro y darle un beso. Jungkook le correspondió de la misma forma, se besaron con delicadeza mezclada con amargura de por medio.

—Gracias por todo —susurró Ryujin, acariciando la mejilla de Jungkook con su pulgar y viéndole fijamente a los ojos— Espero pronto logres encontrar a esa persona con la que realmente quieras estar.

Jungkook quiso decir algo pero no pudo, sentía que si abría la boca se rompería y no quería llorar. Había llorado muchísimo durante tantos años que sentía se había quedado vacío, pero estaba equivocado. Al parecer nunca tendría suficiente para llorarle a la misma persona una y otra vez.

Así que sólo le sonrió, una sonrisa que le trasmitió la tranquilidad y seguridad que Ryujin necesitaba para tomar sus cosas y salir del apartamento.

El sonido ensordecedor de la puerta cerrarse desencadenó un silencio abrumador en el lugar. Suspirando, Jungkook se encaminó a su habitación y se quedó ahí durante el resto del día.

Mi Buen Amor, habla de esa relación pasada que no podemos soltar a pesar de que pasen años y años. Habla de ese amor fallido que nunca supimos si hubiera funcionado en una circunstancias, decisiones o tiempos diferentes. Habla de ese amor que finaliza en un "¿Qué hubiera pasado sí...?". Habla de ese amor que a pesar de que nos rompió el corazón no dejamos de preguntarnos si era realmente el indicado o verdadero y simplemente no funcionó.

Porque muchas veces las almas gemelas o los amores de la vida no siempre terminan juntos.

¿O sí?

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