Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Mi buen amigo YoonGi

Hace tiempo se encontraba en una isla, en un sueño y simplemente pasaba por su cabeza lo maravilloso que sería si ella estuviera con él en ese momento. Una lágrima rodó por su mejilla izquierda sintiendo como su corazón le daba un vuelco. Se hacía grandote, se hacía chiquito y el palpitar no lo dejaba en paz. Sintió una desesperación que jamás había sentido en su triste vida… Fue en ese instante en el que se dio cuenta que la había perdido para siempre, que la única persona que él amaba tanto como para ofrecer su vida ya no le correspondía, que lo único que el atesoraba más que el propio oro estaba alejándose rápidamente y no podía hacer nada. NADA. Quería gritar tan fuerte como jamás en su vida, cerciorarse de que ella lo escuchara, de que ella supiera la verdad de sus sentimientos, pero no fue así, no pudo hacerlo, se quedó en el mismo jodido lugar sin siquiera abrir la estúpida boca.
Fue como si estuviera muerto en vida. Así es, murió en vida, ya no le quedaba más porqué vivir. Ella desapareció entra la inmensa calle y no volvió a saber ni de sus risas ni de su mal humor. Pues qué más quedaba que irse, ¿no? Dio media vuelta en dirección opuesta y camino como alguien que se queda sin motivos en la vida. Ah, se percibía en el aire una mezcla de compasión y sufrimiento que tal vez sólo aquel que hubiese sufrido lo mismo se daría cuenta de cuán mal estaba.

Pasaron los días como pasan las cosas que ya no te importan; desapercibidas. Sin darse cuenta dejó que su vida se consumiera en un mar de sueños rotos y risas torcidas, donde lo único “alegre” que habitaba allí era una imagen de una sonrisa en blanco y negro pintada en algún lugar de una pared fantasma. Es increíble cómo puede cambiar la vida de una persona, ¿no? Suspiraba tristeza y exhalaba cantidades enormes de falacias tipo: “estoy bien”.
Jamás había visto algo tan estúpidamente triste como esto. Pero así fue, él estaba tan… tan… agotado por su existencia, en verdad la amaba.

Después de varios meses encerrado como alguien loco y sin control, pareció recuperar la cordura, el razonamiento, y recuperar el amor propio que había perdido hacía mucho. Se bañó, se perfumó, se vistió, se miró al espejo antes de salir de casa, cerró cuidadosamente la puerta como quien cierra una caja con un valioso objeto dentro. Caminó por varios minutos hasta llegar a un parque, donde brillaba la juventud. Al observar a todos atentamente pasaron por su cabeza recuerdos que según él ya habían expirado, pero estaba completamente equivocado, se sentó en una banca y se quedó mirando al vacío. Como un idiota.
El idiota más grande en verdad.

No sé cómo llegó a su casa, tal vez se movió por inercia. Quizás solo caminó a su casa dando paso tras paso mientras estaba perdido en sus pensamientos ridículos.
Un amigo fue a visitarlo aquel día, ni se tomó la molestia de tocar a su puerta; sabía que no atendería. Abrió lentamente y sin hacer tanto ruido.

—Hola —dijo levemente—. ¿Estás, RM?

—¿Ah? —contestó, sobresaltado—. ¿Qué haces aquí? Te dije que no molestaras.

—La que molesta es tu abuela, idiota —dijo su amigo un poco indignado.

—Basta, ¿qué? ¿Qué haces aquí?

—Vine a buscarte, ¿eh? Es hora de salir de este encierro.

—¿Por qué dices eso? Simplemente no me he sentido bien, creo que estoy enfermo o algo, solo eso.

—Vaya, ¿en serio? —soltó sarcástico.

—Sí, en serio. Ahora sal, por favor. Ah, y cierra bien la puerta cuando salgas, pendejo —contestó RM tratando de no molestarse.

—Me quedaré a dormir, y ni te molestes en decirle a tu abuela; ya me encargué de eso y dijo que sí, que está de acuerdo. Ja.

—Bien jugado, damisela —respondió rendido.

RM se acostó en su cama, y su amigo junto a él. Parecía algo romántico, pero no, simplemente es cuestión de ayudar a tu mejor amigo a superar un severo trauma amoroso... Y uno muy jodido.

—Ya, cuenta —habló su amigo, quería saber el chisme completo.

—¿Qué quieres que te diga? La quiero. Fui un imbécil al no detenerla —suspiró—. Fui… aagh, un imbécil, ¿cómo la dejé ir?

—Basta, no te pongas tan sentimental, ¿está bien? Hiciste lo posible y punto. Ella se quiso ir, no espero siquiera a que le explicaras todo y eso, ¿sabes? Supongo que ella se quería ir desde el principio.

—YoonGi, no jodas. Gracias por tu ayuda.

—Cuando quieras, NamJoon.

—Ja, gracioso. Elisa me quería, me lo dijo y me lo demostró. Tal vez, simplemente ya no aguantó más mi inseguridad, y mi situación.

—¿Cuál situación? ¿El que ronques? De ser así, siempre vas a tener problemas con eso, te aconsejo que busques un buen doctor que te ayude a solucionar tus ronquidos.

—¡Idiota, eso no! El que mi padre esté en la cárcel, que todos siempre molesten con eso, que ella sería etiquetada como: “la novia del chico que es hijo de un señor que mató a su propia esposa”.

—Vaya, eso sí es una gran etiqueta. No quisiera ser amigo de ese sujeto. —RM le dio un codazo en la parte de las costillas, tratando de no sentirse triste.

—Solo bromeo, pero sí es una gran etiqueta, tanto como para asustar a quién no te merezca.

—Ja, ja, ja, ¿crees que ella no me merecía? —Su risa fue sardónica.

—Pues se fue, ¿no? Y ni siquiera te dio tanta explicación, y fue la despedida más dramática que pude observar. Muy aparte de que me dejaras en mi auto, esperando, pensando en que subirías para irnos, pero no, te fuiste caminando. Idiota.

—Se me había borrado el mundo por completo, no jodas.

—Perdonado. Para festejar nuestra reconciliación tomaremos cerveza hasta embriagarnos y llamar a Elisa diciendo lo puta que es. ¿Qué tal? —YoonGi sonrió coquetamente.

—Ja, tan gracioso, en verdad, pero sabes que no pasara. Y no tengo bebidas. Qué mala racha para ti.

—RM, parece que no sabes cómo funciono. Tan-tan —mencionó la última frase cantando, haciendo ademanes para señalar la bolsa que estaba levantando del suelo, con gesto de gloria.

—Eres un hombre poderoso. —Lo alabó.

—Lo sé.

Y así dieron las cuatro de la madrugada recordando viejos ayeres, cuando solían jugar con muñecos de acción y carritos a control remoto, jugando cartas de Yu-GI-Oh o Pokemón.

Se quedaron dormidos después de la seis, cuando escucharon que la abuela saldría a comprar y quiso ver que estaban haciendo en el cuarto, justo antes de que ella entrara se hicieron los dormidos… después de 5 minutos, se durmieron de verdad.

—¡NAMJOON! —gritó su abuela desde la planta baja—. ¡Baja ya, caramba!

RM y YoonGi no se levantaron aún con esos gritos.

—¡NAMJOON Y YOONGI! ¡BAJEN YA! ¡FLOJOS, SON LAS ONCE DE LA MAÑANA!

Sí, eran gritos muy, muuuy fuertes como suelen ser los de las abuelitas preocupadas en que sus nietos coman temprano para que después las ayuden con el mandado o la jardinera.

—¡ES LA ÚLTIMA VEZ!

RM se había percatado de sus gritos, pero no quiso hacerle caso; cuando escuchó el último grito, abrió los ojos como platos porque sabía que esa era la última llamada, si no se levantaban seguramente un balde agua fría caería en sus cabezas.

—Yoon, coño. Arriba.

—¿Ah? —preguntó con baba en su mejilla.

—Es la última, no mames, ya levántate.

—¿Queeé? Arriba, ¿qué haces aquí? —dijo YoonGi sobresaltado.

—Ajá.

YoonGi había pagado el precio de no hacer caso a ese grito una vez hace un par de años. Terrible experiencia, ya que soñaba tan bien que se hizo pipí en sus pantalones.

Bajaron tan de prisa que casi se caían de las escaleras, la abuela estaba en la cocina con un desayuno completo y nutritivo, servido en la mesa que había ahí.

—Ya les dije a ustedes que no se duerman con sus ropas de día, que les va hacer mal. Luego van andar como yo.

—¿Todos arrugados? —preguntó RM malicioso.

—Y sin sexo también —contestó su abuela con una sonrisa.

—Doña, no se pase, por favor —refutó YoonGi.

—Ya lo verán, hijos de su madre. Mejor coman.

—Gracias —dijeron los dos al unísono.

—De nada, eso se paga con un favorcito —aclaró la abuela.

—Ya, ya —dijo YoonGi sabiendo hacia donde iba.

—Llevar a Ho al veterinario… —comenzó RM con la lista ya memorizada. La abuela solía cobrar desayunos completos con favores—. Comprar las cosas del mandado… —dijo dando un mordisco a una manzana de un platón lleno de frutas que había al centro de la mesa.

—Decirle a la señora Wang que la espere para irse juntas a la misa… —continuó Yoon, riendo—. Terminar de regar las…

—Bueno, ya —interrumpió la abuela—. De cualquier manera, les dejé la lista pegada en el refrigerador. Voy a bañarme.

—Bueno —dijo Ho.

—Perico loco —dijo la abuela mirándolo con cara fruncida.

La abuela se fue dando pasitos, cuando RM dijo en susurros—: Loca estás tú.

—¡Escuche eso! —gritó la abuela desde el corredor.

Ambos rieron y comenzaron a desayunar.

Que NamJoon tuviera a YoonGi le hacía bien, le ayudaba a recordar que no estaba solo, y que sí podía tener amigos… puede que suene tonto, pero era la realidad.
La mejor realidad de todas, de hecho.

- - -

N/A: Esto lo tengo desde hace como dos años, entonces le he cambiado los nombres. RM era RC, ¿cómo son las cosas, ah? Porque en ese tiempo no conocía a BTS.

Si alguien lee esto, muchas gracias. 🍎(^^)

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro