Inspirado de mi libro: Mi oscuridad y yo (el cuál probablemente suba después)…

Muchos se han cuestionado por milenios el porqué existe el mal y, sobre todo, qué es lo que lo causa. Muchos han especulado que es parte de la naturaleza humana, es inherente a la humanidad y, por ello, es casi imposible poder resistirse a la malicia que rodea al humano día tras día. Sin embargo, ¿cuándo es que surgió el primer indicio de maldad? ¿Quién fue su precursor? ¿Qué fue el detonante? Tenemos entendido que Satán fue aquel que tentó al hombre para desobedecer a Dios y así condenar las futuras generaciones; sin embargo, hay que caer en cuenta que el hombre siempre tuvo la elección de no hacer caso a la tentación, ciertamente, la serpiente fue astuta, pero no por ello lo obligó a cometer aquel acto tan ligero de malicia, el acto que creó un Universo nuevo lleno de posibilidades… posibilidades de carácter maligno, además de maléfico. Entonces, si Satán no fue más que un ser que sirvió como obstáculo tentador, el cual el hombre no pudo evadir y este mismo tomó la decisión de desobedecer, ¿qué lo llevó a hacerlo? ¿Quién le hizo pensar que aquello era buena idea aún sabiendo que era una decisión errónea, aún sabiendo que podía decir no porque Dios así no lo quería?

—¿Y qué fue? —cuestionó una mujer que estaba sentada delante de mí. Su interrupción fue verdaderamente insolente, pero la maldad ya no era algo que me rodeara en este presente.

—Oh, mujer, es aquí donde entra lo interesante… pero lo que más me ha impactado a mí —detuve mi hablar y la observé con perspicacia, destilando en mis pupilas un brillo rojizo intenso—, es verte a ti.

—¿Por qué? —preguntó curiosa mientras me daba una mirada llena de confusión.

—Porque tú eres la segunda persona que ha residido en este mundo sin poseer aquella consciencia que orilla a los hombres a ser malvados.

“Detrás de la oscuridad”

Un libro propio, original.

Próximamente.