Ronniecoln. Fragmento
Para mi amigo TheBlueCristianQ
Era algo indescriptible. Estaba siendo demasiado ruda, aunque era notable que trataba de ser suave al mismo tiempo; una combinación entre una acelerada emoción de adrenalina y una calma interior mediadora. Sus manos se movían rápidamente, pero reduciendo la velocidad de vez en cuando para medir específicamente cada movimiento que hacía. Cuando la veía, Lincoln sentía un éxtasis que pocos tienen la suerte de llegar a comprender; sus cuerpos estaban húmedos por los nervios, más él que ella. Era como si ella ya supiera de antemano lo que hacía y, además, tenía acceso a su mente de alguna forma, pues predecía cada uno de sus acercamientos y los contrarrestaba para seguir sobre él. Entonces llegaron al final…
—¡Maldición! ¿Cómo le haces, Ronnie? —exclamó el peliblanco exaltado de su tercera derrota consecutiva en el juego de peleas dentro del Arcade.
—Es un talento natural, aunque debes admitir una cosa, patético.
Los dos se miraron, ella le regaló una mirada coqueta, provocando que este se sonrojara. Acto seguido, soltó una leve carcajada.
—¿Ves a lo que me refiero? Últimamente has estado raro conmigo, más de lo usual. De cierta forma, tu nerviosismo me ha permitido predecir tus ataques y ganarte.
—Rayos… —emitió un ligero suspiro.
—Ya, Lincoln —le soltó un ligero puñetazo en el hombro—, dime qué te pasa.
Lincoln respiró hondo. Era cierto, estaba más nervioso de lo usual. Sin embargo, todo se debía a que en los últimos años (después de no verse y que por fin pueden recuperar su tiempo juntos estando en la misma Ciudad por causas de estudio) había adquirido un gran afecto por la latina. Tan sólo decir que el tiempo le sentó bien y que además sigue siendo tan… ella. Justo como el día en que la conoció. Era inevitable no recordar todas esas bromas que le hizo y sonreír, sabía que al final sólo trataba de llamar su atención y se volvieron grandes amigos; aunque una parte de él siempre se preguntó si en verdad eran sólo eso: amigos. De esta manera, Lincoln se había propuesto a averiguarlo. Invitó a Ronnie Anne a salir varias veces, con el pretexto de revivir los momentos que tenían justo antes de que se mudara; pero él sólo quería descubrir si tenía sentimientos profundos por ella y, si era posible, ver si ella también. Por ahora, se había percatado de que, en efecto, siente amor por ella. El único problema ahora era saber si ella también sentía lo mismo por ella. Así mismo, con el problema encima, decidió llevar a cabo un pequeño plan. Tener el mejor día con Ronnie Anne haciendo cosas divertidas y medio románticas y declararse al final del día y hallar un nombre más corto para ese plan. En conclusión, era medio día ya y tenía que apresurarse y una cuestión tan reveladora como esa no podía detenerlo ahora.
—Lo que me pasa es que compré dos entradas al cine para ver la secuela de la película que vi a los once años y me traumó —sacó los boletos para demostrar que no era mentira, aunque de cierta forma mintió al evadir la verdadera respuesta a su nerviosismo.
Ronnie Anne rio por lo bajo.
—¿Sólo es eso? Tranquilo, no seas… patético —le dio otro golpe—, por coyón.
—¿Coyón?
—Miedoso, pues.
—Oh, ya —se rascó la nuca—. La función es hasta las siete, así que si quieres podemos ir a dar un paseo por el parque, ir a comer algo y de ahí ver la película.
—Humm… Lincoln Loud, planeando todo desde el 2012 —sonrió.
—Ya me conoces, podría sorprenderte.
—Ya lo creo, aún así, me gusta la idea. ¡Andando!
Lincoln, aún sin saber exactamente lo que hacía, simplemente se dejó llevar por su instinto. Ambos subieron a sus bicicletas y comenzaron a andar por la ciudad. Mientras lo hacían, entablaban una conversación agradable, aunque a Lincoln se le seguían dotando un poco los nervios. Se detuvieron a comprar unas bebidas y siguieron su viaje hasta uno de los parques establecidos en la ciudad. Fue cuando comenzó la función.
—Vamos, la película no debió de ser tan aterradora —se burló bajando de la bici.
—¿Por qué lo dices? —rio con cierto nerviosismo.
—Por lo mismo, sigues estando raro. Hasta estás sudando demasiado, ¿te sientes bien? Conozco un doctor por aquí cerca, seguro hasta te atiende de buena onda.
—No, no estoy enfermo —observaba los alrededores para ver si podía hallar algo para evadirla. Entonces, un olor peculiar llegó a su nariz, haciendo que voltear a a un carrito de tacos que andaba por ahí—. Oye, ¿esos son tacos?
Tan sólo oyó lo último y volteó.
—Sí, así es. ¿Por qué?
—Pues porque rara vez los he comido y quisiera saber si te gustaría comer unos cuantos tacos conmigo. ¡Sí! ¿No se te antojan?
Ahora fue ella quien se puso nerviosa. Sincerándose, se acercó a Lincoln.
—Mira, quiero ser honesta contigo. Nunca te lo dije porque usualmente por ser de México la gente piensa que amo los tacos y el pozole y todas esas cosas… pero es inevitable, ¡los tacos son mi punto débil! Solamente que detesto que se dejen llevar por los estereotipos. ¿No te has dado cuenta que en las películas representan a mi gente con sombrero de mariachi y bigotes Super raros? Bueno, al menos en las americanas —se rascó la nuca con cierta pena.
—Bueno, no te puedo negar lo último. Pero si te gustan los tacos no tendrías por qué sentirte mal al respecto. Aún así, tienes tu secreto a salvo conmigo.
—Gracias, patético —le dio un abrazo. Lincoln le correspondió con un leve sonrojo en su cara. Ronnie se separó—. ¿Y, bueno? ¡Vamos que se me hace agua la boca! —rio y Lincoln le siguió. Fueron al puesto.
Dieron las dos y media de la tarde. Lincoln y Ronnie ahora daban un paseo por el parque. El albino se cuestionaba ahora lo que tenía que hacer, sentía una bomba a punto de estallar en su pecho, temía que su plan no funcionara. ¿Y si lo rechazaba? ¿Y si en verdad era patético para ella? ¿Y si…?
—¿Lincoln?
—¿Huh? —saliendo del transe, le observó.
—¿Seguro que estás bien? En serio, ya me tienes preocupada.
Ronnie se detuvo, pero Lincoln asintió con la cabeza.
—Está todo perfecto, tranquila —y tratando de retomar el paso, tomó su mano y siguió caminando. La chica se desconcertó un poco por la acción, pero dejó que siguiera el curso. Sentía algo extraño en él, desde la mañana. Tomando eso en cuenta, decidió detenerse una vez más y reflexionar… creía saber la causa.
—No es la película, ¿verdad? —dijo en seco, con un tono serio.
—¿Qué?
—Tus nervios. No es por la película, digo, para empezar, ¿por qué querrías ir a ver una película a la que te daría tantos nervios ir? Sería incómodo para uno mismo, hubieras elegido otra…
Lincoln cerró los ojos e hizo un gesto de desagrado. Lo habían atrapado, y todo por culpa de que le hizo caso a Rusty cuando le recomendó ver películas de miedo aún sabiendo que ella no era la típica chica asustadiza.
—Bien, me tienes… no es por la película…
—¿Entonces?
Lincoln soltó un gran suspiro. La miró a los ojos y se quedó estancado en ellos. Eran brillantes y lo tenían atrapado, no se quería despegar de ellos… ahora se cuestionaba si ella sentía algo similar.
—Eres tú…
—¿Yo?
—Sí… Ronnie… eres una chica increíble, ¿sí? Eres ruda, atrevida y aventurada y… el hecho de saber que también has pasado desastres por una familia enorme es chistoso y me hace sentir aún más identificado contigo. El punto es que… desde hace años que sentía un afecto especial por ti, pero no sabía discernir si era algo especial… hasta hace poco.
—¿Qué tratas de decir?
—Lo que digo es —volteó inseguro. No quería arruinar su plan, pero las cosas ya estaban situadas ahí y no podía retractarse—… que estoy enamorado de ti. Me gustas, en serio me gustas y no puedo pensar en decirte otra cosa que no sea que… yo… agh, al diablo —se acercó a ella por sorpresa y la besó.
Ronnie Anne se quedó muda ante Lincoln. Un choque de emociones se cirnió sobre ella… para luego envolver sus brazos en su cuello y corresponder. De una u otra forma, estaban predestinados, tarde o temprano, pero así era.
Lo que sucedió después… ya era irrelevante…
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro