Capítulo 56
LIAM
—Hey, pero si es nuestro hermano problemático. —me recibió Louis.
—Supongo.
—Cuéntanos ¿qué hiciste?
—La cague como por onceava vez.
—Pobre cosa fea —Louis se burlo
—No molestes. —dije, me acosté en el sillón y tape mis ojos con mi antebrazo.
Era hombre muerto, y moriría el día exacto en el que me le había declarado a Brithany, mi novia.
Es oficial, soy tu novia.
—Juro que quisiera molestarte más —dijo Louis —, pero enserió tengo sueño, así que dejaremos esto para la mañana.
—Vete a la mierda, Louis.
—Ahí estas tú ahora mismo.
No conteste nada, no estaba para bromas de Louis ahora mismo. Después del problema de mamá y papá descubriendo que él era un DJ lo aceptaron, por un momento pensé que ocurriría un desastre, que lo echarían de la casa porque papá no quería en un inicio, pero luego dijo: Esta bien.
No es que estuviera celoso de Louis, pero no le dijeron nada cuando reprobó todas sus clases del periodo en la universidad, básicamente se salió de sus estudios, o como lo dijo Louis, se tomara un descanso.
En cambio, yo, si seguiría el legado, y empezaría a estudiar algo que en realidad no quiero.
Escuche la puerta de la habitación de Louis cerrarse, pero también escuche la puerta principal abrirse.
—Se ira, Mónica, ya lo decidí. —escuche a papá discutir.
—No, no se va a ir, se quedará. —Contesto mamá.
—Liam aquí solo causa problemas.
—En otro lugar los causará el doble, estará solo, no ira a ningún lado. Si se va me iré con él.
—¿Estás hablando en serio?
—Sí, no voy a permitir que mi hijo este quien sabe dónde y solo. Ya los he descuidado mucho.
—¿Que hablaste con este señor? —papá cambio la plática.
—Lo que habíamos resuelto en la mañana.
—Claro, bien hecho Liam, la cagaste como siempre.
—Pude haberlo hecho mejor. —dije, en mi misma posición.
—Ya basta de esto ¿No pueden llevarse bien? Liam, sabemos que estas enojado porque estudiaras algo que no quieres, pero no es para que estés faltándole el respeto a tu papá.
—¿Estudiar algo que no quiero? Claro, había olvidado eso.
—Liam, quiero que te vayas a dormir, en la mañana vamos a hablar.
Sin decir nada me levante, me di la vuelta para irme, pero como era de esperarme no me iría a dormir sin escuchar las palabras mágicas de papá:
—Nunca te pido nada y aun así logras decepcionarme. —sus filosas y frías palabras salieron de su boca.
Asentí sin verlo y subí.
Mamá le dijo algo que no escuche, entre a mi habitación y quise tirarme a mi cama simplemente a dormir, pero era obvio que no lo haría, así que tome una ducha.
Quise saber que paso con Brithany, pero estaba seguro de que a ella le había ido peor que a mí, mañana averiguaría que paso con ella, podría escribirle, pero había visto como el señor amargado le había agarrado el celular, era obvio que se lo había quitado.
Deje que el agua fría recorriera mi cuerpo mientras me llevaba una de mis manos a mi polla.
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—¿Entonces no sabes nada?
—No. —fue mi respuesta.
—Mientes, algo paso.
Suspiré y me di la vuelta para ver a la irritable Gissell Oviedo.
—Brithany jamás falta a clases. —dijo —¿Que paso?
—No sé, ve a buscarla, de paso me dices.
—Iré, porque no contesta su celular.
Mire a Gissell quitarse el celular de la oreja y ponérselo nuevamente asustada.
—¿Brity?
Una punzada de alivio me recorrió cuando contestaron su celular.
—Papá numero dos —sonrió Gissell —Quería saber ¿qué paso con Brithany? no vino a clases.
Gissell asintió con su celular en su oreja.
—Entiendo, pero ¿está bien? ¿puedo ir a verla? —se recostó en los casilleros —¿No? ¿Por qué no?
Damián llego al lado de Gissell y la miro confundido.
—Una pregunta mas ¿Por qué tiene su celular? —cuestiono —Entiendo... bueno, espero venga mañana...
Gissell se alejó el celular y se miraba ofendida.
—Me colgó.
—Muy normal en ese señor.
—Algo paso, tú sabes, dime ¿Que paso?
—Si me dieran contexto estaría perfecto, gracias. —se unió Damián.
—Liam sabe la razón por la que Brithany no vino, llame a su número y contesto su papá, estaba molesto. Y esto me llega a deducir que Liam es el responsable.
—Lo normal, echarme la culpa a mí, como siempre.
—Diría algo más, pero viene alguien que si sabe.
—¿Que si sabe? —cuestionó Damián.
—Sí, miren. Hola, Dereck... —Gissell se acercó a Dereck cuando él paso junto a Isaac.
—No sé. —dijo él.
—Ni siquiera he dicho nada.
—Sé que dirás, es un no sé.
—¿No me dirás porque no vino Brithany?
—No sé.
—Dime.
—No sé.
—Dime.
—No sé.
—Dime.
—Se desvelo viendo películas, no se levantó a tiempo, adiós.
—¿Películas? —cuestiono Gissell.
—Sí, adiós.
—¿Películas para reflexionar? Eso es malo ¿esta castigada otra vez? Oh, no, no, no. Su papá es el peor poniendo castigos. ¿Qué más paso?
—Que estrés.
—Dime que paso.
—Ayer vimos un maratón de películas de terror, ella no quiso despertar temprano, ya está. —completo Dereck.
—¿En serio? —Gissell dudaba.
Dereck asintió con pereza.
Yo me recosté en los casilleros.
—Eres tan amable ¿puedes decirle que mañana iré a visitar?
—Si no se me olvida.
Observe todo.
Gissell evito todo contacto visual con Isaac, él en cambio, la miraba descaradamente aun sabiendo que Damián estaba ahí y él lo miraba con molestia.
Pero volviendo al tema de Brithany, me preocupaba algo, sé que Dereck sabe lo que paso, me mira como queriendo dar la aprobación de algo, pero no dice nada.
Me he dado cuenta de que Brithany y Dereck se han llevado mejor últimamente, como hermanos, lo que supongo que son, así que le creo.
Gissell rodó sus ojos.
Y Dereck e Isaac continuaron su camino.
—Odio a ese niño mimado. —confeso.
—Como sea, me declaro inocente —dije —. Así que me tengo que ir, tengo al importante que hacer.
—Te estaré vigilando, Reinhart. — Gissell me señalo.
Me di la vuelta yéndome a buscar mi motocicleta.
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Me quite el casco y me estire, estaba aquí nuevamente, recuerdo muy bien que la últimamente vez que estuve aquí cause un problema, pero esta vez venía a resolver otro.
Y estoy aquí como me dijo mamá esta mañana:
—El papá de tu chica quiere hablar contigo personalmente.
—Ese señor no quiere nada.
—Me dijo que si no llegabas antes de las tres de la tarde todo acercamiento que tienes con su hija se acabara.
—¿Él te dijo eso? —pregunte.
—Ayer, me dijo que si querías algo con Brithany —enfatizo el nombre —fueras a su casa, que te estaría esperado.
—¿Estaban hablando en serio?
—Sí. Liam, he visto como has cambiado por ella, si la quieres arriésgate, si te hace feliz ve y pon la cara. Tu papá dice que lo tienes decepcionado, a mí no, a mí me enorgullece que seas mi hijo.
Asentí.
—Si ella te hace feliz no la dejes ir.
Por eso estoy aquí.
Soy irresponsable, sí, pero estoy aquí antes de las tres.
2:26 PM.
Mire la casa de los Morrison.
Y camine sin excusa.
Toque el timbre.
Esperé, quise irme porque no abrían rápido, pero recordé que estoy aquí por Brithany, solo por ella.
Y abrieron la puerta.
La mamá de Dereck abrió, sonrió y me invito a pasar.
—Discúlpame que te haya dejado esperando, tengo el estómago revuelto.
—¿Enferma? —trate de ser sociable.
—Mhu, no sé, iré al doctor.
—Qué bueno.
—Gracias por preocuparte. —dijo, sonriendo —¿Quieres algo de beber?
—No, estoy bien, pero gracias.
—Bueno, Roger bajara en un rato.
—¿Y Brithany? —cuestione.
—Bueno, su papá esta algo molesto, así que como castigo la tiene en el sótano-ático.
—¿Qué? —pregunte, confundido.
—Está aseándolo. —aclaro.
—Ahm.
Asentí.
Vaya castigos más feos los que le ponen.
Me quede ahí, parado en medio de la sala, esperando al señor Morrison. Creo que merezco que me haga esperar, pero no vine tarde porque quise, no, sacar mi motocicleta me llevo tiempo, tomando en cuenta que tuve que pagar bastante dinero.
La mamá de Dereck estuvo conmigo haciéndome compañía y sacándome platica, tal vez para quitar el ambiente tenso, contándome que trabajo medio día porque había hecho una cita con el doctor porque últimamente se ha sentido mareada y con el estómago revuelto, a lo que yo respondía con asentimientos de cabeza y con un famoso: qué bueno que vaya al doctor.
Escuché los pasos de alguien acercándose y bajando las escaleras, me di cuenta de que era este señor, miré la hora en el reloj que estaba pegado en lo alto de la pared, se había tardado quince minutos.
La señora Karina me sonrió y dijo que terminaría de alistarse.
El señor me observo con molestia, sé que no le agrado, él tampoco me cae muy bien que se diga, pero si dijo que me quería antes de las tres, fue por algo.
Me señalo el sofá para sentarme, sin decir nada lo hice. Él se sentó en un sillón, se puso como un rey, se inclinó hacia atrás, coloco sus brazos en los brazos del sillón. Y su postura de, aquí mando yo y te vas con la cola entre tus patas estaba presente.
Pero decidí ignorar todo porque realmente tenía una prioridad, enfrentare a todo lo que se me pusiera enfrente, porque después de todo ella siempre sufre las consecuencias que yo cometo, era mi turno de enfrentarme a las mismas consecuencias, pero de diferente manera.
—¿Y bien? —el señor empezó —¿Sabes por qué te mande a llamar?
—Algo. —conteste.
—Mira, yo realmente iba a darles mi permiso.
—¿Ahora no?
—Me haces dudar mucho de a quien confiarle mi hija.
—Estoy consciente de que de verdad la cague.
—Brithany es mi única hija, y realmente no quería que pasar esto de confiarle mi hija a alguien, no confió en ti, porque la he escuchado llorar.
No conteste nada.
—Ha sufrido por ti, lo he notado, la conozco, la observo, cada cosa que hace, he notado su mirada perdida y brillante como también esa triste y opaca. ¿Estas consciente de eso?
—Lo sé...
—No quiero ver a mi hija llorar por ti, mira hasta donde llegaron solo por no buscar una solución más sensata, pudieron evitar todo esto.
—Lo sé.
—Pero lo haré porque, aunque odie decir esto Brithany está enamorada.
El señor suspiro.
—Tu madre me dijo que si tuvieran mi permiso no se van a volver a escapar para verse, realmente me hicieron enojar con eso, no quiero que vuelva a pasar eso, o darme cuenta de que lo volverán a hacer.
Estoy seguro de que yo jamás lo volvería hacer.
Y Brithany no lo aceptaría.
—Tampoco quiero que pase eso de entrar a su habitación como la primera vez.
Mierda, muchas veces pensé en entrar a su habitación.
—Si se van a querer ver tendrán un horario, enserió no dejare que se pasen.
—¿Está diciendo que nos pondrá horario? —cuestione.
—Eso acabo de decir.
—Ahm...
—Es eso o nada, sabes donde esta salida.
—No, está bien, siga.
—Eso pensé...
Asentí.
—Nada de cosas inapropiadas, tampoco me vayan a salir con sorpresas porque ahí si me van a conocer enojado.
¿Mas...?
—Lo entiendo. —acepte todo lo que decía —¿Algo más?
—Sí —afirmo —. Cuídala. Respétala. Tengan límites.
—Lo haré.
—Te estoy confiando lo más valioso que tengo, mi hija.
Asentí dándole la razón.
—No la lastimes. —dijo.
—No lo haré. —afirme.
—No la hagas llorar.
—No lo haré.
—Respeta cuando ella diga no.
—Sí.
—No le rompas el corazón.
—Jamás.
El señor asintió.
Junto sus manos y se miraba pensativo, espere unos minutos por si se decidía en seguir haciéndome la lista de cosas que tengo que hacer y que no, pero no, así que decidí hablar yo:
—Quiero ver a Brithany.
—Está ocupada. —dijo —¿Si le ayudas en lo que está haciendo tal vez te deje verla?
—Si con hacer eso puedo estar con ella, sí. —conteste.
—Bien. —accedió, levándose del sillón.
Me hizo señas para seguirlo, así que lo hice, sin notar al rededor. Cuando llegamos a la puerta abierta note como música salía del lugar.
Cuando escuché la música de Why Donʹt We supe de inmediato que Brithany estaba ahí.
La habitación estaba iluminada y hecha un desastre, cajas de cartón por todos lados, libros regados, bolsas plásticas llenas de basura, avance atrás del señor buscando donde esta Brithany.
Y ahí estaba, sentada en el suelo, apoyando su espalda en más cajas de cartón, a diferencia que ella no está aseando, estaba coloreando un libro con dibujos, ni siquiera se ha dado cuenta que estamos enfrente de ella.
La música la reproducía su celular que estaba encima de otra caja.
Fallin', sonaba y Brithany tarareaba la letra de la canción mientras coloreaba con lápices de colores.
—Brithany. —le hablo su padre.
La reacción de ella fue rápida, dejo el cuaderno de colorear a un lado y levanto su cabeza.
Sus ojos cruzaron con los míos, luego miro a su papá y se miraba tan confundida, preocupada y tan bonita con su cabello con un moño desordenado.
—¿Sí? —contesto, mientras la canción se cambiaba.
Tal parece tiene la música en aleatorio por ahora suena Swim de Chase Atlantic.
—Te traje alguien que dice que te va a ayudar.
Brithany no dijo nada, estaba tan sorprendida por todo, tengo que hablar con ella para aclararle todo.
El señor me miro con mucha seriedad, entendí la amenaza que me tiraban sus ojos.
Lo evite y mire a su hija.
—Te dije que saldré —Brithany asintió a las palabras de su padre —. Y a ti te dije muchas cosas, limites fue una de ellas.
Asentí.
—Otra cosa —dijo —. Cuando vuelva no te quiero aquí.
La amabilidad en persona...
El señor se dio vuelta yéndose y dejándome solo con Brithany, en medios de cajas y altas posibilidades de que haya arañas. Mierditas para odiarlas.
—¿Que está pasando? —Brithany se levantó del suelo.
—Nada malo, creo que tuve una conversación interesante con tu padre. —informe.
—No entiendo.
—Tres palabras definirán todo: Esto es oficial.
—¿Hablas en serio? —sonrió.
—Sí.
—¿Sí? —dijo —¿Dio el permiso? ¿Tú hablaste con él?
—Sí a ambas cosas.
—Bien, esto es oficial.
Brithany se tapó la boca con ambas manos, estaba emocionada, y no lo voy a negar, realmente me enfrente al padre de Brithany, y era verdad, pude haber evitado tanto desastre si hubiera hablado con él desde el principio.
—Y tu madrastra está embarazada. —confesé.
—¿Qué?
—Olvida que dije eso.
—¿Karina está embarazada?
—Bueno, dijo que se sentía mal del estómago, mareos, náuseas, bla, bla, bla, está casada con tu papá y no tienen hijos juntos, es obvio que ella tiene que darle, aunque sea un hijo a tu padre. Son simple deducciones, no digas que yo te dije.
Brithany se quedó callada y pensativa.
—¿En qué momento es en el que me besas? —cuestione.
Brithany levantó su cabeza para verme, sonrió y se acercó a mí rodeando mi cuello con sus manos.
Un beso desesperado, juro que amaba que me besara de esa manera, en la que ella dominara, me hacía sentir excitado de alguna manera extraña.
Mis manos la acercaron más a mi cuerpo y caminamos sin mirar hacia donde íbamos, mis manos se colaron por debajo de su playera y Brithany se separó viendo la pila de cajas que habíamos tirado.
—Liam, eso ya estaba en orden. —se quejó, se quería alejar para recogerlas.
Ignore todo tipo de reclamo.
Agarre su cara y la bese.
La bese desesperado aprovechando todo lo que no pudimos disfrutar la noche anterior.
Porque ahora esto era oficial.
Brithany Morrison era mi novia.
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GENTEEE, SE VIENE. SE VIENE EL FINAL.
SALUDOS DESDE MI HABITACION, BESOS OSCUROS, CARTAS POR MONTON Y MELODIAS DE AMOR.
ABBY
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