Capítulo 54
BRITHANY
Liam me trajo enfrente de una colina oscura, me quedé parada cuando miré todo lo que teníamos que subir para llegar donde él quería.
—¿Qué hay arriba? —pregunté.
—Es mejor que veas tú.
—¿Es una mejor vista al cementerio?
—Sería superior.
—Dejemos de hablar del cementerio ¿está bien?
Liam asintió.
—Hay que ir arriba, mi mochila está allá.
—¿Por qué la dejaste arriba?
—Una vez dijiste que tu vida es aburrida, yo te dije que me encargaría de eso. Y eso es lo que he hecho todo este tiempo.
—¿Tú no te olvidas de nada?
—Cuando se trata de ti no.
Antes de que pudiera decir algo Liam me interrumpió:
—Hay que ir arriba.
—Ya, está bien.
Subimos la colina, llegue agitada, pero llegue. De la colina no se miraba absolutamente nada, todo era oscuro, pero si miraba hacia el cielo, este estaba iluminado de estrellas y la luna llena.
El aire frío y fresco me dio en la cara y sin quejarme de nada me sentí muy tranquila.
Sé que estaré en problemas en un par de horas, pero ahora mismo quiero disfrutar estar con Liam, mi novio.
Podría estar aquí toda la noche con él, rodeados de nada, en la cima de una colina, viendo la luna y las estrellas.
—Quiero enseñarte algo. —me dijo Liam.
—¿El que?
—Girasoles.
—¿No crees que ya es muy tarde y está muy oscuro para ver girasoles?
—Sí y no.
Liam se alejó y fue cuando recordé que dijo que tenía su mochila aquí ¿en serio nadie la agarro? Este es un lugar público, y quien sabe desde que horas la dejó aquí.
Por la oscuridad no podía ver bien lo que era, pero parece tubos, los puso rectos, de manera que quedarán parados.
Luego me miró.
—Quiero grabar esto.
—¿Grabarlo?
—Sí, si me mandan a otro lugar quiero llevar esto conmigo, ver este momento siempre.
Liam sacó su celular y me lo extendió con la cámara y el flash activado, entonces comencé a grabar sin saber qué es lo que vaya a pasar.
—¿Ya estas grabando? —pregunto.
—Sí. —conteste, con el celular horizontal grabando a Liam.
—Bien, cuando esto explote agarrare mi celular y grabare tu reacción.
Sin decir nada más lo hizo. Tenía un encendedor en sus manos y encendió la mecha que tenían los tubos, y entendí todo, eran fuegos artificiales.
Y empezó todo.
Los fuegos artificiales salieron.
Explotaron en el cielo.
Liam se alejó y agarro su celular.
—Mira enfrente, Brithany. —dijo Liam.
Hice caso viendo enfrente y lo noté.
Note el campo de girasoles bajo la luz de la luna junto con los fuegos artificiales.
Los girasoles bailaban por el viento y tiraban destellos de colores sobre ellos.
—Liam, esto es hermoso. —le dije.
Mire a Liam, el celular estaba horizontalmente, grabando todo.
—¿Te gusta? —pregunto.
—Me encanta.
—Sonríe a la cámara, Brithany.
Sonreí y tiré un beso a enfrente al celular.
El viento me levanto el cabello pegándomelo en el rostro.
Liam rio por eso.
—Dime que te encanto.
—Me encantas, Liam. —le dije.
—¿Solo eso?
—Y también te amo.
Liam bajo el celular y lo guardo nuevamente.
Y nos quedamos así, viendo los fuegos artificiales mientras iluminaban el campo de girasoles.
Ahora entienda la colina, desde la colina se mira mejor todo, y no me quiero imaginar cómo se miraría este lugar con un atardecer o amanecer.
Liam me atrajo hacia su pecho y me hundí en su abrazo, por primera vez en lo que pareció una eternidad. Fue como volver a estar en casa después de un largo y solitario viaje al extranjero.
Había olvidado lo segura que me sentía en sus brazos, como si nada y nadie pudiera lastimarme.
—No sé si estoy haciendo lo correcto. Para ser honesto, no tengo ni puta idea, pero lo intento.
Le sonreí. Una cálida sensación se instala profundamente porque Liam acaba de darme mucho más de lo que sabe. Puede que parezca duro y un poco frío, pero se preocupa por mí.
Me encuentro inclinándome hacia él.
Entonces sus labios se posan los míos.
Me besa de nuevo con sus labios fríos y con los míos temblorosos, pero sigue sintiendo una sensación única y diferente.
Lo estoy mirando con absoluto asombro, sus ojos brillan de excitación, su rostro se ilumina con la emoción de lo que logró.
Es una locura frenética.
Pero nunca me he sentido más viva. El aire de la noche, las estrellas en lo alto, la luz reflejada en los ojos azules de Liam, lo siento todo. Es absolutamente hermoso.
—Creo que te perdonaría todo. —dije
—¿Lo que hicieras? ¿Cualquier cosa? —dice, sonriendo con picardía.
—Sí, creo —digo —Pero no pruebes esa teoría.
Liam se inclinó para besarme.
Entrecerró sus ojos viendo detrás de mí.
—Mierda. —dijo. —Oh, mierda, mierda. Esto no estaba incluido en el plan.
—¿Qué pasa? —pregunté.
—La policía.
—¿Que?
—Tenemos que correr. —fue la respuesta rápida de Liam.
—¿La policía?
—Sí, ahora vienen con linternas.
—No, no, no, esto es malo.
—Será más malo si nos atrapan
—¿Qué?
—Hay que correr.
—¿Qué? —mire hacia atrás.
—La policía. —confirmo por segunda vez.
—¿La policía?
—Sí, corramos.
Liam agarro su mochila y me agarro de la mano para correr con él.
—¡Oigan, ustedes! —grito la ronca voz de un hombre que traía una linterna.
—¡Deténgase! —dijo otro hombre —¡En nombre de la ley!
—Corre más rápido, Brithany. —dijo Liam agitado.
—Nos van a llevar detenidos, me van a matar.
—Bueno, supongo que esta vez sí nos pasamos de la raya, así que ambos moriremos.
—Que ánimos.
Corrimos toda la colina cuesta abajo mientras los fuegos artificiales seguían estrellándose en el cielo y los policías corrían detrás de nosotros.
Cuando llegamos enfrente de la moto de Liam, pensé que subiríamos, pero él me llevó a otro lugar detrás de unos árboles.
—No me odies, pero parece que nos encontrarán. —dijo.
—¿Dices que nos llevarán detenidos o algo así?
—Sí, o, pueden ser buenas personas y dejarnos ir.
Trate de calmarme, porque realmente no me gusta estar bajo presión y ahora mismo lo estoy.
Escuchaba las pisadas de los policías y eso me ponía nerviosa.
Tenía la espalda apoyada en el tronco del árbol, Liam estaba enfrente de mí, su pecho pegado al mío, tanto que podía sentir su respiración.
—Esos niños se fueron. —dijo uno de los policías.
—No lo creo, la motocicleta está aquí, no se pudieron haber ido sin ella. Están escondidos.
—Si nos están escuchando es mejor que salgan.
—Y si no lo hacen decomisaremos la motocicleta.
—Que hijos de puta. —susurro Liam.
Maldecí mi celular cuando empezó a sonar, lo saqué rápido de la bolsa de mi pantalón y miré la llamada entrante de Dereck.
Todos mis sentidos se activaron.
Dereck. Casa. Karina. Papá. Papá se dio cuenta.
—Escucho algo. —grito el policía.
—Apaga eso, Brithany.
Sin pensarlo conteste la llamada sin decir nada.
—¿Dónde carajos te metiste? Enana del demonio, estas en un problema, tu papá está molesto, muy molesto. Es mejor que muevas ese culo y vuelvas a casa.
No respondí nada cuando Dereck colgó la llamada.
Me quedé paralizada, y estoy segura de que Liam escucho la llamada. No dijo nada, pero me observó.
—Buenas noches, jóvenes.
Liam y yo miramos a los policías enfrente se nosotros.
—Están en problemas ¿lo sabían?
—Lo sabemos. —dije, apoyé mi cabeza en el pecho de Liam.
Quise llorar.
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LIAM
Bien hecho, nuevamente nos metí en problemas.
Brithany estaba a nada de llorar.
Y ahora la única manera de salir se aquí era que nuestros padres nos vinieran a sacar.
Y eso es lo que va a pasar.
Ellos vienen en camino.
No me preocupo por mí, se sabe que no importo, pero ella a mí sí, me preocupa lo que vaya a pasar cuando llegue su papá, cuando llegue a su casa.
Nos habían puesto en celdas diferentes por el simple hecho de que somos hombre y mujer y hay una diferencia y toda esa mierda.
Pero estábamos enfrente.
Había un grupo de cinco hombres detrás de mí que ignore porque tenía mis ojos fijos en Brithany y las mujeres que estaban en la misma celda de ella.
Brithany estaba sentada en la cama apestosa que estaba ahí.
Las mujeres estaban conversando mientras miraban a Brithany y ella evitaba todo tipo de contacto visual.
Y me alarme cuando las mujeres se acercaron a ella.
—Muy lindo tu cabello. —logré escuchar.
—Gracias. —susurro Brithany mientras me miraba.
—A ver, preciosa ¿por qué estás aquí? —hice todo mi esfuerzo por escuchar la conversación, y la voz fuerte de ellas ayudaba bastante.
—¿Estabas haciendo cosas inapropiadas con ese chico sexy con el que viniste?
Brithany no contestó.
—Mira esa vestimenta tan...
—Aseada.
—Elegante.
—Niña de casa.
—¿Qué hará aquí?
Odiaba qué no poder estar con ella, no podía ayudarla a salir de ese aprieto.
Me estaba irritado porque Brithany se mira incomoda, tanto que se levantó y se acercó a los barrotes de la celda, tal vez para sentirse cerca de mí.
Y odiaba a las que estaban con Brithany por molestarla tanto, se pusieron detrás de ella.
—¿Cuál es tu nombre? —me pregunto alguien detrás de mí.
Lo ignore.
—Nos gusta tu cabello. —le dijo una mujer detrás de Brithany.
Ella la ignoro.
—Eres de esos niños pijos. —me dijo otro.
—Tienes cara de ser niña de Papi. —le dijo otra a Brithany.
—Oye, estoy seguro de que te largarás de aquí muy pronto. —un hombre se me acercó.
—Sí, amigo, déjanos un recuerdo.
—Jodan a su madre. —les dije.
—Somos huérfanos.
—Mala suerte.
—La vida nos trata feo ¿verdad, niño pijo?
—Supongo. —les dije, viendo a Brithany.
—A tu chica parece que las cosas se le están complicando.
Y era verdad.
Brithany intercambiaba palabras con las mujeres con vestimentas demasiado extravagantes.
—¿Es tu chica? —me pregunto otro hombre.
—Sí.
—Oigan, zorras. —les gritaron los hombres que eran mis compañeros de celda.
—Dejen a la chica.
—Vamos, estábamos queriendo ser su amiga. —grito una mujer.
—Le comentábamos que nos gusta su cabello, hermoso, sedoso, brillante, fuerte y largo. ¿Qué hacíamos mal?
—Sacar las tijeras. —dije, viendo como una chica tenía unas tijeras en la mano.
—¿De dónde carajos sacaron esas tijeras?
—Amor, te sorprendería si te dijéramos que no es lo único que traemos. —otra le tiro un beso al hombre a mi lado.
—Solo queremos un mechón del cabello de la preciosa, no es la gran cosa.
Brithany ya se miraba molesta, no se miraba nerviosa, ni preocupada, menos asustada, se miraba molesta.
—Ella acepta ¿verdad, guapa?
—No. —fue la respuesta directa de Brithany.
—Deja de ser creída.
—No molesten.
—Aburrida.
Y lo iban a hacer, literalmente le cortarían el cabello...
—Liam Reinhart y Brithany Morrison.
Llegó un policía y las mujeres que rodeaban a Brithany se alejaron.
—Pagaron su fianza, sus padres los esperan.
El policía abrió la celda donde está Brithany primero, ella sin mirar atrás salió. Luego, fui el siguiente en salir.
—Adiós. —le gritaron a Brithany.
—Fue un gusto, Brithany Morrison.
Y por primera vez mire a Brithany rodar sus ojos con frustración.
Ignorando todo a su alrededor camino sin mirar atrás.
Seguí mi camino hasta llegar al área iluminada, y fue cuando llegamos a la entrada, pero con la diferencia que miré a mi mamá y papá parados muy serios.
Y por otro lado mire a Brithany, el señor Morrison lo tengo catalogado como alguien irritante y amargado, pero ahora mismo estaba más que molesto.
Y siento que Brithany se siente algo aliviada al saber que no se va a enfrentar sola a su padre, la mamá de Dereck está ahí.
Camine hasta llegar al lado de mis padres preparándome para todo lo que me dirán.
—¿En qué demonios estabas pensando, Liam? —fue lo primero que dijo mi papá.
—Liam, fuiste muy precipitado al hacer esto. —comentó mamá —Después de la conversación que tuvimos con el padre de la chica habíamos resuelto algo, ahora por esto no se sabe que pasará.
—¿Qué resolvieron? —pregunté.
—Qué tenían el permiso del señor Morrison para que ustedes anduvieran, pero ahora dudo que él quiera. —mi papá tenía sus brazos cruzados.
—¿Por qué no me dijeron?
—Buenas noches —llegó un oficial —, me presento nuevamente, soy el oficial Morales, comenté los hechos por los que los chicos estuvieron aquí una hora y cuarenta seis minutos, espero y este malentendido no vuelva a pasar.
—Dos horas básicamente ¿Cuáles fueron los hechos? —le pregunté a mamá.
—Escándalo público.
—¿Qué?
—Encendieron fuegos artificiales cerca de un cementerio.
—¿Y qué? Ni siquiera estamos tan cerca, además era vía pública.
—Un cementerio, Liam, estaban a metros del cementerio.
—¿Y a quien se supone que molestaríamos? ¿A los muertos?
—Ya basta.
—Mañana iré a pedirles disculpa.
—Y decomisaron tu moto. —informó mi papá.
—Hijos de...
—Aquí están las pertenecías de los chicos. —extendió unas bolsas plásticas donde solo reconocí los celulares. —Este es de Brithany.
El señor amargado, agarro la bolsa y sin mirar a Brithany guardo el celular de ella.
Ella, en cambio, lo miró y apartó su mirada con nerviosismo.
—Liam, este es tuyo. —mi mamá agarro mis pertenecías —. Tendrán que recoger la motocicleta mañana porque ahora está cerrado.
—¿Eso es todo? —cuestionó la mamá de Dereck.
—Sí, nuevamente disculpen la molestia. Pueden irse sin problemas.
Mire a Brithany.
Mire como caminaba delante de su padre y su madrastra. Con la cabeza baja, sus brazos cruzados dándose un abrazo así misma y con pasos rápidos.
Me sentí culpable.
Y tal vez era verdad.
Yo era el problema.
Y tal vez yéndome dejaría de estar distrayéndola.
Siempre he sido ese puto tormento.
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