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Capítulo 46

BRITHANY.

—Tienes que hacer algo ese día. —el director me informo por décima vez.

—¿No puedo hacer algo más?

Me quedé callada cuando la puerta se abrió.

Mi corazón se detuvo por unos segundos cuando lo vi nuevamente.

Liam, Liam, Liam.

Estaba aquí.

Sus ojos y los míos se cruzaron y él solo los evitó, sentí una pequeña punzada, pero rápido desapareció cuando miré al director nuevamente.

—Pensé que tenía que hacer una cita para venir a presentarse. —el director le dijo a Liam.

—Honestamente quién hace esas cosas es mi papá, pero no soy como él.

—Siéntate, Liam.

—Tuve una plática divertida hace unos momentos, así que ando de buen humor.

—Siéntate.

—Que agresivos andan todos hoy.

Liam se sentó a mi lado y no tenía que ponerme nerviosa, aunque suene ridículo estuve practicando este momento, tenerlo cerca era algo que tenía que manejar bien.

—Tengo que irme, así que espero esto sea rápido. —lo presumido y arrogante nunca se le va a quitar.

—Le decía a Brithany que tiene que ayudar de voluntaria el viernes con los del club de teatro.

—Esperé ¿Qué? ¿Aquí hay club de teatro? —Liam se miraba sorprendido.

—Así es.

—No tenía ni idea. Qué vergüenza.

—Decía que, necesito que Brithany ayude como voluntaria ese día.

—¿Y por qué me lo dice a mí? ¿Me está pidiendo permiso o algo?

—No, si me dejaras terminar y no me interrumpieras.

Él se quedó callado.

Él lo miró tranquilamente.

El director se quedó callado.

El director lo miro seriamente.

Yo estaba más callada viéndolos nerviosa.

—¿Y bien? —dijo, después que el director se quedó callado.

—Deja de interrumpir.

Rodo sus ojos irritados.

—Tú también tienes que ayudar ese día. —dijo.

—Eh, sí, por cierto, ese día no podré.

—¿Por qué?

—Tengo la sospecha que ese día estaré enfermo, los viernes siempre me enfermo y mi mamá hace sopa de pollo.

—Comportarte, Liam.

—No entiendo para que me ponen a hacer eso cuando me dijo que subiera mis notas, lo hice, entre al equipo de fútbol otra vez, todo bien conmigo.

—No, nada bien contigo.

—Dijo que tenía que subir mis notas y tener extracurriculares, volví al fútbol ¿Qué le pasa? —Liam parecía más molesto.

—A mí no me hables así.

—Ya no estoy de buen humor.

—Creo que debería irme —trate de levantarme.

—No te he despachado, asi que te quedas. —dijo el director, me volví a sentar.

Suspiré.

Me estaba poniendo incomoda y nerviosa al tener a Liam cerca una vez más.

Habían sido meses largos los cuales traté de sentirme mejor teniéndolo lejos, funcionó, me sentía más tranquila y feliz, pero aún tenía la necesidad de él.

Quería hablarle e incluso besarlo.

Pero sería algo malo hacer eso, sería como arruinar toda la barrera que he construido.

Y no voy a mentir al decir que Liam tiene la capacidad de derribar cualquier barrera que ponga contra él, porque él era más fuerte que cualquier muralla que pusiera.

Y es como si nuevamente estuviera ahí queriendo derribar todo lo que he logrado, no es que haya sido mucho, pero no voy a negar que me aterra cada vez que veo a Liam cerca de mí.

—¿Se han inscrito a la universidad? —preguntó el director.

Liam asintió aburrido.

—¿Te inscribiste? —el director se miraba sorprendido.

—Sí ¿Cree que no tengo la capacidad de entrar?

—No es eso.

—Lo hice, y para su información haré ese examen por mi cuenta, nada de que mis padres me ayudarán entrar solo porque tienen reconocimientos y esas mierdas.

—Entiendo, Liam.

—Pues qué bueno que entienda.

—¿Y tú? —me miró.

—Sí. —dije en un susurro.

—Me alegra, estamos a meses de su graduación...

—¿Para qué me llamo? —Liam se escuchaba irritado.

—Ya dije que vendrán como voluntarios el viernes, ayudarán a los de teatro, o tienen otra opción.

—¿Cuál? —pregunté.

—Entrar al club de debate.

—Ni loca haré eso. —dije, negando —Aunque no quiera acepto, yo ayudaré y saldré de ese compromiso.

—Perfecto —el director asintió —¿Liam?

Liam se quedó callado.

Le hice una pequeña oración mental a los dioses de los acosadores involucrando a la virgen de las hormigas para que Liam dijera que no. Pero no, es algo que no iba a pasar, poque lo que hizo fue.

Verme.

Arquear una ceja.

Y sonreír.

—Vendré. —contesto.

No. No. No. No.

—Bien. —el director sonrió.

—Pero tengo una duda —Liam miró serio al director —¿Tengo que hablar con los del club de teatro?

El director lo miró con una cara de pocos amigos.

Liam se miraba relajado.

Y yo aún no me puedo ir.

—Obvio, ellos te dirán en que puedes ayudar.

—No quiero que me hablen, y tampoco quiero hacer algo que requiera esfuerzo, esa es mi petición. —Liam se levantó de la silla —Me largo.

—Liam, así no funciona el voluntariado.

—Entonces no hare nada, trato hecho.

—¿Ya puedo irme? —pregunté, incomoda.

—Largo los dos, el viernes a la cinco de la tarde.

Me levanté y salí de la oficina.

No quería toparme con Liam, me daba tantos nervios y todas las veces que lo miraba a lo lejos evitaba verlo porque volvía a mi mente ese momento donde decidí irme.

Era un martirio pensar en cómo algo pudo destruirme de una manera tan humillante y al mismo tiempo me haya hecho sonreír y ver ese algo como si estuviera viendo algún atardecer.

Pedí tiempo, pero no sabía que cada día se iba a ser tan destructible para mí, porque cada vez que estaba más lejos de él mi corazón lo quería cerca, si, mi corazón es muy masoquista al querer correr a los brazos de él cuándo sabe que estamos tratando de sanar para luego ver lo que el cerebro nos guía a decidir.

—Hola. —una chica con la que no me llevo me detuvo fuera de la dirección.

—Hola. —dije.

—Tengo que hablar contigo.

—¿Conmigo? ¿De qué?

—Contigo y con él... —señaló detrás de mí —Hola. —le dijo a Liam de una manera nerviosa y tierna.

Sabía que él era el que estaba ahí.

Podía sentir su mirada detrás de mí.

Podía sentir su aura tan única detrás de mí.

Podía sentir como mi corazón enloqueció en unos segundos al oler su perfumen inigualable. 

—¿Que? —contesto, frio, firme y aburrido.

—¿Hablar de qué? —pregunté, directamente.

—Ella es la encargada de los voluntarios el viernes. —escuché la voz del director detrás.

—Sí, el director me dijo que estaba consiguiendo dos personas más para completar el grupo, así que yo les asignare sus actividades ese día.

—Oh —dije —¿Es eso? Bueno, yo enserio tengo que irme, el viernes estaré aquí, ese día me informan que hacer, yo no tengo problema.

Di un paso para alejarme.

—Tengo que apuntar sus nombres.

—Por una mierda, ¿qué te cuesta solo pedírselos al director? —Liam rodó sus ojos.

—Deja de usar ese vocabulario. —le dijo el director a Liam.

—Seamos realistas ¿por qué no solo los pide?

Oh, Brithy. Yo sí sé por qué no se los pidió al director.

La chica seguramente tiene algún enamoramiento con el Liam jodido Reinhart.

Sus ojos sólo lo miran a él.

Y no pude sentirme avergonzada porque puedo verme a través de ella, así estuve yo, y puedo jurar que sigo así.

Enamorada de Liam Reinhart.

—Tengo que irme. —dije nuevamente.

—Bien, retírense, pero necesito puntualidad —el director se miraba enojado —Yo daré la información de ellos.

No sé qué más paso porque comencé a caminar.

Tenerlo cerca me era un reto sabiendo todo lo que paso entre nosotros.

A lo lejos mire a Damián y Gissell sentados mientras platicaban, sin importarme nada me acerque a ellos antes de que se pegaran como babosas y no se soltaran.

—Gissell —dije —ya vine ¿nos podemos ir?

—Claro.

—Eh, bueno, no me maten —ambas miramos a Damián —, pero le dije a Liam que le daría un aventón. —Damián me miró.

—Espero y lo avientes de un edificio. —Gissell rodo sus ojos.

—Eh.

—Espérate —Gissell parecía aturdida — ¿Damián por qué le dijiste eso? —Gissell se cruzó de brazos.

—Me lo pidió, no pude decirle que no.

—Si podías, simplemente decir: n, o, que es No.

—Te lo digo porque también te dije que llevaríamos a Brithany.

—Brity. —Gissell me llamo y no pude moverme cuando miré una sombra que estaba detrás de mí.

Dios, Liam siempre está detrás de mí como un psicópata raro.

Pero te encanta que este detrás de ti.

—Entonces...

—Me iré aparte. —me callé cuando escuché la voz de Liam.

—Te dije que te llevaría. —Damián miró a Liam.

Él negó.

—No quiero incomodar, me iré aparte.

—¿Saben qué? —dijo Gissell —Váyanse ustedes, nosotros nos iremos aparte.

Gissell camino a recoger su mochila que estaba en la banca, se acercó a Damián y le dio un beso corto en los labios.

Damián y Liam se miraron y es como si ellos se entendieran, es como si se hablaran.

—Vamos —Gissell entrelaza su brazo con el mío.

—Gissell —la llamo Damián.

—¿Qué?

—Vénganse.

—No queremos incomodar.

—No incomodan —dijo Liam, me miró y se encogió de hombros.

—Me iré aparte, será mejor —trate de decir.

—No. —me digo él.

—¿Disculpa? —soné ofendida.

—Que no te afecte mi presencia.

—Bien, evitemos este tipo de cosas —se metió Damián —subamos los cuatro y dejaremos a Brithany primero, luego dejaré a Gissell, luego iremos con Liam a recoger su auto que está en el taller de mecánico.

Genial, buen día para arruinarse tu auto, Liam.

Evitamos un pleito y los cuatro subimos al auto de Damián, creí que sentiría el momento pesado porque Liam se sentó conmigo en la parte de atrás, pero no fue así.

Él se dedicó a estar con su celular mientras jugaba algo en línea, evitaba verlo cuando él se movía y pegaba de vez su hombro con el mío.

Escuche a Liam quejarse y supe que se ponía así por el juego, mire su celular y me quedé ida, estaba en medio de una partida y ni siquiera sé de qué es.

El silencio entre nosotros era muy incómodo cada que los minutos pasaban.

Damián y Gissell platicaban y nosotros solo los escuchábamos.

Me alegra que hayan arreglado sus indiferencias y hayan vuelto a ser esa relación, y enserio han mejorado, es como si ese desliz los haya vuelto más inseparable y se vean más en confianza.

Supongo que cuando se ama a alguien no hay nada que haga que se pueda apagar esa luz, es como si fueran ese dulcecito para lo bonito.

Porque ellos tienen una relación muy bonita y sana.

Salí de mi burbuja cuando sentí un golpe en mi cabeza.

Habíamos pasado por un bache y me golpee con el hombro de Liam.

Él me miró y yo me aparte el cabello de la cara, pero no quite mi mirada de él, tal vez suene como un reto, pero quería demostrarle que ya no me intimidada como meses atrás.

Era un juego de quien parpadee pierde, yo no quería apartar la mirada de él, sus ojos se miraban brillantes y podía ver algo diferente en ellos.

Liam bajo su mirada a mis labios y yo separe los míos unos centímetros, me estaba quedando sin aire.

Mi pecho empezó a subir y a bajar cuando mire que Liam se acercaba a mí. Él sonrió y ladeo su cabeza.

—Hola, notitas. —dijo en un susurro —Que intimidante te has vuelto.

Me sentí como si fuera un cubo de hielo en un día soleado.

No quise demostrarle lo mucho que me afectaba escuchar decirme así después de meses de alejarnos, pero era algo muy nuestro, las notitas que le dejaba se volvió en algo que solo nosotros entendíamos.

Y sentí la necesidad de sonreír, pero no lo hice.

—Y tú siempre tan engreído. —dije, viéndolo sin apartar mi mirada.

—¿Cómo te va la vida sin tu bello tormento? —sonrió con arrogancia.

—Nunca dejaras de ser un presumido, ¿verdad?

—Tal vez algún día, pero siento que no será pronto. Uno no olvida lo que es en días o meses ¿Qué opinas sobre eso, notitas de fantasma?

—Lo mismo que tú.

—¿Según tú que es lo que opino yo?

—Que uno nunca olvida lo que es en meses.

—Sé más específica, notitas.

—No es necesario que lo sea, estoy segura de que lo entiendes a la perfección, Liam.

—No, no lo entiendo.

—Claro que sí lo entiendes. Uno nunca olvida el tormento de alguien más, apuesto que tú tampoco has olvidado el tuyo.

—Tal vez. —sonrió con arrogancia. 

—¿Qué tal ese bello tormento? ¿Te sigue atormentando? —sonreí.

—Cada minuto de mi jodido día y así ha sido por cuatro largos meses.

Liam se separó y recostó su espalda en el asiento volviendo a su antigua postura.

Yo volví también a sentarme bien y me di cuenta de que Damián y Gissell no se dieron cuenta de lo que pasaba en la tarde de atrás.

Ellos seguían conversando y Gissell reía por algo que Damián había dicho.

Volví a mirar a Liam y volvimos a tener esa pelea de miradas.

—Brithany —dijo Gissell.

Aparte mi mirada y pude ver una pequeña sonrisa formarse en el rostro de Liam.

Bien, él ganó esta vez.

—¿Sí? —conteste.

—Llegamos a tu casa.

—Oh, sí, me voy a bajar.

Gissell asintió.

—Ahora, me voy a bajar ahora. —me sentí muy fastidiosa.

—Bien —asintió lentamente —. Mira es tu papá.

—Lo que faltaba. —dije.

Abrí la puerta del auto y antes de cerrar busqué mi celular, sentí que mi corazón se detuvo cuando no lo sentí en ningún lado.

Volví a entrar al auto para buscar por si se había caído.

—¿Se te perdió algo? —dijo él.

Y me detuve cuando miré mi celular en las manos de Liam. Él sonrió y levantó mi celular, lo agarré y ahí si pude notar las miradas de Damián y Gissell.

—Un gracias estaría bien. —dijo. Cerré la puerta. Me acerque a la ventana de Gissell.

—Gracia por traerme. —le dije a la pareja enamorada.

—Estamos a la orden para lo que quieras. —dijo Liam. Damián y él intercambiaron sonrisas.

—Brithany, tu papá viene para aquí. —me advirtió.

—Actúa natural. —dije, nerviosa.

 —¡Papá número dos! —grito Gissell.

—Gissell. —dijo mi papá detrás de mí.

—Le traje a su hermosa criatura del cielo sana y salva.

—Me alegra. —dijo mi papá, me acerque a él.

Mire como Liam bajaba la ventanilla de atrás y mi papá lo miró. Sé que a Liam le gusta retar las personas y mi papá no era la excepción.

Mi papá lo miraba serio y Liam sonrió. Quise tirarle mi mochila para quitarle esa sonrisita que tiene.

Sé que me ganaré un regaño por parte de mi papá.

Mire a Gissell dándole a entender que se fueran porque a mi papá no le agrada a Liam, aparte, ella lo sabe muy bien.

—Bien —sonrió Gissell —. Nosotros nos vamos, feliz cumpleaños, papá número dos.

Mi papá se ganó la atención de Gissell y frunció un poco el ceño incluso hasta yo lo hice, porque mi papá no está de cumpleaños.

—Arranca el auto, Damián.

Él sin pensarlo dos veces aceleró.

Me quedé con mi papá viendo el auto perderse.

—Otra vez ese chico. —dijo.

—Papá, juro que no es lo que parece, tengo una explicación. Liam es amigo de Damián y Damián es novio de Gissell y Gissell me dijo que no había problema en traerme, pero lo que no sabía era que también le habían dicho a Liam que lo traerían.

—Bueno.

—¿No estas enojado? —pregunté.

—No.

—Porque no quiero ver películas toda la noche, espera ¿dijiste que no?

—¿Te gusta ese chico? —su pregunta me sorprendió.

—Ehm... —dije.

—¿Te gusta ese chico? —repitió —Solo quiero que seas honesta conmigo, tenme confianza.

—Algo. —confesé, avergonzada.

—¿Qué es algo para ti?

—Mucho.

—Te gusta mucho —mi papá asintió —Bien.

—No me castigues, no me haga volver a ver esas películas para reflexionar porque enserio son horrible, no me gusta ver películas donde cuentan toda su biografía desde niños, pero dices que quieres que sea honesta y lo estoy haciendo. Estoy siendo honesta, muy honesta, por favor no castigues ni odies.

—¿Y él? —preguntó —¿Ese chico le gustas?

—Ehm.

—¿Y él que siente por ti?

—No lo sé.

—Confió en ti, Brithany, pero es por esa razón que no confío en él, no me da confianza, no quiero que llores por un chico, y menos por él, no quiero que te ilusione, no quiero que te rompa el corazón.

Spoiler, papá:

Ya lloré por él.

Ya me ilusiono.

Ya me rompió el corazón.

Ya no sé qué más puede hacerme para romperme más.

—Eres mi única hija y no quiero verte sufrir por amor, eres muy joven para sufrir por eso, pero tampoco puedo ponerte una barrera porque sé estas experimentando muchas cosas.

—No seré una niña por siempre.

—Y no me gusta que estés creciendo tan rápido.

Sonreí.

—No tienes permiso de tener novio, tendrás hasta que él o quien quiera estar contigo tenga el valor de venir a hablar conmigo.

—Ya está claro que nunca tendré a ese alguien. —empezamos a entrar a la casa.

—Quién te quiera se va a arriesgar a todo.

Quien me quiera se va a arriesgar a todo.

Pero si a quien quiero no se arriesga ¿Qué se hace en esos casos?


═══════ • ♡ • ════════

HOLAAAAA.

Casi no escribo aquí abajito, pero quería pedir disculpas sin ven errores ortográficos. Los estaré corrigiendo.

Gracias por todo el apoyo, amor y todo lo que le dan a esta historia, no pensé llegar hasta este capítulo. 

Pero, griten conmigo, ya casi llegamos a los 10K AHAHAHAHHAHHAHAHAHAHAHAHAAHAH.

No se olviden de su estrellita de oro, su comentario de cristal y sus gritos de emoción.

Saludos desde mi habitación, besos oscuros, cartas por montón y melodías de amor.

Abby.


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