Capítulo 27
Brithany.
Entre a la sala que estaba con aromas agradables. Observe todo como si fuera la primera vez al venir, ya que habían pintados las paredes, siempre con colores pasteles, suaves y llamativos.
Me dirigí a la enfermera que estaba atendiendo a las visitas y ella me recibió con una sonrisa forzada; como siempre.
—Hola. —salude la enfermera, me miro con pereza y asintió.
—Sé a quienes vienes a ver. —dijo en un suspiro.
Asentí.
La enfermera apunto algo en su computadora y en unas páginas sobre su tablero. Observé las nuevas fotografías que hay en la pared, sonreí viendo a mis abuelos sonriendo muy felices, bueno al menos mami Celeste, pero papi Víctor fue más: no me jodan.
—Oye, chica. —la voz de la enfermera hizo que me girará.
Siento que a ella no le caigo bien, o simplemente odia el mundo, he venido tres veces contando esta vez, y siempre me mira como si quisiera correrme de aquí.
—Puedes subir, ya sabes, no molestes a Víctor si está molesto porque después quien sufre somos nosotros quienes pasamos con él.
—Gracias, supongo. —dije, amable. Tal parece que la amabilidad en ella no aplica porque ni siquiera me voltio a ver.
Rodé mis ojos cuando me di la vuelta. Ella enserio no me agrada.
Suspire antes de poner el pie en la primera grada, subí lentamente escribiéndole a mi papá informando que ya había llegado. Tengo que decirle siempre cuando entre y salgo de un lugar.
—Hey —escuche una voz masculina. Sin saber si era a mi u otra persona a quien le hablaba levante lentamente la mirada —. Sabía que te conocía.
—¿Me hablas a mí? —dije.
—Claro que sí.
—¿Hola? —conteste, avergonzada.
—Soy...
—Asthon, lo sé. —afirmé más avergonzada.
—Tienes buena memoria.
—No tanto como tú, yo realmente no me fijo en nadie, solo soy yo y mi mundo e ignoro las personas.
—Que va, simplemente es imposible olvidarte. La chica por la cual me involucraron en una pelea.
—Sí, con respecto a eso, discúlpame, fue muy vergonzoso.
Asthon negó con una sonrisa en su rostro.
—No fue culpa tuya, tampoco soy rencoroso. Estoy bien.
—Eso me alegra mucho, aunque no lo creas estuve pensando en ti —negué rápido cuando Ashton arqueo su ceja —. No lo mal entiendas, simplemente pensaba en no volver a verte porque la vergüenza me carcome.
De Asthon salió una corta y baja risita divertida.
—Pues que ya no te carcoma la vergüenza, estamos bien.
Me quedé parada viendo a Asthon, me sentí tan diferente con él, no me sentía incómoda, pero tampoco agobiada y de ninguna manera nerviosa, simplemente me transmitía una confianza de un amigo que no veía hace años.
Baje la mirada porque verlo a los ojos se estaba envolviendo en algo extraño, aunque el silencio entre nosotros tampoco era raro. Y empecé a buscar una excusa para irme, aunque claro está que tengo que seguir mi camino.
—Eh...
—Bueno...
Ambos nos quedamos en silencio cuando intentamos hablar al mismo tiempo.
—Dilo. —me dijo.
—No, di lo que vas a decir.
—No es nada. —se encogió de hombros.
—¿Seguro?
—¿Qué tal las cosas con ese chico? —su pregunta me tomo por sorpresa que me fue imposible hacer un gesto.
Sabía que se refería a Liam, es el único chico el cual haya algo, aunque una parte de mí quiere creer que todo está yendo bien, pero otra me dice que solo será un rato.
Él es alguien que me pone en duda con facilidad.
Pero Liam Reinhart realmente me dijo que está enamorado de mí, me hizo sentirme importante en la vida de él.
—¿Si estas con él? —pregunto.
—Vamos bien. —mi respuesta fue clara y directa.
—Mmm, me alegra entonces —hizo una media sonrisa.
—Bueno, eh, tengo que irme. —di un paso hacia atrás.
—Claro, disculpa que te este atrasando.
—No, tranquilo.
—Me alegra volver a verte, no me imagine verte una vez más aquí ¿Vienes a ver a tus abuelos?
—Así es ¿Tú también?
—Sí, mi abuela se enoja cuando no venimos.
—Entiendo.
—Sí, igual yo. Me tengo que ir.
Le sonreí y me despedí levantando mi mano haciendo adiós. Él levanto su cabeza lentamente como una despedida breve, y me encamine para seguir mi camino, tenía que llegar donde mis abuelos.
No puedo creer que lo haya vuelto a ver, siendo honesta pensé que jamás lo vería, solo recordé la pelea entre él y Liam, fue tan rápido todo que no sabía que hacer.
Negué mi cabeza evitando recordar dicha noche y seguí mi camino.
—Oye, Brithany.
Me detuve cuando escuché la voz de Asthon detrás de mí una vez más. Lentamente me di la vuelta.
—¿Sí?
—No sé si sea muy incómodo para ti, pero ¿me darías tu numero?
Me quede en silencio viéndolo dudando si en darle mi numero o no, pero él me agradaba, me cae muy bien. Así que sonreí y asentí.
Ambos intercambiamos teléfonos y nos agregamos. Asthon se miraba más relajado con su cabello castaño y desordenado, que algunos rizos le dan en la frente y él apartaba haciéndolos hacia atrás.
—¿Estas bien? ¿Por qué te ves tan tensa?
Me devolvió mi teléfono, mire el contacto de Asthon registrado con su nombre y una L, supongo que es la inicial de su apellido.
Pero me sentí extraña cuando dijo eso, sentí que estaba siendo demasiado transparente.
—Estoy bien, tengo que irme.
—Bien, te escribiré.
Asentí alejándome, ya había perdido mucho tiempo hablando con él, y no es algo que me molestara, pero me gusta aprovechar el tiempo con mis abuelos cuando vengo aquí.
Cuando llegue enfrente a la habitación de ellos di dos toques con mis nudillos y escuche la irreconocible voz de mi abuelo.
¿Quién jode ahora?
—Adelante. —sonreí al escuchar la linda voz de ella.
Giré el pomo de la puerta e hice uso de mi presencia, ambos levantaron su mirada, ella fue la primera en levantarse y abrazarme. Sus brazos me rodaron, y cuando se separó de mí sus manos suaves me acariciaron el rostro.
Ella sonreía y beso mi mejilla.
—Qué bueno verte, princesa. —dijo, sonriendo.
—Sí, que bueno que te acuerdas de los ancianos, sol.
Sonreí.
—Pido una disculpa, pero por eso estoy aquí. —me senté el mismo lugar donde me siento cuando vengo a verlos. En el centro.
Verlos es algo que me ha alegrado, me gusta platicar con ellos, el hecho de conocer a los padres de mi mamá me pone completamente feliz, ya que nunca conocí la familia de ella, porque mi papá nunca me habla de ellos, ni siquiera de mamá.
Pero si soy honesta tampoco me molesta, supongo que papá tenía sus razones, y no lo culpo, sé que para él es difícil hablar de ese tema.
La muerte de alguien que se ha amado con todo el corazón jamás se va superar, porque siempre va estar ahí, en la mente, en los sueños, en el corazón. Simplemente son personas que nunca van a morir mientras que las personas que los conocieron sigan en este mundo.
Son personas que siempre van a vivir en el corazón de alguien, aunque su cuerpo ya no este.
—¿Cómo han estado? —pregunte.
—Seguimos vivos, nos siguen dando esas asquerosas pastillas de mierda y ya no vienen a vender galletas.
—¿Ya no?
—No, ahora las regalan.
—No puede ser. —dije, riendo.
—Eso dije yo cuando vi entrar a esas niñas con ese montón de bolsas con galletas. No puede ser. Asquerosas que son.
—Eso es terrible, ¿las vomitastes?
—Las bote.
—A mí sí me gustan. —comentó Celeste.
—Con café no saben a estar hechas con las patas.
—Víctor, que grosero. ¿Tu como estas, princesa? —me pregunto Celeste sonriendo.
Una parte de mí sigue sintiendo vergüenza con ellos, porque no tengo el valor de decirles como dije que los llamaría, y menos abuelos. Es mucho para mí, y me siento mejor al llamarlos con sus nombres, bueno, al menos por ahora.
—Yo he estado bien, han pasado cosas.
—¿Te secuestraron? ¿El número que te escribió era de un secuestrador? —Víctor quito sus gafas y entrecerró sus ojos. sus ojos cafes verdosos se le miraban tan brillantes y bonitos en medio de las pequeñas ojeras que tenía bajos sus ojos.
—No, no lo era. Era Liam. —confesé.
—El crio que no me agrada, ya decía yo que era alguien que odiaba.
—Víctor...
—Querida, ese niño es jodidamente malo para mi sol.
—No lo conoces.
—Pero se ve que es un jodido chico malo.
—No vamos a hablar de esto.
—Ya dije que si ese jodido crio te parte el corazón le voy a partir toda su mandarina, no miento. Y le contaría a tu papá para que vaya conmigo.
—No, no, no, espero que no sea necesario. —me sobresalte. Tenía un terrible terror a mi papá, él me dijo que no me quería cerca de Liam.
—¿Todo bien? — cuestiono Celeste.
—Bueno, es que Liam me dijo algo.
—¿Que te quiere lejos? ¿que jugo con tus sentimientos? lo sabía. ¿Dónde está mi escopeta? —se levantó rápido y busco en su armario algo, Celeste negó y se levantó de la silla.
—¿Se te está olvidando dónde estamos? aquí no está tu escopeta vieja, polvosa e inservible.
—Esa escopeta es legendaria. Es una jodida obra de arte.
—Escucha a la princesa y después actúa. No seas tan impulsivo.
Sonreí viendo a mis abuelos discutir por una escopeta, y me reí recordando que Liam fue quien me dejo aquí, fue atento al decirme que si quería podía volver por mí, negué por competo eso, porque lo que menos quiero son problemas.
Digo, problemas para mí, porque Liam me ha demostrado que no le importa en absoluto, lo he confirmado en varias ocasiones, incluyendo la de mi papá cuando nos encontró en mi habitación.
Eso todavía me tiene algo avergonzada.
Mi celular informando que tenía una llamada entrante hizo que ignorara la pequeña y divertida discusión.
Centre mi atención al teléfono celular y fruncí un poco el ceño cuando mire la llamada entrante era de Gissell.
—Brithany. S.O.S, te necesito, ayuda me estoy ahogando, alerta roja de mejores amigas y todos los colores que nos inventamos para esta situación. —dijo, alterada.
—Dame un color, Gissell. —dije. Celeste y Víctor me quedaron viendo.
—Es el color más feo. —suspiro.
—¿Cuál es ese color? —pregunte, preocupada.
—Café.
—No puede ser —tape mi boca con la palma de mi mano —. Eso es malo.
—Lo sé.
Sí que era algo malo, con Gissell teníamos muchos juramentos y alertas las cuales las hemos diferenciado con colores, y el café era algo ultra mega malo.
—Iré a tu casa. —dije.
—Reúne todas las tropas necesarias.
—Tranquila, estamos saliendo para allá.
—Brithany, enserio te necesito y si no vienes rápido voy a recordarte los 10 códigos de mejores amigas que tenemos.
—Iré a tu casa, tranquilízate.
—No puedo, estoy muriendo.
—Gissell.
—Número uno: Nunca dejar a tu sister sola cuando está teniendo una crisis existencial.
Colgué la llamada. Sé que Gissell va sobrevivir mientras llego.
—¿Otro secuestrador? —pregunto.
—Sí, pero ella enserio me necesita, creo que algo malo está pasando. Lo siento mucho, pero tengo que irme.
—Ve con...
—Mi amiga, enserio algo le paso y no sé qué es.
Celeste me abrazo y me dijo que me cuidara, al igual que Víctor, me dijeron que tuviera cuidado y que le dijera si Liam me rompía el corazón.
Quise decirles que Liam había sido honesto al decirme que le gustaba y que, si estaba muy enamorado, pero rayos sigo sonriendo porque él lo dijo, algo que creí que jamás me diría lo dijo.
Le gusto a Liam.
Supongo que triunfe al hacer que el chico que me gustara se fijara en mí.
--------------
Hola. Ajajajaja, nunca sé que decir aquí, pero simplemente gracias porque leen y esperan las actualizaciones muy fieles.
Gracias por los votos, comentarios y esas costas. Gracias, lo agradezco un montón.
Hasta aquí mi reporte y nos vemos en el otro.
Saludos desde mi habitación, besos oscuros, cartas por montón y melodías de amor
♡
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro