
Capítulo 2
Brithany Morrison.
¡Ay caramba!
Me siento fatal, es como si un enorme elefante me haya caído encima y un mamut le dijo: Oye elefantito yo te ayudo. Y cayeron los dos juntos.
La clase de educación física es lo peor.
Había dado diez vueltas por todo el campus, y después de eso al maestro no le bastó más y nos puso a hacer lagartijas.
Santo Domingo, quítame este dolor en mis pies.
Parecía gato mojado, cuando me mire al espejo y vi que estaba sudando a chorros, era un completo asco.
La noche anterior me había preparado mentalmente para preparar el plan perfecto o eso esperaba. Como mi segundo nombre es mala suerte me salió mal.
Así es y todo tiene nombre y apellido, Liam Reinhart.
Liam vive en una enorme casa la cual es hermosa, tiene un color blanco con rosa, un pateó grande y unos hermosos jardines con tulipanes.. Me estoy desviando del tema.
Concéntrate Brithany.
Como decía, la casa de Liam queda a unas cuentas calles de la mía quise ir a verlo y salió todo mal, él estaba afuera con su hermano mayor, él cual tenía dos perros enormes de color blancos y cuando uno de los perros me vio se soltó del agarre de Louis, el hermano de Liam y me salió persiguiendo.
Jamás había tenido tanta vergüenza en mi vida.
Y lo que me dio más vergüenza fue que Liam salió tras el perro, sus ojos azules me vieron por un momento y se había llevado al perro y como siempre no me dijo nada y ni una disculpa como: Perdona, él así se comporta cuando ve a extraños.
Y para ser honesta no me sorprende que él no me haya dicho nada, ya es una costumbre que él me ignore, así que lo deje pasar como siempre.
No quiero verlo, tengo demasiada vergüenza.
El timbre sonando por todo el lugar me hizo volver a mi realidad, me volví a poner mi ropa para dejar de parecer gato que acaba de llegar de una gran tormenta.
Los pasillos del instituto estaban llenos de alumnos hablando, riendo y unos hasta haciéndose bromas en cambio yo, estaba más aburrida que un lunes de exámenes.
—¡Brity! —bueno al parecer el día lunes pasó a un jueves por la noche. —¡Brity! ¿Dónde estabas? Te estuve buscando toda la mañana.
—Dos palabras —dije —. Educación física.
Gissell rodó sus ojos.
—Educación física es lo peor, no sé porque esa clase está permitida, no aporta nada bueno a la humanidad, nada.
Gissell es mi mejor amiga y la chica más increíble que he conocido, ella y yo nos llevamos desde que tenemos seis año, y desde ese entonces nosotros somos inseparables.
Gissell tiene un hermoso cabello largo negro, unos ojos oscuros, un cuerpo muy formado, la razón es simple ella siempre dice tener una dieta, cosa que es falsa no hay momento del día que no coma alguna chatarra, pero hace ejercicios.
—Mil disculpas —Gissell se recostó en los casilleros —, creo que te iras sola, tengo que ir con... —la interrumpí:
—Damián —complete.
—Eres un encanto, discúlpame enserio, es que tengo... mmm, ya sabes algo importante que hacer hoy.
Hice una mueca y ella levantó una ceja y una sonrisa pícara estaba en su rostro.
Bueno el novio de Gissell, es un chico aburrido a mi parecer, solo entrena y lleva a Gissell a todos lados y ella encantada de la vida que Damián les diga a todos Gissell Oviedo es mi novia. Pero bueno, como dicen por ahí para gusto los colores.
Me sentí como una anciana.
—Una pregunta más —dijo mi amiga, ella estaba jugando con las puntas de su cabello —¿Y Liam?
Escuchar su nombre me estremeció y de una manera extraña, sentí en mi cuerpo millones de sensaciones en mi estómago.
—Me dejaste sola en el salón —se quejo.
—Te corrijo a ti también te cambiaron de sección —la mire y cruce mis brazos —y que te quejas, te toco con tu amado Damián ¿Verdad?
Gissell asintió con una sonrisa.
—A ti te tocó con Liam ¿Cómo haces para no derretirte delante de él?
—Ah... bueno ya sabes, oprimo todo mi sentimiento —dije.
—¿Cuándo te acercaras a él para decirle de tus pequeños secretos lujuriosos?
—No son secretos lujuriosos —aclare —sólo escribo una pequeña nota cada noche.
—¿Y ahora donde las tienes? —me miró con una expresión divertida.
—En un cajón debajo de mi cama.
Rayos.
Si Liam se entera que estoy obsesionada con él me demandaría por acoso.
Las notas que están en el cajón bajo mi cama son una nota que escribo cuando me acuerdo de lo que él hizo en su día, tengo tantas notas en ese cajón.
Lo sé, necesito terapia.
—Jamás voy a volver a leer esas notas cursis.
—No son cursis —hundí mi cejas. —y tú también eres cursi.
—Brithany, escribes hasta cuando ríe y lo perfecto que es cuando pone atención a la clase. —giro sus ojos —y yo solo soy con mi Damián.
No respondí y decidí seguir guardando los cuadernos que no necesito remplazándolos por las materias a las que voy.
—Gissell —escuche una voz masculina, levante mi mirada a donde la voz provenía.
Damián Brown, el novio de Gissell estaba detrás de ella, Gissell rápidamente se dio vuelta para verlo y estampó sus labios con los de él.
Negué con mi cabeza y cerré la puerta de mi casillero, dando un portazo para que se dieran cuenta que yo estaba presente y dejaran de comerse la boca delante de mí.
—Ah... ¿Cómo estás Brithany? —Damián paso su brazo por el hombro de Gissell y ella rodeo con sus brazos la cintura de él.
—Bien, gracias ¿Y tú? —coloque mi mochila en mis hombros.
—Tengo entrenamiento —bufo —Gissell tendrás que irte con... —me miró —con Brithany.
—No te preocupes, está bien. —Gissell lo miro y él le dio un beso en su frente.
—¿Estarás ocupada en la noche?
Lo único que quiero es que el timbre toque para irme lejos de estos locos.
¿Locos? Brithany, tú estás más loca que estos dos juntos.
Gissell esta locamente enamorada de él y no voy a mentir hace una bonita pareja, el chico deportista y la chica bonita, igual a pareja perfecta. Damián es un chico alto con un cuerpo muy ejercitado, su cabello es de un color castaño, sus ojos son marrones, sus labios muy formados y una nariz muy linda.
—Brithany —escuche la voz de Gissell a mis espaldas
Estuvo tan cerca de irme lejos de ellos, no pude.
—¿Quieres venir con nosotros? —Damián ladeo su cabeza y esperando mi respuesta.
—No, la última vez que fui me sentí como un grano en un culo, incomoda.
—Brity, eso no va pasar esta vez —Gissell se justifico —esta noche será increíble, vamos. Deja de ser aburrida por una vez en tu vida.
—¿A dónde se supone que irán?
—Un cumpleaños —dijo Damián.
—No puedo ir a un cumpleaños si no estoy invitada, eso es de mala educación —reproche —no iré, la persona que esta de cumpleaños no me conoce no puedo ir así como así.
Me cruce de brazos y los mire muy seria.
No tenía planes de ir a un cumpleaños de una persona a la que no tengo ni mínima idea de quien sea, ¿Cómo es eso posible? ¿Y con qué derecho Damián invita a rey y mundo a una fiesta que ni siquiera es él? Eso es de gente loca.
Me niego a ir.
—Deja de ser aburrida, te va encantar —Gissell siguió insistiendo.
—No, esa es mi última palabra —sostenía mi palabra en negación.
—¿Qué hacemos para convencerte? —Damián cruzó sus brazos.
—Nada, porque no iré. Tengo cosas más importantes que hacer en la noche.
—Por la virgen de las hormigas —Gissell giro sus ojos —. No tienen nada que hacer hoy en la noche, solo pierdes el tiempo con tus series cuando puedes disfrutar tu juventud, Brity vamos. —hizo una voz chillona.
—Número uno, no existe la virgen de las hormigas, número dos, no puedo ir, y numero tres, tengo mejores cosas con las que perder mi tiempo —sonríe victoriosa.
—En las fiestas es la mejor manera de conseguir novio —Damián se unió a la platica —, puedes ir a conseguir uno.
—No quiero un novio —quiero a Liam.
Me siento tan patética ¡Oh virgen de las hormigas! No, no existen las vírgenes.
—Yo me rindo —Damián se recostó en los casilleros —se niega a ir.
—Vamos, vamos, vamos, vamos, vamos, vamos, vamos, vamos. —empezó a insistir Gissell.
Su voz me estresa, me dan ganas de estrellarla la cabeza en el pecho de Damián y que él hiciera que se callara.
Empecé a caminar y una Gissell insistente detrás de mí seguía con su: Vamos, vamos, vamos, vamos... ¡No! su voz se pasa hasta a mis tímpanos y siento que quieren estallar.
—Bien —me di la vuelta.
No me había percatado de que Damián estaba siguiendo a Gissell y ahora él estaba detrás de ella, con sus brazos cruzados. Vaya.
—¡Sí, eres la mejor! —aplaudió muy emocionada.
—¿De quién es la fiesta? —cuestione.
—Bueno la fiesta es de... —Gissell frunció su ceño y se giro para ver a Damián —¿De quién es la fiesta?
—De Liam. —respondió.
Su nombre hizo que mi corazón volviera a palpitar rápidamente que podía escuchar los latidos rápidos, mis manos empezaron a sudar, mi estómago volvió a sentir esa guerra de avispas, y con mis nervios a mil trate de discipular poniendo unos cuantos mechones de mi cabello castaño detrás de mi oreja, para levantar mi vista a la pareja de enamorados frente a mí.
Mire a Gissell sonriendo con una sonrisa pícara y Damián estaba como siempre su semblante relajado viendo algo en su celular y frunció su ceño.
—Me equivoque. —Damián miraba su celular.
—¿No es de Liam? —mi amiga preguntó.
—Sí es de él —Damián guardo su celular en la bolsa de su pantalón —, pero no es su cumpleaños, es una fiesta común y corriente.
Por un momento se me hizo raro porque Liam aún no cumple años.
—Oh... —dije.
—¿Siempre iras? —pregunto.
—Obviamente irá, nos iremos después de clases para arreglarnos, nos veremos increíbles —Gissell paso su brazos por mi cuello —En la fiesta de Liam —me miró y entendí esa mirada —, dicen que las fiesta de él son épicas.
—Yo he ido a todas —dijo Damián —y confirmó son geniales, siempre hay algo nuevo que se hace viral.
El timbre sonando por todo el lugar hizo eco dándonos a entender que las clases seguían, y aquí es donde mi misión dejando la nota de Liam llegaba a su inicio.
—Nos vamos, Brithany me esperas —Gissell me señaló con su dedo, eso fue una amenaza.
Asentí.
Y ellos se alejaron, Damián la llevaba a su lado con su brazo sobre sus hombros y ella reía por algo que él le decía en el oído.
Y la cursi soy yo.
Una sonrisa tonta se hizo presente y solo pensar que iré a una fiesta se me hacía increíble, y la mejor parte es que no es cualquier fiesta, si una de él.
Una fiesta de Liam Reinhart.
El chico que le escribo una nota todos los días. Todos dicen que las fiestas de él son increíbles.
Mire a los lados del pasillo, nadie estaba, hazlo rápido gritaba mi voz interior.
Saqué la nota de la bolsa de atrás de mi pantalón, corrí rápido al casillero de él, y metí la nota por los orificios del casillero.
Y como toda una loca desquiciada volví a ver los lados del pasillo, no había nadie y allá iba feliz por dejar mi nota en su casillero sin que nadie me viera.
Cuando entre al salón de clases todos estaban sentados en sus lugares y la maestra estaba escribiendo algo en una hoja de papel.
Mi vista llegó hasta la última mesa donde yo me siento, alguien estaba ahí, él ladeo su cabeza y sus ojos azules hicieron contactos con los míos y volvió su mirada a la libreta.
El corazón me empezó a palpitar rápidamente sentí una mala sensación y lo primero que se me vino a mi mente fue:
Brithany él sabe algo.
—Señorita Morrison —me llamo la maestra —tomé asiento ,donde siempre.
Asentí.
Con paso lento llegue hasta mi mesa donde Liam estaba, dirigí mi mirada a la silla vacía... corrijo su mochila estaba ahí, y el momento de hablar y decir quita tu mochila para sentarme llego.
—Eh... —con mi dedo toque su hombro.
Él levantó su mirada y arqueo una ceja.
—Yo me siento ahí —señale la silla donde su mochila estaba —¿Podrías quitar tu mochila para sentarme?
No dijo nada, solo me miró, pasó su mano para quitar la mochila, pero Liam en ningún momento quito su mirada de mí y eso me pone de una manera incomodadamente nerviosa.
—Gracias —dije cuando me senté a su lado.
Liam puso su mochila en la mesa y se recostó en ella, pero su cabeza quedó a mi dirección, sus ojos azules estaban sobre mi nervioso, indefenso y torpe cuerpo.
—¿Tú eres Brithany Morrison, verdad?
Su voz ronca me hizo estremecer mi piel, cada parte de mi cuerpo se erizo y juro que mis orejas estaban caliente.
Y no supe que decir, lo único que mi conciencia decía era:
Oh Brity, él sabe que eres tú.
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