Capítulo 15
Brithany.
Distancia, Brithany, aprende a tener la distancia, sé que no eres buena en eso, pero puedes lograrlo, hazlo por tu bien.
Suspire una y otra vez para recuperar mis nervios, cinco días sin hablarle, sin verlo, sin cruzar caminos, no es nada fácil, pero supongo que todo es por mi bien, no quiero ser tan débil.
Eres valiente, viste la saga del conjuro y no pasó nada, a pesar que no dormiste esa noche, pero ese no es el punto, eres valiente.
Recupere mi postura para entrar al salón de clases, la clase de química es la más baja que llevo, y no es prudente que no entre a clases solo porque Liam Reinhart está ahí, sonriendo, bromeando y siendo el mismo como si sus palabras nunca salieron de él y no me afectaron.
Aunque básicamente no le afecto en lo absoluto haberse comparado así conmigo.
Ignore a todos cuando me vieron, me dirigía a mi lugar para sentarme, saque mis cuadernos para empezar a ponerme al corriente con lo que la maestra estaba haciendo y explicando.
No me considero una chica invisible, porque básicamente no lo soy, pueda que no me lleve con todo el colegio, pero todos me conocen al igual que yo, tal vez sea porque soy amable y muchas veces algo extravertida y trato de sociabilizar con todos. Pero ahora mismo estoy siendo muy apagada.
Y tal vez le esté dando mucha importancia a esto, pero estoy haciendo lo que él me dijo. Alejarme de él.
Y pueda que este muy paranoica porque muchas veces siento que él me observa, y yo siempre trato de ignorar su presencia, cosa que es imposible porque básicamente nos vemos todos los días. Pero lo que he aprendido en esta semana larga es que, es lo mejor para mí.
También me he dado cuenta que no estaba obsesionada como yo creí, porque he avanzado, no le he dejado notas, trato de ignóralo viendo hacia otro lugar, y nunca me enfoque en seguirlo, estoy algo loca sí, pero tengo otras cosas que hacer.
Nunca cree una cuenta falsa para ver todo lo que hacía, tampoco lo seguía, no pegaba fotos de él en mi pared, no hice un altar; así como él dijo, solo tenía cinco imágenes suyas y escribía notas y las tenía en una caja.
Caja que tire, estaba muy molesta y triste, así que saque las fotos y las notas, las rompí por pedazos y todo se fue junto a la basura.
Era lo justo.
Por eso saque mis propias teorías diciendo que no era obsesión, era un capricho que tengo hacia él.
Y digo tengo porque es imposible sacarme a Liam de mi mente, y he dicho millones de veces que me gusta, pero también he dicho que no voy a dejar que venga y me lastime las veces que él quiera.
Soy alguien muy resentida, y pueda que perdone, pero jamás olvido. Y sus palabras aun rondan en mí, y duele.
Termine de copear todo lo que la maestra decía, y aunque físicamente este en clases de química, mentalmente ando en Saturno.
Soy de las que escribe primero todo, y en lo que los demás terminan yo solo observo lo que el pizarrón tiene, según yo para tratar de entender de donde sale todo. Nunca funciona, tengo un problema con cuestiones de números y letras juntas.
—Hola, disculpe la molestia —mire confundida a Gissell cuando apareció en la puerta —, pero me mandaron a llamar a Brithany, el director la necesita con urgencia, parece que hizo algo malo.
—¿Hizo algo malo? —pregunto la maestra viendo a Gissell, ella asintió y me miro a mí, sorprendida.
—Sí, hay dos chicos en dirección que la mencionaron a ella.
—¿Qué? —dije, confundida.
Liam que siempre se sienta en la mesa delante de mí se giró para verme, tenía una ceja arqueada y una sonrisa burlona.
No lo veas.
No lo veas.
No lo veas.
Ya volví a caer...
¿Desde cuando no lo veo tan de cerca?
Cinco días, pero te hablan, cara de alienígena.
—Adelante, Brithany, vaya a resolver ese problema —me informo la maestra.
Asentí confundida porque Gissell me estaba observando, la miré por unos diminutos segundos, preocupada por el simple hecho de que me llaman en dirección.
¿Qué hice ahora? Juro que soy una buena chica.
—Lleva la mochila, es probable que te tengan mucho tiempo ahí.
Volví a mi lugar para guardar mis cuadernos y traer mi mochila conmigo. Me fue imposible no ver a Liam, él parecía confundido, pero le divertía todo.
Lo ignore y camine hasta la maestra.
—Con la tarea —le dije a la maestra.
—Se la reviso en la próxima clase, me recuerda.
Sonreí y salí del salón con Gissell a mi lado, mire la mochila de Gissell tirada a unos metros de nosotras y cuando llegamos a donde estaba, la levanto y sacudió para ponérsela correctamente.
¿Qué está pasando?
—¿En serio me llaman en dirección? —pregunte.
—Claro que no, solo que necesitaba hablar ahora mismo.
—Gissell, no hagas eso. ¿Sabes en el problema que te puedes meter por inventar eso?
—Eso es lo que menos me preocupa. Quien está en problemas es Damián.
—Espérate, déjame organizar todo ¿Dijiste que Damián qué?
—Me engaño, a mí, yo sabía que mentía, pero porque no me dijo.
—Espérate, ¿Qué? ¿Damián te engaño? —dije sorprendida mientras entrabamos al gimnasio donde siempre íbamos para hablar.
Me senté en las graderías mientras Gissell maldecía a Damián. Pero qué está pasando. Esto no me lo esperaba, ¿Damián y Gissell...?
—Te dije que él lo hacía y cuando yo le preguntaba él negaba todo. —informo, con sus manos en su cintura mientras inhalaba y exhalaba.
—¿Te engaño? —dije, sorprendida.
—Sí, es un mentiroso.
—¿Qué hizo? ¿Con quién fue? Sigo castigada, pero iría a quebrarle huevos a su auto y no negaría nada.
—Hoy es viernes, siempre salimos los viernes, y me dijo que hoy no podía, muy molesta le dije por qué, él no me contesto, se puso nervioso y le insistí que dijera lo que tenía que decir ¿Y sabes qué fue lo que me dijo?
—¿Qué dijo? —pregunte muy intrigada.
—Me dijo que no podía salir conmigo porque tenía un compromiso, adivina el compromiso.
—Una chica.
—¿Que?
—Estas diciendo que Damián te engaño. —aclare.
—Sí, pero no con una chica.
—¿Con un chico? —tape mi boca con ambas manos sorprendida.
—No, Brithany, déjame terminar. Damián sí me mintió, pero en lo de esas carreras, él también participa y hoy lo hará. Estoy muy preocupada. Primero le dije muchas groserías por mentirme así, pero después le dije que no fuera.
—Gissell, me asustaste —dije —, pensé que literalmente te había engañado.
—Me engaño diciendo que no hace carreras clandestinas cuando si las hace, eso es un acto de traición.
—¿Me sacaste de clases para decirme esto?
—Sí. —dijo, asintiendo
—Pensé que realmente me llamaba el director, enserio me asuste.
—El director ya se fue —se burlo —. Planee todo bien, en cuestión de minutos, aproveche que el profesor salió, y pues, yo me escape. Como sea, estoy molesta con Damián, le dije que no lo hiciera.
—Y lamentablemente lo hará. —confirme.
—Sí, todos lo harán, hasta Liam.
—Que bien por ellos.
—No digas que no te importa, o que no te preocupas.
Realmente me preocupa mucho.
Pero no es algo que sea de mi interés personal.
¿Ya me puedo reír? ¿Qué estas diciendo? Todos sabemos que sí te importa.
Bueno, el tema de Liam para mí es complicado, porque muchas veces quiero correr y dejarle su nota diaria, y muchas veces no quiero volver a verlo. Pero muchas veces me visualizo volviendo a hablar con él.
Quiero volver a hablar con él.
Quiero preguntarle qué hay de malo en mí.
Quiero preguntarle por qué se comporta así.
Quiero preguntarle muchas cosas.
Quiero gritarle en la cara que es un idiota.
Pero él en esas carreras es algo que me alerta porque es peligroso, pero ya es algo que básicamente no me importa.
Y aunque me dé rabia saber que tristemente me hice una ilusión de poder ser alguien importante para él, no se podrá. El que Liam se haya enterado que yo era la de las notas, solo me hizo sentirme más ridícula.
—¿Tu plan es impedir la carrera de Damián? —pregunte.
—No tengo una idea clara, pero básicamente sí —dijo —¿Me acompañaras?
—Te recuerdo que estoy castigada —le aclare.
—¿Todavía? ¿Qué pasa con tu papá? Ya pasaron dos semanas ¿Hasta cuándo te tendrá así? —Gissell rodo sus ojos.
—Todos los días le pregunto lo mismo, no me contesta, creo que ya lo estrese.
—¿Dejaras que vaya sola?
—Tal vez puedas hablar con él para que me dé permiso de ir a tu casa, así como paso la última vez.
—Sí, puedo arriesgarme, iré a hablar con tu papá, porque si no lo convenzo yo nadie lo hará.
Nos quedamos en silencio cuando escuchamos el timbre sonar. Gissell se dio la vuelta para ver quien había entrado al gimnasio, y vean, el mismísimo Damián Brown.
Él sabe que si no encuentra a Gissell por ningún lado en hora de clases, el gimnasio es el único lugar donde la puede encontrar, muchas veces me busca a mí cuando Gissell se pierde. Pero cuando no nos encuentra a ninguna, bueno, él sabe la respuesta.
Él subió las graderías y me sentí tan incómoda porque Damián quedo viendo a Gissell, ambos se miraban muy serios. Damián ladeo su cabeza para ver los ojos marrones de Gissell, y ella cruzo sus brazos viendo los ojos marrones de Damián.
Como que aquí alguien estorba ¿no?
Hola, botella plástica de coca cola que alguien dejo aquí.
Hola chica rara que nunca superará a su Crush. Medicate, loca.
Gracias, lo tendré en cuenta.
—Gissell, no te puedes enojar por algo sin sentido —dijo Damián.
Realmente hice el esfuerzo de ignorar la plática, pero obviamente es imposible porque los tengo enfrente.
—Si puedo, y además no es una cosa sin sentido, son carreras, Damián, no me gusta eso, es peligroso.
Damián no contesto, suspiro y revolvió su cabello de color castaño, en señal de no desesperar, en cambio Gissell siguió con sus brazos cruzados viéndolo sería.
—No me va pasar nada malo, es un pasatiempo, me tranquiliza.
—¿En serio eso te tranquiliza?
Él asintió.
—Bien —dijo Gissell —, quiero ir.
—No. —dijo él de inmediato.
—Quiero ir ¿Tienes problema en llevarme?
—No.
—¿Entonces?
—No es el lugar adecuado para que estés ahí, hay muchos hombres, son muy pervertidos, no quiero que te vean de manera provocativa.
—Estaré contigo, no tendré problemas.
—No, Gissell, no es lo mismo —dijo Damián, él se acercó a ella y sus manos acariciaron su rostro —, no quiero que vayas.
—¿Te miras con una chica ahí, verdad?
—No, Gissell, no me miro con ninguna chica, simplemente no quiero que vayas porque no es un lugar para ti...
—Lo siento, la interrupción y su momento hermoso, no es sarcasmo, realmente es hermoso, pero Gissell te dejo, tengo que ir a clases. —dije, apenada.
Ella sonrió y asintió. A Damián ni siquiera lo vi.
Salí del gimnasio para dirigirme nuevamente a clases, con la vergüenza del mundo más grande de saber que tengo que entrar como si nada, cuando todos vieron que salí creyendo que realmente el director me ocupada.
Eso fue vergonzoso Gissell.
S.O.S Brithany, peligro. Chico rubio, creído, arrogante, presumido e idiota de ojos azules a la vista.
Ayuda ¿Qué hago?
Finge demencia.
¿Cómo hago eso cuando él me está viendo?
Solo ignóralo.
Seguí los consejos de mi conciencia y empecé a caminar, pero Liam camino hacia mí, baje mi mirada apenada cuando quede enfrente de él.
Camine a la derecha, pero él también.
Camine a la izquierda, pero él también.
Volví a la derecha, y él también.
Volví a la izquierda, y él también.
—Parece que quieres bailar —dijo. No lo mire —, soy pésimo para eso.
—Parece que no tú no entendiste el: aléjate de mí.
Me sentí satisfecha de mis palabras, y aunque no lo esté viendo sé que mis palabras lo tomaron por sorpresa.
—Eres resentida y orgullosa, cariño.
Levante mi mirada molesta, me sentí ofendida cuando me dijo cariño, porque no sé si lo hace por burlarse de mí. Y eso me hace dudar, después de que yo subía su autoestima, él bajo el mío con tan solo decir unas palabras.
—Parece que tú si entendiste a la perfección el aléjate de mí —enfatizó las palabras con una sonrisa arrogante —, me siento culpable.
—Lo dudo.
—Ahora recuerdo tus palabras —sonrió y ladeo su cabeza —, dijiste que eras ruda.
No dije nada, porque tampoco tenía planes de hacerlo. Pero él dio un paso más, me sentí asfixiada por su cercanía y yo empecé a retroceder, y él se acercaba más.
No me gusta donde está yendo esto.
Claro que te gusta donde está yendo.
—Brithany, no te lo tomes tan personal, estaba molesto y me desquite todo en ti.
—Es la respuesta más simple y aburrida que he escuchado, sin ofender. —dije.
Realmente me dolieron sus palabras, y las cosas no se olvidan de la noche a la mañana, debe esforzarse más para recuperar mi confianza.
Confianza que él mismo me dijo que quería y en un abrir y cerrar de ojos la perdió.
—Estoy pidiéndote una disculpa. —dijo.
—¿Esa fue tu disculpa? Se escuchó tan falsa.
—No soy bueno con las disculpas. Agradece que lo hago, porque no soy así con nadie.
—¿Y conmigo sí? —dije, burlona.
—Tal vez sí.
—¿Sabes lo que está pasando? —cruce mis brazos
—¿Qué está pasando?
—Nos estamos perdiendo las clases, otra vez. Eso está pasando.
Vaya, me impresiona las palabras que están saliendo de mí, porque no soy una chica que dice groserías sin importarle si va lastimar a alguien, puedo jurar que pienso las cosas antes de decirlas, pero ahora mismo me siento tan bien al hablarle así a Liam.
Se lo merece por cretino.
Liam parece entretenido conmigo porque empezó a caminar nuevamente y logro lo que quería, acorralarme como siempre lo hace, todo para ponerme nerviosa.
Su mano se colocó al lado de mi cabeza sosteniéndose en la pared detrás de mí, y su mano libre acaricio mi mejilla.
A pesar de los nervios que desbordan de mí, evité a toda costa mirarlo, no quiero mirarlo, porque sé que si lo hago voy a caer en sus palabras y bonitas mentiras. Sé que eso es lo que él quiere.
—Dime algo. ¿Tú quieres que me aleje, Brithany? —levanto mi mentón, pero no lo vi —, mírame a los ojos, Brithany, y dime que quieres que me aleje.
—Tú dijiste que quieres que yo me aleje.
—Pero, ¿Tú quieres que yo me aleje?
No dije nada y tampoco lo mire, ni siquiera sé que decirle.
—Si no dices nada tomare tu silencio como una respuesta a mi favor.
Mi corazón está palpitando muy rápido, mi garganta está seca, estoy nerviosa y siento que en cualquier momento voy a empezar a temblar, quiero ver los ojos de Liam, pero estoy en una guerra interna. Me siento torturada, me siento controlada e indecisa
Estoy dudando porque Liam me gusta, y me cuesta aceptar todo lo que está pasando, y ahora mismo me cuesta entender que está haciendo aquí, cuando él fue claro cuando me dijo que me quería lejos.
—Bien, ahora entiendo la tortura de lo que es el silencio, es horrible y lo acepto, es aterrador.
—¿Mi silencio es aterrador? —pregunte con mi cabeza agachada.
Él se quedó en silencio, pero no quise verlo.
—Supongo que sí.
—Eso suena tan nuevo en ti.
—No soy orgulloso ¿Tú eres orgullosa?
—Lo soy, o eso creo.
—Creo que la cague y te enojaste —dijo, levante mi mirada para verlo —, pero son palabras, y no valen una mierda. —se encogió de hombros, como si fuera normal y sin importancia.
—No me enoje, me dolió.
—¿Quieres que me aleje, Brithany?
—Yo no lo sé...
—¿Entonces?
Y tal vez me arrepienta de esto y de lo que voy a decir, pero no quiero que se aleje, quiero que se arriesgue por mí, quiero saber si él es capaz de saber qué es lo que quiere, quiero saber que si al menos le causó curiosidad y quisiera saber algo de mí.
Pero una parte de mí, la sensata, digna y orgullosa me dice que mientras él este lejos será lo mejor para ambos. Porque yo no haré nada al respecto.
No puedo creer que este en una balanza de querer y no querer, y ni siquiera empezó algo, pero sus palabras frías y directas realmente dan mucho que decir y entender.
Pero si acepto que él se vaya será el fin de algo que ni siquiera empezó...
—¿Qué quieres que haga? —me pregunto, sus ojos tiraban un destello de curiosidad.
—Quiero que me beses —confesé, avergonzada.
—¿Y después? —él me pregunto.
—Te vas.
—Tristemente no podré hacer eso.
—¿Por qué?
—Porque si te beso me será más imposible alejarme.
—Entonces, aquí termina tu tormento —dije, avergonzada.
—Fue un honor, pero ahora empieza el tuyo. —dijo guiñándome el ojo y dándose la vuelta para irse.
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