Capítulo 11
Brithany Morrison.
A las tres de la madrugada me dormí.
Y estoy furiosa porque vi todas las películas, absolutamente todas incluyendo los créditos.
No subí a mi habitación me quede en el sillón durmiendo, y siento que papá vino a verme o algo porque el televisor está pausado y tengo una sabana caliente cubriéndome.
Pero me siento tan soñolienta que no quiero abrir mis ojos, de igual manera siento pesado mis párpados que no quieren abrirse.
¿Por qué no quedarme otros minutos más?
Pasos acercándose me obligaron a no querer abrir mis ojos.
—Se quedó a dormir aquí —dijo Karina —, creo que te excediste con los castigos.
—No me gusta imponerle castigos tan estresantes para ella, pero realmente ayer me hizo enojar, odie la manera en la que se miraban.
—Ella está creciendo, ya no es una niña.
—Y me aterra que lo esté haciendo muy rápido.
—También le quitaste sus cosas.
—Sí.
—¿Cuándo se las darás?
Gracias, gracias, por preguntar eso.
—Cuando vea cambios en ella.
—¿Qué tipo de cambios?
—En todo, ella a ti ni siquiera te habla y a Dereck, bueno ellos no me importan como se lleven, pero creo entenderlos, y conmigo, ella ha estado tan distante.
—Dale tiempo, se está acostumbrando.
—Hemos sido ella y yo toda la vida y ahora ella ha cambiado tanto en tan pocos días.
—Dale tiempo, ella es joven tiene que experimentar cosas, es obvio que le gustan los muchachos, no te molestes en que conozca su primer amor.
—Me molesta que irrespete mi casa.
—Me dijiste que te pidió perdón.
—Sus ojos se aguaron cuando la regañe, siento que soy un mal padre.
—No eres un mal padre, solamente te dejaste llevar por tu enojo ¿hasta cuando le quitas el castigo?
—No lo sé, ella sabe que mis castigos son hasta tiempo indefinidos.
—Se desvelo viendo esas películas.
—Se desvela con ese celular, es casi lo mismo.
Sé que cuando papá me castiga pueden pasar semanas e incluso meses. Por esa razón no pregunté cuánto duraría mi castigo.
¿Por qué no siguen hablando?
¿Qué estas haciendo?
¿Se están besando?
Oh no, eso es incómodo porque yo estoy haciéndome la dormida.
Tengo que irme de aquí ¿Qué hago? No quiero que sepan que los estuve escuchando, pero tampoco quiero hacer que me acabo de levantar.
Tírate al suelo.
No.
Hazlo, valdrá la pena el golpe, total, del suelo no vas a pasar.
Pero sin duda alguna sumare esto a mi lista de cosas vergonzosas que he hecho.
Hazlo.
Me di vuelta, no, no me voy a tirar, bueno sí, el golpe valdrá la pena.
Sentí el golpe en mi espada y me arrepentí cuando no medí donde podría caer, un jarrón se quebró.
—Aush —me queje envuelta en las sabanas.
—Brithany —dijo mi papá.
—Estoy bien, gracias.
—Hey, qué haces ahí —mire mal a Dereck que venia caminando, andaba su cabello negro mojado mientras lo revolvía con su mano.
—Estoy viendo como una hormiga baila punta.
—Ah, ¿Qué tal lo hace?
—De maravilla —dije levantándome del suelo para sentarme en el sillón.
Con las palmas de mis manos restregué mis ojos y volví a acostarme en el sillón, realmente estoy arrepentida de haberme tirado.
Levante mi mirada cansada a papá, realmente me siento cansada y agobiada por no hacer dormido bien, y no sé qué pase por su mente o si se siente culpable.
—¿Qué tal tu noche?
Papá, odie esa pregunta, fue horrible, la noche más larga que he tenido. Esa es la respuesta que quisiera darle.
—Mire todas las películas.
—¿Cuál fue tu favorita?
—La primera fue aburrida, la segunda me hizo llorar, la tercera, rayos el protagonista esta guapísimo, la cuarta fue un asco, la quinta fue romántica, la sexta fue un documental de 100 cosas que no sabias de los osos, la séptima fue la mejor, no sé si fue para recompensarme, pero la isla siniestra fue una muy buena película para terminar mi castigo.
—Veo que si viste todo.
—Hasta los créditos.
—Pero tu castigo aún no acaba.
—Ya vi las películas —me quejé —¿Sabían que los osos polares tienen la mordida más dura que el tiburón blanco?
—Iras a este lugar después de clases —me extendió un papel con una dirección —, es un asilo de ancianos.
—Oro y cristal ¿Qué clase de persona le pone ese nombre a un asilo? ¿Y por qué tengo que ir ahí?
—Porque yo quiero, voy a llamar para confirmar que fuiste, ellos allá te llevarán a una habitación, platicaras con esas personas.
—Que castigo tan asqueroso —dijo Dereck caminando a la cocina —¿por qué estas castigada por cierto?
—No te importa.
—Las chicas tienen una manera tan estúpida de exponer las cosas.
—Me iré de aquí -me levante y agarre mi sabana —, e iré a llorar mientras me baño.
Me di la vuelta subiendo las gradas. Cuando llegué a mi habitación quise tirarme en mi cama, pero siendo sincera es mejor ir y bañarme con agua fría. Además, mi cama tenía ropa mía, mi habitación es un desastre.
Al igual que mi vida.
No es para tanto.
Cuando salí lista para ir abajo quise decir que el baño con agua fría me quito el sueño, pero no, me dio mucho más sueño de lo que ya tenía.
Miré como desayunaban, me sentí tan cansada de esto, porque ahora esto me he es raro, todo esto es raro, desde que papá trajo a Karina y Dereck todo se ha complicado aquí en casa.
Y aunque yo aceptó su matrimonio no me siento cómoda con esto.
—Papá, ¿Cómo me iré a ese asilo? —dije.
—Con los pies.
—No estoy hablando contigo, Dereck.
—Ah, sentí que era un momento adecuado para quitar la tensión.
—Chismoso.
Él se encogió de hombros.
—Chismoso es para chicas, soy alguien curioso.
—No es chismoso solo curioso —dije rodando mis ojos.
—Ves, eso suena mejor.
Mi papá suspiro y me extendió dinero.
—Paga un taxi para que te lleven, yo te iré a traer.
—No tengo celular para que me avises.
—Pasare a las cuatro, cuidado con lo que haces. Me tengo que ir.
Mi papá salió de la casa y no sé, si no se despidió de Karina porque estábamos Dereck y yo viéndolos muy serios, pero para ser honesta se sintió extraña la manera en la que ellos se vieron. Ellos querían despedirse correctamente, pero sus hijos aquí presentes no los dejamos.
Ignoré eso y decidí ir por un vaso con jugo.
Me había arrepentido de decirle a Gissell que no pasara por mí, porque ahora tengo que irme sola, y ni siquiera tengo celular para comunicarme con ella para decirle que si quiero que venga por mí.
Pero tampoco quiero irme caminando, levante mi mirada a Dereck. No, él no me llevaría, yo soy odiosa, él es odioso, ambos somos odiosos, ese viaje no saldría nada agradable.
Pero, ¿Qué pierdo si le pregunto?
Una respuesta burlona y sarcástica de él.
—¿Me harías un favor? —pregunte, ambos levantaron su mirada para verme.
—No presto dinero, no paso los números de mis amigos, no me hago pasar por novio de nadie, no le presto mi cuenta de Netflix a nadie.
—No es nada de eso.
—¿Entonces?
—Tengo mucha vergüenza, pero, me darías un aventó.
—Si quieres.
—Mejor no, quiero estar sola.
—¿Estas bien? —me pregunto Karina.
—No, no estoy bien, quiero pensar.
Salí de la cocina, agarré mi mochila que había dejado en la sala y salí de la casa molesta. Odie la manera en todo lo que está pasándome, y me siento tan horrible decir esto, pero nadie me entiende.
Y aunque Gissell me escucha y aconseja diciéndome que todo va mejorar, que siga siendo la misma sin importar todo el desorden que esté pasando en mi casa, no me siento bien, nada va cambiar, porque ahora nada va ser como antes.
Pero realmente quiero un consejo más, quiero que alguien me diga y entienda de una mejor manera. Y aunque siento que le estoy poniendo mucha preocupación me da coraje, porque siento que me estoy desmoronando sola.
Estoy triste y algo celosa, y odio admitirlo, pero desde que papá trajo a Karina se ha olvidado de mí, ahora ni siquiera me pregunta si estoy bien, que como va mi día, como me fue clases, él ni siquiera sabe que me cambiaron de salón.
Me siento sola.
—Te ves que estas muy sumergida en tus pensamientos.
Me detuve cuando su voz me hizo salir de mis pensamientos. Liam es alguien muy impredecible, porque siento que salió de la nada.
Mire cuando se paró enfrente de mí, me dieron tantas ganas de llorar, porque ver a Liam solo me recordó que estoy muy lejos de mi castigo. Y aunque amo mucho la manera en la que hace que mi cuerpo responde a sus encantos me siento que fatal.
Hoy no es de esos días donde quiero hablar con alguien, de hecho, quiero estar sola.
Estamos hablando de Liam, sabes que no puedes rechazarlo.
Puedes hacer una elección porque es él, sabes que te gusta.
—Te ves fatal —me dijo —¿Te castigo tu papá?
—Sí, no dormí bien —conteste.
Yo empecé a caminar y Liam camino a mi lado, me puse algo nerviosa porque estoy caminando a su lado y eso me hace que millones de sensaciones exploten en mí.
—La Brithany que conozco se hubiera dado cuenta que venía detrás de ella con solo oler mi perfumen.
—O solo hubiera entrado a mi papel de chica dramática y viera dicho: alguien me esta siguiendo.
—O ambas.
—Posiblemente.
—¿Te castigo solo por un beso?
—Sí.
—Siento mucho lo de tu castigo, pero no me arrepiento de nada.
Caminamos en silencio, pero para ser sincera no fue un silencio incómodo, porque tampoco me siento mal el ir a su lado. Pensé que ahora que nos habíamos besado el ambiente entre nosotros estaría horrible, tenso y que las probabilidades de que algo más pasara se iban a acabar.
Pero no es así, Liam realmente está a mi lado.
Y me siento bien.
—¿Estas bien? —me pregunto después de ir en silencio.
Suspiré y negué.
—No, no estoy bien.
—¿Qué te pasa?
—Estoy cansada, ayer no dormí porque mi papá me puso a ver seis películas para reflexionar sobre la vida y un documental de 100 cosas que no sabías de los osos, y después de clases tengo que ir a un asilo de ancianos, porque mi castigo sigue, y tengo que ir a conversar con alguien en ese lugar.
» Y también me quito mi celular y mi laptop, me siento tan fatal, tengo tantas cosas atoradas en mi garganta que quiero sacar, muchas veces quiero llorar y gritar porque no tengo una vida normal como yo quisiera. Tengo una obsesión contigo y eso no es nada sano porque te dejo notas que ya no son anónimas, y mi papá ahora no es como antes porque prefiere saber si su esposa está bien antes que yo. Tengo a Gissell, ella siempre me apoya, pero tampoco quiero abrumarla con mis problemas
» Y ahora me siento ridículamente patética porque te estoy contando esto cuando no te importa saber de mi vida, sé que tengo la necesidad de querer desahogarme, y discúlpame por usarte como un papel para escribir mis ridículos problemas.
Suspire y evite que mis lágrimas no salieran porque le estoy contando mis problemas sin sentido a Liam y esto ya es más humillante. Pero decidí respirar. Los adultos siempre dicen: los jóvenes que problemas pueden tener, y aunque ellos no sepan una palabra te puede desmoronar por completo, que incluso te puede dar un bajón de animo de cinco días.
—Tengo un horrible lío.
—Lo noté.
—A veces solo quiero silencio.
—A mí me gusta el silencio, la gente me estresa.
—Creo que soy buena persona y valgo la pena.
—Sí, estoy seguro que te mereces todos los poemas que has dedicado.
—Son demasiados.
—Creo que todavía son muy pocos para alguien que le da notas anónimas a un engreído.
Forme una pequeña sonrisa sin verlo. Es me hizo sonrojarme, porque sentí como mis mejillas se calentaron.
—Eres alguien misteriosa, escondes todos tus problemas detrás de una sonrisa.
—No soy misteriosa, soy discreta, siempre creo y estoy segura que a nadie le importa lo que pienso. De todas maneras, soy la única culpable, porque nunca hablo de mí, ni de cómo me siento, pero es que también siento que si hablo y digo todo dirán que soy una exagerada y eso me aterra.
—Hablaste conmigo y en ningún momento te juzgue.
—Te use como si fueras mi almohada, pero en vez de dejar mis lagrima te deje saber lo triste y solitaria que me siento. Esto es deprimente.
—En tu casa la pasas triste y sola, tal vez te haga reír, tal vez.
—No tienes que hacer nada si no quieres.
Me quede en silencio cuando llegamos a nuestro martirio, el instituto enfrente de nosotros con todos reunidos hablando y conversando. Mire a Gissell y Damián en una esquina besándose muy apasionadamente. Ya no me impresiona eso de ellos, pero ella abrió los ojos y se separo de Damián para verme sorprendida.
—Solo porque hoy estas desanimada voy a dejar que no subas más mi autoestima con tus notas —dijo —. Divierte con los ancianos, cariño.
Engreído arrogante.
Sabes que babeas por él.
—Vi mal o venias caminando con Liam.
Mire a Gissell sonriendo.
—Vistes bien.
—Vaya, esto va enserio, amo esto, estoy tan orgullosa.
—No es para tanto.
—Brithany, Liam te está hablando, ¿sabes qué significa eso?
—No significa nada, ambas sabemos que no podre tener nada con él.
—Apuesto un sí —dijo mientras caminábamos —. Como sea, te estuve llamando para decirte que termine de ver la novela turca que me recomendaste, me encanto, yo sabía que el guardaespaldas se iba a enamorar de la esposa de su jefe y que pasaría un caos después, lo único que odie fue ver los subtítulos.
—Te lo dije, y bueno mi papá me quito mi celular, estoy castigada.
—¿Qué hiciste ahora? —se cruzó de brazos viéndome mientras negaba con sus ojos entrecerrados.
—Mi papá me vio con Liam —confesé —, besándonos.
—Virgen de todas las santísimas hormigas.
—Los dioses de los acosadores no me protegieron.
—Pobre de mi bebé —Gissell paso su brazo por encima de mi hombro —¿Qué te puso a hacer tu papá? Es que siendo honesta los castigos de tu papá son espantoso.
—Vi películas para reflexionar, y 100 cosas que no sabía de los osos ¿Sabías que la lengua de los osos polares es azul? Oh, ellos también pueden nadar por nueve días sin cansarse.
—¿Qué te ha hecho tu padre? —dijo Gissell muy dramáticamente mientras negaba con su cabeza.
Iba a decir algo, pero el timbre sonando por todo el lugar me asusto. Sonó de improviso.
—Como quisiera hablar contigo de tu beso apasionado que te diste con Liam, pero tengo que ir a clases, hablamos después, iré a tu casa.
—Hoy no estaré, mi papá me obligo a ir a un asilo después de clases.
—Tengo que hablar con tu papá muy seriamente. Hablamos luego
Sonreí por su comentario y miré como se alejaba.
Si, realmente Gissell es de esas amigas que quieres para toda la vida, porque ella es la única que ha estado ahí demostrándote su apoyo.
-------------------------------------
Hola, no quiero que piensen mal o se hayan sentido tristes por el capítulo. Realmente pensé en este capítulo en todos esos corazones solitarios que quieren desahogarse y nadie está ahí.
Sé lo horrible que es, y quise hacerlo para que miremos que los personajes literarios también pueden hacernos ver que ellos quieren desahogarse y no siempre son perfectos, que se sienten abrumados y todos nos llegamos a sentir así, que todos queremos a alguien que nos escuche.
Tu corazón solitario es hermoso, loco soñador con ojeras y cabello despeinado ♡
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro