- ¿¡Se puede saber en dónde estuviste toda la noche!? -Thor levanta la voz, claramente con molestia.

- Relájate, sólo fuí por un trago. En todo caso es tu culpa por haber dejado la puerta abierta -Me relajé tomando asiento en el sofá-. Y nadie resultó herido, ¿Qué te molesta?

- ¡Tu no vienes de vacaciones!, ¡Eso me molesta!, ¡Dices que no debo tratarte cómo a un niño, pero tú te comportas como tal!

- Y, ¿ qué pensabas que iba a suceder? -Indagué con serenidad, justamente lo que mi hermano no posee-. En serio, soy incrédulo ante la idea de que hayas creido que mientras estás en tu romántica velada yo me quedaría como idiota esperándote.

- Realmente me gustaría poder confiar en tí, hermano -Levantó la vista y me miró con pesadumbre-. Me gustaría creer que mi hermano sigue allí, en algún lugar de tu corazón... Yo quiero liberarte, pero... -Apretó sus puños-. ¡Pero entiende que no me dejas opción!

Me mantuve en silencio unos segundos, alcé una ceja, y abrí mi boca para formular mi respuesta.

- Que conmovedor -Alegué con sorna-. No soy tan crédulo como para creer en tus palabras. Ya no tengo interés en este mediocre planeta, eso es lo único que te preocupa, ¿No es así?

- Te equivocas, de todos modos no pienso seguir discutiendo sobre esto, discutir contigo es como intentar razonar con una pared.

Mi hermano se dió la vuelta para retirarse de la habitación.

- Quiero cambiar -Confesé, el detuvo su paso inmediatamente para volver su vista hacia mi-. Esto no es lo que soy, quiero volver a ser el Loki de siempre.

- ¿Debería creerte? -Cuestionó con recelo, le dediqué una mirada de obviedad-. Dame un motivo para creer en tí, y prometo que lo haré.

- Porque... Mamá así lo querría -Susurré aquella última oración.

Tal parece que Thor no se detuvo a pensar, y de inmediato se acercó hacia dónde me encuentro, claramente di justo en el blanco.

- Te daré una oportunidad -Me miró circunspecto-. Pero si osas usar el nombre de nuestra madre en vano...

- ¿Qué? -Incité a que prosiguiera.

- Me las pagaras muy caro, Loki.

- Suena justo para mí -Respondí desafiante.

Ambos estrechamos nuestras manos, y de nuevo el se volteó en dirección a la salida.

- Ahora vamos -Me hizo señas de que lo acompañe.

- ¿A dónde? -Indagué siguiendo su paso.

- A la biblioteca -Explicó-. Jane necesita un par de libros para su nueva investigación.

- ¿Nueva investigación? -Interrogué, pronto el rostro de mi hermano expresó fastidio.

- Si, Loki -Suspiró, es realmente divertido molestarlo.

- Y, ¿Qué investiga?

- ¡Cosas! -Comenzó a elevar la voz.

- Y ¿Que clase de cosas?

- ¡No lo sé, Loki!

- ¿Cómo no lo sabes? -Intenté sonar desentendido.

- Por favor, no comiences de nuevo -Apretó sus puños y suelta un gruñido.

- Y- -No pude terminar de formular mi pregunta, mi hermano me calló, cubriendo mi boca con una de sus manos.

- Lo sabrás todo en cuanto ella te lo explique... Porque la verdad yo tampoco tengo ni la más mínima idea -Ambos reimos-. Pero debemos esperarla, aún se está arreglando.

Estuvimos esperando a la mortal aproximadamente unos 25 minutos, hasta que al fin se dignó a salir de la habitación.

- ¡Ya estoy lista! -Sonríe-. ¿Nos vamos ya?

- ¿Se supone que ya estás arreglada? -Cuestioné con mofa.

- Agh, realmente eres es un ser odioso.

- Y un poco hostil de vez en cuándo -Sonrío satisfecho ante su accionar.

- Loki, recuerda que estás a prueba -Rode los ojos, y asentí tedioso.

[...]

Al llegar a la biblioteca, Jane se acercó entusiasta a un estante específico. Por otro lado Thor tomó asiento en un sillón, probablemente queriendo marcharse pronto. Yo por mi parte me siento a gusto, leer me sienta bien, así que proseguí a buscar algo de mi agrado.

Me adentré más a la biblioteca, la cuál es relativamente grande, aunque no supera para nada a la que tenemos en Asgard.
Revisé estante por estante, buscando algo de mi interés, hasta que hallé uno que me hizo ruido al leer su título.

- "Sueños de dioses y monstruos" -Redacté el título de la tapa.

Dudé unos segundos, observé a Jane y Thor; aún se los ve ocupados. Esto llevará para rato, así que busqué un lugar cómodo para poder sentarme y leer el libro.

Caminé hasta llegar a un lugar tranquilo, que mantiene una vista reconfortable, y no hay demasiada multitud de gente.

En el momento en que tomé asiento levanté mi vista, y allí la vi. Mis ojos no pueden creerlo, la vi de nuevo, sentada sóla en un rincón, lee con una mueca de alegría delineada en su rostro. Ella se deleita leyendo con detenimiento, de vez en cuando hecha un vistazo al panorama exterior, a través del gran ventanal ubicado a su lado, y regresa nuevamente a las páginas de su libro.
Pronto una mezcla de sensación entre inquietud, e impaciencia se apoderaron de mi al reparar en aquellos ojos cafés, que no notan mi presencia.

¿Qué es esto que siento?
¿Será que estoy enfermando a caso?

Dejé el libro que anteriormente seleccioné sobre la mesa, y me puse de pie, sacudiendo un poco mi atuendo, para caminar hacia ella vigorosamente, intentando calmar aquellas sensaciones extrañas que aún prevalecen en mi cuerpo.

- Mi Lady -La llamé con serenidad. Ella aún sin voltear a verme esbozó una sonrisa, entiendo que me reconoció de inmediato- Verla por segunda vez y sin buscarla ya no me parece una coincidencia.

- Alteza -Se puso de pie realizando una pequeña reverencia-. Que gusto verlo por aquí.

- También me da gusto -Tomé su mano con sumo cuidado, y deposité un beso en ella, para luego clavar mi mirada en sus ojos.

- ¿E-en que puedo ayudarle? -Su desasosiego es claro, notorio. Sonreí de lado al notarlo pero no hice un comentario al respecto. En cualquier otro momento no hubiera dudado en burlarme de su actitud, pero algo dentro de mí me fuerza a no arruinar el momento.

- Te veías muy concentrada en el libro -Observé el mencionado-. Pensé que tal vez podrías recomendarme algo, ya que no he tenido suerte buscando por cuenta propia.

- ¿Sabes?, Ahora que lo mencionas, tengo el libro perfecto para tí.

Ella toma su bolso de la mesa y comienza a revolver en su interior.

- Aquí está -Sonríe sacando un libro para entregármelo- Hazme el favor de leerlo, y luego dime si cambias de opinión, respecto a lo que me dijiste ayer en la noche.

Sostuve el libro en mis manos, prestándole atención al título y a su autor.

- ¿Los... Cinco lenguajes del amor? -Enarqué una ceja y la observé jocoso- ¿Por qué se te ocurre que yo leería algo así? -Cuestioné, de todos modos lo haría.

- Yo comprendí el significado del amor debido a ese libro, no por una persona -Explicó-. Quizá... Te suceda lo mismo que a mí.

- Bien, lo leeré -Acepté y sonríe-. Pero no prometo cambios.

- Me es suficiente con que lo leas -Sonríe-. Cuéntame que te pareció en cuánto lo hayas terminado. Aunque estoy segura de que nos encontraremos en algún otro lugar de casualidad -Ríe.

- Tal vez, si tenemos suerte -La miré notando como sus mejillas se vuelven en un color carmesí.

- Ese... ¿Ese de ahí es tu hermano? -Pregunta apuntando en una dirección.

- Veamos -Analicé mirando al sujeto-. Rubio, porta un ropaje estrafalario, tiene cara de ser muy deficiente -Enumeré-. Si, me temo que es él -La oigo reir-. ¿Cómo supiste?

- Es que nos mira de una manera extraña, ¿No crees? -Carcajea nerviosamente.

- Probablemente, y a lo mejor ya esté creando conclusiones irracionales en su cabeza.

Antes que ella pudiera responder a mi comentario, presencié como Thor se pone de pie, y camina hacia nosotros.

- Hermano -Sonríe dándome un golpe "Amistoso" en la espalda-. Por un momento creí que te había perdido -Se mantuvo en silencio y clavó su mirada en ______-. ¿No vas a presentarme?

- Disculpen mi impertinencia -Respondí a regañadientes- Mi Lady, él es mi hermano, Thor. Hermano, ella es... -Me detuve un segundo a pensar-. Una midgardiana que conocí ayer en la noche, su nombre es _____.

- Es un placer conocerla, Lady ____ -Realizó una reverencia para después dejar un beso en su mano derecha.

- El placer es mío, príncipe -Sonríe.

Oh, por favor, ¿Dónde está Jane cuándo la necesito?.

- Lamento haber arruinado su momento con mi hermano, pero lamentablemente tenemos que irnos -Me miró- Jane nos espera fuera -Informó.

- Los alcanzo en un minuto -Respondí frívolo.

- Nos veremos en otra ocasión, Lady _____ -Nuevamente hizo una reverencia y se marchó.

Maldito presuntuoso.

- Mi Lady -Me acerqué-. Disculpa la interrupción de mi hermano, a menudo suele ser muy tardo.

- No te preocupes, a demás a mi me ha parecido muy amigable.

- ¿Ah, si?, Y, ¿Que hay de mi? -Cuestioné con incertidumbre.

- Y-yo... Yo pienso muchas cosas sobre ti -Fijó su mirada al suelo, avergonzada.

- ¿Que clase de cosas, Princesa? -Si hay algo que se me da bien, es hacer cuestionarios incómodos.

- Creo que es usted muy inteligente.

- ¿Qué más? -Pregunté acercándome hacia ella con lentitud.

- Muy elegante, y culto también -Alega sin levantar su vista hacia mí.

- ¿Algo más que quiera acotar, Lady? -Tomé su mano con delicadeza, como si se tratase del material más frágil.

- Me resultas muy interesante también -Susurró, finalmente expresó lo que quería oír.

- Me halaga, mi Lady -Respondí satisfecho ante todos sus elogios-. Si me permite, tengo que retirarme ya.

- S-si, está bien, no te preocupes -Contestó casi tartamudeando.

- Será hasta la próxima, princesa -Posé mis labios sobre su delicada y pálida mano en forma de despedida.

- Adiós, príncipe -Besó mi mejilla. Inmediatamente me dí la vuelta y caminé hacia el exterior de la biblioteca, encontrándome con el rostro divertido de mi hermano.

- No te atrevas a decir nada -Anticipé.

- ¡Te gusta una midgardiana! -Exclamó felizmente, o mejor dicho, idiotamente.

- Sólo en tus sueños eso pasará -Acoté.

- Oh, vamos, ví como la obserbabas, a demás, ¿Con qué propósito te acercarías a ella?

- Pues resulta ser que es una midgardiana muy interesante, pero aún así está lejos de mi interés -Thor clavó su mirada en mí, yo desvíe la mía hacia otro punto para no cruzarla con la suya.

- Mientes -Sonríe.

- ¿Cómo me crees capaz? -Intenté sonar ofendido.

- Te has ganado esa reputación, hermano -Alega con mofa.

- Pero de aquí a que pienses que miento por amor, es muy diferente.

- Di lo que quieras, tarde o temprano lo aceptarás.

- Claro que sí, hermano -Respondí hipócrita.

Lo único que aceptaré será la rendición de todo Midgard ante su nuevo dios.