Epílogo
Bella
Tarareo una canción mientras cocino el desayuno, también me muevo bailando por el ritmo sin llegar a alejarme de la estufa. Los brazos de mi esposo rodean mi cintura depositando un beso en mi hombro para luego ir a mi boca.
Me suelta para sentarse en la encimera donde una vez lista la comida la sirvo para comer ahí. Nuestros roles aquí no han cambiado, yo me hago cargo de cocinar, él de comprar los ingredientes, la ropa la lavamos juntos, también la ropa interior. Algunas cosas se han modificado en nuestro contrato, pero nada afecta nuestra relación, la cual ya llevamos un año de matrimonio.
Al principio sí fue un poco penoso el cambio, pues dormir en la misma cama me sonrojaba, pero ahora dormimos acurrucados como pajaritos acaramelados.
Y hablando de la cama, no hemos consumado.
Sí, así es, hemos tenido nuestros momentos íntimos, pero aún no lo hacemos. Y Alten respeta eso como todo un caballero, es gentil, amable, lindo, detallista. Me ha enseñado las obras que escribe y son maravillosas, no lo digo porque sea mi esposo, lo digo sinceramente, cada uno te atrapa y llena de emoción. Por eso lo alenté a mandar sus trabajos a una editorial y le han aceptado varios, ahora está en proceso de la publicación de algunos, dado que no pueden lanzar todos de un tirón.
Por otro lado, yo le he mostrado mis canciones, aquellas que le he compuesto se las he cantado y me besa cada que se las dedico.
Llevamos lo nuestro con un A ver qué sale, pero todo lo tomamos con seriedad. Si discutimos por algo lo arreglamos antes de ir a dormir, si uno necesita hablar el otro escucha y apoya, así es nuestra relación, somos amantes, esposos, amigos, somos todo en uno y es lo que mejor nos sale.
La habitación en la que inicialmente dormía yo, está sin ser ocupada ya que duermo en la de Alten, de vez en cuando entro sola o ambos, nos quedamos acostados hablando, más que nada planeando un futuro. Cosas como sacar la cama y meter una más pequeña, para un nuevo miembro de la familia mucho más pequeño que algún traigamos a casa.
—Vamos que se nos hace tarde —después de comer y lavarnos los dientes subimos al auto, el cual al igual que la casa tiene nuestros nombres en el título.
—Llegarás a tiempo, Bella —me dijo poniéndose en marcha luego de echar mi mochila y guitarra atrás—. No olvides que hoy en la noche tu hermano y mi hermana Lidia vendrán a cenar.
—Sí, no lo olvido, compraré un pastel antes de volver a casa.
—Yo lo haré, no te preocupes.
Las cosas con Wotan también han ido bien, mucho, de hecho. Alten y él han congeniado de maravilla. Me preocupé un poco cuando mi hermano le confesó que él me había abofeteado una vez, pidió su disculpa y la oportunidad de demostrarle que no es ni será como nuestro padre.
—Su parada ha llegado, reina mía —reí tomando mi mochila y guitarra—. Te irá genial.
Ya me he graduado de Bellas Artes, hoy es mi primer día como profesora de música ¡y estoy muy emocionada! —Gracias, rey mío. Hasta luego —estaba a punto de salir cuando noto a Alten frunciendo el ceño e inflando una mejilla formando un puchero—. ¿Qué pasa?
—Nada, no sé, ¿no se te olvida algo?
Intentó hacer memoria. —Ah sí —tomó el termo de agua que mi esposo me compró la semana pasada con el dibujo del lobo de Caperucita Roja, y salgo despidiéndome.
Alten
Miro al frente con algo de decepción porque Bella se fue sin…
—Te amo, cariño —metió medio cuerpo por la ventana del conductor para besarme en los labios. Pensé que se había ido, pero rodeó el auto para hacer esto.
Sonreí uniendo nuestros labios una vez más. —Te amo, amor.
Feliz se fue rumbo a la escuela hasta la entrada, pero ahí volteó en mi dirección.
—¡Te amo, mi Florecita! —agrandé mi sonrisa, ese apodo ya no me molesta, ya lo amo.
Me asomé por la ventana y grité lo más que pude.
¡Te amo! ¡Mi Bella Bestia!
×~×~×~×~×
¡Muchas gracias por leerme!
✨(≧▽≦)✨
Gracias otra vez a UCanCallMeEla y lissyescribe por inspirarme.
Ambas son chicas lindas con historias muy buenas.
Y con todo esto, en otros lado...
Nos leemos. (。•̀ᴗ-)✧
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