Capítulo 9: No te pido
Sábado en la mañana en un ensayo, tenemos puesto trajes para ensayar, pero estos no son los oficiales, sino que son para adaptarnos un poco a lo que vendrá luego. Tengo puesto una camisa holgada, capa y pantalones poco ajustados, ando descalzo ya que durante la obra estaré usando unas botas recubiertas de pelo falso que se asemejará al pelaje de la bestia, al igual que mis brazos, también me colocarán unas de esas melenas como las que figuran ser de leones, claro que todo esto será más semejante al personaje de la película.
Tengo mucha emoción y nervios porque el próximo mes ya es el estreno, y ya hemos estado en esto por un mes. Todo marcha de maravilla y todos nos dicen que entre Bella y yo la conexión es fantástica.
Y hablando de ella, refunfuña por tener que quitar sus piercings y aretes, es verdad que se ve diferente. Ella se acerca usando un vestido que llega a las rodillas sin cubrir los pies, pues puedo ver sus botas.
—Uhm —ella alzó una ceja con las manos en la cintura—, no te ves nada mal, te queda, pero me gusta más tu estilo rockero —sonrió satisfecha con el comentario yendo a posarse al lugar en el que ensayaremos.
Hoy toca la escena de Bestia ordenando a su prisionera que baje a cenar, pero ella está negada en ir. Uff, creo que esto lo va a disfrutar mucho porque cuando de tomar el mando se trata, Bella no vacila.
Hago como que entro a la habitación de Bella sin permiso luego de gritarle al que hace de reloj, que se mueva.
Bella: ¡No tengo hambre! (Firme, desafía con la mirada)
Bestia: Yo soy el amo de este castillo, te ordeno que bajes a cenar. (Calma, pero marcando la rabia)
Bella: Y yo te respondo… (suave manteniendo la firmeza en su sutil burla) no tengo hambre.
Bestia: Vas a tener hambre si yo digo que tienes hambre.
Bella: ¡No seas ridículo!
Bestia: ¿Qué dijiste?
Bella: No puedes ir por el mundo ordenando a la gente que tenga hambre. Las cosas no funcionan así.
Bestia: Yo puedo…
Bella: Además, no es cortés.
Bestia: (Burlándose) Con que no soy cortés. Entonces… qué te parece esto, si no bajas a cenar, te llevaré arrastrándote del cabello.
Ella bajó un poco la cabeza. Los compañeros que hacen de la vela y el reloj se posaron a un lado diciendo sus líneas.
Bestia: ¿Por qué es tan difícil? (Me puse frente a ella con enojo) ¿Por qué sos tan difícil?
Bella: ¿Por qué sos tan soberbio? (Me enfrenta con calma)
Bestia: ¡Porque quiero que bajes a cenar!
Temía que ella volviera a dar un salto como la primera vez que me pidió ensayar con ella, pero después de todo lo que hemos practicado eso ya es pasado, porque no solo ensayamos aquí, también lo hacemos en la casa, conocemos casi a la perfección todo el libreto y en especial nuestras líneas, pero por más que ensayamos una escena, no nos queda…
×~×~×~×~×
Cansados en el sofá nos quedamos juntos, ella recostada sobre mi hombro y los pies arriba del mueble, yo siempre en la esquina con mi cabeza sobre la suya. Avanzamos mucho en coordinarnos con los demás, pero la actuación es exhausta, consume tu energía física y mental.
Ahora que lo pienso, esto es algo parecido a lo que Bella tiene que pasar al cantar, tiene que pasar por eso, sus trabajos y universidad, debe estar muy cansada.
Los párpados caen como si tuvieran mucho peso, el sueño me gana…
×~×~×~×~×
Bella
Amarro mi cabello en una coleta alta en el espejo de la sala, miro por el reflejo a Alten acostado en el sofá largo, tapado con la manta y con su cabeza sobre la mullida almohada.
Se quedó dormido en cuanto nos sentamos, así que lo dejé descansar. [Me senté en la mesa de centro a observarlo dormir con una sonrisa.] Es…, lindo verle dormir como un niño, a veces mueve la boca en un gesto de estar soñando, es hasta tierno. Me gustaría seguir viéndole tan sereno, pero el claxon de la Vans de mi banda me avisó que es hora de nuestra presentación de esta noche.
Así que me acerqué a la frente de Alten y le besé como solo dormido me atrevo a mostrar esta acción—. Nos vemos luego —dije reincorporándome tomando mi bajo y saliendo.
—¿Por qué tardas tanto? —se quejó mi novio cuando iba llegando al auto.
—Ay, ya llegué ¿no? —miré una vez más el lugar que siento mi hogar, dándome alegría y calma.
×~×~×~×~×
La última nota de mi bajo y el golpe a los platillos de la batería de Travis culminó nuestra presentación, el público complacido ante el rock y por supuesto nos alaban y chiflan por ello, a veces algunos tipos se acercan a pedirme que tome un trago con ellos, normalmente declino con educación, pero otras veces mi novio me rodea con el brazo demostrando nuestra relación.
—Bárbaro como siempre —nos dice el dueño del club dándonos la paga a cada uno—. Estaría encantado de que vinieran el próximo mes.
Escuchar eso haría que estuviera saltando y gritando internamente, pero hoy no.
—Lo siento, eso será complicado… —Travis interrumpió.
—Debemos hablarlo ¿sí? —el dueño dijo que le hicieran saber la respuesta cuanto antes— ¿Qué fue eso? —recriminó luego de que el señor se fuera.
—Tengo un compromiso el próximo mes, se los he dicho.
Oscar se recostó en mi hombro —¿La obra esa? Pensé que era una broma —aparté su brazo gruñendo bajo.
—Vamos chicos, saben que en cualquier otra situación me habría negado a eso y aceptado de inmediato esta oferta.
—¿Y qué cambia ahora? —ese fue Fred, el teclista, encendiendo un cigarro— ¿Qué vas a estar con tu amigo? —enfatizó burlón la palabra amigo, rió, los demás estaban callados y yo le miré mal— ¿Qué? Me gusta poner atención.
—¿Quieres dejar pasar estas oportunidades por ese idiota? —Travis me crítica molesto, lo enfrento de igual forma.
—Fue una casualidad que hayan querido que él participara en la obra, pero para tu respuesta es sí y no. Esto es más por mi carrera universitaria, necesito los créditos y en especial me he esforzado mucho para esto. Hasta les he pedido que vengan a verla.
—Bella, ¿por qué quieres hacer eso? Esas cosas no van contigo, no eres nada femenina para hacer esas tonterías —alcé una ceja obviamente confundida y hasta ofendida. Daniels pidió a los otros dejarnos a solas.
—No, está bien, chicos, ya me voy de cualquier forma —guardé mi bajo en el estuche colocándolo a mi hombro—. En verdad apreciaría que me acompañaran ese día. Hasta luego.
—Bella, espera —no esperé mucho cuando ya estaba afuera aguardando a que un taxi pasase—. ¡Bella! ¡Rayos! —su molestia me tiene sin cuidado, lo sabe— ¿Por qué te pones así? Es una tontería, lo sabes.
—Para mí no. En verdad quiero hacer esto, y sabes qué, es verdad, no soy una princesa de cuentos de hadas que espera a que un príncipe azul aparezca a llevársela a su castillo de ensueños, pero soy una chica que mínimamente espera a que su novio se comporte como alguien a quien le importe —le miré cansada—. No te pido flores, chocolates ni detalles cursis, te pido atención y tacto.
—Así me conociste y aceptaste —bajé la cabeza a ver la penumbra de la calle, luciendo lúgubre por las luces amarillas de las lámparas—. Bella, sabes que ser romántico no es lo mío —tomó mi mentón a alzarme para cruzar nuestras miradas.
Un taxi se detuvo al lado un poco apartado, después de todo estábamos parados en el lugar para ellos—. Nunca te pedí que lo fueras, y sinceramente no lo espero tampoco —me metí dentro, Travis reposo su brazo del techo y una mano sostenía la puerta—. ¿Podrías hacer el intento por irme a ver?
Suspiró entrando a besarme sin subir al auto —. De acuerdo —sonreí teniendo un poco de felicidad, pero sin llegar a hacerme sentir bien.
Él cerró la puerta y el recorrido empezó al igual que mi cabeza recapitulando todo lo que he estado viviendo con Travis, recordando qué fue lo que sentí al verlo y como llegamos a ser lo que somos.
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