Las voces y pisadas del vaivén detrás del teatro es casi rítmico. Hoy es la obra y todos estamos listos, aunque Bella está nerviosa y casi quiere salir corriendo cuál Cenicienta a medianoche.

—Tranquila —le digo tomando su rostro, pero sus ojos se van por un lado al escenario—. ¡Hey! ¡Mírame! —digo serio— Puedes con esto, eres una estrella ¿ok? —asiente repetidamente— Bien, recuerda que voy a estar contigo —la beso en la frente de manera tierna, ella se encoge de hombros y se sonroja antes de abrazarme fuerte—. ¡Ahora sal y rómpete una pierna!

Rió posicionándose para salir. Ella canta y se mueve con mucha mejor fluidez que en los ensayos, aprovecha alguna vuelta para mirarme y yo hago pulgares arriba para animarla más. Miro al público, mi jefe y el señor Dikens están aquí con sus familias, también está la mía. Me alegra ver a Alicia con sonrisa por la obra.

Y yo me siento feliz por verla aquí a pesar de su cáncer. También sonrío porque los amigos de Bella la vinieron a ver, aunque no veo a Travis cerca.

Es un idiota.

Pero mi sonrisa se va un momento, pues no dejo de pensar en mi hermana. No tengo dinero como antes, y tampoco sé cómo conseguir más, y la solución de mi madre es descabellada.

Casarme. ¿Quién puede creer eso? Con una vieja amiga de la infancia, pero con la que no tengo nada que ver. Perla siempre estuvo interesada en mí, hasta está aquí también al lado de mi madre, que dicho sea de paso cuestionó mi amistad con Bella y lo malinterpretó pensando que ella y yo éramos unos indecorosos. Vamos, que para vergüenzas ella es experta en hacerte sentir porque nos lo criticó a ambos enfrente de mis hermanas.

Casarme… No, no de esta manera, no si no es Bella. Pero ella tampoco será para mí…

Sacudo mi cabeza por mi tonta cabeza que piensa que esto es buena idea. Alejarme de Bella y casarme para tener dinero para mi hermana. ¿En qué cabeza cabe? Pero ¿dejar a mi hermana a su suerte no es egoísta de mi parte?

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Bella
Las luces de los reflectores están sobre mí y Alten, hemos pasado la escena donde Gastón murió aplastado por un pilar luego de apuñalar a la Bestia, ahora lloro sobre su pecho. Yo no soy buena actuando, de hecho, las lágrimas que me salen no son falsas porque en cierta parte no finjo. Me da el sentimiento de pensar en perder a Alten.

Ayer él me comentó esa idea de su madre que tiene por querer casarlo. Le grité que era una estupidez hacer eso, pero no pensé en su hermana y lo que él siente. ¿Y qué fue lo que hizo este tonto? Me sonrió y acarició mi cabeza con delicadeza, no se enojó u ofendió por ser una tonta que tiene miedo de no ver más a esa persona que me ha hecho reír de nuevo con honestidad.

Y si en verdad se casa, ¿lo volveré a ver? ¿Por qué tan siquiera pienso en eso? Travis es mi novio, algún día tendría que irme a vivir con él y dejaría a Alten solo, ¿por qué no quiero que sea al revés?

Príncipe: Mis ojos debes ver. ¿Podrás reconocer? Yo soy la bestia transformada en hombre.

(Detengo el llanto, alzo la mirada y en mis ojos las lágrimas siguen corriendo)

Vaya amiga que soy.

Bella: ¡Si sos vos! (Me eché a llorar abrazándole con fuerza y temblando)

Sé lo que siente por mí.

Ambos nos ponemos de pie, observamos nuestros rostros, nos acercamos mientras los demás nos rodean ni de cerca ni de lejos, pero no se notan que son ellos ya convertidos en humanos dado que solo tenemos luz para Alten y para mí.

Él es muy gentil, sé que hará algo por su hermana —se posiciona más cerca tomando de mi cintura para hacer que el público no vea que el beso será falso—. Él es mi amigo, sólo eso, yo no quiero avanzar de ahí…

Tomó su rostro con ambas manos y no me muevo para ocultarme, no quiero. No puedo…

Lo beso. Uno lento y pausado, uno que hago frente a todos. Está sorprendido y me sigue, se deja tomar.

Las luces iluminan el escenario, todos danzan alrededor en parejas con la música de un vals y el narrador suelta sus diálogos sobre que al final el amor triunfó, sanó.

El telón baja, pero yo no soy la que se detiene ni separa nuestras bocas, fue Alten que me mira con sus ojos miel dilatados, busca una explicación y no la tengo. Los demás nos alertan de que se abrirá el telón de nuevo para que demos las gracias, y la vez nos felicitan y elogian.

Al frente el público nos aplaude de pie, su ovación es alta y hasta mis amigos gritan que soy genial, pero no les pongo atención, sólo al chico a quien besé y que me mira también sin saber qué es lo que piensa.

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En nuestra casa estamos reunidos celebrando con los miembros de la obra el éxito que hubo. Los mismos chicos pidieron hacerlo aquí, hay música, comida, cerveza. Mis amigos de la banda están aquí también, pero la familia de Alten no quiso venir, dijeron que debían acompañar a que Alicia descanse. Él aceptó, las dejó en casa y luego volvió para ducharse y salir con unos jeans, botas y una camisa blanca algo pegada de mangas un poco largas que se ajustan un poco a sus brazos. Él no es de musculatura de dioses, pero tiene lo suyo, odio cuando me saca de la cama los domingos por la mañana para ir a hacer ejercicio.

—Qué bonito casa —y esa chica, Perla, nos acompañó a casa, o mejor dicho, acompañó a Alten todo el tiempo desde que terminamos la obra—. Y qué peculiar te vistes —me miró de arriba a abajo.

—Gracias —a diferencia de mí que llevo mi ropa de badgirl como normalmente me dicen, ella está vestida como toda una chica impecable.

—¿Y tú y Alten son muy amigos? —alcé una ceja— Pregunto para apartar un lugar del lado del novio. Estás invitada.

—¿Lugar? ¿Novio? ¿Invitada?

—¿No te lo dijo? —se hizo la sorprendida y luego se tomó el rostro como si estuviera apenada— Antes de salir a escena pidió hablar conmigo tras bastidores, me dijo que nos casaríamos.

Abrí mis ojos incrédula, no me dijo ni una palabra en todo el rato, eso explica porqué sus ojos buscaban en los míos una explicación sobre mi acción. ¿Pero qué rayos he hecho?

Me disculpé para subir a mi habitación y encerrarme.

¿Por qué estoy molesta? No pude pensar más cuando la puerta fue detenida por una mano que impidió cerrarse, y que luego de que él entró la cerró opacando la música del exterior.

Alten me mira serio y sin expresión, sus ojos se incrustan en los míos demandantes y no puedo apartarme de su mirada que me congela sin ningún toque de malicia, es más como si me hipnotizara.

—¿Qué pasó en la obra? —fue su primera pregunta— ¿Por qué?

—Era lo que estaba en el libreto —me excusé sintiéndome tonta. Él frunció el ceño.

—¿En serio? —se escucha molesto— Llevamos tiempo practicando eso y jamás salió, ¿pero justo el día sí? Bella —acercó quedando a milímetros de mí—, responde. ¿Por qué me besaste?

—Perdón, ¿de acuerdo? —afilé mi mirar— No quise ocasionar problemas con tu prometida —su mirada me demostró que se sorprendió—. Sí, lo sé, ya le dijiste que te vas a casar.

—¿Qué está pasando? —estaba confundida— ¿Qué pasa ahora? Me besaste, estás molesta, ayer recriminaste lo que mi madre propuso y ahora…

—¡Perdón! —grité alejándome amenazando con explotar más— Ya olvídalo, sólo fue un beso por la obra.

—¡No juegues conmigo!

—¡No! ¡No quise! ¡Yo…! Yo no… No fue mi intención, no es eso.

—¿Entonces qué? Sabes que me… —rápidamente lleve mi mano a cubrir su boca.

—No lo digas, no puedes. Solo amigos, nada más, ¿recuerdas? —arrugó más su entrecejo y apartó mi mano con mucha molestia, es la primera vez que realmente me mira así.

—¿Amigos? ¡¿Amigos?! ¡Estoy cansado de eso! ¿Crees que trato a alguien más como a ti? ¿Qué miró a otra chica como a ti? ¡Yo no te veo como amiga! —su pecho sube y baja con violencia mientras tensa su mandíbula— ¡Bella! ¡Tú me gustas!

—¡Ya cállate!