Capítulo 16: Familia
Me encuentro en mi habitación especial esperando a que Alten termine de hablar con su mamá. Bien, hablar no es la palabra que usaría, sino que su madre está empeñada en decir que su hijo debe volver con ella ya.
Detengo la vibración de las cuerdas de mi guitarra de madera, la que siempre me acompañó después de que mamá murió.
¿Y si Alten se va? Tiene que irse algún día o yo de aquí, en especial si encuentra pareja. ¿Pero y si lo hace hoy? Sería muy pronto.
Mi cabeza empieza a jugarme mal haciendo que lo imagine despidiéndose e irse, algo aplasta mi corazón cuando pienso en que volverá con su familia y me hace sentir egoísta porque lo… ¿Lo qué?
—Bella —la puerta es tocada.
—Pasa —sí, él también puede entrar y ver lo que tengo, excepto mi libreta de canciones—. ¿Qué sucede? ¿Tu madre se fue? ¿Te irás con ella?
Él agranda un poco los ojos por esas preguntas rápidas que seguro a Eminem le daría orgullo. Me ladeó su cabeza caminando hasta a mí y tomando una silla que puso enfrente, bajé la guitarra para darle las manos que esperaban las suyas. No es usual que las busque de esta manera.
—¿Qué pasa?
—Mamá me dijo que una de mis hermanas está enferma —sus ojos se cristalizaron—. Necesito ir a verla —me sorprendí al escucharlo.
Tengo entendido que no se han visto desde que dejó su casa, me contó sobre ello, y ahora regresar por un motivo así.
—¿Los llevo? —me miró con una sonrisa, no puedo decir que es completamente forzada, hay un poco de alivio en ella.
—Por favor.
Ni siquiera tuve que cambiarme, sólo coloqué mis botas largas, no hay necesidad arreglarme cuando él necesita ver a su familia con la urgencia de su mirada. Ambos fueron atrás, pues Alten sostiene las manos a su madre como apoyo para los dos, pero ver a su mamá recta y con una sonrisa en el rostro me es raro. Sin embargo, Alten me ha dicho que así es, que ante los demás evita verse en lo que ella piensa, débil. La madre me fue guiando por las calles hasta llegar a un lugar amplio con una casa grande.
Estoy totalmente impresionada. No es más grande que la casa en la que viví en Francia o Alemania, pero mi asombro viene de no ver que Alten congenie aquí.
Vale, yo tampoco luzco como alguien que alguna vez fue adinerada.
Bien hecho Bella, te apuñalaste a ti misma.
Bajamos del auto y entramos a la casona bien acomodada, hay una sirvienta reverenciando y unas chicas que vienen corriendo a abrazar a Alten con alegría y mucho entusiasmo. Por su parecido son dos de sus hermanas. Y si que se ve hay trillizas.
Cielos, son como las hermanas de Cenicienta.
—Bella, ellas son Lidia y Olivia —dijo señalándolas.
Lidia es la de vestido azul pastel de largo hasta las rodillas, usa coletas laterales que tocan sus hombros y es pelirroja clara. Olivia tiene el mismo color, por supuesto, pero tiene el cabello corto y llega arriba del cuello, usa un vestido verde corto sin llegar a ser minifalda.
Ellas parecen ser me ven como bicho raro. Debí ponerme maquillaje (nótese el sarcasmo).
—Vamos con tu hermana —mencionó la madre comenzando a subir con sus hijos.
—¿Por qué no subes? —me preguntó el príncipe (sí, voy a jugar con eso ahora) desde el quinto escalón.
—Eh…, creo que yo puedo esperar en la sala.
—Quiero que la conozcas también —ahí está esa sonrisa gentil a la cual es imposible resistirse.
Así que subí sin pensarlo mucho, sus hermanas y madre se miraron entre sí con extrañez por la forma en que Alten me trata. Seguro piensan lo mismo que todos.
Pasamos una puerta de madera que seguro cuesta igual que un perfume de marca, y dentro la habitación era de un aire de la edad renacentista. Una chica de falda larga hasta los tobillos está sentada en una silla como trono con un libro en sus manos y lentes, su cabello es largo y suelto dejando ver que llega hasta la cintura, pelirroja clara como sus hermanas y usa una blusa rosa pastel.
Ya está, son las chicas superpoderosas o eran grandes fans de ellas.
—Ella es Alicia —se acercó a abrazarla con fuerza, ella correspondió con gracia. Y por la manera en que Alten empezó a llorar, ella es la que está enferma.
—Oh, hermanito, estoy bien. Mírame —le seca las lágrimas con carisma—, soy una Bruns y como tal somos fuertes. No llores, recuerda, un hombre no llora ¿sí?
Ante cualquier otra situación eso me habría parecido mal, pero supongo es su forma de apoyo entre ellos. Ninguno quiere que su familia sufra.
×~×~×~×~×
Alten
Reímos en el jardín, las únicas que ríen alto es Bella y Olivia, pero mamá regaña a mi hermana porque según ella, las muchachas no deben reír así, algo que me parece tonto y lo sabe, pues Bella por ejemplo, demuestra ser alguien hermosa cuando es como es.
Alicia no parece enferma, pero siempre ha sido de las que se muestran fuerte. No puedo evitar no sentirme mal por todo este tiempo que no he estado a su lado. Es verdad que no me dijeron nada, pero eso no quita que yo no llamara más allá de un «Hola, estoy bien, espero que ustedes también. Adiós»
Ella está enferma, mi familia prácticamente no tiene suficiente dinero para tratarla. Esta casa no es en la que yo crecí, mamá me dijo que ha tenido que vender casi todo por Ali. Y ahora… ella necesita mi ayuda.
×~×~×~×~×
¡Hola! (≧▽≦) Ya pronto finalizará la historia. Tengo todo y la iré publicando.
Nos leemos pronto. (。•̀ᴗ-)✧
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