01| Lame al líder
Categoría: M
"¡No puedo hacer esto!" Meimei dejó caer el tazón, Jin vio esto y con una mirada seria le habló.
"¡No hay que desperdiciar la comida!" su voz expresaba enojo y nada de simpatía. "Si quieres comer los panda dango, debes ganarlos, trabajando."
Meimei pensó que la iban a golpear y de inmediato tomó todo lo que había tirado al piso con sus manos.
"¿¡Porqué me habla así!? ¿¡Acaso no sabe que soy más importante que él!? Entonces... ¡¿porqué me siento tan bien?!".
"¡Oye, debes ser más amable con la señorita!" intervino Fonfon, Jin lo observó para luego desviar la mirada. "¿Qué sucede con él?"
"Perdón por eso, pero él es así con todos los animales." mencionó Yukari la koala.
"¿Con todos?"
"Incluso es así con nosotros, excepto por Hitomi."
"Ya veo, son los únicos humanos en la escuela, es de esperarse que se lleven bien." dijo Fonfon.
"¿¡Qué!?" Hitomi escuchó. "P-Pero sólo somos amigos." Hitomi claramente se sonrojó mientras que Jin se desánimo por haber escuchado.
"Jin y Hitomi son parte de mi manada así que está bien." Ranka dio dos vueltas alrededor de Jin. "¿Verdad Jin?".
". . ." Jin no le respondió y se volvió a concentrar en el panda.
Luego de varios gritos y regaños, Meimei por fin había terminado su docena de panda dango.
"¡Lo logró señorita!" exclamó Fonfon. Meimei también estaba muy feliz por su logro.
"¡Hice mis propios panda dango!" Meimei alzó la bandeja por encima de su cabeza. El resto de los miembros del club de cocina aplaudieron menos Jin.
"¿No es eso genial? Ya puedes hacer panda dango tú sola, ahora no vuelvas más aquí." comentó Jin quitándose el delantal.
Meimei lo pensó por un momento, siempre tenía todo lo que ella quería cuando lo pedía, nunca la habían tratado tan mal y obligado a trabajar para conseguir algo. La verdad, se siente muy bien hacer algo con tus propias manos, pero se sentía mejor cuando Jin abusaba de ella con palabras que nunca le habían dicho antes.
"E-Esto... en realidad... quisiera unirme al club." el pedido sorprendió a Fonfon y a Jin, pero eso era lo de menos, si Jin era parte del club, eso significaba que podría sentir este sentimiento más de una vez en el día.
"¿Está segura de unirse a este club señorita Mei?" Fonfon le preguntó dudando de la razón del porqué está decidiendo esto.
"Eso es muy rependito, ¿verdad, Ranka?".
"¡Benvenida a la manada!" exclamó felizmente el lobo rosa.
"Y~ me lo debía suponer." dijo Jin frotando su nariz.
Jin se acercó a Meimei mirándola desde arriba. Con un dedo la señaló a ella. "Más te vale no andar de niña malcriada cuando estés aquí. Y olvídate que te haré panda dango solo por que quieres." Meimei lo vio a los ojos solo para toparse con una mirada fría y nada amigable.
"Hay que celebrar, Jin, al más panda dango." pidió Ranka animada. Jin suspiró y buscó de nuevo el delantal.
"¿Ya soy miembro del club?" preguntó Meimei a lo que Ranka responde.
"Para confirmar nuestra unión en la manada, debes lamer en la boca al líder de la manada."
Fonfon se opuso. "¡Es imposible que la señorita haga algo como eso! ¡No puedo dejar que profanen al animal nacional de China!"
"Tranquilo, seguro deben ser costumbres de Japón." susurró Meimei.
"Pero señorita..." Fonfon vio la cara roja de Meimei pensando que estaba decidida ha hacerlo.
"¡Lo haré!" dijo Meimei mientras Jin se sentaba a un lado suyo leyendo un libro sobre cómo controlar animales salvajes.
Ranka esperó, pero la sorpresa no solo se la llevó ella cuando vio que en realidad estaba lamiendo la boca de Jin. Hitomi se sonrojó con sus manos en las mejillas y Ranka se metía en la mitad de Jin y de Meimei.
El rostro de ambos está rojo por completo.
"¡Mal! ¡Solo la líder puede lamer a Jin!" dicho eso, Ranka se tiró encima de Jin lamiendo su rostro.
"¡Quítate de encima perro mierdoso!" expresó Jin con un empujón.
Ranka cayó encima de Meimei y terminaron por aceptarla en la manada con unas cuantas lamidas más.
Por la noche Meimei no podía dejar de pensar en el día de hoy. La forma en que nunca la habían tratado por miedo hacer ejecutado o que se negarán a darle lo que pedían. Meimei encontraba excitante ser menosprecia por el humano llamado Jin, era algo nuevo para ella ser vista como alguien inferior a él siendo ella un panda.
Al día siguiente Meimei fue directo al club pero no encontró a nadie. Al parecer estaban haciendo otras cosas por el momento, Jin llegó esto después.
"Oh, ya estas aquí panda de mierda." Jin se sentó a un asiento de distancia.
"H-Hola." saludó Meimei. Para la chica panda no fueron más que minutos donde el silencio era su única compañía.
"¿J-J-Jin?" llamó Meimei. Jin se giró. "¿M-Me puedes ayudar a preparar unos panda dango?"
Jin suspiró cerrando el libro que acababa de abrir. Meimei pensó que lo había molestado, Pero Jin se levantó y buscó su delantal.
"Ponte el tuyo." dijo Jin.
Meimei abrió los ojos para luego asentir. Fonfon llegó con un delantal clásico de China para luego irse a hablar con el director de la escuela.
"Ya sabes como preparar los panda dango, nos dividiremos el trabajo hasta que el resto llegue." Jin comenzó con la masa y Meimei aún no había comenzado.
"¡Hazlo con más fuerza!" gritó Jin a Meimei quien batía la masa de panda dango.
"Jejeje." la cara de Meimei se puso roja. "¿Pero por qué me pasa esto? No sé por que me gusta que me grite. Quiero hacer todo mal para que sigamos así."
"¿Acaso no aprendiste nada de la otra vez panda de mierda?" Jin tomó la cuchara y comenzó a ayudarla. "Demonios, ¿por qué los animales son tan estúpidos?" Meimei involuntariamente veía el rostro de Jin recordando el 'beso' que le había dado.
Meimei se avergonzó y se excita por eso provocando que sus piernas flaquean perdiendo el equilibrio echando toda la masa de los panda dango encima de ambos.
El tazón cubría el rostro de Jin, aunque Meimei no podía ver si expresión, sabía que estaría super enojado, y tal vez ya no le daría un insulto sino un golpe. Al pensar en un abuso físico como ese, la cabeza Meimei dio vueltas en sus fantasías masoquistas. Pero Jin seguía tranquilo en el piso del club. Meimei retiro cuidadosamente el tazón para notar los ojos cerrados de Jin, quedó inconsciente.
Está vez, Meimei se asustó al no saber que hacer en esta situación. Vio algo de masa en el rostro de Jin y con delicadeza lamía el rostro de Jin, sus mejillas, su frente, sus orejas, la nariz y sus labios cubiertos de masa de panda dango.
"Esto se siento muy extraño." pensaba Meimei sin parar su acto algo lascivo. "Oh~... tienes algo en la boca." la respiración de Meimei de aceleró, se acomodó en una mejor posición, el cabello dorado de Meimei cubrió la cabeza de Jin.
Jin comenzaba a despertar poco a poco. Cuando por fin puedo estar en sus cinco sentidos, saborea el sabor de los panda dango en su boca, pero algo se movió dentro de su boca. Con sus ojos nublados por el cabello de Meimei intentó identificar el objeto dentro de su boca con su propia lengua. Meimei saltó en su posición al notar una respuesta por parte de Jin. Ella se lanzó hacia atrás, y Jin se levantaba poco a poco del suelo pasando su manga por lo boca.
"¿Qué pasó?" preguntó Jin al ver a Meimei también sentada en el suelo.
Meimei ardía en calor, su hermoso rostro claro se torno por debajo de los ojos con un color rosa, tenía la boca abierta para respirar con más facilidad, y su cabello estaba un poco desordenado. Jin sintió su cara pegajosa y húmeda.
"Ya recuerda... ¡tú, tonta! Hiciste que nos echaramos todo encima y mira como-..." Jin tomó un pañuelo para limpiarse pero no había rastro de nada en él. En cambio, Meimei seguía cubierta de masa de panda dango. Jin optó por humedecer su rostro para quitarse esa sensación pegajosa.
"Mira este desorden." Jin abrió los brazos expresando su comentario. "¡Es mejor que sepas como usar una escoba!" Jin la miró con enojo pero esta solo se sintió mejor.
"¡Jin!" llamó Ranka entrando al club con el resto de los miembros del club.
"Hola Jin-kun." saludó Hitomi.
Yukari entró con Miyubi en su espalda.
"¡H-Hola Hitomi-san!" respondió al saludo.
"Vaya, ¿estaban cocinando ustedes dos?" preguntó Yukari dejando a Miyubi la perezosa en su asiento del club.
Jin y Meimei se vieron por un momento. "Y espero que sea la última." comentó Jin.
Fonfon llegó minutos después llevándose a Meimei consigo. Al parecer ya habían preparado todo para su estadía en la escuela, y con su club de fans funcionando como guardaespaldas, su seguridad estaría asegurada. Fonfon habló con el director respecto a la comida favorita de la señorita, pero esta inmediatamente dijo que eso ya no sería un problema, encontró algo más delicioso que hasta ella misma podía hacer e incluso, había algo sabroso que probó el día de hoy y quisiera volver a probarlo.
Meimei le pidió un producto a Fonfon, que sin hacerse esperar, el mánager de Meimei lo consiguió sin contratiempos pero Meimei no les respondió a Fonfon cuando este le preguntó para que lo quería. Sin obtener respuesta, Fonfon se fue a descansar, pero Meimei tenía otros planes para esta noche.
Al caer la media noche, y gracias a su club de fans, Meimei supo el lugar en donde estaba el cuarto de Jin. Sin pensarlo mucho se escabullo en la escuela para llegar a los dormitorios masculinos, Meimei, al estar al frente de la puerta de la habitación de Jin, se quito sus lentes de sol, y retirando uno de sus agarres, apareció una especie de agujas. La puerta cedió luego de unos cuantos intentos.
Lo primero que hizo Meimei al entrar a la habitación, fue inhalar el aire con todas sus fuerzas, sus ojos repentinamente se entre cerraron y comenzó a tambalearse como si estuviera un poco borracha. Cerró la puerta tras de ella. Asegurándose de que Jin aún no despierte, sacó aquel extraño frasco que Fonfon le había conseguido, eran dardos tranquilizantes de poca potencia pero con fuerza suficiente para dormir a un humano por horas contra su voluntad. El frasco traía cinco en total, Meimei había sacado cuatro y las había guardado en otro lugar, pero solo llevó una a la habitación de Jin, ella simplemente tomó el dardo y lo inyectó en el brazo desnudo de Jin, esto provocó un gemido pero el silencio se volvió hacer presente. Diez segundos después, retiró el dardo y lo tiro en el cesto de basura.
En su mente parecía un buen plan, pero si era descubierta su reputación podía caer y lo peor, por su culpa podían ejecutar a Jin, algo que con sólo pensarlo le hacía sentirse muy pero muy mal. Pero eran sus deseos contra sus temores, y ella dijo antes de subirse a su cama, soy muy egoísta como para preocuparme ahora.
Meimei sacó de su bolsillo una bolsa, de la bolsa sacó un panda dango que hizo migajas en ese mismo instante, las dejó caer cerca de los labios de Jin, y con sagas de pasarse un poco esta noche, desabotonó su camisa y también dejó caer algo de migajas por su torso.
Al principio inició lento, saborandeo además del dango, a Jin. Quería dejar lo mejor para el final y así lo hizo, bajó hasta el pecho luego de limpiar sus mejillas. Meimei parecía un bebé cuando sin notarlo succionó los pezones de Jin, los gemidos de Jin eran débiles debido al tranquilizante. Meimei abrazó el cabello de Jin mientras intentaba bajar más, en su ombligo bajo hasta el borde de su pantalón. Al fin había terminado con su torso, ahora quedaba su boca. Suerte o no, algunos trozos habían caído dentro de la boca de Jin, esto solo estímulo las ganas de Meimei en su acto de... ¿abuso? ¿Violación...? O lo que sea que este haciendo.
Su lengua de abrió paso por todo el paladar, entre animales es muy extraño este acto afecto, el más normal consiste en lamer u olfatear a la misma especie o con otros animales. Y al parecer su cuerpo reaccionaba muy bien a estos estímulos.
El aliento de Meimei se volvió pesado. Se quedó sin oxígeno y nesecitaba un poco, y ya es mucho decir que los pandas pueden aguantar mucho más tiempo la respiración. Sin querer, cuando se apartó su mano se posó en la entrepierna de Jin, de inmediato la retiro, intentó tocarlo de nuevo y sintió que algo palpitaba allí abajo.
Meimei retiró los pantalones de Jin junto a su ropa interior, ahora el pene de Jin podía respirar con más libertad, Meimei lo tocó haciendo que este creciera un poco, lo volvió a tocar y este volvió a reaccionar.
"¿Este el pene de un humano?" pensó Meimei. "Es muy diferente al pene de otros animales." con cuidado, agarró el pene de Jin con una mano sintiendo sus palpitaciones. "¡Oh~!".
Meimei sabía que hacer, o bueno, un poco, gracias a los vídeos que debía ver por si una vez debían que emparejarla con otro panda ella sabía algo básico, pero el pene de un panda es diferente al de un humano... ¿qué es lo que hará ahora Meimei?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro