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Esperare

Estaba parada en la puerta de su habitación, veía hacia el infinito mientras cabeceaba eran las siete de la mañana de un sábado y ella ya estaba arreglada y casi despierta.

—¡Buenos días Alicia!

Jungkook llegó dando saltos, venía con una camisa oversize blanca con el dibujo de un conejo negro en el estampado, vaqueros azules , su cabello estaba revuelto algo sexy y escondía las manos detrás de él.

—Espero que lo que estés escondiendo sea café, porque es muy temprano y muero de sueño.

Jungkook de gira.

—Creo que vine a la habitación equivocada, este es Yoongi ocupando el cuerpo de mi dulce Alicia.

Sunnie lo tomo por el cuello de la camisa, Jungkook se detuvo.

—Aun es muy temprano, dame un respiro señor conejo.

—Bien —le extiende un vaso con café y un casco —el día de hoy seremos Bad boys muy rebeldes.

—¿Iremos en moto?

—Así es.

Sun Jie tomo su teléfono y empezó a mandar un mensaje.

—Deja de me despido de mi hermano, tuve una buena vida.

—En definitiva tu eres Yoongi por las mañanas.

La empezó a empujar por los hombros, llevándola casi a la fuerza hasta el estacionamiento. La moto se veía de intimidante, parecía el doble de tamaño de Sunnie, Jungkook la ayudó a colocarse el casco verificando que todo quedará en su lugar, agradecía haber elegido unos Jumper para salir con Jungkook porque la falda que planeo hubiera sido una pésima opción.

Sun Jie miraba el rostro concretado de Jungkook mientras le acomodaba las cintas del casco, ella se concentro en el mundo lunar que el pelinegro tenía en medio de labio inferior.

—Listo.

Sun Jie estaba tan inmersa es los labios del chico que dio un pequeño salto cuando lo escucho.

—¿Sunnie?

—¿Qué sucede?

—¿Qué pensabas? —alzo ambas cejas causando un sonrojo —es broma vamos.

Subieron a la moto, Sun Jie se sujeto por el pecho del pelinegro, se aferro fuerte cuando arranco, podía sentir los latidos acelerados de Jungkook, suponía que era la adrenalina de la velocidad pero en realidad él está muy nervioso de tener tan cerca a la pequeña Sunnie de él.

Jamás le había pasado.

Le empezaban a sudar las manos, y sentía algo de calor con el casco, se concentro aún más en el camino, porque las pequeñas manos de Sun Jie se aferraban mucho a su cuerpo y esto mareaba de una extraña manera al pelinegro.

Llegaron aún pequeño restaurante, Jungkook la ayudo a bajar de la moto, para empezar a caminar hacia el lugar, el cual parecía estar aun cerrado.

Esto le causo curiosidad a Sun Jie, pues Jk parecía conocer totalmente el lugar.

—!Tía Tsubaki! !Ya vine!

Se escuchan unos pasos algo lentos, y después se abre la puerta del lugar, de este sale una señora de edad algo avanzada, su cabello blanco estaba totalmente recogido en un moño perfecto, traía de esos delantales hogareños atado a su cintura con lindo vestido azul cielo.

—Mi Jungkookie —lo abrazo —siempre eres muy puntual, vamos entra.

—Ven Alicia —la acerca —Tía Tsubaki, la niña de aquí es Min Sun Jie, es la amiga de quien le comente. Alicia ella es la Tía Tsubaki, es como mi segunda madre.

La señora mira amablemente a la chica, luego mira a Jungkook dándole un golpe con el codo.

—¿Qué te costaba fijarte en una niña bonita? —la toma de la mano —pasa pequeña, estas en tu casa.

Puede creerse que esas palabras se usan en la vivienda de alguna persona, pero el restaurante era tan cálido y hogareño que daba la sensación de estar en algún comedor de cualquier otra casa tranquila. Las mesas con al ras del piso con decoración simples, el aroma de sabores caseros, los cuadros de la señora Tsubaki con diferentes personas, entre ellos una foto de un sonriente Jungkook de unos doce años abrazando a la señora dueña del lugar.

—¿En realidad eres tu?

—Si, ese mismo soy yo.

—Tienes la misma mirada que ahora.

—De un niño travieso y loco, si te contara querida todo lo que hacia este niño de mas chico, mi corazón se ha vuelto fuerte debido a todas las veces que este muchacho me hizo casi tener un infarto.

Jungkook aparece colocándose un mandil y subiendo sus mangas.

—Me deja en mal Tía, Alicia va a creer que era un mal chico.

—Aun eres un chico inquieto Kookie.

Cuando lo llamo así no pudo ocultar la enorme sonrisa que el apodo le causó, ya amaba que le dijera conejo, pero el diminutivo de su nombre sonaba más tierno en los labios de Sunnie. Junto sus manos en un aplauso para concentrase.

—Bien preparemos nuestra comida.

—Pensé que almorzaríamos aquí.

—Tomaremos un refrigerio, pero en realidad comeremos en otra parte, tendremos un pic nic Alicia.

—Me pidió la cocina desde la semana pasada para esto, Jungkook es un gran cocinero.

—¿Desde la semana pasada? —Jungkook se giro evitando la mirada de Sun Jie —eres un tramposo Jeon Jungkook, sabía que habías confabulado con mi hermano para que yo perdiera la apuesta, pero no sabía a qué nivel.

—¿Y que llevaremos al día de campo?

—No me cambies la conversación conejo tramposo.

En lo que preparaban algunos sándwiches y gimbap, comían fruta y yogurt, mientras la señora Tsubaki decía las travesuras de Jungkook. Jungkook hizo algunos pastelitos simples para comer algo dulce y algo de te de flor de cerezo.

Sun Jie ayudó a limpiar todo después, para despedirse de la señora Tsubaki antes de subirse de nuevo a la moto, el paisaje se volvía cada vez más verde y lleno de árboles, el aire se sentía más fresco, la vista era impresionante.

Llegaron a una vereda donde dejaron la motocicleta, Jungkook cargo una mochila y la canasta con la comida, tomando con su mano libre la de Sun Jie.

—Nunca había venido a un lugar así.

—Pense mucho ¿cuál sería el lugar ideal? —miro hacia arriba pensando —así que recordé nuestro primer encuentro así como nuestros sobrenombres.

—El bosque de Alicia.

—Así es, ¿Te gusta la idea?

—Me encanta —miro hacia el sendero —seguiremos hasta la cima, ¿Verdad? — Jungkook asintió —entonces llegaré primero.

Sunnie salió corriendo, adelantándose a Jungkook, este se quedó quitó hasta que reaccionó que era una carrera.

—¡Alicia es la que persigue al conejo! ¡No al revés!

—¡Me gusta salir de las reglas!

—¡Eres una rebelde, si te atrapó te morderé una mejilla!

Estaba por llegar a la cima cuando Jungkook le dio alcance aún con todo lo que llevaba acuestas, la tira al suelo y ambos ríen con la respiración agitada.

—Te atrape —mira los labios de Sunnie —de..de..debemos poner la manta.

—Si, si, creo que es lo mejor.

Se levantan y sacuden, mientras eligen un buen lugar para colocar todo lo que había traído Jungkook para su cita, extiende una manta y coloca la canasta con la comida de la mochila saca los cubiertos y otras cosas para que estuvieran cómodos.

—Muero de hambre.

—Adelante pequeña Alicia es hora del te.

En lo que tomaban el almuerzo Sun Jie se pone a platicar sobre de todo lo que se le ocurre, Jungkook la observa fascinado la comida entre los dos se notaba tanto que no se dieron cuenta cuando pasaron dos horas.

—Cierto te traje algo.

El pelinegro va por su mochila y saca un paquete envuelto en papel mate.

—¿Un libro?

—No es cualquier libro.

Sun Jie abre el pequeño envoltorio y nota una pasta dura y algo desgastada. El libro estaba en inglés pero sabía exactamente cuál era.

—Alicia en el país de las maravillas.

—Es de las primeras ediciones, era mío y uno de mis favoritos algo más intenso de lo que pintan las películas.

—Yo también pensé en traerte algo.

Del bolsillo de su Jumper saca un pequeño llavero con un conejo negro pequeño, lo acaricia un poco antes de dárselo.

—Lo vi en una tienda y pensé en ti —se muerde un poco el labio — estuve pensando mucho en esto, en lo que podría pasar.

—Lo se, lo sé, mira Sun Jie, no quiero sentir que estoy presionando ni nada —se levanta y le extiende la mano a Sunnie —si quieres solo ser mi amiga está bien, nada cambiará, pero si de algo estoy seguro es… —toma las manos de Sunnie y bastante aire.

¡ME GUSTA MUCHO MIN SUN JIE!

La pelinegra se sonrojo al escucharlo, su corazón latía muy rápido y sus manos empezaban a sudar.

—Se siente bien decirlo, es muy difícil decir esto.

—No te veo con problema —aprieta las manos de Jungkook — Jungkook…

¡TAMBIEN ME GUSTAS MUCHO!

—Tienes razón se siente bien decirlo.

Jungkook da algunos saltos y hace un baile algo extraño.

—Bien, ahora —la toma de las mejillas —te morderé —le deja una pequeña mordida en la mejilla —se que aún es pronto para un beso, te esperaré un poco más, solo un poco.

—Gracias.

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