Prólogo
Un chico castaño se encontraba muy feliz caminando con su novia en una cita, esa chica era una pelinegra de ojos morados llamada Yuuma, quien hace poco declaró estar enamorada de él. Para terminar su cita llegaron a un parque al lado de una fuente, la chica le preguntó si podía hacerle un favor, el chico gustoso acepto...pero la respuesta no fue la que esperaba...
- Podrías morir por mí...?
Ante esto, la chica se transformó, ahora sus ropas eran delgadas, ajustadas, negras, que sólamente cubrían sus senos y su parte íntima, acompañada de unas botas de tacón y unos guantes negros, eso sin contar alas negras que salieron de su espalda.
El chico asombrado de lo que vió, no podía ni moverse, y para cuando acordó, se encontraba en el suelo, atravesado por una lanza de luz en su estómago en um charco de su propia sangre. En eso, la chica se acerca a él desapareciendo la lanza.
- Si quieres odiar a alguien, odia al Dios que te puso esa Sacred Gear en tu interior...- dijo la chica antes de desaparecer.
El chico sin poder articular otra palabra, prácticamente se estaba preparando para morir...hasta que escuchó una voz extraña que lo llamaba...
- Oye niño...eso fue todo? - decía la voz. - no puedo creer que un débil como tu sea mi reencarnación...
Al oír eso, el chico se encontraba en un lugar desconocido para él. El lugar era algo rústico, parecían viejas casas japonesas, pero lo que más le llamo la atención, era que en todas partes, incluyendo en las paredes se encontraba grabado lo que parecía ser un abanico de color blanco y rojo. Era de atardecer. Y entonces se escuchó la misma voz detrás de él.
- Así que eres tu...- dijo sorprendiendo al castaño, lo que hizo que se volteara a ver de quien se trataba. - entonces tu eres mi nueva reencarnación...nombre?
- Hyodou...Issei...- respondió el chico.
- Entonces, Hyodou Issei, me presento...- dijo el hombre saliendo de entre las sombras. El hombre se dejó ver, era alto, llevaba pantalones y botas negras, una camisa violeta, acompañada de un chaleco gris, en la parte de atrás de su espalda llevaba lo que parecía ser una katana, esto iba un poco uculto por una gabardina negra. El hombre era de cabello negro lacio, un poco largo que cubría su ojo izquierdo. - soy Uchiha Sasuke, mejor conocido como el ninja errante, y tú eres mi reencarnación...
Ante esas palabras el chico no pudo evitar asombrarse con escuchar tal afirmación, pensó que era un sueño, se pellizcó, pero seguía en ese lugar, no estaba soñando, era real...
- Dime, Hyodou Issei, cuantos años tienes? - preguntó el ahora denominado Sasuke.
- Diesisiete...- dijo el aún atónito Issei.
- Bien, supongo que eres lo suficientemente grande para entender lo siguiente...- dijo Sasuke.
Aún Issei, seguía sin poder creer lo que estaba viviendo, un sujeto que al parecer era de un pasado muy lejano, decía que el reencarno en su cuerpo.
- Ven, siéntate...- dijo el pelinegro mientras se sentaba en un banco cerca de ahí.
El castaño sólo asintió y también se sentó.
- Verás, como mi reencarnación, tienes una misión...- dijo el pelinegro.
- Misión? - preguntó intrigado Issei.
- Verás...en este mundo hay muchas criaturas, monstruos, dioses, como también hay personas capaces de enfrentarlos, ese es mi caso a la vez que el tuyo...- dijo esto asombrando a Issei. - yo era un ninja de la ahora destruida aldea de Konoha, miembro del clan Uchiha, el lugar en el que estamos ahora, era donde vivía, el símbolo de ahí...- dijo apuntando al abanico blanco y rojo. - era nuestro símbolo, los Uchihas eramos poseedores de una técnica ocular llamada Sharingan, quieres que te lo muestre?
El castaño con emoción asintió, sin duda lo que le estaba contando el pelinegro era asombroso. Era como si él fuera el protagonista de un ánime de acción destinado a pelear contra el mal.
El pelinegro cerro los ojos, y al abrirlos de golpe, sus ojos cambiaron de color de negro a rojo, acompañado de lo que parecían ser tres aspas.
- Éste es el Sharingan. - dijo el Uchiha para ver como el castano tenía estrellitas en los ojos. - sus poderes te los enseñaré después, pero ahora seguiré contándote de tu misión...
El rubio asintió un poco serio, ya que la expresión de Sasuke cambió a una mas seria.
1 hora después...
Issei no se lo podía ni creer...al parecer su misión era encontrar a la reencarnación del mejor amigo y rival de Sasuke, Uzumaki Naruto, para que juntos sellen de nueva a la diosa Kaguya, quien fue encerrada por ellos durante la llamada Cuarta Gran Guerra Ninja. Lo malo fue que por un error desconocido, Kaguya salía de su prisión cada mil años, con lo cual Issei, junto con la otra reencarnación, debía detener a toda costa, ya que de lo contrario, significaría el fin del mundo. Sasuke también le enseño su ojo izquierdo el cual era el Rinnegan, le explicó que era un ojo que podía rivalizar con un Dios, pero que sus poderes de nueva cuenta se los contaría mas adelante cuando este preparado para ese nivel de poder. Indirectamente, supo que debía entrenar.
- Bien, creo que ahora hay que ir con la otra persona en tu interior...- dijo Sasuke sorprendiendo a Issei. Que luego se transportó a un lugar lleno de llamaradas de fuego y ahí, se encontraba un dragón rojo con ojos verdes.
Issei casi se desmaya cuando vio dicha escena.
- Ha pasado tiempo, mocoso Uchiha. - dijo el dragón.
- Lo mismo digo, lagartija super desarrollada. - respondió Sasuke.
- Ah, el es mi compañero? - pregunto el dragón.
- Si, Hyodou Issei, te presento a Ddraig, mejor conocido como Sekiryutei (Dragón Emperador Rojo), el Dragón Galés. - dijo el pelinegro.
- Ho-hola...- dijo el chico tartamudeando.
- Él y yo te ayudaremos en tu entrenamiento, pero hay una cosa que tengo que decirte...- dijo Sasuke.
- Que cosa Sasuke-san? - preguntó Issei.
- Al tu ser mi reencarnación, al hacer bien el contrato tu cuerpo va a tener ligeros cambios, cabello, ojos, cuerpo y esas cosas. - explicó. - también hay otra cosa, la reencarnación de Naruto debe de aparecer cerca de aquí, ya que quedamos en reencarnar en personas cercanas para no batallar después...y que me dices?...aceptas? - preguntó ahora el Uchiha levantando la mano derecha.
El castaño pensó un poco, su vida no era la mejor que digamos y a decir verdad si lo hacía muchas cosas hiban a cambiar, pero no estaba seguro de que pasaría. Pero no dudó ni un segundo más y estrechó su mano con la del pelinegro.
- Trato hecho. - dijo con una mirada con determinación.
Al decir esto el chico despertó, al parecer estaba en el mismo lugar donde Yuuma lo dejo casi muerto, aunque ahora se sentía como si mucho poder corriera por sus venas. Notó que estaba cubierto de sangre, por lo que se metió en la fuente que estaba a su lado y empezó a limpiarse, pero pudo notar un cambio drástico en su cara.
Su cara ahora estaba más definida, tenía ojos negros al igual que su cabello, el cual paso de quebradizo a lacio aparte de que creció un poco, y luego miró su cuerpo, ahora sus pectorales y su abdomen estaban muy marcados, sus brazos ahora mostraban musculatura, no tan ostentosa, pero si se notaba muy fuerte.
Issei se acomodó el cabello de igual manera que Sasuke, cubriendo su ojo izquierdo, casualmente, la herida que tenía en el abdomen desapareció.
Después, Issei procedió a vestirse de nuevo y salir de ahí.
Justo cuando se fue, apareció un círculo mágico color carmesí en el suelo, que dejó mostrar a una chica pelirroja de color azul rey, tenía la misma ropa de la Academia de Issei, protuberantes senos, cadera chica, cintura amplia, trasero bien formado y piernas largas y torneadas.
- Hmm...habré llegado tarde? - se preguntó a sí misma. - No creo que el chico este muerto, los Ángeles Caídos no suelen dejar el cadaver de sus víctimas, nunca se lo llevan...- seguía algo confundida. - creo que lo confirmaré mañana en la escuela...- dijo para desaparecer en otro círculo mágico.
Mientras tanto...
Issei llegó a su casa, afortunadamente sus padres no estaban y procedió a entrar a su recámara. Dentro de ella se encontró todo normal, sólo que ahora estaba un gancho colgado fuera de su armario con lo que parecía ser la vestimenta exacta de Uchiha Sasuke, también venía una nota.
"Me tomé la libertad de darte eata vestimenta como símbolo de compañeros, ya que ahora tu eres mi reencarnación usalos bien.
Uchiha Sasuke."
El chico sonrió, también logró ver una katana de color negro al lado de la ropa, pero optó por no verla, ya que con su suerte iba a partir algo a la mitad, y posiblemente a el mismo, asi que mejor se recostó en su cama.
"Mañana será un día muy problemático..." pensó antes de quedarse dormido...
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