Cuantas veces nos hemos quedado con las palabras trabadas en la lengua sin lograr su expulsión como si estas supieran en que momento deben atacar provocando noches eternas , sueños inexistentes y nos ahogaba un nudo en la garganta en forma caótica que nos impedía respirar. Para eso acumulamos melancolía,  inseguridad, insatisfacción e impotencia como si la mente se estuviera preparando para resistir un ataque. La mente gobernada por la crisis de ansiedad oscurece las ideas empujandonos al hoyo mas profundo y sin salida. En mi caso solía peinarme usando ambas manos de manera tan brusca ante la desesperación, frotaba mi cuello provocando un calor agobiante y daba vueltas sin figuras definidas por toda el área de la casa. Mi mayor defecto es, que cuando me siento mal, suelo encerrarme en mi habitación hasta que la ansiedad se aleje de mi interior temporalmente, esperando que el sueño me salve como mi superheroe favorito.

  Observar detenidamente como esa persona se pierde entre la multitud mientras las emociones tratan de capturarla con un intenso abrazo por la espalda sin poderla detener, las cuerdas bucales no articulan las ¡malditas palabras! y nos hace entrar en un cuadro de tortura interna. Enviar aquel mensaje luego de semanas, meses o años mas tarde,  ya sea en plena epidemia mundial, siendo privados por una cuarentena indefinida hasta el momento, esas palabras con un alto indice de "buena intención" ajenas al espacio-tiempo son innecesarias. Las palabras no tienen la misma magia en la tarde que a las 3 de la madrugada donde nos volvemos mas sinceros y es diferente decirlo en invierno entre sabanas sin salir de cama que en pleno balcón debajo del día a la luz del fuego.

   Una frase dicho en el momento exacto bajo presión y miedo quizás pudo cambiar las cosas, quién sabe. Pudo dar otro giro a las circunstancias, despegando un viaje al interior a través de la locura para encontrarse. Recibir una sacudida ¡Ey recapacita! . Dicha frase, ese conjunto de palabras,  pudo evitar vuelos, despedidas, heridas, desamor, traición, dolor, mentiras, deslealtad y decepciones.

  En el tema donde más se complican la vida, muchos de aquí alguna vez se enamoraron locamente ¿verdad?, ocurre que esa pareja se largó y el afectado siente que muere, no para de sufrir por semanas, luego si se percatan del sufrido lo encontraran con vida, no murió, se encuentra bien. ¿Y esto a que viene? .Debemos de saber que el silencio de las personas que se marchan sin ningún motivo también es un tipo de mensaje, es lo que mas duele en el mundo lo sé, mucho peor a las despedidas, pero con el tiempo se agradece aquel silencio que hace comprender muchas cosas provocando un viaje interno. Pero si lo vemos de otra manera y las palabras se hubieran escupido entre ambas partes ¿Hubiera cambiado en algo la situación? Quizás no, pero hubieran modificado la cantidad de lagrimas. ¿Era necesario decirlo sin pensar en lo que suceda? Puede que si. Uno debe soltar la mochila emocional y librarse de todo, sin tener la ilusión que eso genere algún efecto sobre la otra parte, tratando de alcansar el mayor porcentaje de paz interna. No cabe duda que hay cosas que necesitan ser pronunciadas y otras donde se pronuncia por si solas, hasta en la forma que a uno lo aman es un tipo de mensaje. ¡Mierda!  Si uno se la juega a la deriva en el mismo instante, imaginense fuera de fecha, es una bola de emociones caducada, aunque la agites ya no sirve.

   A muchas personas le hemos llenado el alma de promesas falsas, abriendoles la boca de asombro  con nuestra oratoria magistral, en la cual nuestro egoísmo no mide las consecuencias cuando brindamos una soga donde sujetarse, soga que nunca brindamos, en sus momentos mas desagradables que la hacen tocar hondo, ni hablar de las amistades que juraron estar juntas, las palabran pierden valor si tiempo mas tarde le saludas por su cumpleaños, ademas de ser alguien falso se le suma la hipocrecía. A los padres que le hablaron que mejorarían, que no los decepcionarian con respecto a las desiciones tomadas y reciben ofensas por parte de sus progenitores. Estos piensan sanar con un ¿me perdonas?.  Las personas comienzan con la expulsión de todo sueño, excretados de todo sentimiento, son enviados al limbo de dudas y martirio por lo que no se dijo. ¿Qué hubiera paso si?.

Si tu mensaje hipócrita y vacia tiene como fin alterar la paz de la otra persona, entonces ¡guardatelas!.
  

Las palabras que no se dicen en su momento no se mueren.

Nos matan.