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XV

La voz de Jongdae resonaba en su cabeza. "Arruinó la boda. Los arruinó." Semanas atrás, Yixing se encogió de hombros ante el comentario de Jongdae y pensó que su amigo estaba exagerando. Pero ahora, mientras Yixing rumiaba y observaba la ciudad bajo sus pies, la niebla en la que había estado atrapado se disipaba.

Siempre creerá que había hecho lo correcto al decirle la verdad a Junmyeon. Sin embargo, el procedimiento había sido el equivocado, realmente equivocado. No debería haber filmado un momento tan terrible y luego mostrárselo a Junmyeon en su cumpleaños. Había momentos y lugares más adecuados para relatar asuntos tan delicados. También debería haberle dicho a Minseok lo que haría y tal vez entonces su hermano hubiera actuado correctamente. Y si Minseok aún así no hubiera hecho nada, solo entonces debería habérselo dicho con calma a Junmyeon, en privado. Pero los celos dañinos y el egoísmo dentro de él lo habían hecho apresurarse y actuar sin pensar. Era demasiado tarde para cambiar las cosas.

Todo el tiempo había pensado en sí mismo y en nadie más. Cuando no solo había sido él quien estaba sufriendo, también habían sufrido Junmyeon y Minseok. Nunca había visto a su hermano tan angustiado, tan desesperado por algo que se sentía tan fuera de su alcance. Aunque le costó un estúpido error de borrachera darse cuenta, a Minseok realmente le importaba. Minseok nunca se había preocupado por alguien tanto como se preocupaba por Junmyeon. Yixing tampoco había visto a Junmyeon derrumbarse en sus brazos, no desde que la Sra. Kim se había enfermado y había estado en el hospital.

Los llantos de Junmyeon eran una melodía melancólica, una melodía triste que Yixing no deseaba recordar. Estúpidamente, no se había dado cuenta que todo este tiempo Junmyeon también había estado sufriendo. La mente desesperada de Yixing había inventado esta falsa sensación de felicidad que probablemente Junmyeon nunca había sentido. Yixing había creído en la fachada de Junmyeon. Debería haber estado allí para su mejor amigo, no solo ignorar el asunto desde esa noche en que Junmyeon apareció en su sala de estar. Este amor lo había vuelto egoísta, celoso y cruel por desear tanto sufrimiento a dos personas, solo para que él terminara siendo feliz.

La puerta de cristal se abrió, interrumpiéndolo de sus pensamientos. Junmyeon se paró junto a él en el balcón. Su mejor amigo todavía llevaba la misma ropa de ayer. Los rastros del llanto todavía estaban presentes en su rostro, los ojos hinchados y las lágrimas secas mientras que su cabello estaba revuelto por todas partes. Yixing tenía el mismo aspecto, pero ninguno de los dos mencionó algo. Ya habían visto mucho de ambos en el pasado cuando vivían juntos. Diablos, Yixing recordó que una vez había vomitado en presencia de Junmyeon, y aun así su amigo le había ayudado a limpiarse.

—Buenos días, Xing —dijo Junmyeon, a penas sonriéndole.

Yixing trató de devolver el gesto, pero no pudo.

—Hola, Mian.

En silencio, vieron la ciudad, los edificios que los rodeaban y los automóviles que pasaban ocasionalmente. Era una mañana cálida y agradable. Y estar allí parados no era incómodo, era simplemente tranquilo. A pesar de su curiosidad, Yixing decidió darle la palabra a Junmyeon. Él también necesitaba tiempo para recuperarse después de la noche tan difícil.

—Ayer... —finalmente dijo Junmyeon. Sus manos sostenían firmemente la barandilla, y su mirada caía en la ciudad.

—¿Ya te sientes mejor?

Yixing pensó que era mejor fingir que no había estado fisgoneando y escuchando su conversación. Aunque había sido la llamada de atención a su estupidez, esas eran conversaciones íntimas que sabía que no debería haber escuchado. Quería dejar de darle a Junmyeon más razones para odiarlo.

Junmyeon asintió. —En cierto modo me siento mejor.

—¿Qué pasó?

Junmyeon levantó la cabeza para mirarlo a la cara. —Minseok vino a verme.

Yixing no pudo descifrar la emoción en la voz de Junmyeon. Podría haber sido cualquier cosa, desde decepción hasta desconsuelo.

—Lo supuse. Lo vi salir ayer del edificio.

Al menos esa excusa le permitiría saber a Junmyeon por qué Yixing no había estado tan sorprendido al escuchar su respuesta.

— En realidad... Nos hemos visto antes. A principios del mes, me contacto porque quería asumir su responsabilidad. Lo escuché, pero no supe qué hacer. Le pedí que me diera más tiempo y espacio para pensarlo. Y después de esa ocasión, hablábamos por teléfono y escuchaba lo que tenía que explicar.

Entonces, a pesar de que Junmyeon había necesitado espacio, todavía no le importaba mantenerse en contacto con Minseok. De repente, las noches en las que escuchó abrirse las puertas del balcón tenían su explicación. La niebla se disipaba cada vez más.

Yixing tenía una idea de lo que se habían dicho, pero aun así quería oírlo de Junmyeon. —¿Que te dijo?

Junmyeon dejó escapar un suspiro. —Que lo siente. Que yo tenía razón. Y que debería habérmelo contado. Me mintió y eso fue terrible. También me dijo que debería haberme hablado sobre sus dudas. Pero según él, ya no tiene ningunas. Dijo que... Que me ama, siempre lo ha hecho y siempre lo hará.

—¿Y tú le crees?

Yixing no se había dado cuenta de que había estado conteniendo la respiración hasta que escuchó a Junmyeon hablar de nuevo.

—Sí, creo que me ama, pero...

—¿Qué?

—Tengo miedo, Xing. Solo tengo miedo de volver a lastimarme.

Miedo a ser lastimado, Yixing podía identificarse con eso demasiado bien. Su desastrosa ruptura con Kyungsoo lo había hecho un experto en ese sentimiento. De repente, todos se habían vuelto poco confiables, todos terminarían lastimándolo. Luego, se enamoró de Junmyeon y el miedo de Yixing desapareció, nunca pensó que Junmyeon lo traicionaría de esa forma. Pero, por supuesto, no podía decirle a Junmyeon "enamórate de mí, nunca te haré daño", no cuando había sido parte de todo este desastre, no cuando solo anoche Junmyeon había dicho que amaba a Minseok.

—¿Aún lo amas? —preguntó de todos modos.

—Sí, lo amo. Pero no sé qué hacer. ¿Protejo mi corazón o vuelvo a creer?

Así que anoche había sido la colisión del Junmyeon que estaba luchando para protegerse del dolor y el Junmyeon que quería volver con el hombre que amaba. Eso era todo lo que Yixing necesitaba escuchar.

—Nunca sabremos que pasara en el futuro. Sí, es posible que vuelvas a salir lastimado, pero también es posible que seas muy feliz. No puedes dejar que el miedo decida por ti, Mian. Te detendrá y terminarás perdiéndote muchas cosas. Es... mejor vivir sabiendo lo que pasó, que lo que podría haber pasado —Tras decir esas palabras, sintió que lo decía más para sí mismo que para Junmyeon.

—Entonces, ¿crees que debería volver con él?

No, deberías quedarte conmigo.

Yixing se mordió los labios.

No había nada que pudiera hacer.

—Creo que deberías escuchar a tu corazón. Mi opinión no cambiará nada, Mian, deberías hacer lo que tú quieras.

Junmyeon le dio una sonrisa, no feliz, solo como si estuviera de acuerdo con lo que Yixing había dicho. —Gracias, Xing —dijo antes de estirar la mano y ponerla sobre la de Yixing.

Probablemente sea la última vez que se tomaran de la mano.

Sonrió, más para sí mismo que para Junmyeon.

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