XIII
Yixing quería decirlo. Cada día, tras ver a Junmyeon sonreír, hablar, cocinar, reír, dormir con los labios entreabiertos y el cabello despeinado, luciendo todo hermoso, quería romper el silencio y finalmente decirlo.
Aún tenía miedo, por supuesto. Todo podría salir mal si lo decía. Junmyeon se sorprendería, quedando estupefacto, y tal vez hasta lo rechazaría. Entonces se mudaría. Su amistad podría volverse algo extraña e incómoda hasta que un día ni siquiera quedaría el caparazón de su relación. El desastre aguardaba, eso era un riesgo. Pero ¿y si las cosas fueran diferentes? ¿Qué tal si Junmyeon dudaba en dejar a Minseok porque tenía miedo de cometer un error y terminar solo? ¿Por eso se había quedado aquí durante tanto tiempo? ¿Qué pasaría si decirle te amo le hiciera dar ese paso? ¿Y si eligiera a Yixing?
Nunca había sido muy optimista, no, su madre siempre le había enseñado que los cuentos de hadas eran fantasías y ficciones. Las cosas imposibles eran cosas imposibles. Recordaba cuando tenía cinco años y dijo que soñaba con convertirse en un Super Saiyajin, se lo negaron de inmediato y le dijeron que debería ser abogado, médico o maestro. Yixing terminó convirtiéndose en un especialista en marketing. Pero sólo una vez quería creer. Solo una vez, el mundo podría estar al alcance de su mano. Decidió ignorar a la voz racional en su cabeza y no dejar que lo dictara más cuando cosas imposibles podían ser posibles. Al fin liberó al alma esperanzada que creía que Junmyeon también lo amaba.
Todas las razones que lo habían retenido comenzaron a disiparse. ¿A quién le importaba si Minseok terminase odiándolo? ¿A quién le importaba si sus amigos, su familia y todos los demás terminasen juzgándolo? ¿A quién le importaba si lo llamaban egoísta y un despreciable bastardo? Yixing estaba enamorado, y ya tenía que decirlo, maldita sea.
A finales de julio, Yixing espero lo suficiente.
A estas alturas, la sonrisa de Junmyeon era más radiante cada vez que se saludaban por las mañanas. Junmyeon se reía más, siendo él mismo y no la fachada que había fingido ser todo este tiempo. El antiguo Junmyeon estaba regresando, con su sonrisa contagiosa e iluminando el camino de Yixing. ¿Por qué? La mayoría de las veces, Yixing se preguntaba si él era el motivo o si estaba equivocado. Al final, no le preguntó nada, temiendo escuchar sobre Minseok. Su fantasía se haría añicos si Junmyeon dijera que era por eso.
Entonces, por primera vez espero lo mejor.
No hubo tiempo para una gran confesión, ya podrá hacer cosas más memorables en otra ocasión, o eso esperaba. Por ahora, Yixing pensó que era mejor dejar que las palabras salieran de su lengua. Pero mientras caminaba hacia la estación de tren después de salir del trabajo, no pudo evitarlo. Habían pasado años desde la última vez que había reflexionado sobre qué flores comprar para alguien que no fuera su madre. Kyungsoo había sido alérgico a las flores, pero incluso si no lo hubiera sido, tampoco había sido un fanático de ese tipo de gestos. Yixing optó por los únicos tres girasoles de la tienda. Hubiera sido bueno darle a Junmyeon una flor cuyo significado transmitiera lo que sentía. Sin embargo, a Junmyeon le encantaban los girasoles. La sonrisa que había tenido cuando visitaron ese campo de girasoles aquella vez era inolvidable.
Su corazón latió más rápido que nunca mientras estaba en el tren de regreso a casa. Junmyeon probablemente les estaba preparando la cena en este momento. La mente de Yixing repetía lo que haría: entrar, darle los girasoles y decirle te amo. Así de fácil. Incluso si su corazón no podía esperar a escapar de su pecho, sus labios estaban sonriendo. Sonrió expectante al pensar que esta podría ser su oportunidad.
Cruzó la puerta principal del edificio junto a su vecina del piso de arriba. Yixing le ayudo a cargar sus compras mientras esperaban el ascensor. No le importó llevar las compras hasta la puerta de la anciana. Impaciente, Yixing optó por bajar las escaleras en lugar de esperar a que regresara el ascensor.
Pisó el último escalón, listo para salir disparando hacia la izquierda por el pasillo, pero se detuvo en seco. Escuchó voces familiares. Minseok estaba allí, hablando o más bien discutiendo con Junmyeon. Podía escuchar débilmente la agitación en Junmyeon, la desesperación en Minseok. Tratando de ser lo más invisible que pudo, se asomó a través de la pared. Junmyeon y Minseok estaban parados al final del pasillo.
—¿Qué más quieres que haga, Junmyeon? He admitido mi culpa, me he disculpado mil veces —suplicó Minseok mientras sostenía los brazos de Junmyeon. —¿Qué más quieres de mí? ¿Quieres que me arrodille y te pida perdón? Porque lo haré si eso significa que volverás a mí.
Yixing nunca antes había visto este lado de su hermano. De las pocas relaciones importantes que había tenido Minseok, ni una sola vez se había preocupado lo suficiente como para pedir una segunda oportunidad. Su hermano simplemente se había encogido de hombros y había dicho "bueno, así es la vida." Yixing había esperado que Minseok hubiera sentido lo mismo esta vez, que se encogiera de hombros y dejara ir a Junmyeon, que aceptaría que todo había terminado y seguiría adelante. En cambio, parecía que Minseok probablemente ya se había disculpado con Junmyeon muchas veces. Y mientras observaba a su hermano preparándose para arrodillarse en el suelo, Yixing se dio cuenta de lo equivocado que había estado. O de lo estúpido que había sido por creer en eso.
—No lo hagas —se apresuró a decir Junmyeon, impidiendo que Minseok continuara con su patética disculpa.
—Entonces, ¿qué pasa, Jun? ¿Por qué no puedes perdonarme?
—Yo... Yo confié en ti. Tu rompiste esa confianza. Es difícil olvidarlo. No estoy seguro, no sé...
—Lo siento mucho. Si pudiera volver el tiempo atrás y cambiarlo, créanme, lo haría —suplicó Minseok.
Junmyeon asintió con una mirada que creía que era verdad. —Lo sé. Pero también sé cómo solías ser. ¿Recuerdas cómo empezó todo esto? Estaba borracho y miserable, tú estabas borracho, estábamos solteros, tuvimos sexo. Hicimos eso durante meses hasta que te convencí de que tal vez deberíamos intentar salir juntos, incluso si no estaba seguro de que tuviéramos sentimientos el uno por el otro en ese momento. Pero las cosas cambiaron para mí y me enamoré de ti. Pensé que habías sentido lo mismo... Quizás no debí haber esperado demasiado de ti. Quizás esto estaba destinado a suceder algún día.
Los ojos de Yixing se agrandaron. Nunca había escuchado eso antes. Durante años había creído que un día, Minseok y Junmyeon habían desarrollado mutuos y decidieron intentarlo. Eso era lo que todos crían. Pero ahora, ¿escuchar que todo había comenzado tan casualmente? ¿Su ruptura con Minho había sido tan mala que encontró consuelo en Minseok? La peor parte fue escuchar que a pesar de todo, Junmyeon había llegado a preocuparse por Minseok.
—No digas eso —respondió Minseok. —Eso no es cierto, ¡yo también siento lo mismo que tú! También llegaste a significar mucho para mí. Fui un idiota, sé que lo que hice estuvo increíblemente mal. Y estar borracho y ser un gilipollas asustado no lo justifica. Sé que debería habértelo dicho, Jun, lo sé y lo siento mucho. Pero, créeme, no volveré a suceder —Minseok sostuvo las mejillas de Junmyeon en sus manos. —Sí, dudé por un momento, pero créeme cuando te digo que ahora estoy más seguro que nunca de que quiero estar contigo. Que te necesito. Que te amo tanto. Y que no puedo vivir sin ti, Junmyeon, porque la vida es demasiado miserable sin ti allí.
Yixing pensó que podía ver lágrimas en los ojos de Minseok, sin duda estaban brillando. Su voz había sonado tan desdichada, un tono que seguía haciendo pensar a Yixing, ¿ese era realmente Minseok? Al mismo tiempo, le enfurecía saber que podía identificarse con las palabras de su hermano. Por un momento pensó en saltar hacia adelante y decir: "¡No confíes en él!". Pero no pudo. Solo podía mirarlos, a Junmyeon que tenía una expresión cautelosa e insegura.
—Yo también te amo —dijo Junmyeon, tan seguro y sin vacilar. Luego apartó la mirada de los ojos de Minseok y miró al suelo. —Y quiero creer en ti, Minseok, pero yo...
—Pero ¿qué? ¿Qué es lo que te impide darnos otra oportunidad? Por favor, créeme cuando te digo que te amo y que lamento mucho no haberte dicho la verdad.
Por algunos momentos, Junmyeon no dijo nada. Junmyeon continuó mirando al suelo mientras Minseok estaba de pie frente a él, esperando ansiosamente lo que dijera. Las manos de Minseok estaban sosteniendo las manos de Junmyeon.
Tan horrible que fuera, Yixing esperaba que Junmyeon dijera que no, que retirara las manos, le dijera que se fuera y regresara al apartamento.
—Dame más tiempo para pensar en ello —dijo Junmyeon y si el pasillo no hubiera estado en silencio, Yixing no lo habría escuchado.
Minseok parecía herido, pero asintió, no obstante. —Te esperaré, Jun. Esperaré hasta que puedas volver a mí y pueda demostrar lo serio y decidido que estoy. Por favor, créeme cuando te digo que te amo.
Minseok se inclinó para besar a Junmyeon en la frente, Yixing pensó que Junmyeon lo rechazaría, pero lo dejó. Y luego Junmyeon entró al apartamento mientras Minseok lo miraba con nostalgia.
Rápidamente, Yixing se dio la vuelta para esconderse. Creía que podía escuchar a su hermano llorar mientras esperaba el ascensor. Cuando las puertas del ascensor se cerraron, finalmente pudo exhalar.
En silencio, Yixing miró sus manos sosteniendo los girasoles. El papel estaba arrugado por la fuerza con que los había estado agarrando.
Yo también te amo.
Esas palabras estaban destinadas a Minseok, no a él. Esas palabras eran sobre ellos, no sobre Yixing y Junmyeon. Junmyeon no lo amaba, amaba a Minseok.
Los milagros no se hacen realidad, Yixing.
Las palabras siempre le atacaban en el momento adecuado, haciéndolo reír amargamente y maldecir todo por lo que nunca podría tener.
Por supuesto, había estado esperando demasiado. Por supuesto, no podría haber pensado que podría entrar allí, profesar su inmenso amor por Junmyeon y esperar que sintiera lo mismo. Aunque Junmyeon no confiaba completamente en su hermano, aún lo amaba. Y el día que Junmyeon se dé cuenta de que puede volver a creer en su futuro juntos, se irá, volverá a Minseok y lo dejará solo.
Que patético. Que estúpido. ¿Qué tan ridículamente estúpido podrías ser?
Lo merecía por ser un idiota, por creer que esto podía hacerse realidad. Nunca lo había sido, que Junmyeon lo amara nunca había sido una realidad, solo un anhelo imaginario incrustado en las profundidades de su corazón.
Quería destrozar el ramo en sus manos. Hacerlo añicos como si fuese su corazón en sus manos. No fue hasta que algo golpeó su mano que se dio cuenta de que las lágrimas corrían por su rostro. Solo pudo soltar las flores. Aterrizaron en el piso, solo para ser pisoteadas.
Lo odiaba. Los odiaba. Se odiaba tanto a sí mismo por no poder aceptar lo que era verdad hace tanto tiempo. Odiaba lo patético que era, lo débil y estúpido que se había vuelto.
Cuando sintió que no lloraría más, cuando la falta de aire se detuvo, caminó hacia al apartamento. Estaba pensando en que decir para evitar a Junmyeon por el resto de la noche, pero el lugar estaba tranquilo, la cocina y la sala de estar estaban vacías. Quizás Junmyeon estaba en el baño. No fue hasta que Yixing llegó a su habitación que escuchó sollozos en la habitación de a lado, la oficina de la casa. Los gritos, hipos y sollozos de Junmyeon se podían escuchar desde el interior.
¿Por qué estaba llorando? ¿Le dolía tanto saber que para proteger un poco su corazón tenía que alejar al hombre que amaba? ¿De dónde provenía su angustia?
El mismo dolor que Yixing había sentido cuando destruyó el cumpleaños de Junmyeon volvió. Se mezcló con el conocimiento de que este hombre no lo amaba, y la sensación era tan sofocante que lo habría ahogado.
Junmyeon estaba llorando. Junmyeon estaba triste. Junmyeon estaba miserable.
Y esa parte malvada de Yixing quería que Junmyeon se sintiera de esa manera, el lado enojado que todavía estaba amargado porque Junmyeon no lo amaba, gritó que se merecía el mismo dolor, tanto Minseok como Junmyeon. Pero la mejor parte de Yixing cesó ese pensamiento egoísta. Junmyeon no merecía sentirse así, Junmyeon no debería sentirse miserable y llorar solo. Junmyeon era su mejor amigo por el amor de Dios, ¿cómo podía Yixing desearle algo tan despreciable?
Cuando Yixing abrió la puerta, Junmyeon levantó la vista del lugar en el piso donde estaba sentado. Sus mejillas, así como sus ojos, estaban rojos e hinchados. Parecía que había estado llorando durante algún tiempo. Su cabello oscuro caía sobre su frente. Y se veía tan pequeño e inocente que Yixing inmediatamente se sintió disgustado consigo mismo por desearle esto a Junmyeon. Solo quería mantenerlo a salvo, protegido de todo el dolor que lo estaba lastimando.
—Xi-Xing —soltó Junmyeon con voz quebradiza. Se apresuró a limpiarse las lágrimas y los mocos con el antebrazo.
—Mian —respondió Yixing, arrodillándose en el suelo junto a él. —Estás llorando —dijo lo obvio. Descaradamente, abrió los brazos para que Junmyeon se acercara a él, y Junmyeon lo hizo. Había imaginado en sostener a Junmyeon en sus brazos después de su gran confesión, pero no pensó que terminarían abrazados de esta manera. Junmyeon debería haberlo alejado, pero en cambio, estaba encontrando consuelo en los brazos de Yixing mientras lloraba.
Se abrazaron hasta que Junmyeon se calmó, hasta que Junmyeon ya no sollozó y las lágrimas no corrían por su rostro, hasta que Junmyeon se quedó dormido en sus brazos y Yixing lo cargó para dejarlo en su cama. Yixing dejó que Junmyeon durmiera allí esta noche mientras él se acostó en el sofá y lloró.
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