Capitulo 22
-ATENCION-
Poner la canción cuando les diga.
-BYE-
16 de mayo de 2021.
Antonia
Cuando recibí el llamado de Marco que decía que iba a jugar el partido final aun me encontraba con Sofia. El grito de emoción que salió de nuestras gargantas asustó a todos los vecinos. Ella volvió a pedirme perdón por lo que hizo durante todos estos años y yo volví a recordarle que no tenía que pedirme perdón. Nos pusimos al día en menos de cinco horas, volver a verla con su collar me hizo alegrar el corazón, ya que muchas de las respuestas que hondeaban en mi mente se resolvieron con su historia. Ahora teníamos que esperar por la justicia, que ellos hicieran su parte.
Gire levemente mi cuerpo para volver a ver como mis jeans se amoldaban a mi trasero, antes de salir de mi habitación tome mi chaqueta y mi móvil. Al llegar me encontré con Marco hablando con mi mejor amigo.
-Hola- saque mi cabello de dentro de la chaqueta.
-Me estaba poniendo al día, ¡Enhorabuena!...- me abrazo.
-Gracias, Dam. Estoy muy feliz.
-Lo imagino. No me gustaba ver que no pudieras jugar.
-A nadie...- corrigió Marco.
-Si, bueno, pero volví...- levante los brazos- Y tenemos que irnos porque llegaremos tarde a la función- lo agarré de la mano tirando de él hacia la salida.
-Los quiero. Disfruten. Usen condón- hablo antes de que salgamos.
Comencé a caminar hacia la camioneta con Marco detrás de mí, sentí sus manos en mis caderas logrando girarme y estampar su boca con la mia. Me volvían loca sus labios, era una de las mejores sensaciones, sentir como sus labios se cerraban sobre los míos, como acariciaba la piel de mis caderas, como me pegaba a su cuerpo. Me pare en las puntas de mis pies para profundizar mas el beso, un jadeo salió de mi cuando ajo sus manos a mi trasero.
-Me encantan estos jeans...- susurro sobre mis labios.
-Sabia que te gustarían- deje mis manos en su pecho.
-Tienes un culo de puta madre, gomita. Es por eso. Aunque sigo teniendo una debilidad cuando te veo con faldas- confeso abriendo la puerta del acompañante.
-Si me ponía una falda era muy probable que falláramos en el cine y pues, quiero ver la película.
-Con jean también podemos follar- me miro con una sonrisa ladina.
-¿Cómo?- indague.
-Siempre podemos frotarnos- alzo sus hombros.
-¡Por dios!- reí volviendo la mirada a la ventana.
-Pero tranquila, yo también quiero ver la película. Además follaremos cuando estemos en mi habitación...- me guiño un ojo antes de enfocarse en el camino.
Me gustaba ver como se veía su mano sobre mi muslo, al igual que me gustaba verlo manejar, era una acción tan cotidiana pero a mí me parecía de lo más sexy.
-¿En qué piensas?
-En lo sexy que te ves manejando- confesé sin temor alguno.
-Es que soy muy sexy, nena. Por eso te enamoraste de mi...- apretó ligeramente la manos que estaba en mi muslo.
-No supero tu humildad, amor...- negué con gracia- No me enamore por eso, para tu información.
-¿Y porque lo hiciste?
-Creo que por como me tratas, por como eres conmigo, por lo linda que es tu alma y tu interior...- jugué con el anillo de su mano- Porque apareciste en el momento que me estaba rindiendo e hiciste que mi mundo diera un gire de 180 grados. Me hiciste hacer cosas que jamás hubiese hecho. Creo que una de las razones son los detalles que tuviste, como dejar de fumar para que aceptara salir contigo o cuando me regalaste mi saga favorita...- me miro cuando freno en un semáforo- Por hacerme creer en el amor otra vez. Por no rendirte e intentar lo nuestro- trague nerviosamente.
Alzo mi barbilla para que nuestras miradas se encontraran. Nunca había visto sus ojos así, de un gris tan profundo, con un brillo especial, desbordaban alegría, amor, alegría y todas los sinónimos empezados con "a".
Estaba muy convencida de estar enamorada de él. Lo quería mas de lo que se puede querer a alguien. Sentía algo más profundo por él.
Yo... lo amaba.
Darme cuanta de eso, en ese momento hizo que me rostro cambiara y que mi mano se apretara alrededor de la suya.
-¿Esta todo bien?- me miro rápidamente.
-Si...- solo que me di cuenta que te amo- Pensaba en Sofi- mentí.
No se si era el momento de confesarle eso. Lo haría cuando sintiera que era el momento.
-Mi padre me dijo que hay muchas denuncias en contra de Francisco. Esta enterrado hasta la cabeza, nena...- paso el cambio con la única mano con la que manejaba- Si todo sale bien, pasara muchos años preso.
-Eso espero- suspire- ¿Cuántas denuncias hicieron?
-No lo sé, pero sé que son varias. De las cuales hay anónimas- termino de aparcar la camioneta- Se lo merece por hijo de puta, gomita.
-Si, claro que se lo merece- di un salto para bajar del vehículo.
Si, podría ser alta, pero la camioneta lo era mucho más. Camine unos centímetros y espere a que Marco bajara, no pude quitarle la mirada en ningún momento, creía que viéndolo iba a encontrar el momento de decirle que lo amaba, en que estaba pensando.
-Toni...- levante la mirada.
-¿Qué?
-¿Esta bien?- tomo mi mano.
-Si, ¿Por qué?
-Porque ya van dos veces que te pierdes de esa manera. ¿En qué piensas?
-Yo...- deje de mirarlo- En nada...- suspire, estaba aterrada- Solo estoy nerviosa por volver a jugar...- sabia que no se lo había tragado, pero agradecí que no insistiera.
-Ey, todo ira bien. Lo prometo. Estaré ahí el día que juegues...- beso mi frente.
-¿Me lo prometes?
-Te lo prometo, gomita- beso castamente mis labios.
Como no amar a este hombre. Algo se instalo en mi cabeza y era que eso no pasaba de esta noche, no podía seguir perdiéndome en mis pensamientos de esa manera, además no era la primera vez que se había presentado en mi mente, llevaba toda la semana pensando en ello.
Llegamos al cine, pedimos las palomitas y los refrescos, antes de meternos a la sala. La película paso rápidamente, Marco estaba muy concentrado en ella y en dejar besos húmedos en mi cuello. Y yo bueno, perdida en mis pensamiento y en esos besos. Si me preguntaban algo acerca de la película no sabría que responderles, porque no le había prestado atención. Dos horas después salimos de la sala abrazados mientras nos reíamos, terminamos cenando en un restaurante de hamburguesas caseras, estaban deliciosas. Hablamos acerca de la película, sobre el partido y yo trataba de encontrar el momento de decirle lo que tenia que decirle, pero no aparecía y me estaba carcomiendo por dentro. Pasamos por una heladería antes de regresar al departamento, quería ponerme el pijama y estar con Tink un rato, antes de perdernos en la habitación.
-Hola mi niña...- me arrodille recibiendo al cachorro que lamia mi cara de felicidad- Yo también estoy feliz de verte...- sacudí mis manos en su pelaje.
-Hola, hermosa...- Marco dejo un pequeño beso en su cabecita- ¿Quieres comer?- empezó a dar vueltas en su lugar al escuchar eso.
-Yo le sirvo...- murmure.
(pongan la canción)
Me fui hasta donde estaba su plato de comida y lo tomé antes de llevarlo a la cocina para cargarlo de su alimento. Al volver me encontré con una de las escenas mas lindas, Tink y Marco estaban tumbados en el suelo mientras jugaban y se daban besos, sonreí como una idiota. Se lo iba a decir, ya no podía retrasarlo más, era el momento perfecto, si no lo hacía en ese momento jamás encontraría cuando.
-Mira, Tink- me señalo- Mama viene con tu comida- sonreí llevando el plato a su lugar.
Inmediatamente al dejarlo en el suelo ataco su plato, me gire para verlo a Marco pero no lo encontré, camine hacia la habitación y lo vi salir del baño.
-Lo siento, necesitaba orinar...- reímos.
-Tranquilo, Tink, ataco la comida- trate de aliviar mi nerviosismo.
-Si, lo supuse. Los chicos olvidaron darle de comer antes de irse...- se paro frente a su closet quitándose la camiseta.
-Marco...- jugué con el edredón.
-Dime- me puse de pie y caminé hasta donde estaba
-Yo...- fije la vista en el tatuaje de su espalda- Te amo.
Note como los músculos de su espalda se tensaron, como dejo de hacer lo que estaba haciendo. Dijo algo que no llegue a escuchar, pero si lo vi negar con su cabeza.
-No puedo...- se dio vuelta con la mirada clavada en sus pies.
-¿Qué?, Oye era mentira...- trate de arreglar lo que había hecho- Estaba bromeando...
-No era mentira, Antonia...- era la primera vez que me llamaba por mi nombre- No sono como si lo fuera...- seguía sin mirarme- No puedo hacer esto...- negó perdiendo sus manos en su cabello.
-¿Qué cosa?- trague con dificultad, las lágrimas habían empezado a agolparse en mis ojos.
-Esto. Nosotros. No puedo...- retrocedí torpemente.
-Si, si podemos. Como lo hicimos hasta ahora...
-Lo siento, gomita. No puedo seguir con esto...- sentí su mirada en mí.
Mi vista estaba nublada por las lágrimas, esa no era la respuesta que esperaba, tampoco esperaba un "te amo" por su parte, pero necesitaba decirlo. Pero con cada palabra que había soltado hasta ahora mi corazón se iba rompiendo. Mordí mi labio inferior, limpié las lagrimas de mi mejilla antes de levantar la vista y clavarla en él.
-¿Por qué?- me miro sin entender- ¿Por qué dejaste que te quisiera si después te ibas a ir?
No hubo respuesta, solo su mirada clavada en la mia. Ya no era la misma mirada que tenia en la camioneta, esta desbordaba tristeza.
-Eres un maldito cobarde...- ahogue un sollozo.
-¿Por qué?- susurro casi inaudible.
-Por no tener los huevos suficientes para intentarlo...- la tristeza paso a segundo plano para darle paso al enojo- Yo no soy ella, Marco. No te voy a dejar.
-No es por Bella, Toni...- frunció el entrecejo mientras negaba.
-Si, es por ella. Porque aun no la superaste. No superaste la idea que tienes desde que te conocí. Esa tonta idea de que si eres feliz conmigo o quien carajo seas le vas a hacer daño.
-Ay, como si tu hubieras superado a tu padre...- ya no era una discusión tranquila, sin darnos cuenta habíamos empezado a gritar y Tink se había asustado, ya que se escuchaban sus ladridos al otro lado de la puerta- Te pintas las uñas del color que le gustaba. No soportas que la gente fume...- no podía creer que estuviera sacando eso a la luz.
-¡¡PORQUE MI ABUELO Y MI PADRE MURIERON POR ESO, MALDITO IDIOTA, Y ESTOY CANSADA DE PERDEN GENTE POR ESO!!- en ese instante se arrepintió de lo que dijo, lo había notado en su ojos- Pero adelante fuma si quieres, total nosotros no somos nada. Tu lo dejaste claro...- camine a la puerta.
-Toni, espera...- tomo mi muñeca, la pulsera que descansaba en mi muñeca se corrió ligeramente al encontrarse con la pulsera de Marco- Nena...
-No me toque...- me zafe de su agarre- No me digas más así. No me llames mas y ni se te ocurra seguirme...- lo mire con enojo- Cobarde...- murmure antes de irme de ese departamento.
-Gomita...- escuche como me llamo antes de cerrar la puerta de entrada.
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Nota de la Autora:
Ehhh, ok.
Se que me estarán odiando y tienen todo el derecho del mundo. ¿Pero no se creían que el libro iba a terminar bien verdad?
Solo comentarles que quedan menos de 7 capítulos... </3
No puedo creer que la trilogía este llagando a su fin, literal que en julio va a hacer un año desde que la empecé a escribir <3
Me despido lentamente antes de que me peguen por hacer que estos dos se peleen...
Bookstagram: maruchasofi
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