Capítulo 8: Oscar al mejor actor
Lo siento... pero es más fácil para mí poner una enorme sonrisa que explicarte por qué estoy triste.
...
Ya no sé cómo hacerlo reaccionar aunque sea molesto.
No como hace un rato, ya no quiero ver de nuevo ese dolor que sus ojos emitían ni su voz llena de ira. No, sólo quiero hartarlo.
Quiero que me diga que me calle, que frunza el ceño, algo además de lo que hace ahora: nada.
Que no haga nada me desespera.
Pero no voy a ceder.
Si tardo mil años en ganar su confianza, que así sea. No me rendiré con Taehyung.
Me he dado cuenta que, además de Jimin, es con el único que me esfuerzo por hacerle reír con los malos chistes de Jin y Nam hyungs.
Con él, únicamente con él llevo una sonrisa 24/7.
Bueno, algunas se vuelven pucheros cuando me ignora, pero nada más. Estoy bien a su lado, me siento calmado y me agrada... aunque en sí no haga nada para ponerme así.
Mi corazón es algo tonto, incoherente, pero ni qué hacer.
Se pone a saltar cuando Taehyung me responde con sarcasmo.
No sé si eso sea, en un nivel raro, masoquismo.
-hasta mañana, chicos.
Salto de mi lugar y me pongo a su lado. Veo a Jimin salir de su salón de inglés. Por un momento su mirada se cruza con la mía, pero de inmediato la desvía y se dirige a su salón.
Me dan ganas de llorar o de hablar con él y disculparme, pero me quedo en mi lugar, tragando mis lágrimas.
-tengo que ir a mi siguiente clase, nos vemos, Taehyung.
Agita la mano en forma de despedida.
Yo me doy la vuelta y empiezo a avanzar, queriendo llegar al baño y llorar por la pérdida de mi amistad con Jimin.
Duele.
No tanto como otras cosas que me han pasado, pero eso no quita que queme y me rompa el alma.
Fui un idiota, un completo idiota.
Jamás debí haber escrito nada, jamás me hubiera enamorado de él... si no lo hubiera hecho, en este momento Jimin estaría corriendo hacia mí y me abrazaría con fuerza, diciéndome cuánto odia a su maestra y cuánto desearía que estuviera en su clase.
-gracias por salvarme otra vez.
Me detengo en seco al escuchar su voz, y volteo a ver a Taehyung, pero ya se ha ido. Lo busco con la mirada y alcanzo a divisar su rubia cabellera al otro lado del pasillo.
Mis labios se curvan en una gran sonrisa sin mi permiso y mi corazón, antes decaído por mis idioteces, empieza a brincar de un lado a otro.
Maldito bipolar, pienso, pero aún tengo mi sonrisa.
...
Suspiro, exhausto. Odio la Universidad. Es aburrida y consume mi energía.
Energía que podría usar para hacer deportes o jugar videojuegos.
Jin me espera con los brazos cruzados sobre su pecho en la puerta de mi salón.
-Jeon, quiero que me expliques por qué mierda has traído tu maldito cuaderno púrpura y el por qué sigues escribiendo en él. La última vez eso no estaba. También recuerdo haberte dicho que dejaras de hacerlo. Te advertí lo que sucedería. Carajo, Jungkook, ¿quieres que te retiren de mi cargo?
Bajo mi cabeza.
No, claro que no quiero.
Si me retiran del cargo de Jin hyung, me volveré loco. Es el único que tomó cartas en el asunto cuando el Accidente sucedió. Se volvió mi tutor, me adoptó. No tenía más familia y estaba desesperado, así que le pedí a hyung ayuda. Y él, como él gran amigo que es, decidió acogerme.
No dudó.
Tan sólo habían pasado unos meses desde que cumplió dieciocho, pero fue a la delegación y exigió mi tutoría.
Luchó por obtenerla, se desvivió por mí... y yo le he pagado con estupideces...
-no, hyung, usted sabe que no...
Jin suspira pesadamente. Luego me abraza. Yo le correspondo con fuerza.
-hyung... sé que... no es el momento, pero... voy a invitar a Taehyung a mi casa. ¿Le molesta si dejamos para otro día la cena que planeamos?
Se separa de mí y frunce el ceño, pero después me sonríe con dulzura.
-sólo porque te defendió lo pasaré por alto. Esta será la última vez que me cancelas una cena, Jungkook.
Le sonrío con fuerza, lo abrazo fugazmente y salgo corriendo, buscando a Taehyung con la mirada.
Grande es mi emoción cuando lo veo dirigirse con tranquilidad a la salida.
Le doy alcance.
-hola, Taehyung. ¿Quisieras ir a mi casa?
Muerdo mi labio con nerviosismo. Hay una gran probabilidad de que me diga secamente que no debido a que ni siquiera parpadea.
Mis manos tiemblan ante la idea.
Taehyung es un ser difícil de comprender. Mucho más de acompañar; sin embargo, espero que sea la excepción conmigo.
-mh.
Me emociono. Quiero saltar de alegría, pero me contento con sólo sonreír, más que esperanzado...
Vamos, Jeon, bájate de las nubes. ¿Qué tal si ese sonido es su forma de decir "vete al daiblo"?
-¿"mh" de "¡perfecto!" o "mh" de "no me interesa"?
No seas iluso...
Pero no puedo evitarlo.
Imágenes de lo que podríamos hacer llegando a mi casa invaden mi mente y me dejan más emocionado todavía.
Mis probabilidades son altas... ¿verdad?
-como lo quieras interpretar.
Empiezo a saltar.
Va a ir, no me rechazó, va a ir...
Quiero gritar de la emoción. ¿Quién dijo que Taehyung es un robot? ¡Lo haré divertirse, lo prometo!
-te veo afuera de tu casa a las ocho - mi voz tiembla por la emoción.
Salgo corriendo, para preparar los juegos que tengo en casa y apurarme a la tarea para que me alcance el tiempo.
La euforia me consume.
El tiempo pasa lentamente. Demasiado para mi gusto.
Miro mi reflejo en el espejo y hago un puchero cuando no me gusta mi ropa. Me la quito, bastante irritado. En estas dos horas me he cambiado de ropa por lo menos quince veces.
La imagen que veo me produce inconformidad e inseguridad. No sé por qué. Nunca tuve problemas con elegir ropa. Ni siquiera con Jimin me había pasado esto. Me frustra no entender. Me pone ansioso y con ganas de salir corriendo.
Sólo es Kim Taehyung, Dios... ¿por qué estoy tan nervioso?
Se acabó el tiempo y tuve que salir. Sigue sin gustarme mi ropa, pero fue la más aceptable entre todos los demás conjuntos. Y no sé si arrepentirme de elegirlo porque varios chicos se me quedan viendo algo extraño cuando paso por la calle que me da a la casa de Taehyung.
Es más aterradora de noche. Más tétrica y sin un final aparente; no obstante, no me dejo asustar.
Busco con la mirada esa destartalada casa que me lleva a encontrarme con mi, si es que se puede llamar así, cita.
Un hombre choca conmigo. Me lanza una mirada aterradora y se pone cara a cara conmigo.
Por alguna razón esos ojos se me hacen familiares.
-¿tienes algún problema? -gruñe.
-no, yo ninguno, pero usted parece sí quererlos.
Él sonríe con sorna y escanea mi cuerpo de manera desvergonzada. Siento la necesidad de cubrirme, pero no lo hago.
-¿qué hace un chico tan lindo por estos lados?
-vengo a ver a un amigo.
Él se acerca más a mí, tanto que su rostro está a centímetros del mío. No sé cómo reaccionar cuando sus manos se ciernen con fuerza a mi cintura.
¿Qué mierda está haciendo?
-eres muy lindo, mocoso... ¿no me harías un favor?
Un escalofrío recorre mi cuerpo.
Nunca en mi vida había estado en esta situación. ¿Cómo se atreve a hacerme una propuesta tan repugnante?
-no. Quite sus asquerosas manos de mí. Ahora.
Su sonrisa desaparece y es reemplazada por una expresión de ira.
-eres un...
Levanta la mano para golpearme.
Por instinto me encojo, mas nunca llega el contacto. Alzo la mirada y me encuentro con el chico que la otra vez me estaba acosando.
-no lo toque.
El hombre bufa y me empuja para seguir caminando.
Yo suspiro entre aliviado y asustado.
Le hago una pequeña reverencia al chico. Él me guiña el ojo y se va.
Decido hacerlo también.
Después de un rato logro ver la casa de Taehyung. Siento nervios al estar frente a su puerta, pero doy unos golpes a ésta. Luego de unos segundos escucho un golpe en seco. Involuntariamente doy un salto cuando veo a Taehyung. Lo que pasó hace rato todavía me tiene algo paranoico.
-pero... la puerta... ¿qué rayos? - tartamudeo.
-se descompuso y tuve que saltar por la ventana - dice con voz cansada. ¿Qué acaba de ocurrir? Se escucha tan... extraño...
Se ve tan mal...
El camino a mi casa es bastante incómodo.
Hablo mucho, pero siento que lo hago en vano. A veces me interrumpe; sin embargo, la mayor parte del tiempo está callado y con la mirada perdida.
Eso siento yo al menos. No sé qué le pasa, pero quiero hacer algo para hacerlo sentir mejor, así que a nada de llegar a mi casa me detengo.
-¿sabes? Aprecio muchísimo que te hayas tomado un tiempo para estar conmigo. Me agradas mucho, Taehyung. Mira, te voy a proponer algo, ¿sí? - asiente con desgana - sé mi amigo.
Su rostro es indescifrable, aunque puedo jurar que sus ojos tienen un brillo burlón. ¿Esto es estúpido? Probablemente. Pero en serio quiero serlo. Y me hiere considerablemente que su reacción sea esta.
Miro mis manos, bastante decepcionado y dolido, pero él no lo nota.
Nadie nota nada.
-está bien.
Creo que su respuesta lo sorprende más a él que a mí porque da un ligero paso hacia atrás.
Doy gracias que cierre los ojos, porque así no puede ver la expresión tan sorprendida que pongo.
Es que fue demasiado fácil, ¿por qué ha sido tan fácil? ¿Es una trampa? No lo creo por la forma en que su cara pierde ligeramente color. No lo hizo conscientemente y eso significa que, desde algo bastante profundo, también lo desea.
Joder... ¡dijo que sí!... pero, ¿por qué se ve tan...?
-¿estás bien?
-por supuesto.
Es en un movimiento que hago que veo algo extraño en su cara. Me horrorizo al notar que trae el rostro con unas horrendas heridas.
-¡mierda, Taehyung, ¿qué te ha pasado?!
Idiota Jeon Jungkook... ¿cómo no lo notaste antes?...
Abre los ojos perezosamente y me mira algo confundido, pero luego se pone más pálido.
Ni siquiera hago el esfuerzo para deleitarme de aquella reacción.
-¡¿quién carajo te hizo eso?! ¡¡Voy a matar a Bogum!!
Tomo con el mayor cuidado que puedo su rostro y lo acerco al mío. Siento un escalofrío, pero lo ignoro y reviso sus heridas. Son profundas, casi recién hechas.
Paso delicadamente un dedo sobre la de su mejilla, la más profunda.
-Dios, Taehyung, ¿qué demonios?
-caí por las escaleras. Traté de mantener el equilibrio, pero lo empeoré. Rodé por las escaleras de mi casa y me golpeé el rostro. No es nada, mañana se quitará.
Bueno, lo único que le pediría es que si me va a mentir, que lo haga bien. ¿Por qué mierda todos usan la excusa de la escalera? ¡Es tan estúpida!
Ahora entiendo cómo me vi frente a Jimin cuando yo la puse...
¿Piensas en Jimin ahora? ¿De verdad?
Tomo su cara delicadamente fuerte y lo obligo a verme a los ojos.
Dejo de respirar.
Tiene el ojo inyectado en sangre.
Desvía fugazmente la mirada, pero cuando vuelve a cruzarla con la mía, lo hace con más frialdad.
Busco una mentira, algo que lo delate, pero es muy bueno. El mejor mentiroso que he visto en mi vida.
Y el Oscar para el mejor actor me es arrebatado de mis manos. ¡El ganador es Kim Taehyung!
-¿seguro que ha sido eso? - dice que sí con la cabeza. Suspiro, porque estoy seguro que está omitiendo algo -. Si me mientes, te vas a arrepentir, Taehyung. Odio que me mientan, especialmente con estas cosas. Así que ¿me juras que te has caído de las escaleras? - extiendo mi dedo meñique en una infantil promesa y él enlaza su dedo con el mío de inmediato.
-te lo juro...
Hay algo, sé que hay algo escondido. Los zafiros que son sus ojos me lo hacen saber. Siempre están vacíos, carentes de lo que se llama vida, pero ahora no.
En estos momentos están llenos de súplica. ¿De qué? No lo sé. Es extraño, demasiado extraño.
Quiero ayudar, salvar a este chico en penumbras, darle una luz para que ilumine su andar, quiero provocar una sonrisa en su rostro, que se ría, que me muestre algo... pero no me deja.
Estoy seguro que yo podría ayudarlo, porque conozco mejor que nadie lo que es el infierno en donde se encuentra, pero no quiere. Así no puedo hacer nada. Necesito que se abra conmigo para poder ver la profundidad de sus heridas, qué tan rotas están sus alas y sanarlo.
Si es necesario, le daré otras alas, si quiere las mías con gusto también se las entregaré. Si sus heridas ya no le permiten moverse, me quedaré a su lado hasta que tenga fuerzas para seguir.
¿Por qué se niega a tenerme como un apoyo? ¿Por qué tiene tanto miedo? Su vida no puede ser tan difícil.
O sea, sí, perdió a alguien y le rompieron el corazón, pero... se supera.
¿Así como tú lo has superado? Deja de ser tan hipócrita y no minimices su pesar.
-bien... bueno, ven. Entremos - le sonrío con ligereza, tratando de ocultar el dolor que causé con mi pensamiento.
...
Buenas! He aquí un nuevo capítulo!
Kook parece guardar muchas cosas dentro de sí. ¿Cuál es ese secreto que le carcome? ¿Qué le pasó a Tae? ¡Se sabrá pronto!
En fin. Tengan una preciosa semana, cuídense mucho, tomen agua, y nos leemos pronto!
§†Val†§
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro