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Capítulo 5: ¡Sonríe, Jungkookie!


Y volví a sonreír. Dolía como el infierno, pero sonreí a tus ojos mientras lloraba mi alma. Sonreí y destrocé más mi frágil corazón.

...

Mi cabeza duele y mi almohada está húmeda...

No recuerdo haber llorado...

Me levanto sin ganas del sillón, lamentando la decisión de dormir ahí, pero no quería dormir en nuestra cama, no pude.

Cobarde...

Me meto a bañar, sintiendo el agua como el más dulce de los roces.

Mi aspecto al verme al espejo es lamentable. Unas grandes ojeras se formaron debajo de mis ojos.

Río por lo bajo. Recuerdo que de pequeño creía que las ojeras daban un toque más atrevido, más cool, más... sexy. Me quedaba despierto toda la noche, deseando tener unas ojeras increíbles y geniales... jamás lo logré. Irónicamente ahora las tengo, cuando no quiero, del modo menos favorable. Mi rostro se ve cansado, me veo viejo. Me siento hecho polvo.

—¡sonríe, Kookie!

Lo hago.

Roto, ahora me siento y veo roto.

Quiero gritar, pero me contengo. No me servirá de nada.

El timbre de la casa me hace dar un salto. Recojo mis cosas y las meto en mi mochila con cierta prisa, Jin es un desesperado.

-¡¡JEON, SAL!! ¡¡VAMOS, YA ES TARDE!!

Abro la puerta, si no lo hago, jamás se callará.

-podrías levantar muertos con tus gritos, ¿lo sabías?

Me da un golpe en el brazo y me jala de las correas de la mochila para hacerme avanzar. Subo a su carro sin ganas.

-hyung, ¿cuándo me enseñará a conducir?

-¡cuando las vacas vuelen! ¡No quiero ver mi carro destrozado hasta entonces!

NamJoon hyung se ríe por lo bajo, pero yo hago un puchero.

-yah~ hyung es malo.

-te dejaré de alimentar por una semana, ya verás. Así sabrás qué es maldad.

-puedo proporcionarme alimento yo solito, no se preocupe.

-¡chamaco condenado, verás, ya verás!

Le muestro la lengua en un infantil acto y miro por la ventana, aburrido.

Todos los días es la misma rutina: levantarme, ir a la Universidad con Jin y Nam hyungs, estudiar, volver a casa, rara vez salir con Jimin, comer, dormir y se repite... los fines de semana no son muy diferentes.

Es ahí cuando lo veo.

Me pego a la ventana, tallando mis ojos por si me he equivocado, pero no. Es él, es Taehyung.

De repente no encuentro mi voz para pedirle a Jin que se detenga.

Odio esto.

No me queda de otra que seguir con la mirada su silueta hasta que la pierdo de vista. Algo no me gusta, ese cubre bocas que traía era demasiado... grande, cubría al menos tres cuartos de su cara.

Una imagen de ayer me llega a la mente.

Eso resuelve las dudas, sin embargo, algo no encaja. No sé qué es, pero algo no está bien, no me convence...

Esta idea se fortalece cuando, en el receso, no lo encuentro en ninguna parte. Aunque puede que haya cambiado de lugar para que no lo moleste, la idea es algo absurda.

Taehyung no se ve de esas personas que huyen. Simple y sencillo. El que tampoco esté Jimin lo hace más desesperante, y aunque Jin y Nam traten de animarme con sus chistes de tíos tan malos, ese ligero sentimiento de abandono sigue en mi pecho. El ver que Jin hyung trajo de comer fresas con crema me marea.

Fresas, ¡fresas!, odiadas y preciadas fresas.

Voy al baño, sintiendo que voy a vomitar si sigo ahí con ese aroma tan infernal llenando mis pulmones, pero me detengo al escuchar algo que parecen sollozos y súplicas.

Frunzo el ceño y me dirijo al salón de donde creo yo que vienen los sonidos. Me quedo estupefacto al ver la escena.

Bogum está pateando a un chico del grupo de Jimin, aunque bien se podría confundir con uno del mío por su reducido tamaño.

-¡espera, Bogum! ¡¿Qué demonios haces?!

Lo aparto de un empujón del chico y éste me mira con los ojos llenos de lágrimas. Se aparta un poco de mí, temblando. La furia me sube hasta la garganta, ¿qué les sucede? Malditos inhumanos.

-apártate, Jeon, o tú serás mi próxima víctima.

Me pongo frente a él. Me siento un poco pequeño, pero no me voy a acobardar.

-déjalo en paz, Bogum. No tienes ningún derecho de hacerle esto.

Se ríe y yo quiero golpearlo.

-¿y si no quiero, qué? ¿Mh? Jeon, a nadie le importa qué le suceda a este chico. Con decirte que fue su mejor amigo quien me permitió traerlo hasta aquí a cambio de no molestarlo a él.

Miro al chico que trata de esconderse y noto que se encoge un poco, dolido por la información.

-bueno, Bogum, te diré algo: a mí sí me importa. No dejaré que lo sigas acosando, ni lastimando. Es mi última advertencia: déjalo en paz.

Sonríe con ganas y a mí me da un escalofrío. No hay persona que se parezca más al demonio que Bogum, estoy seguro.

-¿sabes qué, Jeon?... - dice mientras se acerca lentamente a mí - puedes irte al carajo.

No logro reaccionar a tiempo cuando Bogum se da la vuelta hacia donde está el chico y le da una patada.

Ahí es cuando exploto.

Mi mano se cierra en un firme puño y se estrella en su sonriente cara. Él se tambalea, pero no cae. Tiene el ceño fruncido y el labio ligeramente roto. Siento la inmensa necesidad de disculparme, de salir corriendo de ahí, pero me mantengo firme y lo enfrento con cierta superioridad.

-no, Bogum. Tú vete al carajo.

Tomo una mano del chico y lo hago pararse. Él está temblando.

-si cruzas la puerta con ese chico, te juro que te haré la vida imposible.

Lo ignoro y salgo del salón. Mis piernas tiemblan por lo que acabo de hacer. Jamás en mi vida había golpeado a alguien. Me siento... extraño... y vivo... ¿eso es normal?

No importa, con que el chico esté bien, valdrá la pena soportar a Bogum en lo que intenta hacerme la "vida imposible".

Ja, qué idiotez.

Mi vida no puede ser más mierda.

-vayamos a la enfermería, tienen que revisar eso - señalo una cortada profunda en su ceja.

-n-no... e-estoy bien, no te preocupes.

Lo ignoro y lo llevo a enfermería. Cuando estamos cerca de llegar lo siento tensarse.

-¿cuál es tu nombre?

Su rostro enrojece ligeramente y yo siento mucha ternura. ¿De verdad este chico es un año mayor que yo? ¡Parece de mi edad y es súper lindo!

-s-soy Yugyeom... - dice, bajando la mirada y haciéndose pequeño.

-soy Jungkook - digo suave, como si pudiera asustarlo si alzara la voz... que podría suceder, en realidad.

Ambos nos quedamos en silencio; no obstante, cuando estamos a nada de entrar a enfermería, él vuelve a hablar.

-p-por favor sólo di que me he caído de las escaleras o algo...

Frunzo el ceño.

-¿por qué?

-por favor....

Sus ojos se vuelven a llenar de lágrimas y yo acerco mi mano a su rostro. Él se encoge, con la idea que lo golpearé y eso me hiere indescriptiblemente. Acaricio su rostro con dulzura y borro con cuidado los rastros de lágrimas. Él suelta un respingo y abre los ojos, sorprendido.

-no te van a volver a tocar, te lo juro, Yugyeom.

Su sonrisa es preciosa y me hace querer protegerlo toda la vida, de Bogum, de todos. Es tan lindo, tan tierno... podría vomitar arcoíris de lo bonito que es.

-g-gracias...

Dios, es tan... ¡Dios!

-no hay de qué, ahora entremos.

Cruzamos la puerta. La enfermera ni siquiera levanta la vista de unos documentos. Toso un poco para que nos preste atención.

Yugyeom se pone rígido bajo mi tacto. ¿Por qué está tan nervioso?

Por fin la enfermera nos mira. Se ve cansada.

Bien, ese gesto de aburrimiento y cansancio se le quita al ver a Yugyeom.

-¡Dios santo, Yugyeom! ¡¿Qué te pasó?!

Frunzo el ceño, bastante confundido, ¿Acaso esta mujer sabe quién es Yugyeom? ¿Tan seguido vendrá que ya lo conocen aquí?

-tranquila, mamá, estoy bien.

Mis ojos se abren en grande.

Ahora entiendo todo, por eso Yugyeom estaba tan nervioso...

-Caí por las escaleras, por las grandes.

La enfermera me mira, como si quisiera que le dijera la verdad.

Aprieto un poco los puños, odio mentirle a una madre

-eso fue lo que pasó. Lo encontré y pues... lo traje...

La madre de Yugyeom le empieza a revisar la herida en la ceja y él se queja audiblemente. Sonrío ante la escena, añorando las que yo tenía también.

Un nudo se forma en mi garganta.

—¡Jeon Jungkook! ¡¿Otra vez con el cabello lleno de tierra?! ¡¿Pues dónde te metes?!

Y seguido de su regaño venía una preciosa sonrisa con el usual "báñate, ahora" que siempre usaba al ver mi estado. Sus delicadas manos peinaban mi mojado cabello con dulzura y siempre tarareaba una vieja y preciosa canción.

-Yugyeom, debes tener más cuidado.

—cariño, por favor fíjate por dónde vas.

Sonrío con tristeza ante el recuerdo de su preocupación por mis rodillas raspadas.

-me tengo que ir...

Yugyeom voltea a verme y me sonríe con timidez. Yo le devuelvo la sonrisa y salgo de la habitación con prisa.

Odio y amo esos recuerdos, los grandes y magníficos momentos que pasamos juntos. Sólo ellos tres y yo. Mi mamá, los mellizos y yo... una familia perfecta a pesar de no haber un padre.

Ah, qué maravillosos tiempos. Todo era de color rosa... pero mi vida se volvió del color de luto.

El choque regresa a mi mente. Sus imágenes y sus nombres aparecieron en grande en la pantalla.

Recuerdo su cara, deformada en horror... no la culpo. Yo ni siquiera fui a sus funerales por el vacío que sentía...

Y ella los siguió después...

¿Tengo algo de malo? ¿Por qué todos me dejan?...

Porque ser algo mío es llevar una maldición encima...

Alejo esos pensamientos y me dirijo a mi salón.

Odio los viernes.

Saliendo del colegio, voy donde creo que vive Taehyung. No lo vi tampoco en la salida.

Por mucho que el golpe que le dio Bogum le haya dejado un moretón, no es motivo de faltar... ¿verdad?

Llego a la calle donde me corrió. Afortunadamente no hay muchas casas, así que voy tocando la puerta de cada una. Varios me reciben con un palo en la mano y me corren de manera brusca, pero no desisto.

Ya un poco cansado de andar buscando por más de media hora la casa de Taehyung sin éxito, decido que tocaré una última. Si no es esa, me daré por vencido y regresaré a continuar mañana. Toco la puerta con cuidado. Un hombre de al menos treinta y ocho años me abre y me da una escaneada rápida.

-¿qué mierda quieres? ¡Dile al idiota de tu jefe que ya pagué, no me jodas!

-disculpe, pero no sé de qué habla. En realidad vengo para saber si usted sabe sobre Kim Taehyung.

El hombre frunce el ceño.

-¿qué hizo esta vez ese idiota?

Bingo.

-bueno, es sólo que no lo vi y pues...

-¿me dices que ese hijo de puta se ha volado las clases?

El pánico me recorre de pies a cabeza, no quiero meter a Taehyung en problemas.

-no, no. Es sólo que no lo vi en donde habíamos quedado para que me ayudara a resolver una tarea hoy. Él me dijo que quizá podría ayudarme...

Su semblante no cambia mucho, pero sí noto un pequeño cambio.

Creo que es alivio...

-mh. Le diré que lo buscaste.

Dicho eso me cierra la puerta en la cara. Dios, ¿esta gente no tiene modales o qué? Al menos el 99% me hizo eso, ¿qué demonios?









...

¡Prometo poner una alarma para actualizar!... sólo espero que suene...

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