Capítulo 9: Raro No. Familiar
Hay personas con las sonrisas más bonitas y con las historias más tristes.
...
Su casa está exactamente como la última vez. Ni siquiera un grano de polvo ha cambiado. Reviso con mayor cuidado la foto de la otra vez. Noto que Jungkook se parece mucho a la que supongo es su madre. Tiene los mismos ojos y su sonrisa es una copia exacta. La chica y el chico son también similares. Son mellizos. Tienen los mismos rasgos, pero uno es hombre y otra mujer. Ambos se ven mayores que Jungkook. Éste se ve exclusivamente tierno en la foto. Su sonrisa despide felicidad a borbotones.
Tan bonito...
Alzo la mirada y noto otro cuadro familiar. Esta vez solamente de Jungkook y su, creo, hermana. Se ven diferentes. No solamente porque parecen más grandes. La muchacha al menos debe tener... ¿dieciocho? Algo así, y Jungkook unos quince o más. Sin embargo, ninguno sonríe con la brillantez de la otra foto. Se ven tristes. Puedo, incluso, jurar que en los ojos de la chica hay lágrimas. Jungkook llega por atrás mío con una bandeja de galletas.
-¿y tus hermanos y madre?
Veo su sonrisa desaparecer y ser reemplazada por seriedad y tristeza. Eso solo dura unos segundos.
-¿quieres galletas? No es porque las haya hecho yo, pero están deliciosas - dice mientras toma una y le da una gran mordida.
Su sonrisa se ve bastante artificial. Supongo que su madre y sus hermanos están de viaje y los extraña, o algo similar. O está molesto porque no lo llevaron. Sea como sea, no debería importarme. No son mis asuntos... pero demonios, soy el peor de los curiosos...
Toda la noche nos la pasamos comiendo galletas y jugando en su consola. Mi panza duele de tanto que he comido, pero no puedo parar. En serio están deliciosas. Es cuando me gana por décima vez en Mortal Kombat que me recuesto en el suelo y bostezo. Él ríe ligeramente y empieza a comer otra galleta.
-sé que me estoy metiendo donde no debería, pero ¿acaso tu mamá se fue de viaje o algo por el estilo? Desde la última vez que vine, no vi a nadie.
Se empieza a atragantar con las galletas. Me levanto y le doy unas ligeras palmadas en la espalda. Está pálido.
-¿entonces? No me dejes con la duda - siento que me parezco a un niño pequeño, pero la verdad no me importa.
-murió - dice mientras ve la bandeja de galletas, como si eso fuera la cosa más interesante del mundo.
Oh...
-¿y tus hermanos? ¿Son mellizos, no?
Sonríe con tristeza y asiente.
-sí... Yoonie y Moonie...
-¿y ellos están...?
-¿de viaje? No. También murieron.
Se levanta y recoge todo. Yo hago lo mismo.
Mierda...
-lo siento, no lo sabía.
Niega lentamente con la cabeza y me sonríe. Otra vez está sonriendo de manera artificial. Empiezo a odiar que haga eso.
-no, está bien. Pocos lo saben, pero está bien.
Trata de irse, pero lo tomo de la mano y lo detengo. Inmediatamente se pone tenso. Trato de no temblar cuando hago que suelte la charola y lo abrazo. Su cuerpo es delgado y encaja perfecto con mis brazos. Escucho un respingo y después de unos segundos, un gruñido de dolor. Está batallando contra las lágrimas, lo sé. Siento su cuerpo temblar por tratar de contenerse; sin embargo, pierde el combate y se pone a llorar. Jamás me pude haber imaginado a Jungkook así, tan débil y frágil. Creí que su vida era perfecta, llena de flores o algo similar, pero veo que me equivoqué. Si lo pienso bien, el haber creído aquello es una estupidez. Nadie pasa por la vida sin que ésta te golpee. A algunos nos trata peor que a otros, pero al fin y al cabo, todos tenemos un momento de quiebre. Un día que nos llena los ojos de lágrimas. Una hora en que nuestra vida se desmorona aunque sea unos segundos. Un recuerdo que nos hace querer morir.
-estoy aquí, tranquilo. Llora lo que quieras, desahógate. Aquí estoy para ti.
–tranquila, preciosa. Llora, no es malo. No es ser débil. No importa, princesa. Está bien. Aquí estoy para ti. Oppa te cuidará.
Las palabras que recité ese día y que le dedico hoy a alguien más duelen como el infierno y también me quieren llenar los ojos de lágrimas, pero me lo prohíbo.
Jungkook se cansa de llorar y se queda dormido. Sus piernas se enredan en mis caderas cuando quiero separarme de él. Siento náuseas, pero simplemente me deshago con cuidado de su agarre. Estoy a nada de irme cuando su mano toma el cuello de mi playera con fuerza y abre los ojos con pereza.
-pareces un ángel... un precioso ángel sin alas... veniste a salvarme, ¿verdad? Voy a dejar de sufrir, ¿no? Por fin dejaré de fingir, contigo a mi lado...
De nuevo cierra los ojos. Tomo su mano entre la mía y me libero de él. Hace un pequeño puchero, pero luego se pone en posición fetal. Dios santo, es tan lindo, tan precioso, tan... tentador... mierda, espera, no, ¿qué? ¿Quién dijo eso? Pff, no. Tan alentador, sí. Eso. Ajá.
Espera un segundo...
Frunzo el ceño. ¿Qué sentí cuando tomé su mano? Fue algo áspero...
Vuelvo a tomarla y de nuevo lo siento. Su mano no es tan suave. Varias partes se sienten muy... raras.
No, no raras... se siente tan familiar...
Reviso con delicadeza su mano.
Tenía razón.
Hay cicatrices ahí. Muchas. Son bastante profundas.
Lo suelto con rapidez, horrorizado. Salgo corriendo de la habitación al baño. Una vez dentro, me encierro con seguro. Lavo mis manos con fuerza, pero no demasiada, para no lastimarme. Sé que es enfermo, anormal que le tenga horror a la sangre, a la suciedad, pero no puedo evitarlo. Nunca había tocado una herida ajena.
Oh, por supuesto que sí.
Y es por ello mi terror. No quiero estar sucio, no quiero llenarme de una sangre que no es mía, no quiero, de verdad que no. Las personas están sucias, impuras. Yo estoy sucio, asquerosamente sucio. Y lo que toco se vuelve igual. Todo está infectado. No sé por qué he regresado a tener este maldito problema. Lo había superado, ya no me afectaba. Ya no salía corriendo al ver una cicatriz que no fuera mía. Pero hoy no. Hoy mis defensas bajaron y quiero llorar, llorar como nunca antes lo hice. Quiero llorar mientras abrazo a ese pelinegro con todas mis fuerzas. Deseo que seque mis lágrimas y que me diga que está bien. Tan sólo quiero que toda la mierda por lo que he estado pasando haya sido una horrible pesadilla. Sólo eso pido. Despertar de este mal sueño y ser feliz. ¿Es mucho pedir? O morir para dejar todo esto atrás, pero no. No pude cuando lo intenté. Soy un inútil, ni eso lo pude hacer bien.
—Tae, amor, vive... por favor...
Perdón, Hobi. Lo olvidé... ¿pero cómo vivir sin tenerte a mi lado? Fuiste el ancla que me mantuvo cuerdo cuando el dolor me consumía... pero no duró. Te fuiste... me abandonaste cuando más te necesitaba... y no puedo odiarte... eso me pone más furioso. Aún hay amor por ti en mi estúpido corazón... un amor enfermo, dependiente... de algún modo doloroso.
Me levanto, con algo parecido al enojo emanando de mi corazón, aunque a la vez un poco más dulce.
Por alguna razón beso la frente de Jungkook antes de ir a mi casa. Su rostro adopta una sonrisa bobalicona y se acurruca más contra sí, como un cachorro.
Tan tierno.
No te ensucies, le ruego en silencio. Por favor, no te rompas...
....
¡Mejor tarde que nunca! (esta frase se está volviendo costumbre...)
¡Creo que empezaré a actualizar semanalmente! Por fin comenzaron mis vacaciones, Y YA SOY LIBRE.
¡"Don't" De Namu bb y eAeon va a salir muy pronto! ¡Por favor, hagamos stream y consigamos esas metas, nuestro líder se las merece!
En fin, no hay mucho qué decir. ¡Cuídense mucho, nos leemos pronto!
♡☆Val☆♡
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro