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*Capítulo 3: Desconfiada.

Ya había pasado alrededor de una hora, una hora en la que solo me había dedicado a quitar de las paredes la habitación todas fotografías que hace algunos días con la idea de que eso perjudicaría a Aaron, pero claro que eso no pasó, Matt hizo que cambiará mis jodidos planes y ahora está idea tendría que esperar un par de meses más o el suficiente tiempo para que la hermana de Aaron, Jessica, me tema lo necesario para que no se meta en mi asuntos.

— ¡WILLIAM YA ESTA LA CENA! — esta era la segunda vez que Aaron me gritaba para decirme eso. Honestamente no tenía ganas de comer pero a la vez estaba consciente de que tenía que hacerlo pero por esta única ocasión ignoraría mis instintos y Aaron y me quedaría gusto aquí.

— ¡JESS, YA ESTA LA CENA! — la casa de Aaron es grande pero las paredes eran tan jodidamente delgadas podías escuchar incluso cuando alguien iba al baño (bueno, ya estoy exagerando). Excepto el cuarto de Aaron, él había puesto en su habitación paredes anti-sonido después de un pequeño incidente que hubo.

— ¡YA VOY! — Al escuchar esa respuesta rápidamente cambie mis planes de quedarme aquí y comencé a apagar todas mis computadoras donde estaba haciendo un trabajo para Matt. La hermana de Aaron me había parecido... linda y a la vez una especie de caricatura, me refiero al tipo de persona que le pueden pasar las cosas más graciosas del mundo, o bueno, es impresión me dio cuando una perro se le fue encima y una bote de pintura le cayó en la cabeza. Así que por ese motivo tenía que pasar más tiempo con ella, pues después de todo, como dicen por ahí, mantén a tus amigos cerca y a tus enemigos aún más cerca.

— ¡WILLIAM! — rodé los ojos y seguí sentado en mi escritorio esperando que las computadoras terminaran de guardar una cosas y se apagaran al fin.

—¡CARAJO,WILLIAM! — volví a rodar los ojos y me acerque a las escaleras una vez que las computadoras se apagaron.

— ¿Y por qué vive aquí? — escuche la voz de Jessica. ¿Estaban hablando de mí?

— Él necesitaba una habitación temporal y yo quería dinero extra. — Sí, estaban hablando de mí. —¡WILLIAM!

— ¡YA VOY, PARECES MI ESPOSA! —Le respondí porque ya me habían desesperado sus gritos.

— Ya no hay respeto aquí. —Escuche que dijo Aaron seguido de una risa tierna risa que al parecer pertenecía a la hermana de Aaron.

— ¿Y por qué dejaste que durmiera en el sótano? — Otra pregunta sobre mí, esto ya no me estaba gustando nada ¿qué era? ¿Un interrogatorio?

— Él lo decidió así. — Escuche que respondió Aaron pero sin darle mucha importancia. Yo ya estaba en la sala solo escuchando su conversación.

— ¿Por? — ¡Mierda! Esto si parecía una jodido interrogatorio.

— Porque es más privado trabajar allá que en una habitación llena de ventanas. — Me puse en marco de la puerta y respondí su pregunta. Claramente eso la puso nerviosa porque cuando escucho mi respuesta note como su espalda se tensó y giro para mirarme algo dudosa.

— ¡AL FIN! —Aaron aventó un plato de pasta al lado del de su hermana.

— ¿En que trabajas que otras personas no puedan ver? — Con eso confirme que su desconfianza era más grande que su miedo y eso no era bueno.

— ¿Y tú por qué haces tantas preguntas sobre mí? Sí, desde allá abajo te pude escuchar. — Se puso roja y me alegro eso porque significaba que su nerviosismo era algo más grande que su desconfianza, algo que podría usar a mi favor.

— Jess siempre ha sido muy curiosa aparte de desconfiada. — Tenía razón.

— ¿Desconfías de mí? — Ya lo sabía solo me hice el interesado.

— Claro que sí, apenas te conozco, no sé nada sobre ti. — Tenía que convérsela de lo contrario.

— Bien —me senté a su lado. — Mi nombre es William Morrison tengo 21 años, estudio derecho, soy el menor de 3 hermanas, practico parkour, se tocar la batería, soy nadador y ya no soy virgen. —La mire lo más serio que pude para evitar que pensara que le mentía.— ¿Algo más que quieras saber?

— ¿En qué trabajas? — Aaron soltó una carcajada y amabas cosas me estaban colmando la paciencia.

— Soy editor de películas. — dije sin darle importancia.

— ¿Qué tipo de películas? — me harte.

— ¡¿Enserio no vas a parar?! — le levante la voz.

— ¡No! — Ella también lo hizo algo que honestamente no me esperaba.

— ¡Joder, solo díselo! — grito Aaron ya estresado.

— Bien, edito películas pornográficas. ¡Ya! ¿Contenta? —Cuando al fin lo dije ella tardo unos segundos en contestar.

— ¡Qué repugnante! — Con su respuesta toda mi molestia se fue y se reemplazó por una gran carcajada acompañada de la de Aaron. Definitivamente ella parecía una caricatura. — ¿Y tú dejas que grave aquí? — le pregunto a Aaron.

— No... — Interrumpí a Aaron pues quería molestarla una poco más.

— Yo ya no grabo, solo edito. — Aclare.

— ¿Entonces antes si grababas allá abajo? — aquí vamos.

— Claro que no, yo jamás grabaría donde duermo. Mi estudio pornográfico era el que ahora es tu habitación. — La cara que hizo de desagrado fue tan graciosa que Aaron y yo no pudimos evitar reír de nuevo.

— No le creas, Jess, este imbécil nunca ha grabado aquí. — Y como me lo esperaba Aaron no dejaría que su hermana fuera engañada por más tiempo.

— Cierto — le respondí mientras comía pasta.

— ¿¡Entonces por qué me mientes!? — gritó molesta.

— Porque es divertido hacerte enojar. — Y eso era cierto.

Me miro molesta y no volvió a hablar el resto de la cena ¿Me habré pasado?... No, no lo creo.

Estaba caminando por una calle grande con árboles por césped por todos lados y el cielo estaba de un azul muy intenso. No tenía 21 años, más bien 12, me encontraba solo pero estaba realmente feliz. Pero eso solo duro unos pocos segundos, entre cada paso que daba sentí que la felicidad se iba y mientras eso pasaba el cielo se comenzó a tornar gris, los árboles se convirtieron en muros gigantes y la gran calle por la que caminaba se volvió angosta. En cierto punto me detuve y no porque ya no quisiera seguir sino porque ya no sabía a donde ir. Solo había un camino y no se veía a otra persona pero escuche que alguien me llamo.

­— ¡Will! — no vi a nadie así que gire sobre mis talones y la vi, allí estaba ella, mi hermana Rouse y se vía exactamente como la última vez la vi.

Hacia tanto que no la veía pero no me sentí feliz, porque sabía exactamente que seguí. Tenía una enorme sonrisa por verme pero solo pasaron segundos para que esta se borrara.

— ¡Rouse corre! — ella no me hizo caso. — ¡Por favor, Rouse, corre!

— Tú me abandonaste. — Me miraba triste y de la nada dos sujetos con máscaras negras aparecieron uno a cada lado de ella.

­— ¡NO, ROUSE! ¡Yo no te abandone! ¡No podía hacer nada! ¡Pero corre ahora! ¡Corre!

— Me abandonaste... — comenzaron a salir lágrimas de sus ojos.

— ¡Corre!— ­ Intente moverme pero mis pies no me respondían. — ¡Corre! — pero no me hizo caso, los hombres la tomaron por los brazos y comenzaron a alejarla de mí.

— ¡WILL, AYUDAME! — sus gritos de ayuda eran tan agudos y reales, ella no paraba de moverme mientras la arrastraban y yo no podía hacer nada.

— ¡SUELTENLA! — Comencé a llorar de impotencia, pues no podía hacer nada, solo ver como se la llevaban— ¡No se la lleven! ¡NO! ¡NO!

— ¡WILL, AYUDAME!

— ¡NO!

De un salto me quede sentado en mi cama, y como era de costumbre esta completamente sudado. No estaba seguro si estaba vez había gritado pero de algo si estaba muy seguro era que las pesadillas no se habían ido, hacía meses que no las tenía pero hace un par de días había regresado, no estaba seguro del porque pero desde que regrese a esta casa también lo hicieron las pesadillas.

Toque mi rostro y estaba completamente sudado. Sentí mi boca muy seca y estaba muy seguro que el día de hoy no podría dormir de nuevo así que me puse una sudadera y me dirigí a la cocina.

Saque un vaso de la alacena importándome muy poco su hacia ruido, le puse agua del grifo y después me recargue en este mismo para tomarla. Honestamente no quería ni siquiera cerrar los ojos porque podía ver el rostro de mi hermana pidiéndome ayuda y eso no me ayudaba. Ya había pasado 9 años y yo lo recordaba como si hubiera sido ayer.

No me di cuenta en que momento Jessica estaba en la cocina hasta que escuche su voz que me volvió a la realidad.

— ¿Estas bien, William? — me habría alegrado que me sacara del tornado que tenía en mi cabeza sino ser por cómo estaba ahora mismo, me veía vulnerable y ella menos que nadie me podía ver de esta manera, además de que ya estaba harto de sus preguntas, así que solo pude pensar que su presencia era realmente molesta y la mire demostrándole exactamente eso.

— No molestes ahora. — Avente el vaso al lavaplatos importándome nada su expresión de susto por mi tono de voz. No estaba por soportarla a ella ni a sus jodidas preguntas así que me encamine a mi habitación y justo cuando pase a su lado ni siquiera note que la había empujado con el hombro hasta que escuche un pequeño quejido de su parte pero no me importo, mi cabeza estaba en otro lado como para preocuparme de una chica que solo vino a joderme todo.

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Hola!!!

Otra vez perdón por tardar años en subir un capitulo pero es que en serio que la escuela me estaba consumiendo hasta el alma que no tengo. En serio les pido una enorme disculpa y de igual forma les agradezco tanto su apoyo y cariño a esta escritora tan lenta. Mil gracias por todo su apoyo porque ustedes son la razón de que Will al fin nos este contando que pensaba él en todo momento. Espero que les guste gustando la historia a través de los ojos de Will, cuéntenme si sí y por qué y si no les gusta también díganme porque.  

bueno muchas gracias por todo, las amo y no seguimos leyendo. 

- books-silent-reader. 

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