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*Capítulo 17: ¿Espía o acosador?

Dedicado a: mabemarte espero te guste este capítulo!!

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Casi un mes después...

En mi mente solo aparecían unos hermosos ojos color café cada vez que cerraba los míos, así estuviera despierto siempre aparecían por alguna extraña razón. Sabía de quién eran esos ojos, eran la persona que tenía que odiar pues ella me odiaba a mí, eso lo sabía porque llevábamos casi un mes de no hablarnos, diría que también de no vernos pero yo sí la sigo viendo cada noche pues voy a su habitación y la veo dormir hasta que yo también caigo en un sueño profundo.

El silbato sonó, tardé unos segundos en volver a la realidad para darme cuenta de dónde estaba, así que sin más me lancé al agua, intenté nadar rápido pero no fue lo suficiente, seguían apareciendo sus ojos y cuando menos lo noté llegué en segundo lugar por quinta vez.

—¡MORRISON,VEN AHORA MISMO! — comencé a caminar hacia el entrenador pero a mitad de mi camino el estúpido de Alex se interpuso.

—¿Qué pasó, Morrison? ¿Estás enamorado o ya perdiste tu toque? — me molestó su tono tan imbécil pero también... que tal vez tenía razón así que sin más lo avente a la piscina antes de seguir con mi camino.

— ¿Qué está pasando contigo, Morrison?

— ¿A qué se refiere? — claro que lo sabía pero quería alargar las cosas.

— Me refiero a que nunca habías llegado en segundo lugar ¿Es una chica o algo parecido? — ¿Por qué todos me decían lo mismo?

— No. — dije molesto porque en serio me estaban reventando las pelotas esos comentarios.

— Porque si sigues así creo que será mejor que te alejes del equipo por un tiempo.

— ¿En serio va a quitar a su mejor nadador solo por un día malo?

— Todo el mes has estado así y desde que empezó el semestre has faltado muy seguido.— no tuve como defenderme. — estás advertido, Morrison. — cuando el entrenador se fue tomé una toalla que estaba cerca y la avente con fuerza al piso.

— Tranquilo, no vayas a hacer un hoyo en el piso. — cuando Aarón vio que no respondía volvió a hablar.— ¿Qué te dijo el entrenador?

— Me puso un ultimátum, si sigo así me sacará del equipo.

— Eso tiene sentido.

— ¿A qué mierda te refieres?

— Pues que nadaste horrible.

— Solo estoy distraído. — fui tomando mis cosas de una banca que estaba cerca.

— ¿Es por una chica? — regresé con fuerza mi mochila a la banca.

— ¿Por qué carajos todos me dicen eso?

— Tal vez porque sea cierto.

— No lo creo.

— Eso lo confirma más

— Cierra la boca. — me puse la mochila y caminé a los vestidores.

Malditos idiotas, si fuera por una chica eso les tiene que importar tres kilos de mierda, a parte Jessica no tiene nada que ver.

"Nadie te dijo nada sobre Jessica"

"Tú vuelve de dónde viniste"

"¿De tú imaginación?"

"Me importa un carajo de donde, tú vete"

Cuando no volví a escuchar a alguien molestando continúe mi camino a los vestidores.

Al salir fue directamente con Aarón pues no había traído mi motocicleta y tenía que ir al centro de la ciudad a recoger unas cosas que Matt me había pedido. No, estar con Aarón no era por mero gusto si es lo que pensaron, ese imbécil nunca me a agradado y nunca me agradará simplemente por quien es su padre. Y sí, con Jessica pensaba igual... hasta que la conocí bien...

— ¿Ya nos vamos?

— ¿No vamos a esperar a Jessica? — para que miento, yo esperaba que después de un mes al fin la podría ver.

— No, me dijo que tenía que ir al centro a comprar unos libros. — con eso supe que no podía pedirle que me llevara al centro, él le volvería a llamar a Jess para que nos acompañara y es claro que si no aceptó venir con nosotros fui por mí, no había duda de eso; si me evitó un mes entero claro que me evitaría de nuevo. No tenía intenciones de arruinar su mentira cuando eso haría que me odie más.

—Bien, vamos.

Al entrar a la casa sentí que mi celular vibraba en el bolsillo de mi pantalón así que rápidamente lo saqué, como me lo esperaba era un mensaje de Matt.

"¿Ya conseguiste las cosas?"

"Todavía no" respondí.

Al instante recibir su respuesta.

"Es para hoy, imbécil".

— ¡WILLIAM! — levanté la vista de mi celular para mirar a Aarón.

— ¿Por qué me gritas? — pregunté con toda calma y fastidio.

— Porque te he hablado como tres veces.

— Ah... — guardé el celular.— ¿Qué quieres?

— ¿¡QUE QUÉ VAS A QUERER DE COMER, JODER!? —

— Nada, tengo que ir al centro.— me di la vuelta y abrí la puerta.

— ¿¡Y POR QUÉ NO ME...!?

No alcancé a escuchar su reclamo porque justo en eso salí de la casa cerrando de un portazo la puerta, directamente fui a la cochera pues es dónde estaba mi motocicleta. Una vez ahí la monté, encendí el motor y me dirigí al centro de la ciudad de New York.

Las cosas que a Matt le urgia que yo le entregara eran unas bolsas Chanel, cinco para ser específico. Era muy común que Matt vendiera este tipo de cosas, me refiero a piratas pero eso nadie lo sabe más que Matt, el hombre que nos las vende y yo. Las bolsas estaban tan bien hechas y con todos los certificados (falsos) de autenticidad que las chicas de la Universidad nunca se negaban en pedir una por casi la mitad del precio de una original. Honestamente no sé porque alguien quisiera comprar una bolsa de más de 3000 dólares pero bueno, es muy negocio.

Detuve la motocicleta justo en un callejón que no estaba una zona del todo segura pero no me asustaba, ya había venido en varias ocasiones.  

Bajé de la moto y caminé solo unos metros hasta donde se encontraba una puerta de metal maltratada y llena de grafitis. Esperé unos segundos y en seguida salió un hombre de más de cuarenta años, en cuanto me vio sonrió mostrándome su dentadura amarillenta adornada con un diente de oro falso.

— Nicolás, ya te habías tardado muchacho, daba por hecho que no vendrías. — volvió a adentrarse en la casa para después salir con una gran bolsa negra.

— Aquí está tu pago. — le entregué un sobre cuyo contenido eran once mil dólares. Franco los recibió y me entregó la bolsa.

— Excelente, nos vemos luego, Nicolás. — sin nada más me marché y él cerró la puerta.

Nunca le había dicho mi verdadero nombre a Franco por simple seguridad.

Al llegar a la motocicleta saqué del asiento una cuerda para poder amarrar la bolsa con las cajas en la parte trasera. Una vez que creí que todo estaba firme subí a la moto y me encaminé a casa pero eso no tardó mucho pues unos minutos después de dar marcha algo pasó con la cuerda que hizo que la bolsa se safara y cayera en medio de la calle.

Rápidamente me estacioné y fui corriendo por la bolsa justo antes de que ésta pudiera haber sido arrollada por un autobús, cuyo conductor me llamó "hijo de puta"

— ¡LA TUYA, MARICA! — sin molestarme más fui a dónde me había estacionado para volver a amarrar la bolsa pero al tomar la cuerda me di cuenta que ésta se encontraba rota.

— ¡MIERDA! — Comencé a mirar a mi alrededor para ver si había un lugar donde pudiera conseguir algo para amarrar otra vez la bolsa.

Para mi suerte entre una cafetería y una estética había en ferretería. Rápidamente crucé la calle y me adentré al local.

— ¿En qué lo puedo ayudar? — me preguntó un señor de entre 55 y 60 años (diría yo).

— ¿Tiene cuerda? Necesito amarrar esto a mi motocicleta. — "le mostré la bolsa".

— Si, tengo algo que le puede servir.

El señor se adentro en la que supuse que era la bodega, mientras yo miré todo lo había a mi alrededor, al terminar con eso comencé a observar lo que estaba en la calle y en eso algo llamó mi atención que hasta tuve que acercarme más a la ventana para saber si mis ojos no me estaban engañando y no, ese no era el caso.

Afuera del local, justo enfrente de dónde estaba la cafetería se estaba aparcado un BMW color negro, pero ese auto tan anticuado no había sido lo que había llamado mi atención sino las  personas que habían bajado de éste. Eran el chico raro que acosa a Jess (Daniel creo) y Jessica. Al verlos no pude evitar que todo mi cuerpo se pusiera tenso.

Estaba apunto de salir del local para ir tras ellos pero una voz me lo impidió.

— Aquí está la cuerda, joven. — Eso me hizo recordar cuáles eran mis prioridades, tenía que llevarle eso a Matt, no era momento de dejar que mis impulsos me controlarán pues justo ahora solo pensaba en arrancarle sus ojos con la placa de su auto a Daniel.

— Muchas gracias. — le di un billete de 10 dólares y me encaminé a la salida.

— Joven, me dio el triple. — No dije nada y salí del local.

Fui directamente a la motocicleta porque sabía que si me quedaba más tiempo terminaría entrando a la cafetería. Agarré la bolsa lo más fuerte y rápido posible. Una vez que todo estaba bien subí a la moto y justo cuando estaba por arrancar no pude, mi vista no se apartaba de la cafetería; no lo pensé más y me bajé para ir a dónde esos dos habían entrado.

Honestamente no observe mucho el lugar, mis ojos solo estaban enfocados en encontrar a Jessica.

— ¿Te puedo ayudar en algo, amigo? — me habló un chico que estaba detrás del mostrador dónde te dan café.

— Estoy buscando a una chica bonita. — lo dije sin apartar la vista del lugar; la tenía que encontrar.

— Yo también estoy haciendo eso desde hace años, amigo. — no entendí porqué había dicho eso así que lo miré.

— ¿De qué hablas?

— Dices que buscas a una chica bonita ¿no? — no recordaba eso.

— ¿Dije eso?

— Si... — el chico me miró como si estuviera loco. — en fin, si buscas a la chica que entró con el del BMW están en la parte de atrás.— Sin decirle nada me dirigí allá. — De nada.

Estaba un pasillo atrás de dónde estaban ellos y eso lo supe porque pude escuchar su risa, me acerqué más y justo cuando iba a girar en el pasillo en el que ambos estaban me detuve. No podía hacer eso, ella y yo no éramos nada, no podía reclamarle  algo que no existía. No podía molestarme con ella cuando técnicamente no estaba haciendo algo malo y más cuando a mí se supone que no importaba.

Así que ni siquiera los vi, solo retrocedí y me apresuré a llegar a la motocicleta para huir como todo un cobarde.

Como era de costumbre entré a la casa de Matt sin tocar la puerta y para mi suerte ahora no se encontraba haciendo algo asqueroso o extraño, solo estaba bebiendo en su sofá.

— ¡ALELUYA! — Gritó cuando me vio.

— Aquí están tus bolsas. —  avente la bolsa en un sofá para dos personas y justo al lado me senté yo.

— Ten. — Matt me lanzó una cerveza junto con un destapador. Sin dificultad los atrapé y abrí mi botella antes de darle un gran sorbo.

— ¿Ahora qué te pasa? — dijo mientras torcía los ojos.

— ¿Por qué tendría que pasar algo? — di otro sorbo.

— Por que tú nunca bebes a menos que estemos en una fiesta o tengas algún problema.

— No es verdad... — quería evitar esto porque era muy extraño pero Matt me interrumpió.

— Ya, déjate de estupideces, estoy tratando de ser buen amigo y esas mierdas, deja que siga con mi plan. — Esto realmente era extraño pero por una parte necesitaba contarle esto alguien y que mejor que a la persona que conoce todo mi plan.

— Bien. — no estaba seguro si decirlo o no, pues una cosa es saberlo tú mismo y otra muy diferente es contárselo a alguien, eso hacía todo mucho más real o en mi caso más complicado, no estaba seguro pero aún así me armé de valor y sin más lo solté. — Creo que me gusta Jessica. — cuando dije eso miré al piso, no quería ver su reacción, después de unos segundos en los que no escuché nada lo miré pero él ya hacía eso con una sonrisa en los labios.

— Pensé que nunca lo dirías. — Él dio un trago a su cerveza y yo solo lo miré mal.

— ¿Qué carajos dices?

— Yo sabía que te gustaría esa chica desde que la investigué.

— Pero no es del tipo de chicas que me suelen gustar...

— Por eso amigo mío sabía que te llamaría la atención tarde o temprano.— no le creía, esto lo estaba haciendo para fastidiarme.

— ¡ME ESTÁS REVENTANDO LAS PELOTAS! — me puse de pie pero el muy tranquilo me hizo una señal para que me volviera a sentar algo que, con molestia, hice.

— ¿Tú por qué crees que avente al tarado ese a que le hablará a tu princesa?

— ¡Para joderme! — fue más sarcasmo pero él respondió.

— Sí, pero yo diría para ponerte celoso y que la cosas se hicieran más rápidas.

— Eres una hijo de puta.

— Sí, con eso te refieres a que soy un puto genio, sí, claro que lo soy.

— Bien pero se te olvidó algo — me miró confundido.

— ¿Qué cosa?

— ¡QUÉ NO PUEDO ESTAR CON JESSICA! — Grité molesto.

— Claro que puedes. — dio un tranquilo trago a su cerveza.

— ¡NO! ¡SU PADRE ARRUINÓ MI FAMILIA! — Cuando dije eso se incorporó rápidamente.

— Y exactamente por eso no la debes dejar. — Eso me confundió. — Si la chica te gusta no se la dejes, quitasela a su familia como ellos hicieron con tu padre. — Eso me interesó.

— Pero mi plan...

— Tú sigue con tu idea, mete al hermano en prisión.

— Jessica nunca me haría caso si hago eso.

— Ella no tiene porque enterarse. — se encogió de hombros. — no le digas nada, como te dije antes, enamorala primero para que no abra la boca y te delate y al mismo tiempo te quedarás con ella. — ese plan sonaba muy tentador pero no podía.

— Si lo hago estaría traicionando a mi familia. — Él rodó los ojos.

— Claro que no, Piénsalo así: si estás con ella le estás quitando "su más grande tesoro" a ese imbécil que arruinó tu vida.

Lo pensé, y si, desde cualquier punto de vista en el que yo lo viera cumplía mis deseos, arruinar la vida del señor Cox y quedarme con Jessica.

Pero aún así sabía que este plan tenía fallas y una de esas fallas se llamaba Aarón Cox. Tenía que pensar bien todo, antes de tomar mi decisión.

Al llegar a casa me encontraba tan frustrado por todo que no noté lo fuerte que azoté la puerta principal haciendo que Aarón llegara rápidamente al recibidor.

— ¡¿POR QUÉ AZOTAS LA PUERTA ASÍ?! — Se veía molesto.

— ¿Y a ti que mosca te picó?

— ¡ME PASA QUE TODOS EN ESTA PUTA CASA ME TRATAN COMO MIERDA Y ME DEJAN CON LA PALABRA EN LA BOCA!

— ¿De qué hablas?

— ¡JESSICA ME COLGÓ LA LLAMADA, TÚ TE FUISTE SIN DECIR BIEN POR QUÉ Y HANNA...!

— Así que esto es sobre Hanna. — me crucé de brazos, mi comentario hizo que Aarón se calmara, eso fue bueno porque estaba a punto de darle un golpe en la cara para que dejara de gritar.

— No... no es sobre ella...

— Claro que sí, ahora, dame un buen motivo por el que dejé que me gritaras.

— Pues... — su vista se fue a la ventana de la puerta para después él irse corriendo a la sala para asomarse por la ventana más grande.

— Ahora sé porque Jess no me quería cerca — funcionó el ceño al igual que yo pues ya sabía a qué se refería. — Estaba con un chico.

— Lo sé. — Eso fue más para mí, cuando dije eso sentí como apretaba mis puños.

Aarón regresó a la puerta cuando vio que ambos se acercaban, esperó a que se fuera el imbécil ese pero en eso Jess le gritó algo que realmente no quise escuchar porque no quería molestarme más. De repente Aarón abrió la puerta.

— Así que estás saliendo con Daniel. — Jess se asombró de ver a Aarón.

— Me asustaste.

— Responde. — Aarón había entrado en papel de hermano mayor.

— No, no estoy saliendo con él, solo me acompaño a la librería. — "Si, como no" pensé.

— Así que... ¿Tuvieron una cita?

— No, no fue una.... — Jess se quedó pensativa antes de seguir.— Ay, creo que sí. Tuve una cita con Daniel. — no sentí nada, no me molesto o me afectó su comentario, lo que si me enfureció fue la sonrisa que hizo al final.

— Bueno me alegro que haya sido con Daniel y no con un idiota como este que tengo atrás. — y para colmo Aarón no ayudaba de mucho al nudo que sentía en la garganta. No queria que vieran que todo esto me afectaba así que rápidamente abrí la puerta del que se suponía era el sótano y después de azotarla bajé las escaleras.

Una vez abajo seguía sin sentirme bien, algo hacia que me sintiera incómodo y sin pensarlo si una fuerte patada a la cama, no, no me sentí mejor solo hizo que me sintiera igual y que me dolerá el pie. Me senté en la cama y me froté la cara con frustración.

— ¿En qué me metiste Jessica Cox?

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Hola!!!

, tarde mucho, lo sé 😅 lo lamento pero no les mentire, no escribi porque simplemente estaba muy cansada de la escuela y quería disfrutar mis vacaciones, eso es todo.

En fin espero les guste, y gracias por seguir leyendo está historia después de todo!! Los amo mucho!! Y digan ¿que opinan de que de alguna forma Matt fue el cupido de estos dos? 😋

Feliz día!!

Mehhh!!

- books-silent-reader.

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