Capítulo 12
[NARRADOR]
«— ¡Lucifer, eres un idiota! –Los gritos de Miguel eran algo común. Castiel los recordaba bien, habían sido tan comunes que una vez le había preguntado a Gabriel si el segundo nombre de Lucifer era idiota. Su hermano había reído y le había dicho que no, pero que debería ser así.
Lo que si no era común era ver a Gabriel tan molesto. Él, en ese momento, no había entendido, estaba muy ocupado llorando en brazos de su hermano y aferrándose con fuerza a él.
— No seas fatalista Miguel, solo le estaba enseñando a volar al enano –Lucifer siempre hablaba con tranquilidad, como si no se diera cuenta de la gravedad de las cosas que hacía.
— ¡Empujarlo al vacío no es forma de enseñarle! –Esa fue la primera vez que Castiel había visto a Gabriel meterse en una pelea. Estaba sorprendido, al igual que Lucifer.
— ¿Qué dijiste? –Definitivamente, Lucifer estaba sorprendido.— ¡Tú siempre te pones de mi lado, no seas traidor!
— Solo disculpate Lu, hasta Gabriel se da cuenta de que lo que hiciste estuvo mal –El tono de Miguel se había suavizado bastante.
— Ni hablar –Gruñó Lucifer.— Nosotros a aprendimos así, lanzándonos al vacío, él debería aprender igual.
— Nosotros no teníamos a nadie que nos enseñara –Miguel había vuelto a alzar la voz.— Él nos tiene a nosotros, debemos ser más cuidadosos.
Lucifer había rodado los ojos y había dado media vuelta para irse.
— Parece que quieres hacerlo débil, a este paso van a criar a un humano.
Humano, una criatura que últimamente era la que provocaba todas las discusiones o incluso peleas entre sus hermanos, Castiel nunca había visto uno.
Luego de decir eso, Lucifer se había ido. Miguel le había seguido, queriendo seguir hablando del tema. Gabriel, por su parte, le había dejado en el suelo y se había ido en la otra dirección. Castiel había corrido detrás de él.
— ¡Gabe! –Castiel había corrido detrás de su hermano.— ¿A dónde vas?
— Lejos –Le había respondido sin voltearse a verlo.
— ¿Cuándo vas a volver?
— No lo haré.
— Tienes que volver ¡Tienes que enseñarme a volar –Aquello había sonado mucho como un reclamo.— Miguel no quiere hacerlo, Rafael está ocupado y Lucifer es malo.
Esta vez, Gabriel si se había detenido y había volteado a verle, arrodillándose a su altura.
— Te enseñaré, pero escucha Castiel, no importa lo que pase, ni lo que los demás digan, ni siquiera importa lo que Lucifer haga –Había comenzado decirle.— Él no es malo, solo es... diferente»
Lucifer no es malo, la frase de su hermano se repetía una y otra vez en su mente ¿Gabriel seguía pensando eso luego de tantos años? ¿Lo había pensado en el momento justo en el que supo que Lucifer iba a matarle? No lo sabía, pero era una duda que estaba carcomiendo su consciencia.
Siempre había tenido ese problema, la opinión de Gabriel era la influencia máxima en todos sus pensamientos. Cuando él se marchó por tantos cientos de años, Castiel al fin tuvo la oportunidad de pensar por sí mismo, aunque había hecho cosas de las que no estaba orgulloso. Cuando volvió a encontrarse con su hermano, creyó que las cosas volverían a ser como antes. Pero no, Lucifer no permitió que fuera así.
Nuevamente sentía rabia, aquellos sentimientos humanos comenzaban a provocarle pensamientos indebidos y contrariados. Quería salir a la calle y golpear a alguien, quería buscar a Crowley y obligarlo a traer de regreso a Gabriel, le daba igual si tenía que dar su vida por la de su hermano. Pero a la vez quería quedarse encerrado donde estaba, en aquél campanario de iglesia, escondido donde solo las palomas alcanzaban a llegar. Donde no iba a ser visto por ningún ojo humano.
Escuchaba a los Winchester, más bien a Sam, pedirle ayuda. Pero los había estado ignorando completamente. Lucifer había tenido razón en algo, se había vuelto débil, se había enamorado de la humanidad y cuando esta hablaba mal de él no podía enfrentarlo. Se escondía como todo un cobarde.
— Castiel –La voz de Dean resonó en sus oídos. Eso era nuevo, el Winchester mayor nunca le había hablado.— Hey amigo, llevas días desaparecido ¿Ocurre algo?
Hubo un silencio, casi como si Dean se esperara una respuesta.
— Sé que perder a un hermano es difícil, no me imagino que haría si perdiera a Sammy –Le dijo, podía notar empatía en la voz del cazador.— Pero tienes que seguir adelante, estoy seguro de que Gabriel no había querido que estuvieras así por tanto tiempo. Llevamos días sin saber nada de tí, podemos ayudarte Cas...
El ángel no quería admitir que se le estrujó el corazón. Aquél apodo siempre provocaba que bajara sus defensas, no sabía por qué, cuando Sam le llamaba así no le generaba nada, pero con Dean era diferente. Y no tenía idea de por qué.
Dean no volvió a hablar luego de decir aquello, todo fue silencio. Un silencio que Castiel ya no soportaba.
Se asomó al campanario y sus ojos se cerraron luego de tantos días sin salir. Decidió que ya era hora de hacerse presente frente a los Winchester.
(...)
Dean y Sam se encontraban junto con Bobby en el búnker. De repente, las luces parpadearon y los tres se pusieron espalda con espalda en una posición de defensa.
— Hola Dean.
El mencionado saltó lejos de los demás al escuchar la voz que venía de entre ellos.
— ¡Castiel, ya hablamos del espacio personal! –Le gritó. Sam reía y Bobby había murmurado que era idiota. Dean no pudo evitar sonreír.— ¿Dónde has estado, plumero? Te buscamos por todas partes.
— Correción: Dean te buscó por todas partes –Dijo Sam, ganándose una mirada asesina de su hermano.— Bobby y yo nós aferramos a la lógica de que, como eres un ángel, no podríamos encontrarte a menos que tu quisieras.
Castiel iba a decir que aquello era algo muy inteligente. Pero no pudo decirlo porque fue callado por un gruñido que su estómago soltó, se estaba acostumbrando lentamente a los nuevos sonidos que producía su cuerpo.
— ¿Has estado comiendo? –Le preguntó Sam, Castiel no respondió.
— No puede ser, solo a tí se te ocurre no comer –Dean le estaba pasando un brazo por encima de los hombros antes de que se diera cuenta.— Ven, vamos a comprarte unas hamburguesas.
Y sin más, el Winchester mayor lo sacó de allí, llevándole hasta el Impala.
NOTA DE LA AUTORA:
Este Dean, se lleva a Castiel a comer hamburguesas. No sé ustedes, pero eso en mi barrio se llama una cita
También les dejé un pequeño, no tan pequeño, flashback de la vida de Castiel antes de que su familia fuera disfuncional. Espero que les guste.
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