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Capítulo 17 ♡

Buenas!! Aqui el capítulo de hoy..

Que lo disfruten¡!


😊😊😊

...

《Tahiel》

—Ven —contesta ella— pero no pienses raro, yo... solo extraño tu compañia.

—Y yo la tuya Savannah. En quince minutos estoy.

—Te espero.

Colgué con una sonrisa de oreja a oreja.

Lo que nunca imaginé es que tendría esta visita a estas horas.

Joder, no llegaría en quince minutos. Savannah se terminaría cansando de mi.

—¿Qué haces aqui? —espeto en lo que marco el número de Renzo, él me ayudará con esto, como siempre lo hace.

—¿Asi me recibes Tahiel? He venido a verte, te extraño, ya solo me evades, me tratas lo justo y necesario, tengo mis necesidades y lo sabes —dice Sophia en lo que se sienta en la banqueta de la isla de mi casa y se abre de pierna, mierda, solo quiero ir a ver a Savannah.

—Aguanta —le digo en lo que me contesta Renzo, me adentro al patio interno de mi casa y le digo a mi amigo.

—Renzo, necesito tu ayuda.

—Aguarda un segundo —me dice y escucho que luego le dice algo a una mujer, joder lo molesté justo en esos momentos— dime, ¿qué necesitas?

—Que te recorras toda la puta ciudad y me consigas en menos de veinte minutos una planta de magnolias, una planta Renzo, no las flores no más.

—Entendido, las tendrás en unos minutos —dice y cuelga. Eso me encantaba de él, estaba en todas conmigo, cuando digo en todas es en todas.

Vuelvo a entrar a mi casa y Sophia está sirviéndose una taza de mi café preferido, la observo, no sé qué rayos hacer... aunque en realidad si sé que tengo que hacer para que se vaya rapidito, pero me niego a revolcarme con ella y luego ir a estar con Savannah.

—Debo irme Sop, surgió un imprevisto, si quieres nos vemos mañana —dije rogando porque lo deje estar. Se giró a verme, pues no habia notado mi presencia, sonrío de lado y respondió acercándose a mi.

—No tardaremos mucho amor. Dame lo que quiero y me iré —¡MALDICIÓN!— Debes ser realmente brillante hoy, pues debo irme cual amante ni bien terminamos de hacer el amor —si, seguro, follar... contigo follo, nada más— asi que al menos déjame contenta.

La tomé con fuerza y la empotré contra la isla, besándole el cuello, dándole lambetones y mordiendo. No soportaba follarla más. Si Savannah se llegaba a enterar de aquello no me lo perdonaría y Agustín... estaba segurísimo que Agustín estaba esperando que pise el palito para cantarselo a ella.

Veinte malditos minutos después me dirigía a casa de Sav con la dichisa planta que esperaba me sirva de coartada frente a Savannah.

¡Y funcionó! Al fin algo que me salía como lo habia planeado... lo que no planeé fue lo que vi en la bolsa de Savannah... No soy idiota, lo aparento a veces, pero no lo soy... cuando Savannah me hizo ir por el medicamento vi en esa bolsa del demonio varios test de embarazo sin usar, enseguida la alarma se me despertó. Si estaba embarazada de mi hermano juro que lo mataría y me comería sus cesos. Ok no, eso seria muy asqueroso, pero lo mataría, lo volvería a revivir y lo haria hacerse cargo.

—Responde Savannah... por favor —casi rogué cuando le pregunté si estaba o no embarazada.

—¿Por qué dices eso? —dice de pronto blanca como una hoja.

—Vi en tu bolsa varios test de embarazo y tu estas rara, te estas sintiendo muy mal, con mareos, desmayos y nauseas.

—No... no son mios —dijo rápidamente, obviamente no le creí, estaba extremadamente nerviosa.

—¿No confias en mi? —le digo en un susurro.

—Si Tahiel, confío en ti. Es solo que no estoy embarazada, en verdad esos tests no son mios.

La observé detenidamente y me di cuenta de que mentía, creía conocerla bien en lo que llevaba tratándola y cuando se mordia su mejilla interna es porque mentía.

—Se te da fatal mentir Savannah —dije y contesto.

—Ya. No busques que no vas a encontrar absolutamente nada, lo mejor es que te vayas —responde perdiendo los papeles.

—¡Espera! Savannah... ¿Sabes qué te amo verdad? Con cada parte de mi ser. Y nunca te rechazaría por tener un hijo de otro —me mira sorprendida y ¿ofendida? Y lo que suelta de sus bellos labios me deja de piedra.

—¿No te has puesto a pensar por un solo momento que si estoy embarazada el hijo puede ser tuyo?

Y no... ni un solo momento pensé en esa posibilidad, yo siempre me cuido... ¿o no? ¡Joder! En la fiesta no me cuidé, en el auto tampoco. La observó atónito y digo:

—¿Te... te... embaracé Savannah? ¿Tendremos un hijo? —no puedo con todo esto. Son muchas emociones que me sobresaltan por completo.

—No lo sé Tahiel, solo sé que tengo síntomas y un retraso, Blanca me compró los test, son los que has visto y un par más pero han salido defectuosos, ibamos a esperar a la próxima semana y si no me baja la regla iría a hacerme un análisis de sangre.

—¿Pensabas decirmelo en algún momento Savannah? Porque no he oido ni una sola vez mi nombre en todo esto —espeto perdiendo la paciencia.

—Te lo diría, si. Pero no aún, sino al saber si la prueba de sangre daba positiva o no.

—¡Joder Savannah! ¡Debiste decirmelo desde el minuto uno en que tuviste dudas acerca de todo esto! —comienzo a dar vueltas alrededor de su sala, parezco un loco.

—Primero no me hables asi. ¿Cómo quieres que te diga si estoy muy enojada contigo y con Agustín por lo que me hicieron? ¡Jugaron conmigo! Y no sabes cómo me sentí al no saber quien era el padre de mi supuesto hijo.

—Soy yo bonita ¿no es asi? Fue... ¿en la fiesta? —le digo acercándome a ella y tomando su rostro entre mis manos.

—Se confirmará en la ecografía, me ha dicho Blanca, pero en teoría si, fuiste el único con... quien no me cuidé —dice y mira hacia otro lado, con vergüenza.

—Savannah... no sientas vergüenza de lo que pasó. Si, estuviste con ambos, pero porque te engañamos, no es tu maldita culpa —comienza a llorar silenciosamente, limpio sus mejillas con las yemas de mis dedos y prosigo— este hijo nos viene a unir, porque sé que me amas como yo a ti, sé que nos amamos.

—Tahiel. Yo amo a Agustín, de otra forma no te hubiese dejado para estar con él —y asi, en unos segundos, mi corazón fue destrozado en miles de pedazos.

—No digas eso Savannah, por favor no. Luchemos por lo nuestro... —digo con mis últimaa fuerzas.

—Necesito descansar, cuando sepa si estoy o no embarazada te llamaré, antes necesito hablar con tu hermano, escuchar lo que tiene que decirme y contarle todo esto, pero yo... después si me haré la dichosa prueba —lo que dice es una completa locura.

—¿Crees que Agustín querrá cargar con un hijo que no es suyo? ¡Savannah! Él te quiere para follarte de mis maneras diferentes, no te ama —siseo a punto de perder los papeles. Debo irme, o esto terminará mal. Veo en sus ojos como le hiere lo que digo de ese capullo.

—Eso lo hablaré con él ¿ok? Y si estoy embarazada tampoco es que necesito de su ayuda o la tuya. No soy una damisela en apuros. ¡No los necesito! —espetó y se dirigió a la entrada de su apartamento— perdón por llamarte, no... yo no debí.

—Me llamaste porque quisiste estar conmigo Savannah, quisiste que te abrace, quisiste mi compañia. Porque aunque intentes pensar lo contrario me extrañas y deseas estar conmigo. No tergiverses las cosas —se derrumba completamente y comienza a sollozar sobre el marco de la puerta, quisiera acercarme y consolarla pero no debo hacerlo.

—Yo... siento mucho todo esto, no sé que siento, estoy muy liada, necesito distancia de ambos y a la vez los quiero cerca. Y esto del posible embarazo me tiene mal.

—No estes mal Savannah, si llegas a estar embarazada amaremos a ese bebé con todas nuestras fuerzas. No te voy a negar diciendo que estoy rebosante de felicidad, porque ambos sabemos que no es asi... Pero amor, en un futuro, cuando todo esté en orden en nuestras vidas, en la mia sobre todo, —veo como sonríe ampliamente y muero lento— me hubiera encantado formar una numerosa familia contigo.

—Pues puede que la empecemos ahora Tahiel. Me haré una prueba de embarazo de las que tengo en mi neceser, saldremos de dudas ya, no puedo con tanta angustia. Saber que me apoyas me dió las fuerzas que necesito para poder hacerme ese prueba casera —medio sonrío, ver ese cambio de humor en Savannah me agradó.

—Vamos, te acompañaré en todo momento, sea negativo o positivo.

Savannah entrelazó mi mano con la suya y nos adentramos a su cuarto de baño, tomó tres pruebas y dijo:

—Espérame un momento afuera.

Asiento y la espero en su cuarto, doy vueltas por todo el lugar, me detengo a observar cada rincón y me doy cuenta que si bien hace poco que ella vive aqui, tiene su marca registrada en cada detalle, en la lámpara vintage de su mesita, en su notebook llenas de pegatinas de ositos, en sus libros de novelas románticas en las que se pierde por horas leyendo y no contesta los mensajes ni llamadas, su cama tiene una manta de peluche color naranja, su color favorito y el amplio tv colgado en pared es su marca registrada, ama ver documentales. Este es su pequeño lugarcito en el mundo, recuerdo cuando una noche hablábamos hasta tarde y me decia que ella era feliz con muy poco, pero que ese poco no se le era permitido.

—Listo —interrumpió mis pensamientos Savannah— debemos esperar unos minutos.

—¿Cuántos? —pregunto de pronto extremadamente nervioso, mis manos me sudan, me siento en su cama por miedo a caerme y sostengo mi rostro con ambas manos, dejando mis codos sobre las rodillas. No puedo con la incertidumbre.

—Unos minutos, no me fijé en cuantos.

—Bien, esperemos unos minutos y vamos a ver ¿si?

Asiente toda robotizada. Pasan unos interminables minutos en los que nos miramos en un tenso silencio, hasta que lo rompo diciendo.

—Ya es hora, vamos a ver.

Nos dirigimos al baño y Savannah dice.

—No puedo verlo, míralos tu por favor —me apreta suavemente el hombro, está acojonada, yo también mi amor... yo también.

—¿Cómo se si estás embarazada? —digo mirando esos aparatos que están sobre el lavabo. Ella está atrás de mi, con los ojos cerrados y apoyando su cabeza en mi espalda.

—Dos líneas es positivo, una línea es negativo.

Madre mia.

¡Madre mia!

Esto era real.

—Dos líneas amor... vamos a ser padres.

Se tensó en mi espalda y lentamente la giro para verla a los ojos, ella llora, llora en silencio... sus lágrimas caen como cataratas y lo único que atino a hacer es a abrazarla con todo el amor del mundo. Ésta es la prueba de que nada ni nadie podrá separarnos, ni Sophia, ni su puto padre, ni Agustín  ni la clase social, nada ni nadie.

—Te amo Sav... —digo y llora aún más, se tensa y no entiendo la razón, hasta que dice.

—No me llames asi, te lo ruego, llámame Savannah —dijo de pronto y en un principio no entendí porque lo decia, me costó unos segundos darme cuenta y mi cabreo aumentó a niveles inimaginables.

—¿Te acuerdas de ese hijo de perra en estos momentos tan importante para ambos? —espeto, Savannah se sobresalta y me dice.

—Yo... lo siento. Esto es muy repentino, estos días me dediqué a omitir el pequeño detalle de que podría ser que este embarazada. No es el mejor momento y lo sabes, yo... estoy muy confundida.

—¿Confundida sobre qué Savannah? No me salgas con la mierda de que no quieres tenerlo, por favor, sé que es tu cuerpo pero no lo hagas, dale la oportunidad de vivir.

—¿Qué dices Tahiel? Yo NUNCA pensaría en abortar, esa no es la salida. Me duele que siquiera me pienses capaz —dice alejándose un poco de mi, mierda la estoy cagando.

—Disculpa por insinuarlo, estoy bastante shockeado, no esperaba embarazarte tan pronto Savannah —mi dulce amor sonrie debilmente, o eso creí ver, luego responde.

—Yo tampoco Tahiel. Pero no voy a abortarlo, llevaré a cabo este embarazo, más desde ya te aseguro que esto no te ata a mi.

—¿Pero qué dices? —me tiro los cabellos frustrado por cada palabra que sale de su maldita boca. Me provoca callarla a besos, joder— esto me une a ti para toda la vida Savannah. Me haré cargo de mi hijo y volveré a enamorarte si eso es lo que dices, pero no desapareceré, al fin tengo un motivo para no rendirme entre tanta mierda —iba a interrumpirme pero no la dejé, puse un dedo sobre sus suaves labios y dije— me iré, tengo muchas cosas que organizar, te llamaré en cuanto pueda o hazlo tu si necesitas algo con urgencia.

Asiente a todo lo que digo y prosigo:

—Haz una cita con tu doctora de confianza, dime el día y hora asi paso a recogerte y vamos juntos ¿ok?

—Ok —solo dijo. Le di un beso en la frente, y salí pitando de allí, tengo demasiados problemas en la puerta. Lo que me tocaba era tener una conversación con él. Lo llamo y me atiende al tercer tono.

—¿Qué quieres? —me ladra.

—Ven cuanto antes Agustín, necesitamos hablar urgentemente.

—¿De qué mierdas podriamos hablar tu y yo? Dejaste más que claro que no soy de tu familia.

—Lo eres. A pesar de lo porquería que has sido... sigues siendo parte de mi familia. Necesito hablar contigo, por favor deja lo que estás haciendo y ven.

—No puedo, esto es de suma importancia.

¡Mierda!

—¿Cuándo llegas? —pregunté.

—Puedo apresurar esto y regresar a la ciudad domingo de tarde, antes no puedo.

—¿Dónde rayos estás? ¡Eso es demasiado tiempo Agustín!

—Lo tomas o lo dejas —dice determinante.

—Lo tomo. No tengo de otra opción. Te espero en nuestra casa.

—¿Ahora es nuestra eh? —dice divertido, joder Agustín, no estoy para estas chorradas— iré en cuanto pueda ¿ok?

—Agustín... ¿Vienes directo aqui? —oigo unas carcajadas detrás de la línea y responde.

—Si lo que preguntas es que si iré a verte a ti antes de a Sav la respuesta es si —él la llama Sav... ¡Dios!— no sé que planeas pero no me gusta nada Tahiel.

—No planeo nada, te espero el domingo. Adiós.

—Ok.

Listo el primer problema. Ahora vamos con el otro problemilla. PETER Y SOPHIA.

...

Fin del capítulo de hoy

🥰🥰😘😘

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