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Capítulo 11 ♡

《Agustín》

¡Con una mierda todo el mundo! No puedo con tanto sentimiento que me despierta Sav.. todo desconocido para mi.

Hace unos meses, si alguien me diría que existiría una persona en el mundo que yo ponga como prioridad, antes que mi puta familia, me les hubiera reído en la cara. Pero hoy puedo asegurar que por tener a Sav como la tengo ahora, entre mis brazos, gimiendo y gozando gracias a mi, traicionaría mil veces más a mi familia, a mi hermano...

No me importó todo lo que Tahiel ha hecho por mi a lo largo de su vida, solo me interesa tener a Sav conmigo, ella es mia. Si bien mi hermano la probó primero, ella es toda mia. A mi es a quien conoce, a mi es a quien desea, no tiene porqué enterarse que folló con Tahiel, yo no se lo diré en mi vida.

No sé si la amo. Es decir, nunca antes sentí esto por nadie, nunca sentí tanta posesión por alguien, las chicas iban y venían en mi vida, no hacia más que usarlas y botarlas, pero a ella no la quiero solo para follar, la quiero en mi vida, para siempre...

—Sii.. sii.. no pares —decia mi chica mientras la penetraba sin cesar contra un árbol a plena luz del día, sus pechos desnudos subían y bajaban al maldito son de mis estocadas, y su cuerpo estaba cubierto por una leve capa de sudor, estaba perfecta para mi. Este era el asalto número cinco del día, cada asalto duraba una hora o más, por lo que estabamos exhaustos pero con ganas de más.. apenas nos reponíamos y seguiamos follando.

El sexo con ella era fenomenal. Quería tenerla entre mis piernas todo el maldito día, no se si era sano sentir tanta lujuria por un solo ser. Si seguiamos así iba a matar ese cuerpecito rellenito y con sus buenas curvas.

—Ahhh siii.. —gritó Sav cuando la penetré con fuerza, terminando juntos otra vez. Reposé mi frente en en hueco de su cuello y recuperamos la respiración al cabo de unos segundos. Luego levanté la mirada y le dije a una muy sexy sonrojada Savannah:

—Si seguimos asi te voy a matar Sav... pero no quiero parar, muero al ver tus mejillas arreboladas una y otra vez y escuchar tus gemidos.

Sav se sonrojó aún más y yo solté una carcajada, mi niña era hermosamente sexy ¿ya lo habia dicho no?

—Tengo sed —dijo y sonreí.

—Vamos a comer y beber, debemos reponer fuerzas.

—¿Luego vamos a la piscina? Muero de calor.

—Si mi niña. Tenemos que hacerlo allí otras diez veces más —dije divertido.

—¡Agustín! Para por favor... —dijo y salí de su interior y me saqué el condón.

—Has gastado varias cajas ya —dice divertida mientras se coloca la bikini.

—Y las que faltan aún.

...

Ya en la piscina, escuchabamos música y nadamos, de a poco, obviamente, fuimos calentándonos, entre juegos y terminamos... como no, follando como un par de maníacos.

Nunca imaginé lo que sucedería a continuación...

¡Ni en mi peor pesadilla!

Veo por la mirilla del ojo a mi hermano venir hacia nosotros por el lateral de la piscina... hecho una furia.

—¿¡Qué mierdas estás haciendo Agustín!? —espeta.

El cuerpo de Sav que está contra la piscina mirando hacia el otro lado se tensa por completo, sé que ha reconocido la voz de Tahiel. ¡Mierda!

¿POR QUÉ SE TIENE QUE COMPLICAR ASI TODO?

Cubro a Savannah con mi cuerpo y salgo de su interior, tomo el condón y lo tiro de mala gana al césped.

—Sav, cúbrete —le digo y la doy vuelta. Veo pánico en su bello rostro, acto seguido ve detrás de mi, todo pasa en segundos, Tahiel se mete a la piscina y Sav palidece al comprobar que él es una copia mia.

—¿Qué demonios? —pregunta Sav confundida.

—¿Cómo pudiste tocarla infeliz? —espeta e intenta sacar a Sav de mis brazos, no se lo permito y lo enfrento.

—¿Qué demonios haces aqui?

Mi hermano me mira con un rencor profundo y dice, mirándome de arriba a abajo:

—¡Cubréte la puta hinchazón que tienes entre las bolas imbécil!

Me cubro con las manos y Sav intenta salir del agua, se lo impido tomándola del brazo suavemente y le digo:

—No Sav.. todo tiene una explicación.

Lo que pasa a continuación me pone como loco. La situación está escapandose de mis manos.

—¿Quienes mierdas son? —espeta furiosa saliendo de la piscina— ¡Me vieron la cara de idiota! ¡Son idénticos!

—Amor... déjame explicarte por favor —dice Tahiel.

—¡No soy tu puto amor! ¡Y tu no te rías! —me dice enseguida al ver mi reacción. Joder contigo Sav, eres brava.

—Tahiel... ¿ahora si puedes presentarte frente a mi verdad? Esto debe ser una broma de muy mal gusto.

—No es una broma, él es mi hermano amor.

—¡No me llames amor! No ves que estaba follando con tu hermano! ¡Demonios! —dice y se coloca la bata y sale pitando hacia la mansión. Estaba llorandoooo. Nooo.

La veo perderse entre los árboles de camino a la mansión, y enfrento a mi hermano.

—¿Que mierda haces aqui?

—¿Qué has hecho Agustín? Te dije que no la tocaras... —dice derrotado y se abalanza sobre mi. Nos damos un par de golpes hasta que Renzo y Kian, sus amigos, nos separan. Cuando logro safarme de Renzo hablo.

—Lo siento Tahiel. De verdad luché con todas mis fuerzas con esto que sentía y no pude soportarlo más. Y no daré marcha atrás. SAVANNAH ME ENCANTA. No la dejaré.

—¡Pero yo la amo! ¡Joder! ¡Tu no sabes lo que es eso! ¡Solo juegas con ella! —gritaba fuera de si.

En eso vemos como sale Sav, ya vestida y con su móvil. Nos mira con un sentimiento indescifrable.

—Renzo, ¿puedes llevarme a casa?

—Si, señorita.

—No Sav... no te vayas —casi suplico. Ella me mira con rencor y me responde:

—¿Para qué Agustín? ¿Para seguir jugando conmigo? ¿O eres Tahiel? —se carcajeo. Su risa no era nada agradable. Estaba destruida por nuestra puta culpa.

—Yo no jugué contigo Savannah, escúchame por favor —dijo mi hermano. Que jodido estaba todo esto.

—No quiero escuchar a ninguno por el momento. ¡Dejenme en paz! —observó a Renzo y le dijo— ¿Vamos?

Renzo asintió y antes de irse dijo mirando a Tahiel:

—¿No se matarán verdad? —mi hermano negó y finalmente se fue tras Sav...

—Eres una decepción —habló mi hermano luego de unos segundos, ya respirando menos agitado.

—Dime algo que no sepa —dije sin importarme más nada.

—Desde hoy dejas de ser mi hermano. Búscate un puto lugar en donde dormir —espeta.

—¿No hablarás en serio? —respondo incrédulo.

—Oh claro que si hablo en serio, muy en serio. —dicho esto se marchó del lugar dejándome muy furioso.

...

Cinco días después volvía a la universidad, jueves, casi final de semana. No tenía un lugar fijo en el cuál vivir ni habia podido hablar con Savannah, ella destilaba odio a diestra y siniestra al verme, y no era para menos, aunque la culpa de toda esta mentira no fue mia.

Me agradaba saber que ella no habia perdonado a ninguno de los dos...

Me encontraba en el patio lateral del campus con Nicolás. Él era uno de mis amigos aqui; en su piso me estaba quedando junto a su compañero, un nerd que supe nada más verlo que nos llevariamos bien, Robert era nada más y nada menos que un hacker en potencia.

—¿Es ella? —preguntó Nicolás y giré para ver a qué se referia— oh claro que es ella, mira tu cara de bobo —se carcajeo en mis narices— si solo falta que limpies el suelo por el que camina, joder contigo hombre, se me cayó un ídolo.

—Ya basta con tus burlas Nic —contesté molesto y le golpeé el hombro en broma.

Savannah venía por el pasillo con su compañera... ¿Amber?, ¿Ambar? No se muy bien, venía cargada de libros, como siempre. Mi chica estudiosa. Vestía unos jeans blancos ajustados, rasgados en sus rodillas, una camisa rosa de hombros descubiertos y un moño revuelto le daba ese toque tan suyo.

Aaaaj ¿desde cuando me fijaba tanto en el atuendo de una chica? Pero... ¿qué me ocurría?

—No negaré que es bonita, tiene una belleza extravagante, unas curvas muy bien puestas, unos pechos enooormes y buenas piernas.

—¡Oye! Deja de mirarla o te sacaré los ojos —amenacé y se carcajeó muy fuerte, tan fuerte que Sav nos observó y enseguida noté la tensión en su cuerpo... ese cuerpo que tanto extrañaba.

Al pasar por mi lado me ignoró completamente y me dolió, ya que creí que me daria la oportunidad de explicarle todo.

—¿Por qué no la conquistas antes que te gane tu hermano? —me dicr Nic.

—Nunca necesité conquistar a ninguna chica. Todas venían a mi —respondí muy cabreado.

—Pero si ella es tan especial para ti como dices, debes conquistarla, ganarte su perdón. Tu hermano es más galán que tu, no tardará mucho en idear un plan para obtener su perdón, tu eres el más duro, y tienes que cambiar eso si la quieres de vuelta. Yo te ayudaré. Debes diferenciarte en algo con tu hermano, porque son idénticos Agus.

—¡No me digas! Recién me entero de ese hecho —digo con sorna.

—¡Vamos! ¡todos! ¡al ala tres del campus! ¡hay una pelea!

Gritan algunos y comienzan a correr hacia el lugar. Nosotros los seguimos a paso ligero, nunca nos interesó demasiado las peleas ajenas, siempre ellas ocurrían a nuestro alrededor.

Mi sorpresa fue mayúscula al ver quienes son las protagonistas de la pelea, nada más y nada menos que Savannah y ¿Gemma? ¡Oh maldita sea!

Sav está a horcajadas de Gemma y le da de puños cerrados en todo la cara.

Gemma intenta defenderse pero Sav está hecha una fiera, dándole sin cesar.

Decido intervenir, tomo a Sav de la cintura y ésta intenta safarse de mi, patalea como loca, asi que decido cargarla en mis hombros y salgo afuera de la universidad con ella pegándome con sus puños en mi espalda, joder contigo niña, pegas fuerte.

Ya en el coche solo la escucho sollozar. Salgo lo más rápido posible de la zona del campus, no quiero que ningún directivo la vea y se ensucie su intachable reputación estudiantil. Arreglaré luego cuentas con Gemma y todo aquel que quiera tocarle un pelo a Sav.

La veo de reojo mientras estoy conduciendo y lo que veo me deja fascinado. Es ella, con sus mejillas sonrojadas, rodeadas de lágrimas, sus cabellos un poco despeinados, sus labios hinchados... ¡jooooder! No fue bueno verla ahora. Mi amigo cobra vida y no sé cómo aguantar las ganas que tengo de follarla aqui mismo, para que olvide todo lo que la tiene mal. Aunque sé que hice las cosas mal, participé de esta mentira con Tahiel, debí decirle de un principio como era todo, ahora deberé afrontar las consecuencias. Al cabo de unos minutos dejó de sollozar, solo se escuchaba un leve hipeo y eso me dió la pauta de que se estaba calmando, me giré a verla y estaba acurrucada en el asiento, con las rodillas flexionadas, teniendo sus piernas con ambos brazos y con la morada perdida a la carretera. Me animé despues de unos segundo a preguntarle:

—¿Te encuentras mejor?

Me miró y asintió, luego volvió a girarse hacia la ventanilla, me ponía de los nervios su actitud de mierda, pero no perdería la oportunidad que tenía al tenerla frente a mi, a solas.

—Ponte el cinturón Sav, por precaución —hizo lo que le pedí en total silencio. ¡Diablos! Esto era difícil.

—Escucha Sav... yo, debo explicart...

—No quiero hablar ahora Agustín. Solo quiero que me folles —dijo cortándome y dejándome en shock. Estacioné como pude al costado de la carretera, impresionado... y le contesté:

—¿Qué has dicho niña? ¿Quieres...?

Otra vez me cortó al hablar, ahora se desabrochó el cinturón de seguridad y se puso a horcajadas en mi,comenzó a besarme con ansias, me devoró los labios, mierda, como la habia extrañado, dolia no tenerla, añoraba su suave piel, su dulces labios, su sedoso cabello y sus anchas curvas. No pensé en nada más, solo en complacer a mi niña, te estaba ganando Tahiel, no tendrías a Sav, no esta vez.

Con ansias desabrochó mis vaqueros y comenzó a tirar para abajo hasta dejarme desnudo desde la rodilla para arriba, quitó mi remera y quedé a su merced, acarició mi abdomen, mi pecho, mi cuello y dio pequeños chupones en todos lados

—Hazme tuya —pidió— ¡ya!

Y eso hice, con ansias, con apuro la hice mia, metí mi falo en su coño mojado y comencé a penetrarla levantando mis caderas. Ella profundizaba cada estocada empujándose con fuerzas en mi. En cuestión de minutos llegamos al orgasmo juntos y joder no nos protegimos.

—Sav, lo siento, olvidé usar protección. Nunca me pasó que pierda la cabeza de esta manera —dije asustado, muy asustado.

—Descuida, tomaré la pastilla de urgencia —dice y me abraza— ya aclaré lo que quise aclarar, esto fue una bonita despedida.

Espera... ¿despedida?

—¿De qué cojones hablas Savannah? —digo en lo que sale de mi y nos comenzamos a vestir.

—Digo lo que es. Nada más que eso, una hermosa despedida. Llévame a mi apartamento por favor.

—Escucha Sav. Déjame al menos explicarte todo, no me has dejado hablarte, ni contestado mis mensajes y llamadas. ¿Por qué no puedes escucharme? Solo eso te pido niña.

—Es que tu no entiendes, no hay nada que escuche que me haga perdonarte ni a ti ni a Tahiel. Los dos fueron unos imbéciles conmigo y no se los perdonaré. Jugaron vilmente conmigo —me miró muy cabreada y presiguió con su monólogo— llévame a mi piso por favor.

—¿Tienes apartamento?

Asiente y sonrío en mis adentros, me ganaré tu perdón Sav.

—Pasame la dirección, te llevaré, solo con una condición.

—¿Cuál? —pregunta intrigada.

—Déjame entrar y explicarte todo, solo una vez, si después de escucharme no puedes entenderme y perdonarme entonces desaparezco de tu vida para siempre.

—Esta bien Agustín, te escucharé. Vamos —esto fue fácil. ¿Qué otra sorpresita me esperaba esta noche? Pues nada más y nada menos que mi maldito hermano en la puerta del edificio de Sav. Vi como se puso en tensión y observó rápidamente su ropa, quizás con miedo de que Tahiel se de cuenta que minutos antes follamos como condenados.

Y se daria cuenta mi niña. Te dejé mis marcas en tu piel.

Nos bajamos del coche y Tahiel se acerca a nosotros a paso decidido. De mi pasa olímpicamente, a Sav le dice:

—Savannah... necesito.. necesitamos mejor dicho... hablar, te lo suplico.

Mi chica se rie sin nada de gracia y responde:

—¡Que raro! ¡Lo mismo me pidió tu hermano!

—¿Lo escucharás a él antes que a mi? Él... ¿te importa más que yo?

—¡Basta de jugar con mi cabeza! ¡Ya demasiados líos tengo en ella como para que me hagas más! Yo... necesito escucharlos, a ambos, pero por separado ¿ok?

Lo que paso en los siguientes segundos no me lo imaginé en mi vida, mi chica se desmayó, si no fuera por Tahiel que la tomó en brazos al instante hubiera quedado tendida en el suelo. Me acerqué preocupado.

—¡Sav! ¡Despierta niña!

—¡Aléjate imbécil! —me aparta Tahiel muy cabreado, oh no, más peleas en estos momentos no— ¡Abre la maldita puerta! Debemos llevarla a dentro.

Por primera vez no repliqué e hice caso a lo que Tahiel me decia. Ibamos subiendo por el ascensor cuando oigo por lo bajo a mi hermano que dice:

—¡Jodeeeeer! ¡Huele a sexo! Volviste a tocarla Agustín.

Me carcajeo para nada divertido. ¿Era en serio? En estos momentos no debía preocuparse por aquella tontería sino por Sav que no reaccionaba.

Entramos al septimo piso B y Tahiel fue directo a su habitación.

—¿Cómo es que sabes exactamente donde vive y donde está su habitación?

—¡Porque ya estuve aqui idiota! —dice en lo que la recuesta en su habitación. Tahiel se pierde en el baño y yo aprovecho a ubicarme a su lado, acariciando su mano y rostro. En eso despierta y le pregunto:

—¿Sav? Mi niña... ¿estás bien?

Ella abre los ojos confundida y Tahiel le toma la otra mano y habla.

—¿Cómo te sientes Savannah?

Ella nos mira a ambos y suspira cansada.

—Estoy bien, lleva el botiquin, no lo necesitas, solo fue un mareo muy fuerte que me agarro.

—Debes ir al médico,

—No. Estoy bien. Es mucho estrés el que viví estos días, ya se me pasará.

—¿Estas alimentándote bien Sav? —le digo.

—Si. Estoy comiendo demasiado, quizás se me juntó todo. Necesito descansar, me pueden dejar sola, por favor. Prometo que hablaré con ambos luego. A los dos les daré una oportunidad de hablar.

—No quiero dejarte sola Savannah. Me preocupas.

—Llamaré a Blanca ¿si? —toma su móvil y le marca, al terminar la llamada dice— Solo dejenme sola unos minutos hasta que llega.

—De acuerdo niña. Llámame si necesitas algo.

—Te llamaré Savannah. Descansa —agrega mi hermano y con una mirada glaciar me invita a salir de la habitación.

Ya los dos solos en la sala de estar, esperamos en silencio a que llegue su amiga. No voy a dejarla sola en este estado ni mucho menos me iré si Tahiel está rondando por aqui.

A los minutos tocan timbre y abro a una muy preocupada Blanca. Ella me observa a mi y a mi hermano, repite la secuencia varias veces y dice:

—¡Joder! ¡Sav tenía razón! ¡Son idénticos! No sé cómo coño identificarlos.

Lo que me faltaba. Y esto pintada empeorar.

...

Bueni haata aqui el capítulo de hoy, como tendrán doble actualización esta semana opte por subir un capítulo hoy y uno mañana 😁😁🥰🥰

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