72. UN PEQUEÑO DETALLE
Santa Biblia Reina Valera 1960 - Cantares 1
2 ¡Oh, si él me besara con besos de su boca!
Porque mejores son tus amores que el vino.
Todos volteamos a ver quién es el que se opone, muchas suposiciones llegan a mi mente.
Primeramente el que se está poniendo es un hombre, osea que es por mi, según yo creo, viene corriendo a toda como rápido y furioso, trae una bata blanca puesta la cual se le hace bombas por el viento, desde aquí donde estoy no logro reconocerlo, ya que debido a mi enfermedad, no puedo ver muy claramente a distancia, poco a poco me estoy quedando ciega.
La primera persona que aparece en mi mente es Matías, pero no me explico cómo pudo viajar hasta aquí, yo ya ni me acordaba de él, no puede ser que aparezca justo en este momento.
Miro a Jak, el cual tiene puesta su mirada en el sujeto, pero al percibir mi mirada, se gira hacia mi, en vez de estar preocupado, me dedica una sonrisa de boca cerrada, el está igual de confundido que yo.
—me opongo solemnemente —dice el sujeto, llegando frente a nosotros.
Volteo a mirarlo e inmediatamente lo reconozco.
De todas las personas que supuse que se opondrían, jamás me lo imaginé a él.
Hagan sus suposiciones.
—¿Que haces viejo? —le pregunta Fabricio indignado poniéndose en pie —es que acaso, no te das cuenta de todo lo que hemos tenido que hacer para llegar hasta este gran día, para que venga usted a tirarselo.
—es que ella no puede casarse —le responde el sujeto.
—¿Es enserio? —exclama Deimond —pero es que ni en las películas pasa algo así, de que un sujeto como usted impida una boda, ¿Tiene algo que ver con Emily?.
El doctor que es el sujeto que ha impedido la boda, se queda pensando en la pregunta de Deimond, yo también medito en ella, que yo recuerde ni siquiera hemos hablado mucho.
—no —respondió el doctor
—entonces ¿Por qué se opone?. —volvió a preguntar Deimond.
El doctor mira a todos a su alrededor, tiene cara de arrepentimiento, tal vez por ver la cara de los J5 enfadados.
—porque... porque —se queda otra vez pensando —porque no puede casarse, no se dan cuenta que es una enferma terminal, además si se...
—al diablo con eso —interrumpe Jason poniéndose en pie y aproximándose al doctor —largo de aquí.
Toma al doctor del cuello de la bata y comienza a sacarlo del lugar a rastras, es tal la escena que hasta a mí me da pesar.
Veo al señor Fares, esperando a que este haga algo, pero este solo mira la escena con disgusto.
Finalmente Jason termina de sacarlo del territorio donde se está realizando la boda, lo tira como si se tratara de un trapo sucio y se sacude las manos, luego vuelve a nosotros.
—listo pastor, puede continuar. —dice antes de sentarse.
El pastor está atónito, todos lo miran y le instan a que continúe.
—bueno, —el pastor carraspea. —pués como les decía hace un momento —dijo no muy convencido, mirando hacia el lugar donde Jason había tirado el doctor —los declaro marido y mu...
—yo me opongo —volvió a gritar el doctor entrando nuevamente —ella no puede casarse.
—¿Otra vez usted? —pregunta Jason molesto poniéndose en pie.
Se dirige hacia el doctor, pero Mibsan se aproxima y lo detiene.
—dejalo, —le dice —esta vez me haré cargo yo, nadie se atreve a estorbar la boda de una Montreal.
«Eso sonó bien».
El rostro del doctor se llena de terror al escuchar esas palabras de Mibsan y antes de que este se acercara, corrió hacia nosotros y se aferró a los pies del pastor.
Mibsan no se molestó en ir a quitarlo, sino que mandó a sus hombres, pude ver la angustia reflejada en los ojos de ese pobre varón, era como si fueran a matarlo.
Cómo, porque no lo van a matar, o ¿Si?.
—pastor —dice el doctor mientras los hombres se lo llevan —ella no se puede casar porque en el mismo acto de la consumación del matrimonio, ella morirá.
«Oh por Dios, yo me estoy cansando y ni siquiera había pensado en eso».
El pastor medita en las palabras del doctor y mira a Jak.
Jak mira al pastor a la defensiva.
—jamas voy a hacer algo así —se defendió —quiero casarme con ella para poder estar a su lado con libertad, sin dar mal testimonio.
—pués ya escucho al doctor —dijo el pastor serio.
—si, lo oí y yo ni siquiera había pensado en ello, a no ser —me volteo a mirar —que se recupere, entonces las cosas cambiarían.
Sentí algo que no logro describir, cuando el dijo esas palabras, pero no tengo porqué pensar en ello, ya que no voy a recuperarme, a mi mente viene el sueño que tuve hace unos días, pero inmediatamente lo disipó.
—entonces de ser así, —dice el pastor —los declaro marido y mujer.
—por fiiiiiin —grita Erick.
Se pone de pie y viene a abrazarnos.
—felicidades amigos, —dice emocionado —pense que nunca sería.
Todos siguen el ejemplo de Erick y corren hacia nosotros a abrazarnos y felicitarnos, todos estamos super felices, aunque yo creo que ellos lo están más, a pesar de que no son ellos los que se han casado, el único que tiene cara de pocos amigos es Jak y no se qué le pasa, ya que él era el más feliz.
—felicidades hija —dice mamá entre sollozos.
—si no la cuidas bien, te mueres —le advierte el señor Fares a Jak —y no me importa la promesa que le hice a tu padre.
«¿De que promesa habla?».
—hija —se acerca a mi, mi corazón salta al escuchar decirme “hija” —deseo que seas muy feliz. —me da un cálido abrazo.
Es el primer abrazo que me da y se siente bastante bien, me siento súper privilegiada, busco con mi mirada a Mibsan para que me vea, pero lamentablemente no está.
Deimond carraspea a nuestro lado rompiendo el momento especial, mi padre le da una mirada fulminante.
—¿Que? —Deimond se encoge de hombros —yo también quiero abrazarla.
El señor Fares se aparta de mi a regañadientes y le dedica una mirada que dice:
“Esto no se queda así”.
Sigo sin entender porque lo detesta tanto.
Deimond me enrrolla en sus brazos y acerca sus labios a mi oído.
—si te aburres de él —dice solo para que yo lo oiga —no olvides que aquí estaré yo esperándote.
Quise darle un empujón que lo mandara lejos, pero las fuerzas no me dieron para hacerlo, y este se apartó de mi con una sonrisa de oreja a oreja, luego le dio unas palmadas en el hombro a Jak.
—felicidades amigo —lo felicitó.
Sí que es un gran amigo, nótese el sarcasmo.
Jason también vino y abrazo a Jak.
—de verdad que quiero que seas muy feliz y dejes esa cara de cólico qué sueles mandarte —le dice.
Luego se aproximó a mi, puso una mano en mi hombro y me dio una mirada sería.
—asegurate de hacerlo muy feliz —me ordenó.
—primito —llego Fabricio, haciendo que desviara la mirada de Jason —por fin te casas —lo abrazo y le dio un pico.
Jak se alejó asqueado, debieron de haber visto su cara, yo estalle en risas, solo que el dolor en mi abdomen me hizo poner seria.
—no seas asqueroso —le recrimina Jak.
—lo siento —dice Fabricio haciéndose el que va a llorar —es que me emocioné.
Se que lo hizo solo por fastidiar el momento, luego se acerca a mi.
—bienvenida a la familia —dice dándome un gran abrazo.
Siento que está quebrando todos mis huesos, quiero hablar pero me falta el aire.
—dejala —habla Mibsan —la estás ahogando.
Fabricio me suelta y puedo volver a respirar, espero las felicitaciones de Mibsan, pero este pasa de mí y se acerca a Jak.
¿Pueden creerlo?, Ni siquiera en un momento como éste se esfuerza por ser amable.
—si te cansas de ella y decides tirarla por la ventana —le dice a Jak —no te preocupes, yo lo entenderé.
Creamen que si no estuviera enferma lo había mandado al hospital.
¿Cómo se atreve a decir algo así?
Todos dicen cosas buenas y el sale con eso.
Estoy a punto de decirle algo, pero entonces llega Annie y me abraza.
—felicidades hermana —dice emocionada —si te aburres de él, puedes regalarmelo.
La aparte de mí y la mire seria.
—solo bromeaba —se defendió.
Fue entonces cuando extrañe a alguien más y mi corazón se afligió.
—¿Donde esta Nina? —le pregunté.
—ella no pudo estar, pero te manda muchos saludos —respondió.
«¿Por qué no pudo estar en el día más importante de mi vida?».
Después de todas las felicitaciones, vino la entrega de los regalos, los regalos más épicos, fueron los de los J5, no me creerán todo lo que se atrevieron a dar y el regalo que me dejó sin habla, fue el de Jak, cabe destacar que el de papá también fue un regalaso, pero este de alguna forma fue mucho más especial.
—es hermoso —digo contemplando el auto que tengo frente a mis ojos.
—era el Mercedes de mi madre —contesto Jak —ahora es tuyo.
El rostro del señor Fares se turbo al escuchar esas palabras pero no dijo nada, yo por mi parte estaba muy, pero muy emocionada.
Después de todo ello, vino la comida, fue en el momento que pude tener un poco de privacidad, para preguntarle a Jak que era lo que le pasaba.
—no es nada —respondió, pero ni el se lo creía.
—¿Me estas mintiendo el primer día de casados? —digo haciéndome la indignada.
Estoy asombrada de mi misma que hasta ahora no me haya desmayado.
—no, no es eso —responde Jak —solo que me da pena decirlo.
—vamos dilo —le ánimo —hazlo ahora que los otros están distraídos.
Jak me mira y por una milésima de segundo, noto que se ha ruborizado.
—lo que pasa es...es...es que se saltaron el beso —respondió.
Inmediatamente mis mejillas se pusieron carmesí, yo no me había dado cuenta de ese pequeño detalle.
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