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62. UN DESASTRE TOTAL

Santa Biblia Reina Valera 1960 - Proverbios 22
10 Echa fuera al escarnecedor, y saldrá la contienda,
Y cesará el pleito y la afrenta.

Narra señor Fares:

Lo peor que puede pasar en la vida en sentirse derrotado, saber que luche tanto para nada, protegí tanto a mi hija de mis enemigos, ni siquiera se que es darle un abrazo porque siempre me tuve que mantener al margen de su vida.

¿Para qué?.

Para qué llegue una enfermedad hereditaria y la destruya por completo.

La historia de repite, primero mi madre, porque nunca tuve recursos suficientes para ayudarla y ahora mi hija por un descuido.

Cuando mi madre murió de esa enfermedad, me jure a mi mismo que no permitiría que ninguno de mis hijos pasará por un dolor así, a todos ellos les hice practicar el examen, pero lamentablemente Emily se me pasó por alto, lo cual fue un gravísimo error.

Siempre estuve ocupado con mi venganza, de tal manera que no capte ese pequeño detalle que le está costando a mi pequeña hija la vida.

Raquel quiere que la sometemos si o si al doloroso tratamiento, que posiblemente no va a servir.

Yo no quiero hacer nada en contra de la voluntad de Emily, lo único que quiero es poder devolver el tiempo y poderla someter al tratamiento cuando si había esperanzas de que se recuperará, pero ya nada se puede hacer.

Raquel estaba a mi lado, aferrada a mi brazo llorando, creo que es la más afectada aquí, ya que Emily en estos momentos no quiere saber nada de ella.

Lo único que puedo hacer es ser ese hombro sobre el cual ella pueda llorar, la verdad es que eso de consolar no se me da muy bien. Además si yo consuelo, ¿Quién me consolará a mi?.

Por otra parte Nina también está que no se halla de la angustia, por ella fuera preferiría estar en el lugar de Emily, no se cómo le hizo pero está muy ligada a ella.

Zuar ni se diga, Emily también logró robarle el corazón, el pobre está todo afligido, vino a mi y me encaró diciendo que por mi culpa Emily está enfadada con el.

El único que se ve como al margen de la situación como si no le importara nada es Mibsan, aún así cuando se enteró por boca de la señora Xian de que Emily estaba enferma, fue el primero en avisarnos y ponernos alerta, también cuando supo que era el único que le podía donar sangre a Emily, lo hizo sin ningún problema, es más el mismo se ofreció. Aunque según él le importa un bledo la vida de Emily, pero yo sé que en lo profundo de su ser, no es así.

De Risitos no puedo decir mucho, ya que apenas está tratando con Emily, aún así puedo asegurar que le ha llamado mucho la atención, ya que en contra de mis órdenes, viajo hasta aquí solo para verla e interactuar con ella, se que es muy esquiva y de pocos amigos, pero jamás hará algo que atente contra la integridad de Emily.

Mi teléfono vibra en mi bolsillo, lo tomo y veo que es Jak, de inmediato cortó la llamada.

Ahora no tengo tiempo para lidiar con sus berrinches, me ha tocado ser padre para el, y por cuidar de él y sus asuntos he descuidado lo más importante, como lo es mi pequeña, creo que ya es hora de que él se defienda por si solo, y si la señora Xian le hace la guerra pues que se la haga, ya no lo voy a defender más.

Fui a guardar el teléfono, pero entonces dentro otra llamada, de la persona que menos deseaba, aún así no la corte si no que contesté.

No dije nada, solo me quedé a la espera de que ella hablara.

—hola Fares —saludó eufórica —por un momento pensé que no cogerias el teléfono.

Estoy más que seguro que en sus labios hay una ancha sonrisa.

—¿Sabes?, Me siento la mujer más feliz del mundo, he logrado todos mis anhelos, incluso me salieron las cosas mejor de lo que pensaba, —habló emocionada —creó que el cielo está a mi favor, debiste haberme hecho caso y nada de esto hubiera pasado.

Los nudillos de las manos se me pusieron blancos de tanto empuñarlas.

Recuerdo la orden que la señora Xian me dio la cual no quise cumplir y por eso me declaro la guerra.

Ella quería que yo traicionará al señor Xian, el padre de Jak, yo me negué a hacerlo ya que ese varón me extendió la mano cuando más lo necesitaba.

¿Como iba a ser capaz de clavarle el puñal por la espalda?.

Eso jamás.

Cómo no le obedecí, ella mandó a poner una bomba en mi casa, acabando así con lo más preciado que tenía.

Mi familia.

Fue un golpe muy duro para mí, fue cuando decidí renunciar a Dios.

Para mí fue muy duro encontrar parte de los restos de mi amada esposa, ya que solo quedaron pedazos de carne esparcidos.

Creo que en la vida no he experimentado tanto dolor, excluyendo el dolor de que se metiera con mis hijos.

Por misericordia de Dios, mis hijos salieron ilesos de ello, ya que no se encontraban en casa cuando ocurrió la explosión.

Aún así sabía que la señora Xian no descansaría hasta no matar a cada uno de ellos, así que decidí alejarlos de mi, para protegerlos y a todo mundo le hice creer que ellos también habían muerto en la explosión.

Pero lamentablemente ella se dio cuenta de que mi hija mayor estaba viva, gracias a la información de Jak.

La muy desgraciada la mando a eliminar, no contenta con ello, también hizo que abusaran de ella, acabando con su inocencia.

Ella se parecía tanto a Emily.

Jamás voy a olvidar lo que la señora Xian le hizo a mi pobre Linda.

No contenta con ello cuando se enteró de que mi hijo menor había sobrevivido, se encargó de hacer que lo dejarán desangrando en un callejón.

Esas son cosas que jamás voy a olvidar, por esa razón me jure a mi mismo matarla con mis propias manos.

Ella acabo con todo lo preciado mío, se metió con la niña de mis ojos.

No se cómo le hizo, pero se enteró de que tuve una hija más, así que la comenzó a buscar como aguja en un pajar.

Hasta que finalmente la halló.

—que afortunada soy al saber quién es tu hija, que me iba imaginar que era la prometida de mi nieto, pero como en la tierra no hay nada oculto, me he sabido enterar —hablaba con satisfacción —lo primero que pensé fue en matarla, así me desharía de dos pájaros con un solo tiró, pero cuando me enteré de que la pobre heredó la enfermedad de tu madre, supe que lo mejor es dejarla que muera tortuosamente por esa enfermedad, la cual se la ira carcomiendo poco a poco.

Por poco y botaba llamas al escucharla hablar tan contenta.

—es más —continuó —estoy tan feliz que ni siquiera me voy a oponer a que mi nieto se case con ella.

Ya había escuchado suficiente así que corte la llamada.

Aunque Emily muera tortuosamente, eso no quiere decir que no le haga lo mismo a la señora Xian, ya llegará el momento.

Fin de la narración.

Cuando ya me había dado por vencida, y estaba más que segura de que este sicópata no me llevaba precisamente a la universidad, cerré los ojos a la espera de lo peor, pero ocurrió lo contrario.

—oye —me llamó.

Lo voltee a mirar con mal genio, para ese entonces ya había apagado la música, pero la tensión seguía en el ambiente.

Me tomé mi tiempo para observarlo y note que cada vez que la manga de su camisa se subía un poco, se podía notar un tatuaje.

A pesar de que no lo pude ver bien, sabía que era una letra, podría decir que es la B, pero no estoy muy segura.

El noto mi curiosidad y se subió la manga dejándome ver la letra que yo había dicho.

—hemos llegado —anuncio.

Miré por la ventana y efectivamente estaba a unas cuadras de la universidad.

«No entiendo por qué no me dejó en la universidad».

—no estoy dispuesto a encontrarme con Xian —dijo como si leyera mi mente.

Mi corazón se aceleró al oír ese apellido.

«Xian»

Y pensar que por poco termino llevando ese apellido.

Medite en las palabras de Mibsan e inmediatamente comencé a temblar.

Yo no me sentía preparada para encontrarme con Jak, no quiero verlo, no soporto su frialdad, ver como me trata, como si fuera una completa desconocida.

Eso me hace sentir fatal, siento que el ya no me quiere, se olvidó de mi demasiado rápido.

Así que pienso que lo mejor es alejarme de él, no verlo, para así evitar salir llorando como la vez pasada.

—¿Jak está aquí en la universidad? —pregunté alarmada con el corazón a punto de salirseme.

—no —respondió.

Esa simple respuesta me hizo sentir un gran alivio, solté todo el aire que tenía contenido.

—pero esta es su universidad y puede llegar en cualquier momento, —continuó hablando —además sus hombres siempre andan por ahí rondando, cualquier anomalía se la notificarán.

«Bueno, siempre y cuando no me lo tope, todo va a estar bien».

—okey, entiendo —dije bajandome del auto —de todos modos no me voy a demorar mucho, vine a renunciar.

—¿Quieres que te espere? —preguntó como si hace un rato no me hubiera estado gritando.

—no. —cerre la puerta de un portazo —gracias, yo me las arreglo sola.

«Ni que estuviera loca para volver a irme con un sicópata».

—como quieras —dijo bajando el cristal de la ventana —al fin y al cabo no me pagan por ser tú niñera.

Le hice una mueca como respuesta haciéndole ver lo mucho que me agradaba.

El levantó su mano y me lanzó un tarro, que si no hubiera tenido la suficiente agilidad para agarrarlo, me lo había estrellado en la cara.

—¿Que te pasa loco? —reclamé —¿Quieres dejarme sin cara?.

El rio ante mis palabras mientras yo estaba roja de la rabia.

«Con gente así a mi alrededor, ¿Cómo voy a poder ser feliz?».

—son tus pastillas, tomalas cuando sientas que te mueres —dijo antes de alzar una polvazón marchándose.

«tonto, feo, odioso, mal encarado, peleón, gritón, abusivo».

«¿Quién se cree para pelearme?, ¿Acaso no se da cuenta que yo soy la privilegiada de los Montreal?».

Suspiré y conté hasta diez para calmarme.

Diez segundos después.

«Dios mío perdóneme, pero es que ese sujeto me sacó la paciencia, quiere rivalizar conmigo».

«Es simplemente un aprovechado, no tengo que ponerle cuidado».

«Pero me da rabia».

Llegó a la universidad y el vigilante me abre la puerta como de costumbre.

—la hemos extrañado señorita —comento mientras entraba —incluso los J5 vinieron a buscarla.

«Me da igual los J5».

No dije nada y me dirigí al campus, ahora miraba todo de otra perspectiva.

Ya no miro las cosas como antes, ahora pienso en cuántos estudiantes habrán aquí con una doble vida.

A medida que avanzo, los estudiantes me habrían paso, como siempre lo han hecho y como lo harían si no tuviera que renunciar.

Esta vez no me tomo la molestia de mirarlos y darles una sonrisa de boca cerrada como siempre lo hacía, ignorando cuantos simplemente lo hacen por hipocresía.

Estaban en receso así que no era extraño encontrarse los pasillos repletos de estudiantes.

Camine derecho a rectoría.

A medida que subo ya no habían tantos estudiantes, y cuando ya estoy a punto de llegar a la oficina, me encuentro con Annie.

Viste un short exageradamente cortó con una mini blusita, no la detalle más, ya que me da lo mismo. Aunque estoy más que segura de que no es una simple estudiante.

Su mirada se clavó en mi, para ese entonces no había ni un solo estudiante.

Era tan penetrante su mirada, que tuve que desviar la mía y seguir mi camino como si ella no existiera, aunque tengo que pasar por su lado.

Mi único anhelo es que no me vaya a meter zancadilla, como lo suelen hacer las otras, porque no estoy de buen genio para aguantarme.

Ella al ver que seguí mi camino, ella hizo lo mismo aproximándose a mi.

Tiene una aura tan siniestra que hasta se puede percibir en el ambiente.

—parece que estás despertando —susurro en mi oído al pasar por mi lado —lamento mucho que tú tiempo se esté agotando.

Esas últimas palabras me hicieron parar en seco, quedé totalmente fría, voltee a mirarla pero ella siguió su camino, hasta que la perdí de vista.

«¿Que quizo decirme con ello?»

«¿A poco ella también sabe de mi enfermedad?».

Me rasque la cabeza estresada, luego continúe mi camino.

Media hora después.

Nunca pensé que salirme de la universidad fuera algo tan complejo.

El rector se negó a aceptar mi renuncia, dijo que eso yo tenía que hablarlo personalmente con Jak, como si a él le importara.

Tuvimos una pequeña discusión en la cual el decidió que lo mejor era llamar a Xian.

Yo me negué rotundamente, pero el lo hizo y me ordeno esperar a que el llegara para hablar del asunto.

Yo me puse demasiado nerviosa y al final termine huyendo de rectoría.

Voy caminando directo a la salida, con el anhelo de no encontrarme con Jak, de verdad que no quiero verlo.

Estoy tan alterada y nerviosa que mi estómago se comenzó a revolver y de la nada me dieron náuseas.

Tuve que devoverme y encerrarme en un baño a botar lo que no me había comido.

Es como si hubiera comido sangre, es todo lo que vómito.

Quise llorar al ver que me desangro por la boca, pero hice todo lo posible por ser fuerte, me senté al lado de la tasa esperando a que se me pase el leve mareo que tengo.

Minutos después.

Finalmente me siento recuperada, abro la puerta del baño y me comienzo a lavar las manos.

Me voy en mis pensamientos mientras sobo una mano con la otra.

«Nada me sale como quiero que salga».

Ahora posiblemente tenga que enfrentarme a Jak, lo más seguro es que le dé igual que me vaya de la universidad, pero seguira reclamando la cajita indescifrable.

Cerré el grifo y camine hacia afuera, pero entonces llegaron las chicas que se creen dueñas de la universidad y no me dejaron salir.

Osea Lina con su grupo.

—¿Ya te encargaste de las cámaras de seguridad? —le pregunto a una rubia.

Ella asintió.

—perfecto.

Dirigió su mirada hacia a mi, lo único que vi fue odio puro.

Aún sigo sin entender porque me odia tanto.

—¿Así que piensas abandonar la universidad? —preguntó con una sonrisa de oreja a oreja —no sabes lo mucho que me alegra.

De verdad que no tengo humor para aguantarla está vez.

—te daremos la despedida —dijo acercándose.

Todo su séquito comenzó a rodearme, excepto por dos que se quedaron en la puerta, supongo que para informar si alguien viene.

—toda la universidad está conmovida porque nos vamos a quedar sin la chica J1, —su aliento a chicle dio contra mi rostro —es tanto el escándalo que hasta Jak viene de camino, ¿Te imaginas?.

La mire a los ojos, no pienso dejarme intimidar por ella, no hoy que es mi último día.

—ten cuidado —le dijo Leila —no le vayas a marcar la cara.

Esperen...

«Dirán que piensan darme una paliza».

—descuida —le dijo Lina —no creo que se atreva a enseñarle el estómago a Jak.

—un momento —hable yo —no se que es lo que ustedes traman, pero no tengo tiempo para sus tonterí...

Las palabras se atoraron en mi garganta, porque Lina me dio un fuerte golpe en el estómago, haciendo que se me saliera el aire y me doblará del dolor.

Jamás me habían pegado así.

Todavía no termino de recuperarme, cuando una me jalo del cabello y me tiró al suelo.

Mi cabeza sonó contra el piso, haciendo que comenzará a ver borroso.

Ellas me miraban, paradas a mi alrededor, podía escuchar su odiosa risa.

Me imagino que me van a dar la paliza del año.

De pronto comencé a oír gritos en la puerta, ellas fueron a ver.

Yo me senté como pude y me recosté en la pared ya que por el mareo no podía pararme.

Miré como todas se amontonaron en la puerta para no dejar pasar quien quiera que quisiese entrar.

Pero de nada sirvió ya que varias fueron empujadas y cayeron al suelo.

Fue entonces cuando la mire.

Era la pelirroja Annie.

Corrió hacia mi.

—¿Estas bien? —pregunto quitando el cabello de mi rostro.

Yo asentí ya que por el dolor en el vientre no podía hablar.

—¿Quién te hizo esto? —preguntó.

Yo no dije nada, el dolor no me dejaba.

Abro mi boca para hablar pero lo único que hago es quejarme.

—yo lo hice —habló Lina con orgullo.

Annie se puso de pie y se acercó a Lina, quedando frente a frente.

—¿Tu lo hiciste? —le pregunto.

—si, —respondió Lina con una sonrisa.

De pronto de forma inesperada, Annie levantó la mano y le asestó una bofetada tan fuerte que la mando al suelo.

«oh por Dios».

Quedé atónita y no solo yo.

En mi vida nunca había visto un golpe así de fuerte ni siquiera en las películas de acción, posiblemente le destemplo las muelas.

Pude escuchar los chillidos de Lina sobándose la mejilla, miró a Annie y comenzó a gritarle malas palabras.

Annie se acercó a ella y la levantó del pelo.

Arrugó la cara pensando en el dolor que Lina siente, lo único que hacía la pobre era gritar.

—te enseñaré a no meterte con las personas indefensas —dijo mientras la llevaba a rastras hacia uno de los inodoros.

Quise interferir, pero no podía pararme.

No quiero ni imaginar cuáles son las intenciones de Annie.

—nooooo, noooo —gritó Lina tratando de resistirse, pero la fuerza de Annie era mayor —hagan algo inútiles —les gritó a sus amigas —no se queden mirando.

Ellas se acercaron a ayudarla, pero con un solo puño Annie mando a una al suelo, a la otra le dio una patada.

En fin...

Minutos después.

No les voy a narrar todo lo que sucedió, lo único que puedo decirles es que todas salieron golpeadas y a Lina le hizo tomar agua de...

Mejor no lo digo.

Solo puedo decir que estuvo a punto de ahogarla, tuve que gritarle que se detuviera.

Luego que paro, dejó a Lina en el suelo tosiendo y se dio una fuerte bofetada a si misma, haciendo que su mejilla quedará muy roja.

Al momento entro el rector, acompañado de profesores y alumnos no pocos y entre todos, estaba la persona más sobresaliente.

Jak.

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