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57. NO DEJES QUE SATANÁS ARRUINE TU VIDA

Santa Biblia Reina Valera 1960 - Juan 11
4 Oyéndolo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.

Narra Jak:

Se dice que toda la gente tiene un límite de paciencia.

En lo que respecta a mi, no tengo demasiada, a no ser que tenga que ver con algo del Señor, aún así pensé que para con Emily no tendría un límite de paciencia, pero en estos momentos me di cuenta que si lo había, y que ella lo sobrepasó y ya no tengo paciencia para con ella.

Es que solo ella se atreve a hacerme lo que me hizo.

Me ha hecho tanto daño que ya no puedo más, no lo pienso tolerar más, se acabó.

Cómo es posible que me pisoteara en el parqueadero sin misericordia alguna, apuñaló mi corazón sin importarle nada, no contenta con eso, siguió hiriendome, ni siquiera le importo mis lágrimas.

Sentí como si me hubiera arrancado el corazón, lo hubiera despedazado y luego lo hubiera pisoteado.

Dejó mi orgullo de hombre por el suelo.

Quien se iba a imaginar que una chica tan dulce y amable cómo ella, se atreviera a tanto y para colmo de males se niega a entregarme lo que es mío.

Esto es demasiado para aguantarlo.

Siento que si esto sigue así, la voy a terminar detestando, en vez de amarla.

Fin de la narración.

Llegué al apartamento con la intención de descansar pero no pude hacerlo, la mayoría de tiempo pensé en Jason.

«¿Cómo es que está en coma?»

«¿Que fue lo que le pasó?»

«La última vez que lo ví él estaba bien»

Lo peor de todo es que de eso sí no dicen nada en las noticias.

Revise mi correo electrónico y ahí encontré la dirección de la clínica donde tienen internado a Jason.

Quería ir a verlo, pero lamentablemente ya era muy tarde y mañana quiera o no tengo que ir a la universidad, antes de que se me termine el tiempo.

Me di por vencida al ver que por más que lo intente no pude reconciliar el sueño, así que comencé a pasearme en el apartamento.

Quise hablar con Dios, pero no tenía palabras para hacerlo, además mi vida estaba toda patas arriba, todo iba de mal en peor lamentablemente.

Supongo que este es mi destino y debo aceptarlo, ya perdí a la persona más cercana a mi que era el hn Jak, lo único que me conecta a el es esa cajita indescifrable, que por alguna razón que ni yo misma entiendo, me niego a entregarla.

Fui a la cocina y me serví un vaso de agua, comencé a tomarlo.

Cerré los ojos con la intención de olvidarme de todo, quería creer que todo esto es simplemente un sueño.

Una lágrima rodo por mi mejilla al pensar en Jak, supongo que la embarre, lo he arruinado todo.

De pronto el vaso de cristal se deslizó de mi mano y cayó al suelo haciéndose pedazos.

Una vez más se me durmió la mano.

Me quedé contemplando el desastre que había de agua y cristales en el suelo.

Eran tantos los cristales rotos que si alguien aparte de mi viera esto, no se imaginaria que era un vaso, supongo que así está mi vida, echa pedazos imposible de contruir.

Intenté recoger los cristales con la otra mano, pero lo único que hice fue cortarme, ahora no solo hay agua en el suelo, sino que también hay sangre.

Ya ni siquiera eso lo puedo hacer, me imagino cuando empeore, cuando ni siquiera pueda ir al baño.

«¿Por qué?, ¿Por qué mi vida tiene que ser así?»

«¿Por qué no pude tener una vida normal como los demás?»

«¿Por qué lo único que hago es llorar y llorar?»

«¿Es que acaso solo fui creada para ello?»

De repente las piernas se me comenzaron a adormecer y caí al suelo, mi cuerpo ya estaba tan adormecido que ni siquiera sentí el golpe.

A duras penas pude arrastrarme hacia la pared antes de perder toda la movilidad.

Poco a poco fui desvaneciendome, mis ojos se comenzaron a cerrar de manera involuntaria.

Supongo que me tengo que acostumbrar a esto, además solo es el principio.

Sabía que lo que seguía luego era desmayarme.

Así fue como finalmente perdí el conocimiento totalmente, me imagino que así va a ser cuando muera.

Día siguiente.

Abrí mis ojos con dificultad, todo mi cuerpo estaba bastante adolorido.

Cómo pude me puse en pie y fui en busca de las pastillas que me dió el doctor, me tomé una y comencé a hacerme curación en los dedos cortados, luego limpie el reguero de la cocina y me fui a alistar para ir a la universidad.

Horas después.

Estoy en la última clase, después de haber pasado la mayoría de tiempo trasbocando en el baño.

Una que otra vez miraba a mi compañera del lado y algo que me llamo mucho la atención fueron sus aretes, siempre llevan la letra R.

—¿Que? —volteó a mirarme tomándome por sorpresa.

—disculpa —mire al frente —¿Que significa la R? —no pude aguantar la curiosidad.

—significa risueña —respondio sarcásticamente —no ves que me la paso riendo.

No dije nada más y me centre en oír al profesor.

La clase termino y me fui a la clínica en dónde estaba Jason.

Llegué y di mis datos personales en la recepción y me dejaron pasar a verlo, lo tenían en el séptimo piso en la habitación 776.

Subí en ascensor y comencé a buscar el número de la habitación, estaba casi al final del pasillo la puerta estaba medio abierta.

Pensé en entrar de una, pero cuando ví quien estaba adentro me detuve al recordar sus palabras.

«Por ahora haré de cuenta que no te conozco».

Me quedé mirandolo, ya que desde donde yo estaba tenía una vista perfecta de él.

Llevaba puesto un pantalón negro, con una camisa azul cielo la cual tenía arremangada hasta los codos, la corbata era negra y tenía un poco aflojado el nudo, en sus manos tenía la biblia y estaba leyendo el libro de Génesis cap 30.

Me quedé ahí parada mirandolo, la verdad era que no quería entrar y interrumpir, además no habíamos quedado en buenos términos el día de ayer.

Lamentablemente de dónde estaba solo podía verlo a él, no alcanzaba a ver a Jason, escasamente una parte de la cama.

De repente cerro la biblia de golpe haciendo que me sobresaltara, él levanto la mirada hacia mi.

Nuestras miradas se encontraron y sentí mi corazón detenerse por un momento.

Tristemente el momento fue muy corto.

El se puso en pie y camino hacia mi, sus pasos eran lentos, haciendo que me pusiera mucho más nerviosa mientras que él lucía bastante tranquilo.

—Dios bendiga —saludé —¿Que fue lo que le pasó a Jason? —pregunté cuando ya estaba lo suficiente cerca.

Él llegó hasta a mí y abrió más la puerta, luego paso por mi lado ignorandome totalmente.

Fue como si no me hubiera oído, como si no le hubiera hecho una pregunta.

«Tal parece que se tomó muy enserio sus palabras».

Solo quedó su aroma en el aire, voltee a verlo pero ya no había rastro de él, se había ido sin importarle nada, eso hizo que mi corazón doliera.

Entre a la habitación y ví a Jason en la cama conectado a una máquina.

Me acerque lentamente a la cama, sin entender que fue lo que llevo a Jason a estar así.

—¿Que fue lo que pasó? —le pregunté tapándome la boca con las manos a pesar de que él no podía responderme.

—le pregunté a tu amigo —seguí hablando un poco indignada —pero no me ha respondido, ahora ya ni me conoce.

Justo en ese instante entro una doctora a cambiar el suero, le pregunté por el estado de Jason y me explico que el había sido llevado ahí con una herida en la cabeza muy grave, por esa razón su cabeza estaba vendada, ello había sido la causa de que esté en coma, aún así dijo ella que él podría despertar del coma en cualquier momento.

Eso hizo que estuviera más tranquila, lo único malo es que aún no se cómo fue, la doctora no me quizo dar más detalles.

Luego de revisar que todo estuviera bien, la doctora se fue.

Yo me quedé en silencio observando a Jason el cual parecía que dormía profundamente.

Minutos después.

Considerando que Jason no puede hablar y ya le conté un tanto de cosas, no supe que más hacer ya que él y yo, no somos de muchas palabras.

Me pare e hice una oración por él para que cuando despierte se convierta a Dios, luego comencé a pasearme en la habitación la cual es muy sofisticada.

De pronto me tope con la biblia, la abrí en dónde estaba el marcador y seguí la lectura que Jak llevaba Génesis cap 31.

Hacia todo lo posible por concentrarme aún así no podía ignorar el dolor que sentía en mi corazón por el comportamiento de Jak para conmigo.

Es cierto que le dije que terminaramos pero eso no justifica que sea así, además lo hice para protegerlo.

Lo más seguro es que pronto se va a olvidar de mi y cuando yo muera, no le afectará en lo absoluto.

La puerta se abrió.

Gire mi rostro y mire a Erick, él también me miró y sonrió.

—hola Emi —saludó con una sonrisa —Dios te bendiga.

—amén —respondí.

Entró y se sentó a mi lado en silencio mirando a Jason.

—¿Que fue lo que le pasó? —pregunté.

Erick suspiro.

—se fue en busca de venganza, pero lo único que consiguió fue una golpiza y que le abrieran la cabeza —respondió sin dejar de mirarlo —de no haber sido por Jak, sería hombre muerto.

—uumm, ya veo —comenté triste.

Erick estiró la mano y le dió un breve golpe en el hombro a Jason.

—entonces brother —lo saludo animado —¿Cómo vamos?, Después de esto, ¿Si te piensas arrepentir?.

«Al parecer yo no era la única que quería ello».

Me quedé mirando a Erick como hablaba con Jason y lo ponía al día con todo lo que había pasado, era como si Jason estuviera despierto y pudiera oír todas sus palabras.

Así se pasó el tiempo, cuando me di cuenta de que ya era hora de partir.

Me puse en pie.

—creo que ya es hora de que me vaya —le dije a Erick.

—de acuerdo —dijo tomando mi mano y estrechandola —ve con cuidado, ah y una cosa más, no dejes ir lo que amas, si te toca doblegar tu orgullo y pedir perdón haslo pero no pierdas la oportunidad de ser feliz.

Asentí ante sus palabras, aunque no entendí nada.

A no ser que Jak le halla contado que rompimos.

Puse la biblia dónde la había encontrado y mire a Jason.

—Dios te bendiga Jason —le dije —nos vemos en otra oportunidad.

Salí de la habitación sintiendo un gran vacío.

Camine hacia el ascensor, mirando todo a mi alrededor.

Está clínica no se parece en nada a los hospitales u otras clínicas, aquí no se ve mucha gente y es muy silencioso, hasta ahora solo he visto a una doctora.

De pronto una hermosa melodía de guitarra capto mi atención.

Me deje guiar por el sonido y camine hacia esa dirección.

De pronto aquella melodía era acompañada por aplausos y luego por voces infantiles.

Finalmente llegué al lugar donde se oía la melodía, me acerque a la ventana y mire.

Era un salón inmenso, el cual estaba decorado con muchos carteles y dibujos infantiles, los cuales tenían versículos bíblicos con promesas y frases como:

NO TEMAS.

NO DESMAYES.

DIOS TE AMA.

MORIR ES VIVIR.

EN EL CIELO TE ESPERA UNA MANSIÓN.

SONREÍ CRISTO TE AMA.

Y así sucesivamente, habían flores de fomi y otras muchas manualidades, todo estaba lleno de color, incluso habían trajes para disfrazarse, también habían otros instrumentos, se parecía mucho a una escuela dominical.

En el centro de la habitación había una pequeña niña, cuyo cabello había desaparecido totalmente de su cabecita, estaba sentada en una pequeña silla de ruedas, ella estaba muy delgada, parecía que le quedaban pocos días de vida, aún así pude ver una gran sonrisa en sus labios.

Es como si aquella horrible enfermedad que supongo que es cáncer, no pudiera robarle la felicidad.

Frente a ella estaba Jak tocando la guitarra.

«Ahora entiendo porque sonaba tan hermoso».

También hay muchos niños alrededor de ella que lamentablemente padecen la misma enfermedad, los cuales también se ven muy felices y cantan una hermosa canción mientras hacen ritmo con las palmas y uno que otro tiene una pandereta o un charrasco.

No sé en qué momento comencé a llorar, pero cuando me di cuenta tenía el rostro empapado, tanta belleza me cautivo.

Jamás pensé que Jak se dedicará a traer felicidad a estos niños que aparentemente pareciera que no tienen esperanza.

—hola —hablo alguien a mi lado haciendo que me asustara.

Voltee mi rostro y me encontré con una pequeña niña, cuyo cabello apenas comenzaba a salir de nuevo, es como si se estuviera recuperando.

—hola —respondí a su saludo tratando de darle la misma sonrisa sincera que ella me daba a mi.

Disimuladamente me seque las lágrimas.

—¿Que haces husmeando? —preguntó con su adorable voz infantil. —¿A poco no te enseñaron que es mala educación?.

«Vaya que niña».

Fingí estar muy apenada.

—lo...lo...lo lamento, yo ya me iba.

Comencé a irme pero ella me detuvo.

—espera —dijo cruzándose de brazos mientras me miraba —¿Eres nueva por aquí?.

Yo asentí.

—¿Por qué creo haberte visto antes? —volvio a preguntar.

Los niños tienden a ser muy curiosos.

—no lo sé —me encogí de hombros.

Ella siguió pensando pero al final se dió por vencida.

—da igual —dijo —de todos modos lo averiguaré, ya que estás aquí entra —me tomo de la mano —ves ese chico guapo que toca la guitarra —señalo a Jak.—te lo presentaré, el es muy bueno, él hizo hacer este salón para que tengamos dónde divertirnos mientras se nos acerca el momento de partir a nuestros hogares o a la eternidad.

«Wooo, eso es magnífico».

Jak es mejor de lo que imaginaba, no solo es lindo por fuera si no también por dentro.

Ella comenzó a llevarme hacia la entrada fue entonces cuando reaccione.

—no, no, no, —negue soltandome de su mano —yo solo iba de pasadita, además tengo muchas cosas que hacer. —me justifique.

Ella me miró con tristeza.

—¿Que cosa es más importante que pasar tiempo con unos niños que ya no tienen esperanzas de vivir?. —preguntó bajando su mirada al suelo.

Esas palabras tocaron lo más profundo de mi corazón y me hicieron sentir súper mal.

Por poco y me convence, pero recordé que Jak está ahí y si dentro va a pensar que lo estoy siguiendo.

—lo siento —dije con ternura acariciando su cabecita —pero de verdad que tengo que irme.

Ella levanto su mirada hacia mi.

Es tan linda, a pesar de que no tiene mucho cabello ella es muy hermosa.

—al menos prométeme que vendrás mañana —pidio con una sonrisa.

¡Oh no!.

Nunca me ha gustado hacer promesas, ya que me veo en la obligación de cumplir lo que prometo.

—tal vez lo haga —respondí.

—prometelo —exigió —si no lo haces lloraré tan fuerte que atraere la atención de todos los que hay adentro.

Pensé que era broma lo que decía, pero cuando me resistí a prometer, ella hizo el intento de comenzar a llorar.

—no, no, no lo hagas —la detuve —esta bien haré la promesa.

Nunca pensé que una pequeña niña como ella me pudiera hacer esto.

Luego de prometerle y darle una hora exacta de llegada me dejó marchar.

Salí de la clínica, pero en vez de ir a mi apartamento me fui a ver a Nina, hacia mucho que no la veía y quería saber si todavía seguía aquí en los Ángeles California.

A pesar de llevar el casco puesto podía sentir el viento colarse dentro, por la mucha velocidad que llevaba.

En mi mente aparecía la imagen de Jak rodeado de todos esos pequeños, se veía tan hermoso que si hubiera tenido teléfono le habría tomado una foto.

Recuerdo cuando para mí era un amor imposible de alcanzar, lo triste fue que cuando lo alcance lo tuve que cortar.

Una lágrima quiso salir de uno de mis ojos pero en vez de llorar decidí sonreír.

«Si me quedan pocos días de vida, no debería de gastarlos llorando».

Esos niños que ví en la clínica, me dejaron una gran enseñanza, ellos están enfermos, saben que van a morir, tienen muy pocas posibilidades de sanarsen, aún así sonríen, aún así son felices, no importando que quisas mañana ya no vayan a despertar.

¿Acaso no es eso impresionante?.

Pues para mí lo es, y me ha dejado una gran enseñanza.

No voy a permitir que él enemigo siga arruinando mi vida, voy a decidir ser feliz, tengo lo más importante que es la salvación de mi alma, no tengo razón alguna para andar afligida y derrotada, el que debe andar así es el diablo que el Señor lo reprenda.

Está enfermedad no es para tirarme a morir antes de tiempo es para glorificar a Dios a través de ella y demostrarle a los demás que aunque parezca una esquelética como dijo la hn Ximena, aún así puedo ser feliz y seguir adelante, no importando lo que digan los demás.

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