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45. LA PROMETIDA DEL HN JAK

Santa Biblia Reina Valera 1960 - Lucas 8
17 Porque nada hay oculto, que no haya de ser manifestado; ni escondido, que no haya de ser conocido, y de salir a luz.

Narra Fares:

Voy en el auto conduciendo hacia mi casa.

Estoy que echó chispas del enfado tan grande que tengo, tan molesto estoy que si se me atraviesa cualquier sujeto, no dudaré en hacerlo volar del camino.

Lo que más detesto en la vida, es que no hagan las cosas como yo quiero, y tal parece que se han puesto de acuerdo para hacerlo, incluyendo al mismísimo Zuar, que era el más obediente.

Mi teléfono comienza a timbrar.

Me tomo un segundo para desviar mi vista de la carretera a la pantalla del teléfono.

Veo el remitente y decido no contestar.

«tengo cosas más importantes que hacer, que ponerme a atender quejas»

Lo que más me enoja es que fui al aeropuerto a buscarlo y el muy sinvergüenza se me escapó por la puerta trasera del avión, como un chiquillo cuando le van a dar una muenda.

Pero él sabe que de mi no se libra, lo único que hizo fue enfadarme más y prolongar el problema.

«Si no me hubiera detenido a hablar con Emily, tal vez lo habría alcanzado».

El teléfono para de timbrar, pero de nuevo la llamada vuelve a empezar.

«Estos niños me están volviendo loco»

Si veo por uno, no puedo ver por todos al mismo tiempo, eso solo lo puede hacer Dios, que es omnipotente, no yo.

La llamada se vuelve a terminar y nuevamente vuelve a iniciar.

Miro la pantalla y está vez es otro remitente.

«A este si le tengo que contestar»

Conectó la llamada al auricular.

—si jefe. —contesto.

—buenos días, ¿Cómo vas con tus asuntos privados? —preguntó.

—muy bien joven Xian, creo que mañana ya estoy libre.

—que bueno porque necesito que me hagas un favor. —solicito

—descuide, mañana estaré a sus órdenes.

—entonces estaré esperando —dijo antes de colgar.

E inmediatamente dentro la otra llamada.

«que molesta»

Corte la llamada y le marque a Ternurita.

La demora fue que timbrara, para que me mandará a sistema.

«Definitivamente lo voy a matar y se lo daré de alimento a los cocodrilos del Amazonas»

Nuevamente entro la otra llamada.

«¿Será que es algo urgente, que insiste tanto?»

Decidí tomarla.

—hola Farecito —dijo con su típica voz chillona.

—¿Que quieres? —fui al grano.

Ella suspiro con pesadez y molestia.

—yo también estoy bien Farecito —dijo ignorando mi pregunta —y me alegra mucho que por fin te dignaras a contestar mi llamada.

—esta es una de las razones por las cuales no contestó tus llamadas, porque siempre te la pasas con rodeos y no dices lo que realmente quieres.

Ella se quedó en silencio y yo pise el acelerador para llegar más rápido a mi destino.

—si ya se te acabó el dinero que te consigné la semana pasada, entonces apenas llegué a mi casa tomaré el portátil y te consignaré el doble —dije al ver que no decía nada.

—no todo puede ser dinero Farecito—contesto, me la imaginé haciendo un puchero

—ya sabes que no me gusta que me llames así. —dije tratando de sonar paciente.

—entonces, ¿Cómo quieres que te llamé?

—Fares estaría bien —respondí sin dejar de ver la carretera.

—okey —dijo —tu sabes que te quiero mucho¿Verdad?, O mejor dicho, no te quiero, te amo demasiado, que es muy diferente.

Sonreí ante sus palabras, ya se hacía dónde va.

—no intentes manipularme. —le advierto.

—de ninguna manera Farecito, solo quiero pedirte que por favor me permitas ir a los Ángeles California a visitarte. —pidió

—de ninguna manera —respondí —porque no mejor vas a visitar a Mibsan, el estará encantado de verte. —le propuse.

—jamás —grito, creo que está al borde de un berrinche —él es un monstruo.

—entonces si tanto quieres verme, iré yo a visitarte —le di otra opción.

—eso menos, porque yo también quiero ver a Ternurita —volvió a rebatir.

—entoces iré con Ternurita.

—no.

Ya se me está agotando la paciencia.

—acaso crees que no se cuáles son tus verdaderas intenciones —le grite molesto —si vas a causar problemas, causalos allá y no acá, suficiente tengo con Mibsan. —dije cortando la llamada.

Finalmente llegué a la mansión, la reja electrica comenzó a abrirse.

Luego de aparcar entre a la mansión.

—Zuar —grite.

«Si no sale, subiré a su habitación y tumbaré la puerta»

Esperé pero no llego y como yo no soy de los que llama dos veces, me dirigí a las escaleras.

Pero en ese momento el salió de la cocina con un yogurt en la mano.

Estaba tranquilo, como si nada, como si no hubiera causado un enfrentamiento en el aeropuerto público de Colombia.

—deja el yogurt sobre la mesa —le ordené.

El hizo lo que le mandé y se acerco.

—¿Quieres que me siente? —pregunto señalando el mueble —o, ¿Aquí de pie?.



Tengo que tener mucho autocontrol para lidiar con personas como Zuar.

—se puede saber, ¿En qué diablos estabas pensando?, Cuando decidiste desafiar a la familia más poderosa que hay en el mundo —pregunte, tratando de no perder la compostura.

—en nada —respondió encogiendose de hombros como si nada —solo me preocupaba la seguridad de Emily, eso es todo.

—te di órdenes explícitas una semana atrás, para que te alejaras de ella, ¿Por qué no cumpliste? —pregunte a punto de rebosar de la rabia.

—lo hice —respondió —pero temí por la seguridad de ella, así que volví para asegurarme de que todo estuviera bien.

Cerré los ojos con fuerza tratando de mantener la calma, pero la mano derecha me estaba temblando de la ira y no sé si me pueda controlar por más tiempo.

—no debiste de haber intervenido, ahora te has expuesto delante de nuestros enemigos, —le dije —acaso ya olvidaste como te dejaron la última vez, quedaste peor que un vegetal, no servias para nada.

Su rostro cambio totalmente ante mis palabras, ahora estaba rojo de la ira.

Yo no quería echarle en cara todo lo que he hecho por él, pero no me dejó de otra.

—¿Que más querías que hiciera?, —gritó —ellos venían por Emily, si yo no hubiera intervenido, se la habrían llevado y quizás en estos momentos no hubiera ni un resto de ella.

—pero te expusiste —intente hacerlo entrar en razón —que tal dónde a Emily le de por abrir la boca delante de Jak, acaso el no investigará y se dará cuenta de nuestras verdaderas intenciones.

—se que no lo hará —dijo muy seguro. —y si lo hace da igual, no hay nada oculto que no vaya a se manifiesto.

He estado por muchos años tramando una de mis más grandes venganzas, para que esté mocoso lo tire al caño en un instante.

«Ni Mibsan que es tan arrebatado, se le ocurriría algo así».

Me deje segar totalmente de la ira ante sus últimas palabras y no medí mis actos.

Cuando me di cuenta, ya tenía los nudillos de la mano adoloridos y el labio de Ternurita estaba partido.

Quise abrir mi boca para disculparme, a él ya le habían hecho bastante daño, como para que yo le hiciera más, pero ya era demasiado tarde.

Lo hecho, hecho estaba.

De su labio comenzó a salir abundante sangre.

Me dió una mirada adolorida y no era precisamente por el golpe, yo sabía muy bien porque era.

—lo siento —dijo Ternurita en voz baja, mientras la sangre caía al suelo —no debí haberle desobedecido jefe, creo que lo mejor será que me vaya —dijo antes de dirigirse a las escaleras.

«Creo que está vez si se me fue la mano».

Me temo que Ternurita le metió corazón a este asunto.

Fin de la narración.

Llegué al templo y luego de pagar mi pasaje al taxista, me dirigí a la entrada.

Creo que ya no voy a pagar más taxis, porque se me está acabando el dinero, de ahora en adelante viajaré en bus, lo malo es que después que salga del culto ya no hay buses disponibles aparte de ello la parada de bus está muy lejos de aquí.

«Dios mío, ¿Que fue lo que hice con la moto?»

Doy un gran suspiro y fijó mi mirada al templo.

Ahora está mucho más hermoso que antes, lo han vuelto a pintar y le han diseñado gradas nuevas.

Desde la última vez que estuve aquí, el templo a cambiado demasiado.

Antes de entrar, me tomo mi tiempo para llamar a mamá, ya que desde que llegué no la he llamado.

Posiblemente ha de estar preocupada por mi.

—si diga —contesta mamá.

—hola mamá soy yo —le respondo —llamaba para avisarte que llegue bien.

—me alegro por ti, querida —dijo —por un momento pensé que ya se había olvidado de mi.

—no ma, ¿Cómo cree?.

—lo digo porque casos han pasado.

—no diga esas cosas mamá —dije mientras me arreglaba el cabello.

—por cierto, Matías está aquí y dice que quiere hablarte. —me informó

La demora fue que mi madre mencionara ese nombre, para que de una vez me sintiera incómoda.

—lo siento mamá —trate de sonar tranquila —pero ya voy a entrar al templo a orar.

—él dice que solo será un momento —insistió.

—lo siento mamá, pero no —dije apenada.

Lo menos que quería, era que el se hiciera ideas erróneas, lo mejor sería nunca más volver a hablar.

—Emily por favor —escucho la voz de Matías. —solo será un segundo —ahora ya está al teléfono.

Fue como si su voz me quemara y me hiciera dar arcadas, inmediatamente colgué y apague el teléfono.

Subí las pequeñas gradas que daban al pasillo de la entrada del templo e inmediatamente los recuerdos llegaron a mi mente.

Aquí fue donde Jak me propuso matrimonio la primera vez.

Recuerdo los fuegos artificiales, también recuerdo a los J5 que me gritaban que dijera que si.

Todo era tan hermoso.

De no haber sido por la enfermedad de mi padre, ya hace rato nos hubiéramos comprometido.

Recuerdo que lo deje plantado sin darle explicación alguna, aún así el fue valiente e incluso fue hasta mi casa a hablar con mamá.

«¿Que más puedo pedirle a Dios?»

—Dios la bendiga hermana, bienvenida —me saludo un ujier que jamás había visto antes.

—amén —respondí.

—¿es usted nueva? —pregunto mirándome con curiosidad.

«creo que aquí el nuevo es otro».

—algo así —respondí con una sonrisa.

—de ser así, permítame presentarme, —dijo extendiendo su mano hacia a mi —mi nombre es Estiben.

—el mío es Emily —dije tomando su mano.

El se quedó pensativo.

—no se porque, pero ese nombre me suena mucho. —comentó.

—será porque yo estuve aquí un tiempo.

—ya se porque me suena —dijo soltando mi mano, como si le quemara —es usted la prometida del hn Jak. —casi que lo gritó, mirando el anillo en mi mano.

«Vaya que si están enterados».

—siga por favor —dijo un poco nervioso —el hn Jak está ensayando.

—gracias —dije y entre.

Efectivamente Jak se encontraba ensayando una melodía en el piano.

Estaba tan concentrado que ni siquiera noto que he llegado.

Poco a poco los bellos se me erizaron y me comencé a poner nerviosa a medida que me iba acercando más y más al altar.

Mire hacia todos lados y me di cuenta de que no había nadie más, hasta el ujier se desapareció de la puerta.

Seguí caminando con dificultad hasta que finalmente quedé parada frente a él.

El seguía tocando en el piano, sin inmutarse.

Yo seguía ahí parada sin moverme, la lengua se me había pegado al paladar y no sabía que decir.

De repente el tocó una nota fuera de la melodía, haciendo que me sobresaltara.

—tras de que llega tarde se queda ahí parada, —dijo molesto, sin levantar su vista del piano —usted no vino a mirarme, usted vino fue a ensayar.

«Por lo visto me está confundiendo con alguien más».

Apenas dijo esas palabras, me hizo recordar mis principios, cuando venía a ensayar y me recibía con un regaño, por el solo hecho de llegar tarde un minuto.

Lo recuerdo cómo si fuera ayer.

—no se piensa mover herma... —las palabras se quedaron en su garganta apenas levanto la mirada y me vió. —Emily —exclamó atónito.

No me dió tiempo de articular palabra, porque inmediatamente bajo del altar y me dió un casto abrazo.

Haciendo que todo lo que siento por el se multiplicara.

Mis fosas nasales se llenaron de su agradable y único perfume.

Haciendo que comenzará a suspirar.

Aunque aquí entre nos, no solo suspiraba por eso.

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