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33. ESPERA A VER

Santa Biblia Reina Valera 1960 - Jeremías 13
10 Este pueblo malo, que no quiere oír mis palabras, que anda en las imaginaciones de su corazón, y que va en pos de dioses ajenos para servirles, y para postrarse ante ellos, vendrá a ser como este cinto, que para ninguna cosa es bueno.

Cuando Jak dijo esas palabras, me puse supremamente nerviosa, no sabía cómo iba a reaccionar mi madre, ya que a veces ella es súper bien, pero lo que tiene que ver con Jak es algo delicado, puede sacar lo peor de ella, y eso hace que me dé miedo.

«Que tal me abofetee delante de Jak»

Seguro si pasara  eso, no sería capaz de volver a mirar a Jak a los ojos, la vergüenza me carcomería.

Ahora pienso que no es tan malo estar aquí encerrados, si seguimos aquí, es imposible que Jak pueda hablar con mi madre.

Di un suspiro de alivio.

Se que es necesario que el hablé con ella, pero creo que es mejor que yo lo haga primero, para tantear el terreno.

—pero...—hable mirándolo —como lo vas a hacer si estamos aquí encerrados? —pregunte.

El me dio una sonrisa cálida, que me hizo sentir segura y confiada, era como si tuviera el control de todo, como si todo estuviera fríamente calculado y no le preocupara nada.

—no te preocupes —dijo sin dejar de sonreír —lo solucionaré, tu solo sientate en ese sofá y espera a ver.

Sonaba tan seguro de si mismo, que toda preocupación en mi se fue, camine hacia el sofá y me senté cómodamente a esperar, mientras observaba sus movimientos, que a decir verdad parecían sincronizados, como si fuera actor, eran perfectos.

«Será que todas las mañanas se levanta a ensayar sus movimientos?».

«Tonterías».

El caminó hacia el otro extremo del cuarto, sacó su teléfono y comenzó a llamar, luego que le contestaron, comenzó a hablar en coreano, haciendo que no entendiera ni pío de lo que decía.

—problema solucionado —dijo luego de colgar la llamada.

Yo asentí.

El volvió a hacer otra llamada.

—Fares —dijo hablando por teléfono —podrías hacerte cargo unos días más de la empresa? —pregunto.

Por cierto hace mucho que no se dé el señor Fares, incluso ya lo había olvidado, es el escolta que me ha caído más bien, es extraño no verlo aquí acompañando a Jak, siempre ha sido como su sombra.

—gracias —dijo Jak colgando la llamada.

Luego comenzó a curiosear los instrumentos, soplando el polvo invisible que tenían, antes de tocarlos.

Se formó un silencio cómodo, era como si tuviéramos muchas cosas que decirnos, pero por prudencia, las callabamos y hacíamos de cuenta como si fuéramos unos desconocidos al estar tan lejos uno del otro.

—es un milagro que el señor Fares no esté aquí —hablé rompiendo el silencio.

—a el no le gustan esta clase de eventos —dijo apretando una mariposa de la batería.

Pensé en pararme para observar más de cerca, que era lo que estaba haciendo, pero justo en ese momento, la puerta se abrió de golpe, entrando un ujier seguido de los escoltas de Jak.

—que pena hn Xian —se disculpó el ujier, rojo de la vergüenza —pensamos que no había nadie y por eso le echamos seguro a la puerta.

Jak dejo lo que estaba haciendo y le dio una mirada severa, que incluso hasta a mí me dio miedo.

—en el futuro —dijo mirandolo fijamente —tenga más cuidado, no solo me dejaron a mi encerrado, también dejaron a esta señorita —me dio una mirada corta y volvió a mirar al ujier —se imagina lo que las demás personas pueden llegar a imaginar? —preguntó.

Aquel joven ujier se puso más rojo de la vergüenza e incluso comenzó a palidecer.

—de verdad —dijo agachando su cabeza —lo lamento mucho, le aseguro que no se volverá a repetir algo así, además nadie sabrá de este asunto, aparte de los que estamos aquí.

—eso espero —dijo Jak muy serio.

Metió sus manos en los bolsillos y comenzó a caminar hacia la salida, sin inmutarse, como si no acabará de darle tremendo regaño al ujier, que hasta yo sentí lastima, si no hubiera sido porque también me dio miedo, hubiera intercedido por el pobre joven.

Me quedé parada atónita observándolo.

Jak se detuvo de golpe, haciendo que sus escoltas que lo seguían, se detuvieran también, se dio media vuelta y me miró.

—ven, —dijo dandome una mirada dulce, nada que ver con la que le había dado al ujier —sigueme.

Yo como si fuera robot, comencé a caminar hacia su dirección, pasando por el lado del ujier.

—Dios lo bendiga —susurre despidiéndome.

—amén —me contesto con voz casi inaudible.

Cuando llegue hasta donde Jak estaba, el siguió caminando y yo seguí si ritmo y los escoltas siguieron tras nosotros.

Por un momento me sentí super importante al verme rodeada de escoltas, pero también me sentí muy rara.

El lugar estaba completamente vacío, casi todo el mundo se había ido.

Seguimos caminando hacia la salida, por instantes miraba a Jak de reojo, el cual caminaba erguido de manera tranquila y relajada, era como si tuviera el mundo a sus pies y nada le preocupase, las pocas personas que quedaban se quedaban mirándonos al pasar, eso hizo que me sintiera más rara de lo que estaba.

Decidí detenerme, y esperar a que ellos avanzarán para yo seguirlos a una distancia prudente, aunque ni siquiera se para donde es exactamente qué voy, supongo que a la salida tendré que irme para la terminal.

Me detuve, pero los escoltas y Jak se detuvieron también inmediatamente, Jak me miró.

—pasa algo? —me preguntó.

—me siento rara —respondí agachando la cabeza.

—estas enferma? —volvio a preguntar, frunciendo el ceño.

—no, —respondí —solo que me siento rara al estar rodeada de escoltas —dije avergonzada.

—acostumbrate —dijo sin inmutarse —en el futuro será así.

Levante mi mirada y lo mire confundida, el siguió caminando y me instó a que lo siguiera, yo lo seguí.

«Que fue lo que me quiso decir?».

«No entendí».

Finalmente salimos de la macarena y yo le di la mano a Jak para despedirme, el me miró confundido.

—para donde vas? —preguntó.

—voy por mi maleta, para irme para mi casa —respondí.

El suspiró.

—posiblemente Viky ya se llevó tu maleta —comentó.

—entonces iré a la terminal —dije encogiéndome de hombros.

—ven conmigo —dijo de manera casual, como si nada.

Lo mire confundida.

«Acaso me estaba invitando a los Ángeles?».

«No, no creo».

«Es imposible que me vaya con el».

«Al menos, no por ahora».

—no puedo —dije bajando la mirada.

—no iremos solos —dijo —iremos con mis pastores, además en el Jet privado llegaremos mucho más pronto a tu casa —me explico

«Y yo que pensé que me hablaba de ir a los Ángeles California».

Levante la mirada, el me miraba sonriendo, era tan dulce que hizo que volviera a sonrojarme.

No sabía que responder, por lo visto el estaba decidido a hablar con mi madre y no se como hacerlo desistir, ya que tengo miedo de que ella reaccione mal.

«Que tal termine insultando a Jak».

«O peor aún, que tal le pegue».

Tomé aire para hablar.

—hn Jak —dije tratando de buscar las palabras adecuadas, no quiero que me vaya a malinterpretar —no cree que...

—hn Emily —me llamó una voz muy familiar, interrumpiendo mi diálogo. —hace tanto tiempo que no te veía —se acercó y me dio un cálido abrazo —que felicidad poder volver a verte. —exclamó

Yo también me sentía muy feliz de volver a verlos, eran mis pastores de los Ángeles California, con ellos había aprendido muchas cosas, eran como mis papás.

Luego de abrazar a la pastora, abrace al pastor el cual me dio un casto abrazo.

—Dios te bendiga mucho hermana Emily —dijo el pastor —me alegra mucho volver a verlos juntos —comento mirando a Jak y mi persona —ojala puedan solucionar todo para que finalmente puedan casarce.

Me puse roja al escuchar ello.

«No me imagino como seré de esposa».

En ese momento llegó una limusina, uno de los escoltas la abrió y subimos todos en ella y aún así quedó bastante espacio.

«Creo que nunca me voy a acostumbrar a tanto lujo».

Mientras que íbamos en la limusina, la sierva no paro de hablar y de preguntarme cómo la había estado pasando aquí en Colombia, yo solo me limité a contarle todo lo bueno, no me atrevía a contarle todos mis ratos amargos  y todas las noches de insomnio que tuve que pasar.

En un santiamén llegamos al aeropuerto y cuando me di cuenta ya estaba en el Jet privado de Jak, el cual era incluso más hermoso y lujoso que el de Erick.

«Esto es impresionante».

Me senté y a mi lado se sentó la pastora la cual me estaba poniendo al tanto de todo lo que había pasado en la iglesia de los Ángeles California.

Yo por otra parte estaba súper preocupada, porque íbamos para mi casa, para que Jak pidiera la mano por mi, no cesaba de pensar en mamá y de cual sería su reacción.

Solo espero que todo salga bien, porque dudo que Jak desista de lo que se ha propuesto.


Narra Deimond:

Estoy en la casa de Fabricio en una fiesta, sus padres an salido de viaje y este se ha tomado la casa de corbata, luego de que sus padres le levantaron el castigo, se ha vuelto muy sinvergüenza, además está aprovechando que su primo no está, ya que con él, le toca andar derechito, lo tiene en la palma de la mano, bien controlado y creo que no es al único.

Me encuentro tomando unos tragos, en el segundo piso, desde aquí tengo una perfecta vista del piso de abajo, veo como unos bailan, otros simplemente hablan y otros están muy enrollados por así decirlo.

A mi lado están Erick y Fabricio discutiendo por una tontería, yo trato de no ponerles cuidado, pero ya me están hartando.

Ni siquiera se que hago aquí, al principio vine por divertirme, pero de un momento a otro me agarró un aburrimiento, de tal manera que no quiero nada, lo único que hago es tomar y tomar.

—ya superalo quieres —le dice Erick a Fabricio.

—no, —grita Fabricio por encima de la música —no lo pienso superar, como es posible que a ti te haya dado un yate o mejor dicho un barco inmenso, y a mi me halla dado una simple moto, cuando más necesitado estaba.

Como siempre, Fabricio haciendo drama, no entiendo porque tienen que venir a hacer infantilezas, justo al lado mío, no sé ni porque está en el grupo, si no se sabe comportar como hombre.

«Um ahora lo recuerdo, es por ser el primo del líder».

¡Que ironía!

Por veces me dan ganas de ser el líder, las cosas serían diferentes para el grupo, pero ahora no tengo ánimos para esto, solo quiero que ese par se callen.

—es porque a mí me ama y a ti te tiene lastima —le responde Erick a Fabricio.

Este se pone más iracundo de lo que estaba.

—eso es injusto —grita —pido que me vuelva a dar regalo a mi, es más la voy a buscar y le voy a reclamar personalmente, aparte de ello también...

—ya —le grito interrumpiendo su drama. —podrían callarse de una buena vez, o ir a pelear a otro lugar como hombres.

«Ni siquiera yo reclamo, cuando solo me dio una bolsa llena de papeles»

Fabricio me miró sorprendido, Erick levantó las cejas, yo me termine de tomar la copa de whisky y fui en busca de otra.

Fabricio se fue detrás mío.

—estas estresado brother —dice —lo que te hace falta es una buena chica, yo invite a muchas de tu gusto, solo tienes que escoger.

La demora fue que el dijera eso, cuando se me acerco una rubia.

—hola J2 —me saludo con voz seductora, dandome un beso en la comisura de los labios.

De verdad que no quería nada, la mire con fastidio y la aleje de mi, ella entendió el mensaje, porque no insistió, hoy tenía un genio pecimo, no quería nada de nada, ni siquiera una buena chica.

Tomé otra copa de whisky, y me dirigí al lugar en donde estaba hace un momento, pero entonces fue cuando la ví.

Mire a Linda.


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