32. UNA EXPLICACIÓN
Santa Biblia Reina Valera 1960 - 1 Samuel 18
25 Y Saúl dijo: Decid así a David: El rey no desea la dote, sino cien prepucios de filisteos, para que sea tomada venganza de los enemigos del rey. Pero Saúl pensaba hacer caer a David en manos de los filisteos.
Narra Jak:
Me sentía el hombre más dichoso del mundo, tanto tiempo anhelando poder hablar con ella, poder tenerla cerca y hoy finalmente, mi sueño se hizo realidad, Dios ha escuchado mis plegarias y la ha traído a mi.
Ya había perdido las esperanzas, estaba a punto de marcharme, cuando esa puerta se abrió, dejando ver esa chiquilla hermosa, que parecía una gallina clueca escarbando todo, en busca de su biblia, tan metida estaba en su búsqueda, que ni siquiera cuenta se dio de que yo la observaba.
Lo que más me impacto, fue cuando se acercó al sofá y al verme supuestamente dormido, con la biblia en mis brazos, fue incapaz de quitármela, solo se limitó a tocarla con un dedo, luego solo me miró por unos cortos minutos, finalmente se dio por vencida y decidió irse sin su biblia.
Tanto tiempo queriendo verla y hablar con ella, no la iba a dejar ir, así por así. Mientras que ella, lo único que quería era huir, yo en cambio quería abrazarla y no soltarla, era tan fuerte el sentimiento que tenía por ella, que incluso por momentos me daba miedo, miedo de dejarme llevar por las emisiones, ya que durante todos estos días de convención, lo único que he querido es poder estar cerca de ella, el primer día por poco y me bajo de la plataforma a abrazarla.
Ni siquiera he podido dormir en paz, solo me la pasó pensando en ella, y en mis oraciones no he cesado de pedirle a Dios que me conceda verla y hablar con ella.
Me tiré del sofá y de manera sigilosa me acerqué a ella, antes de que abriera la puerta, hablé a sus espaldas.
—la quieres? —pregunte, sosteniendo su biblia en mi mano, mientras sonreía con satisfacción.
Ella se tenso inmediatamente y poco a poco se fue dando vuelta, fue como si demorase una eternidad en hacerlo, pero finalmente lo hizo, estaba supremamente nerviosa, incluso temblaba.
Su rostro lucía hermoso, como siempre, llevaba una horquilla en su cabello que la hacía ver mucho más hermosa, aparte de ello, el vestido le sentaba muy bien, todo lo que ella lucía, le quedaba bien.
Hacia tanto que no veía su rostro, verla ahora me hace muy feliz.
Ella me miró, pero inmediatamente desvío su mirada, hacía mi pecho, evitando mi mirada.
—la quieres? —volvi a preguntar, ofreciéndole la biblia.
Ella de manera inmediata estiró su mano a cogerla, pero yo con la misma rapidez la alce, para que ella no pudiera alcanzarla, ella se paró en puntitas, para poder tomarla, pero no pudo alcanzarla, lo único que logró fue irse encima mío, chocando con mi pecho.
—oye, oye, oye —le dije con diversión, apenas ella se apartó avergonzada —es cierto que hace tiempo que no nos vemos, pero no es para tanto.
Ella se puso de un rojo carmesí, e instantáneamente se mando las manos al rostro cubriéndose, se veía tan linda cada vez que se ruborizaba, ello hacia que me cautivará más.
—lo..lo...lo..si...si....sien...to —dijo tartamudeando, sin dejar de tapar su rostro —po....po...podrí....drías, da...dar.... darme la...la...bi...blia.... por fa... favor.
«Es enserio?».
Hace tanto tiempo que no nos vemos y ni siquiera pregunta como estoy, lo único que le interesa es que le entregué la biblia, para salir huyendo, como siempre lo hace.
—no piensas saludarme? —le pregunté, levantando una ceja.
Ella seguía agachada tapando su rostro, se quedó en silencio ante mi pregunta, luego tomo aire y habló
—Dios...lo...lo... bendiga —dijo finalmente.
«En verdad la afecto mucho, me pregunto si algún día se acostumbrara a mi presencia?».
«Se imaginan cuando nos casemos».
«Como sería?».
«Me imagino que al principio sería así».
Me quedo esperando a que diga algo más, pero no lo hace.
—solo eso? —pregunto inconforme —no piensas preguntar cómo éstoy?.
Ella se quedó en silencio nuevamente y yo tuve que contenerme demasiado, para no quitarle las manos del rostro.
Lo que más anhelaba era verla y ella se tapa, no es justo.
—so...solo...de...de...deme... la biblia.... por favor —dijo con voz temblorosa, como si estuviera tratando con un extraño y no con el hombre que está dispuesto a casarse con ella.
«Esto es indignante».
«Acaso ya no le importó?».
«Imposible».
—no piensas dejarme ver tu rostro? —pregunte con desesperación.
Me afectaba tanto su indiferencia.
Ella se fue quitando las manos de su rostro poco a poco, ante mi atenta mirada, dandome el gran privilegio de observarla y contemplarla.
Quedé atónito ante tanta belleza, no es la primera vez que la veo, pero aún así no me acostumbro, ella es muy linda, su tierna e inocente mirada, hace que cualquiera caiga rendido a sus pies, no me extrañaría que tenga muchos admiradores.
Ella me tomo con la guardia baja y sacando provecho de ello, me quitó la biblia, yo estaba tan embelesado con ella, que cuando me di cuenta, la biblia ya estaba en sus manos, ella se fue a dar vuelta para abrir la puerta e irse, pero entonces yo reaccione más rápido y sin poderme contener más, la tomé del brazo y la acerque a mi, estrechandola en mis brazos.
Mi corazón comenzó a latir fuertemente, al tenerla tan cerca de mi, inhale el olor de su cabello a shampoo y el olor de su colonia delicada, que le hacía ser más inocente de lo que era. La amaba tanto, tanto que no quería que este momento acabará, no quería soltarla, quería quedarme así por siempre.
Pero no hay que pedir imposibles.
—te he extrañado tanto —dije suspirando.
Ella se compugio ante mis palabras y comenzó a llorar entre mis brazos, haciendo que mi corazón doliera y que mis ojos también se cristalizaran.
Luego comenzó a hacer presión para que la soltara, yo me resistí a hacerlo y la abrace más fuerte, pero inmediatamente recordé que no era debido, que tenía que reprimir mis sentimientos, que solo cuando me casará, podría retenerla en mis brazos, no ahora, poco a poco deje de abrazarla.
Ella se recostó en la puerta y comenzó a secar sus lágrimas, con el dorso de su mano, yo me apresure a pasarle un pañuelo, pero ella lo rechazo, haciendo que mi corazón se estrujara dentro de mi.
«Por qué lo hace?».
«Por qué me rechaza?».
«Que he hecho mal, para que ella sea así conmigo?».
—por que rompiste conmigo? —le pregunte.
Ya no podía más con esto, necesitaba saber las razones de su rechazo hacia mi.
—lo siento —dijo tratando de no llorar, evitando mi mirada a toda cuesta —te... tengo que sa... salir de..de este lu... lugar
Me dio la espalda y comenzó a girar la perilla.
Quise retenerla, quise impedir que no se fuera, pero sabía que no era correcto, no podía retenerla en contra de su voluntad y mucho menos en un lugar cerrado como este, eso sería comprometer seriamente su testimonio y el mío.
Ella giraba la perilla con desesperación, pera la puerta no abrío.
Se que eso debía de preocuparme, pero al contrario, terminó alegrándome. Se que no es lo correcto, pero eso me da tiempo para hablar con ella.
«Perdoname Señor, mi intención no es hacer nada malo, lo único que anhelo es una explicación».
Ella se volteo y me miró asustada.
—la puerta no abre —exclamo, sin tartamudear.
Yo la mire fijamente, sin prestar atención a su comentario y volví a preguntar.
—por que rompiste conmigo?.
Ella ignoro mi pregunta y volvió a intentar abrir la puerta, pero está seguía sin abrir.
—creo que nos han dejado encerrados —comento con angustia.
—Emily —la llame, para que me pusiera atención —responde mi pregunta por favor —le pedí.
Ella volvió a mirarme.
—podrías usar tu teléfono para llamar a alguien que nos saque de aquí —me pidió.
La mire con impaciencia.
Tal parece que a ella no le interesa darme una respuesta.
—responde mi pregunta primero —le exigí, seriamente.
—pe....pe...pe...pero —dijo con angustia.
—solo responde —dije dándole una mirada rígida.
Mi intención no era intimidarla, lo único que quería era que se diera cuenta de lo importante que era para mi esa respuesta.
Fin de la narración.
Me encontraba super angustiada, ya que me había quedado encerrada con Jak, en este cuarto, pero a él parece no importarle, lo único que quiere es que le dé una explicación.
No me quedó otra opción, que sacar valor de dónde no lo tenía y revestirme de coraje.
Como se atreve a pedirme una explicación de porque rompí con el, cuando ya se casó con otra mujer y yo no le estoy reclamando.
«Que se cree».
—estoy esperando —vuelve a insistir.
Y para colmo de males, se ha enfadado.
«Acaso tiene derecho de hacer eso?».
«Aquí la única que tiene derecho a enfadarse, soy yo».
—no tienes derecho a pedirme explicaciones —le dije indignada —usted ya se casó, si quiere pedir respuestas vaya a donde su esposa.
Hasta los nervios se me han ido, ahora solo tengo ira santa, y las lágrimas comienzan a salir de mis ojos.
«Me duele tanto que se haya casado».
No se a que diablos está jugando, como se atreve a buscarme, teniendo ya a alguien a su lado.
El comienza a sonreír al escuchar mis palabras, no entiendo que fue lo gracioso.
«Acaso se toma mis palabras como chistes?».
—Emily —me dice —acaso no escuchaste lo que dijo el pastor, acerca de mi, el primer día de la convención? —preguntó.
Yo lo mire confundida.
«Que tiene que ver eso con nuestra conversación?».
—si —respondí —pero no entendí que fue lo que quiso decir exactamente.
El negó con la cabeza, sin dejar de sonreír.
Se veía tan guapo, ya de por si era lindo y sonriendo se veía más guapo, si sigue haciendo eso, hará que todo el valor que tengo para discutir, se vaya a mis pies.
—te lo voy a explicar con mis propias palabras —dijo —quizas así lo entiendas —se acerco a mi, sin dejar de mirarme —yo no me casé.
Quedé fría al escuchar esas palabras.
«Eso no puede ser posible».
Yo misma mire la trasmisión en vivo, como me va a salir con que no se casó.
Reí con ironía.
«A quien pretende engañar?».
«Es cierto que soy inocente, pero no tanto».
—como se atreve a decir eso —le dije dejando de reír —si yo misma mire la transmisión.
—me estás diciendo mentiroso? —pregunto con seriedad.
—no —respondí, evadiendo su mirada —solo digo que yo mire la boda.
—si la viste —dijo metiendo sus manos en los bolsillos, y dando unos pasos hacia atrás, cosa que yo agradecí mentalmente, ya que tenerlo cerca era un suplicio —debiste de haberte dado cuenta, de que en ningún momento el notario dijo: los declaró marido y mujer.
Yo comencé a jugar con mis manos, sobandola una con otra con nerviosismo.
—no vi esa parte porque cortaron la transmisión —conteste.
—no la viste porque la boda se canceló —respondió, levantando una ceja.
—que? —exclame.
—quieres que te lo vuelva a explicar? —preguntó.
Yo me puse roja de la vergüenza.
«Que no sea lo que estoy pensando».
«Acaso no se casó».
«Eso quiere decir que estoy haciendo una escena de celos, por nada, injustamente?».
—de acuerdo, lo haré —continuo el hablando, al no obtener respuesta —mi abuela quería que yo me casará con esa chica, ella fue la que planeo todo lo de la boda, pero yo no le seguí el juego, por eso le di un anillo particular a la chica, no el de la familia, entonces mi abuela enfureció e hizo cancelar la boda, —me explico —contenta? —preguntó.
«No puede ser».
—pe...pe... pero y las fotos? —pregunte aturdida.
—son puro montaje —respondio —mi abuela las mando a hacer con los mejores editores de foto shock, haciendo que se vieran muy originales.
«Oh no».
«Ahora sí que estaba acabada».
Por un lado, me sentía super feliz, porque Jak no se había casado, pero por otro lado, me sentía super avergonzada, porque le había reclamado y gritado por algo que el no había hecho.
Me temo, que la única que tiene que dar explicaciones aquí, soy yo.
—ahora que ya sabés que no me casé —continuo el —podrías decirme por qué rompiste conmigo, así por así, sin ninguna razón?.
En estos momentos quería morir, quería que el cielo me abducciera, quería desaparecer del planeta tierra, o al menos que alguien viniera y abriera la puerta. Pero eso parecía imposible, así que no me quedaba de otra que responder a su pregunta.
—yo rompí —dije con la mirada clavada en el suelo —porque mi madre no estaba de acuerdo —respondí.
El se quedó pensativo, por unos segundos que parecieron eternidad.
—y ahora sí está de acuerdo? —preguntó.
—creo que no, ella vio la supuesta boda —respondi en voz baja —además le prometí que me olvidaría de usted. —dije con vergüenza.
—y lo cumpliste? —me pregunto con tristeza.
Podía sentir su mirada sobre mi, aunque no lo estaba mirando, ya que era incapaz de hacerlo.
—no —respondi roja de la vergüenza, si es que podía estarlo más.
«Es imposible que me olvidé de el, ya que lo amo demasiado».
—me alegra escucharlo —dijo con felicidad.
Levante mi mirada hacia el y vi que estaba sonriendo, pero al instante su sonrisa desapareció y a cambio pude ver un sentimiento de culpa en él.
Lo mire confundida.
—perdoname Emily —exclamó —todo esto fue mí culpa, debí de haber venido a pedir permiso a tu madre.
Me sentí mal al verlo así, el no tenía la culpa de nada.
—no es tu culpa —lo console —solo son cosas que pasan.
—no quiero ni imaginar por todo lo que has tenido que pasar en estos días —dijo —perdoname por no estar ahí para ti.
Sentía que mi corazón se derretía ante sus palabras, el estaba tan preocupado por mi, supongo que en estos días, el también tuvo que pasar por mucho.
—creo que estamos a mano —dije con una media sonrisa.
El se acercó dandome una mirada dulce.
—no te preocupes Emily —me dijo —lo compensaré, iré a hablar con tu madre hoy mismo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro