29. LA CONVENCIÓN
Santa Biblia Reina Valera 1960 - Proverbios 10
12 El odio despierta rencillas;
Pero el amor cubrirá todas las faltas.
Efectivamente Viky convencio a mamá de que me dejara ir.
Nos les puedo negar que estoy emocionada, aún así me da cierto temor de que Viky me juegue una mala pasada.
En estos días antes de ir a la convención, se ha portado demasiado amable y atenta conmigo, no molesta para nada y siempre se la pasa a mi lado, escépto cuando me encuentro con Zuar, ella desaparece.
De resto siempre está ahí, incluso me confesó que le había tomado una foto a la carta que me mandó Jak, yo le dije que ya no me importaba y ella respeto mi decisión porque no volvió a insistir en que la leyera.
Finalmente hoy es el día del viaje a Medellín y estoy súper emocionada, lo único malo es que no me pude ir en compañía del resto de los jóvenes de la iglesia, ya que Viky está resentida con ellos y decidio irse en particular.
Llegamos a la terminal, ella compra los pasajes y nos sentamos a esperar a que llegue la hora de subir.
Me quedo mirando a la multitud de personas que caminan dirigiéndose a sus destinos, algunos tienen unas maletas inmensas, otros unas pequeñas, como si fuera a ser un viaje corto, y otros mucho más descomplicados, llevan su equipaje en un bolso.
-tienes hambre? -pregunta Viky.
-no -respondo dándole una sonrisa de boca cerrada -estoy bien.
-de acuerdo -contesto, poniéndose en pie -ire a comprar algo para llevar de camino, está pendiente por si sale nuestro bus.
Yo asiento.
Ella se va caminando rápido y en un instante la perdí de vista.
Yo sigo observando a todas las personas, mientras el tiempo pasa.
«Gracias Dios por esta oportunidad que me concedes de ir a Medellín»
Comienzo a dar gracias mentalmente.
De verdad que Dios ha sido muy bueno, uso a la persona que menos me imaginaba para que me costeará el viaje.
Ese es Dios, que nos sorprende de la manera que menos imaginamos.
Sonrio meditando en ello.
-el bus que va destino a Medellín está a punto de salir -anuncian por el porta voz.
Miro hacia todos lados en busca de Viky pero no está.
Dejo mi maleta recomendada a una señora que está a mi lado y voy en busca de Viky, camino en la misma dirección donde ella fue, pero no la veo.
Comienzo a preguntarle a las personas que están por ahí, pero nadie me da razón de ella.
Es entonces cuando lo comprendo todo.
«Viky me ha jugado una mala pasada».
Era de esperarse, tanta dicha no podía ser verdad, ahora entiendo porque no quiso traer maleta e insistió en que lo llevará todo en la mía.
Su intención era dejarme con los crespos hechos.
Camino decepcionada ya que me había hecho ilusión con el viaje, pero quién me manda a confiar en ella.
Llegó a donde hace unos minutos estaba sentada, pero no hay rastro de la maleta ni de la señora a la cual se la dejé encargada.
«Ahora para colmo de males, me robaron».
Gracias a Dios lo más indispensable lo traía en mi bolso, como es la biblia y un poquito de dinero.
Pensé en dirigirme hacia el vigilante para reclamar, pero desistí al instante, de que sirve hacer un escándalo si no van a recuperar la maleta.
Me dirijo hacia la salida, llena de indignación.
Alguien me toma del brazo.
-Emily -me dice Viky -donde diablos te habías metido, vamos rápido, el bus está a punto de dejarnos.
Yo asentí y me fui con ella.
Jamás había estado tan contenta de verla.
Yo ya me había dado al dolor de que me había dejado.
-pero...-le digo -y la maleta?
-la maleta ya está en el maletero, ahora vamos -dijo jalandome del brazo.
Minutos después.
Ya estamos en el bus rumbo a Medellín
Me recuesto en el asiento mirando hacia la ventana, viendo como poco a poco vamos saliendo de Puerto Asís Putumayo.
-quieres una pasta para no marearte? -pregunta Viky.
-no, -le sonrió -estoy bien.
-okey -dice y se recostó en el asiento.
El resto del trayecto seguimos en silencio, poco a poco me fui quedando dormida.
Horas después.
-Emily, Emily -me llama Viky emocionada.
-que pasa? -pregunto sin abrir los ojos.
Ella sigue moviéndome.
-mira, mira hay un pavo -comenta.
Abro los ojos en busca del pavo, pero solo veo pasajeros.
-donde está el pavo? -pregunto molesta, porque me ha despertado.
-ahí -señala por la ventana -en el potrero.
Miro en esa dirección y quedó decepcionada.
-no es un pavo -le digo -es un binvo.
-aaahhh -costesta.
Yo cierro mis ojos tratando de volver a dormir, pero el sueño ya se ha ido.
Me dedico a observar en la ventana y ha explicarle a Viky que animales son los que vemos.
Por ejemplo: eso es un caballo, no un burro.
Así se fueron pasando las horas y cuando nos dimos cuenta ya era tarde de la noche y mientras otros dormían, nosotras parecíamos cotorras.
Era como si hubiéramos vuelto a ser las mejores amigas que hace años atrás fuimos.
-quieres gomitas? -pregunta Viky, moviendo la bolsa frente a mi.
Yo sonrió, se la quitó y comienzo a destaparla para comer.
De pronto mis dedos se comienzan a adormecer, de tal manera que ya no los siento, el adormecimiento se comenzó a subir por mis manos, brazos, etc.
En un instante, todo mi cuerpo estaba adormecido, la bolsa de gomitas cayó de mis manos y mis ojos se cerraron en contra de mi voluntad, perdiendo totalmente el conocimiento.
Cuatro horas después.
-Emily -escucho la voz lejana de Viky.
Trato de abrir los ojos, pero me pesan demasiado y siento mi cuerpo como si me hubieran golpeado.
-Emily -vuelve a llamarme -Emily despierta, me estás asustando.
Siento que me levantan y me sacan del bus, me sientan en otro lugar, escucho la voz de Viky pero la escucho muy lejos.
Poco a poco voy reaccionando y mi cuerpo va despertando.
Abro los ojos y veo a Viky que me mira preocupada.
-como te sientes? -pregunta.
-me siento cansada -respondo con la voz apagada.
-que fue lo que te paso?.
«ni siquiera yo sé que es lo que me pasa»
-no es nada -respondí, no quería preocuparla.
Salimos de la terminal en un taxi, directo al hotel.
Estaba tan cansada, que durante el viaje me mantuve con los ojos cerrados, hasta que llegamos, Viky me ayudó a bajar del taxi y me ayudó a subir a la habitación.
Me deje caer en la cama, mientras tanto Viky se paseaba de un lado a otro, mirandome con preocupación.
-quieres que te traiga algo de la droguería? -pregunta -o quieres que vayamos al hospital.
Suspiro profundamente.
-no es necesario -respondo en un susurro -solo necesito descansar un poco.
Me quedé dormida y cuando desperté, Viky ya estaba lista para irse para la convención, me preguntó si ya estaba mejor, yo le dije que sí y me comencé a alistar para irme.
-ya estás lista? -pregunta Viky.
-si -respondo.
-no pensarás irte así? -pregunta mirandome.
Yo me miró a ver qué tengo de raro, pero estoy bien.
Viky se acerca, me sienta frente al espejo y comienza a peinarme.
Pense que me iba a hacer cualquier cosa en el cabello, pero me hizo un medio recogido que dejaba al descubierto todo mi rostro, el resto de cabello caía sobre mis hombros, haciendo que me viera preciosa.
-gracias Viky -le dije mirando mi reflejo en el espejo.
-que todo sea por una justa causa -respondio orgullosa de su trabajo.
Tomamos un bolso y echamos todas las cosas que necesitamos y salimos hacia el lugar donde se realizará la convención.
Al llegar todavía no habían abierto el lugar, pero había una multitud a la espera de que abrieran.
-vamos -dice Viky tomando mi mano.
Comienza a jalarme y nos metemos en medio de la multitud, empujando, siendo empujadas, pisando y aguantando pisotones, sin querer.
Hasta que quedamos frente a la puerta y justo en ese momento se abrió la puerta, Viky comenzó a correr y a mi me toco hacer lo mismo ya que ella no me soltaba de la mano, y como es bien ordinaria no le importó empujar a unas cuantas personas.
Todo mundo estaba como loco, en busca de los primeros asientos e increíblemente, nosotras quedamos en la primera hilera.
Valió la pena tanto corre, corre.
En un momento, el lugar estaba casi lleno, yo me arrodille a orar, mientras se escuchaba el murmullo de la multitud.
Media hora después.
-Dios les bendiga -saludo un pastor.
Todos comenzamos a ponernos de pie.
-señorita -alguien me saluda.
Voltee a mirar.
Era un joven de traje, por cierto muy apuesto.
Me quedé mirandolo, por unos cortos segundo e inmediatamente lo recordé.
Era un escolta de Jak, estoy más que segura, la pregunta es que está haciendo aquí?
«Será que Jak vino?».
«Imposible».
Miro al frente, tratando de pensar que esto es solo una gran coincidencia, a menos de que lo este confundiendo.
-cuantos le dan la gloria a Dios? -pregunta el pastor que está al frente.
-gloria a Dios -gritamos.
-a su nombre -grita el pastor.
-gloria a Dios -volvemos a gritar.
Todos irrumpimos en alabanzas a Dios y un hermoso ambiente se comienza a formar, incluso se oye a hermanos hablando en nuevas lenguas.
-vamos a comenzar este evento dándole adoración a nuestro Dios -dice el pastor, levantando sus manos y adorando.
Todos cerramos nuestro ojos y comenzamos a expresar a Dios, lo que tenemos en lo profundo de nuestro corazón.
El piano comienza a sonar de manera única.
Hacía mucho tiempo que no escuchaba a alguien tocar el piano de esa manera, el único que lo tocaba así, era Jak.
Sigo adorando a Dios, exaltandolo, hasta que alguien comenzó a cantar.
Esa voz es indudablemente la de Jak, la reconocería en un millón de voces, ya que sobresale.
Abro los ojos y lo veo.
Está tocando el piano y cantando a la vez.
«No puede ser».
«Esto tiene que ser un sueño».
«No puede ser real».
«Que hace Jak aquí?».
Me sobo los ojos y vuelvo a mirar, con la esperanza de que halla sido producto de mi imaginación, pero es 100% real.
«Jak está aquí».
Mi corazón comienza a latir de forma acelerada, incluso olvide como se respira.
Me quedo embobada mirándolo, mientras el canta, gracias a Dios sus ojos están cerrados, lleva un esmoquin que lo hace ver guapísimo.
A pesar del tiempo que no lo veía, luce exactamente igual, es entonces cuando me doy cuenta de que todo lo que sentía por el, ha vuelto a sobrevivir o quizás nunca murió.
No lo he olvidado, mi amor por el sigue latente, incluso creo que ahora es mucho más fuerte.
Luego recuerdo que el ya se casó y que no es correcto que yo tenga estos sentimientos hacia el.
Decido cambiarme de lugar antes de que el me vea, ya que no sería capaz de soportar su mirada sobre mi.
Tomo mi bolso para irme, mientras que un fuerte dolor se instala en mi pecho, las lágrimas comienzan a fluir y no es precisamente por la presencia de Dios, aunque no les voy a negar de que El se está moviendo, aún así tengo que apresurarme a salir de aquí.
Viky me toma del brazo, evitando que me pueda ir.
-que haces? -pregunta.
-voy a buscar otro puesto -le respondo.
-estas loca -me dice -tanto esfuerzo para conseguir estos puestos y tú te vas a ir?, De ninguna manera.
Lo que me faltaba.
-por favor, suéltame -le ruego.
El cántico está a punto de acabar, si no salgo ahora, el me notará.
-no voy a dejar que te vayas. -responde decidida.
La desesperación se apodera de mi, los nervios aumentan, no se que hacer, su sola presencia me afecta mucho.
-Jak está ahí -le digo.
-y que pasa -dice tranquilamente -luego no fue que ya se casó, solo ignóralo.
«como si eso fuera fácil».
Quiero soltarme de su agarre, pero ella se aferra más a mi brazo.
El cántico se terminó y todos comenzaron a aplaudir.
«Oh no».
Volví mi rostro al frente encontrándome con la mirada de Jak.
Mi corazón comenzó a latir con mucha más fuerza, era como si quisiera salirse.
El me miraba fijamente, su mirada expresaba muchas cosas, veía un poco de tristeza en ella, pero también había felicidad, como si de alguna manera le alegrará verme y lo más importante que note, era que había mucho amor.
Me estaba mirando con amor.
Viky me soltó, pero estaba tan anonadada, tan cautivada por su mirada, que olvide como se movían los pies.
En ese momento, toda la multitud desapareció, solo éramos Jak y yo.
-aleluya gloria a Dios -dijo el pastor -saludamos de una manera muy respetuosa a nuestro oficiales que nos acompañan.
Todos comenzaron a sentarse, Viky me jalo del brazo, haciendo que callera sentada en la silla, Jak también fue a sentarse, aún así no dejaba de mirarme, ni yo tampoco a él, no se que era lo que me estaba pasando, me tenía totalmente cautivada.
-si sigues mirándolo así, vas a terminar haciendo que venga a saludarte -me susurro Viky, haciendo que saliera de mi anonadamiento
Mire hacia al frente, dando un suspiro y decidí centrar toda mi atención en el pastor, aún así el corazón no dejaba de latirme fuerte, al saber que Jak estaba a tan solo unos cuantos metros de distancia.
-como pueden ver, tenemos visitas internacionales -comento el pastor -cuantos se gozan?.
-amén -gritaron todos.
-una de las visitas con que contamos es con los hermanos de los Ángeles California, uno de ellos es el hermano Jak, más conocido como el joven Xian.
Todos irrumpieron en aplausos.
El solo hecho de escuchar su nombre hacia que todo mi ser se llenará de sensaciones inesplicables.
Tal vez esto es lo que se siente cuando se está enamorado.
-como todos sabemos -continuo el pastor -el hn Jak ha tenido que pasar por momentos muy difíciles, uno de ellos fue tener que enfrentarse a un matrimonio no deseado, que no era conforme a la voluntad de Dios, aún así Dios le ha dado la victoria y podemos verlo hoy aquí con nosotros en pie.
No entendí que fue exactamente lo que quiso decir el pastor, pero los demás si lo entendieron o al menos eso creo, porque comenzaron a decir amén.
-bueno pues dejo con todos ustedes al hn Jak -dijo el pastor -para que nos saludé.
Todos volteamos a ver a Jak, el cual se puso de pie y se dirigió hacia la plataforma, tomando un micrófono.
Se veía tan elegante, al pararse frente a todos, no mostró ningún tipo de nervios, su mirada se puso sobre mi, haciendo que perdiera el aliento, luego miro hacia toda la multitud.
-Dios bendiga a todos los jóvenes, que han venido a esta convención -saludo, haciendo que mi corazón diera un vuelco con solo escucharlo hablar.
Creo que ya no voy a resistir más, siento que en cualquier momento el corazón me abandonara y se irá ponde Jak, si es que ya no se ha ido hace tiempo.
Desvío mi mirada hacia otro lado, para tratar de controlar todo lo que estoy comenzando a sentir.
-quiero decirles que esta es la primera vez que he venido a una convención aquí en Colombia -continuo hablando -y ha sido algo muy precioso, y eso que apenas estamos empezando, Gloria a Dios, quiero saludar de manera muy especial a mis autoridades, que me han tenido en cuenta para cantar en esta convención, de verdad que ha sido un gran privilegio para mi, también quiero saludar de una manera muy, pero muy especial a una joven que fue de nuestra iglesia en los Ángeles, y que ahora está aquí.
Sentí que mi corazón se detuvo.
«Seré yo?».
«Naahh imposible».
Su mirada volvió a ponerse sobre mi, haciendo que todo a mi alrededor desapareciera, y solo lo viera a el.
-esa joven es la hn Emily -dijo sin quitar su mirada de mi -Dios te bendiga hna Emily -me saludo -me alegra mucho verte.
No lo podía creer, me había saludado públicamente, delante de una multitud inmensa de jóvenes.
Todos pusieron su mirada sobre mi, incluida la cámara, haciendo que mi rostro apareciera en la pantalla.
Luego me sonrió, haciendo que me ruborizara totalmente, esa sonrisa hizo que me enamorará mucho más de el, si es que eso puede ser posible.
Entrego el micrófono y volvió a su lugar.
En estos momentos me sentía la mujer más privilegiada y feliz del mundo.
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