28. LA CAJITA INDESCIFRABLE
Santa Biblia Reina Valera 1960 - Lucas 18
5 sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea que viniendo de continuo, me agote la paciencia.
Narra Fares:
Lo veo y no lo creo, la boda del joven Xian en vivo.
«Quién lo creería?, Por poco y la bruja lo convierte en su titire».
Aún así yo pienso que el es inteligente como su padre, solo tiene que ser un poco más sagaz y menos confiado, para que no termine como su padre y como yo.
En estos momentos estoy en mi oficina, en la empresa de Jak aquí en los Ángeles California, estoy revisando unos archivos y unos papeles por firmar.
Por un momento pensé en desentenderme de todo lo que tiene que ver con el, pero recordé la promesa que le hice a su padre, así que aquí me encuentro, haciendo de niñero.
En lo único que no pienso ayudarlo, es a salir de Corea, que vuelva como se fue.
Mi teléfono comenzó a timbrar, lo reviso.
«pensando en el rey de Roma y el que llama»
—que milagro joven Xian —le saludo.
—quiero que venga a recogerme al aeropuerto, que sea en la limusina ahora —dice, su voz suena apagada.
«buenos días para usted también»
—como usted ordene joven —le respondo antes de que cuelgue.
Tal parece que el joven Xian no pudo disfrutar de su luna de miel.
«No vive, ni deja vivir».
Ni modo, figuro ir al aeropuerto, y yo que pensé que iba a descansar más.
Media hora después.
Aquí me encuentro con mis hombres esperando a que el avión de Jak aterricé, pero no somos los únicos, hay una multitud de paparazzis esperando.
Tal parece que alguien les aviso que el llegaría.
«Esto se va a poner interesante».
Finalmente el avión aterriza, Jak sale por la parte trasera, para no llamar la atención, aún así alguien lo mira, comienza a hacer escándalo y todos los periodistas se nos fueron encima.
Hace tiempo que no tenía que lidiar con esta situación, siempre se habían mantenido al margen, pero ahora que se les dio alas, no hay quien los soporte.
Mis hombres tuvieron que empujar a muchos y formar un muro de protección alrededor de Jak, hasta llegar a la limusina.
—no se vaya joven Xian —gritaban los periodistas —no se vaya, al menos responda nuestras preguntas.
Jak siguió su camino hacia la limusina, mientras que todos lo rodeabamos, el pobre se ve bastante agobiado y cansado, si mi visión no me engaña, está enfermo y a mi me va a tocar cuidarlo.
«Maldición, siempre que se va para donde su abuela, pasa esto».
—al menos díganos por qué cortaron la transmisión de la boda, en el momento de la puesta de la argolla? —pregunto una periodista, bastante joven.
Jak se paró en seco, al escucharla, por poco y nos tropezamos.
Les dio una mirada fulminante a todos los periodistas, de tal manera que estos se quedaron en silencio.
—alguien está aburrido con su trabajo? —pregunto en voz alta.
Nadie, absolutamente nadie abrió la boca para responder.
—el que este aburrido, hágame más preguntas —volvio a hablar Jak.
Ninguno se atrevió a preguntar y comenzaron a irse
Finalmente pudimos andar con tranquilidad hasta la limusina, le abrí la puerta, el entro yo subí y comencé a conducir, mis hombres subieron en los otros carros sercando la limusina.
La demora fue que Jak entrará a la limusina, para quedar profundamente dormido.
Este chico es como si fuera mi hijo, lo distingo desde que nació y he tenido que aguantar todos sus berrinches, un día me saco tanto de quicio que por poco le doy una paliza.
Después con el tiempo, cuando ya era un adolescente, me pidió que le enseñará a defenderse, entonces comencé a darle lecciones para que peleará como un profesional incluso le enseñé karacte.
Pero no lo hice, para que el aprendiera a defenderse, lo hice para darle unas cuantas palizas, bajo la excusa de que eran lecciones.
Él supo de antemano que yo lo odiaba y que eso no era la forma de enseñar, aún así se aguanto las palizas y aprendió a esquivar mis golpes y a dar golpes certeros.
Cuando me di cuenta de que ya no podía pegarle, decidí canselar las lecciones, para ese entonces el ya era todo un profesional. Después de la muerte de sus padres, el cambio mucho y se volvió más fácil de aguantar, pero cuando le da, le da.
Llegamos a la mansión, todos los escoltas de Jak estaban a la espectativa y esa nana también.
Me baje de la limusina y le abrí la puerta, el seguía profundamente dormido.
—joven Xian —le llame —ya llegamos.
El ni siquiera se inmutó.
Estaba profundo.
—joven Xian —volvi a llamarle, está vez lo moví.
—si —dijo abriendo los ojos.
Miró hacia la mansión, se bajó de la limusina y comenzó a caminar hacia allá en silencio.
Todos sus escoltas permanecieron en silencio, escepto uno que se acercó a saludarle.
«Si supiera que el no está de buen genio, y que le puede costar el trabajo, no lo hiciera».
—que bueno que vino joven Xian —dijo atravensandosele en el camino —en hora buena, lo felicito por su boda, ya era hora de que se olvidará de esa chica Emily, que lo único que hizo fue hacerlo sufrir.
La demora fue decir ese nombre, para que Jak colapsará, se desmayó.
—no se queden ahí parados —les grite —levantelo y usted —señale a otro escolta —llame un médico.
Como me lo imaginé, está enfermo por tanto trabajo y a mi es que me toca cuidarle.
Horas después.
—efectivamente —dice el doctor —el está muy estresado, no ha dormido bien y ha comido poco, deben de asegurarse de que se tome la medicina que le formulé y que repose bien y que no se estrese por nada.
—entendido —respondi.
Luego de que el doctor se fue, pasaron unos minutos y ya estaba levantado, la nana corría detrás de él con la medicina.
Su mirada estaba perdida, se veía bastante aburrido, abrumado.
Estoy más que seguro que lo que más le afecta es que Emily le haya dejado, por eso está así.
Justo en ese instante entró ese perro que el tiene y comenzó a mover la cola, saludándolo.
Jak se inclinó a acariciarlo.
—luke —susurru antes de desvanecerse.
Que impaciencia.
Los escoltas lo ayudaron a volver a la habitación, yo mire al perro con fastidio.
—matenlo —ordene.
Fin de la narración.
Tres meses después.
Hace ya más de tres meses que Jak se casó.
Al principio fue demasiado duro para mí, parecía que me iba a morir, por poco y me da pena moral, pero gracias a Dios y a los consejos de mi madre, ya estoy un poco mejor.
Al menos puedo hablar de ello, sin estar llorando.
Aunque tampoco les niego que hay momentos en que me da la tontera y me pongo a llorar.
Pero eso es solo por momentos.
Siento que lo he superado, además si el es feliz, yo también soy feliz, no puedo ser egoísta.
Además no es bueno que tenga sentimientos por el, ya que al estar casado, eso sería adulterio.
En estos días he estado haciendo un ejercicio que me ha ayudado mucho en ello, trata de irme deshaciendo de todos sus recuerdos.
Al principio fue muy duro, pero poco a poco lo he logrado.
Algo por lo que llore bastante, fue cuando queme el vestido que me dio, me traía muchos recuerdos.
«Ese día cuando el me defendió».
Pero eso ya son cosas del pasado y yo no puedo vivir del pasado, es necesario olvidarlo.
En estos momentos tengo en mis manos un último recuerdo.
La cajita indescifrable.
Hace media hora que estoy que la tiró al río y no he sido capaz, pero no me puedo ir de aquí, hasta que lo logré, se que después de que lo haga, lo olvidaré por completo.
«Ni siquiera supe que era lo que contenía, pero bueno».
La aprietó en mi mano y tomo impulso para lanzarla.
«Tu puedes Emily, vamos».
—hola —alguien me habla haciendo que pegue un brinco del susto.
Volteo a ver y es Zuar, el cual me mira de manera divertida.
—cual es el chiste? —le pregunto molesta.
Mi corazón late aceleradamente debido al susto.
—deberías de ver tu cara —dice estallando en risas.
Yo lo fulminó con la mirada.
—pues yo no le hallo gracia, por poco me matas del susto, no vuelvas a aparecer así de repente —le regaño.
—de acuerdo inocencia —respondio —es solo que pasaba por aquí y te vi sola y pensé en venir a saludarte. —se sienta a mi lado —que piensas hacer con el llavero? —pregunta.
Suspiré.
—lo pienso tirar al río —le respondo —es el último recuerdo de Jak.
Zuar me mira con confusión, luego mira la cajita indescifrable.
—por que?.
—por que, que? —le devuelvo la pregunta.
—por que tienes que votarla? —pregunta poniendo una carita tierna —por que no la puedes guardar de recuerdos?.
—porque no —respondo cortante.
Si sigo hablando con el, voy a terminar cambiando de parecer.
Hace días que no lo veía incluso lo extrañaba, pero creo que apareció en el momento equivocado, ya que quiere disuadirme.
Levantó la mano en donde tengo la cajita indescifrable y la lanzó al río.
Trago grueso, me doy media vuelta y me voy.
—adios Zuar —me despido.
El me mira atónito, luego mira hacia el río.
Yo comienzo a alejarme.
Narra Zuar:
Me quedo viendo como la cajita indescifrable se la lleva la corriente, ya casi ni se ve por lo pequeña que es.
«Solo espero que esto no me vaya a causar problemas».
Saco mi teléfono y llamo.
—que quieres? —pregunta al tomar mi llamada.
«Vaya manera de contestar».
—voy a ser rápido —le digo —lo que pasa es que Emily acaba de arrojar la cajita indescifrable al río jefe.
—que, que?
—lo que oyó, ella la arrojó. —le respondí.
—ve por ella —me ordena.
Me rasco la cabeza confuso.
—por Emily? —le pregunto.
«Que no sea lo que estoy pensando».
—por la caja —me grita.
—pero si se cayó al río —le respondo.
—no me importa a donde la halla tirado, esa caja es muy valiosa, cuesta una fortuna, muchos han muerto por lo que contiene, ve por ella ahora. —me ordena.
—pero...
Colgó la llamada.
No me quedó otra opción que lanzarme al río.
«Emily, por qué tienes que causarme problemas?».
Fin de la narración.
Camino a casa, con la mente despejada y tranquila, ya no tengo ningún recuerdo, por tanto no hay razón para que piense en él.
Cierro los ojos, mientras siento como el viento desordena mi cabello.
Me siento libre, me siento liviana, como si me hubiera quitado una gran carga de encima.
—Emily —escucho la voz de Zuar que me llama.
Volteo a mirar.
Viene corriendo hacia mi.
Me quedo mirándolo, su cabello está despeinado y gotas bajan por su frente, al llegar se para frente a mi, mientras respira agitado.
Esta completamente mojado.
—que te paso? —le pregunto.
—toma —dice entregándome la cajita indescifrable.
«No lo puedo creer».
—en serio te tiraste al río para sacarla —le digo.
Tanto tiempo que me tomo deshacerme de ella, y cuando lo logro, va este y la rescata.
—tomala por favor —dice extendiendo su mano hacia mi con la cajita indescifrable.
—no la quiero —le respondo.
—vamos —insiste —solo tomala y no vuelvas a tirarla.
—no la quiero —vuelvo a rechazarla —me trae recuerdos que quiero olvidar del todo.
El se queda pensativo con la mano extendida.
«No entiendo por que tanta insistencia, si sólo es una caja».
El me da una mirada tierna y sonríe.
—la cajita indescifrable ya no es tuya porque tú la tiraste —me dice.
—lo se —le respondo sin prestarle atención —quedatela si quieres.
—no es si quiero —dijo levantando una ceja —ya es mía porque yo la encontré.
—exacto —le contesto —ya es tuya, ahora sí me permites, voy a continuar con mi camino.
Comienzo a caminar, pero él me alcanza, no se que es lo que trama.
—como ahora es mía —dice mientras peina su cabello con los dedos, haciendo que varias miradas caigan sobre el. —yo te la doy a ti.
Yo le sonrió de vuelta.
—pero yo no la quiero.
El hace un puchero.
—oh vamos —sigue insistiendo —cuando la mires no lo recordarás a él, —me explica —me recordarás a mi, que acabo de dartela.
—pero es que... —le digo frustrada.
—nada de peros —responde —solo tomala y no la pongas de llavero en tu mochila, ponla de llavero en tu biblia.
Fue tanta la insistencia de este chico, que termine aceptándola y la puse en el cierre de la biblia.
Esa tarde la pasé con el y fue una tarde muy agradable, cuando me di cuenta ya se estaba anocheciendo.
Zuar decidio acompañarme a casa, yo no quería, pero quién se resiste a tanta ternura.
Cuando ya estábamos cerca el se detuvo.
—me tengo que ir —dijo dandome una mirada triste.
—okey —respondo —gracias por la compañía.
Él sonrió.
—es un placer —dijo —me encanta pasar tiempo contigo.
—a mi también —le respondo.
La verdad es que pasar tiempo con Zuar, hace que me olvidé de todo, el es un chico super lindo y me hace pasar ratos super agradables.
—Dios te bendiga —digo tomando su mano, en modo de despido.
El me mira sorprendido.
Yo suelto su mano y comienzo a alejarme.
—Emily —me llama.
Me giro a verlo.
—te quiero —me dice.
Me quedo atónita, no se que decir, no me lo esperaba, pero yo también lo quiero.
Abrí mis labios para decir algo, pero él ya se había alejado.
Sigo mi camino a casa.
Este chico se ha vuelto muy especial en mi vida.
Cinco minutos después.
Abro la puerta de la casa y me encuentro con mamá hablando alegremente con Matías.
—hola cariño —dice mi madre —que bueno que llegaste, para que cenemos los tres.
—lo siento mamá —le respondo —pero no tengo apetito, prefiero ir a descansar.
Camino hacia mi habitación.
La verdad es que no me hace mucha ilusión cenar, estando Matías, no quiero que se haga más ilusiones conmigo. Es cierto que ya decidí olvidarme de Jak, pero aún así no quiero enredarme con nadie, prefiero estar sola.
Entro a mi habitación y el anhelo de descansar se va al caño, al ver la persona que ocupa mi cama.
Es Viky.
Por un momento pensé que me había librado de ella, desde la vez que coqueteó con Zuar, no había vuelto a saber de ella, pero para mí desgracia volvió a aparecer.
Trato de ignorarla.
—no pongas esa cara —me dice sentándose en la cama, —no he venido a pelear.
—si claro —le digo con sarcasmo mientras busco una pijama.
—es en serio Emily —me dice parándose frente a mi —vengo a pedirte que me perdones por todos los malos momentos que te he hecho pasar.
Pone una mirada de cordero.
Si piensa que me le voy a comer el cuento, está muy equivocada, el que es, no deja de ser y guarda para la vejez.
—ahorrate tus palabras —le digo molesta —no te creo nada.
Ella comienza a llorar.
—es en serio Emily, estoy muy arrepentida, por favor perdóname. —ruega
La miró a ver si está fingiendo, pero sus lágrimas son reales, aún así no le creo del todo.
«Como es que de un momento a otro, va a estar arrepentida?».
Eso es bastante raro.
—esta bien —le digo.
—de verdad? —pregunta.
—si —le respondo —no me es conveniente guardar rencor.
—eso quiere decir que volveremos a ser las mejores amigas?.
«Olvídese».
—no —respondo —eso quiere decir que te perdono, pero no confío en ti.
Ella siguió llorando.
—al menos dame una oportunidad.
—no.
—por favor. —pone sus manos en modo de súplica
—nooooo
—ven conmigo a la convención que va haber en Medellín —me invita.
Hace un mes que estoy escuchando de la convención en Medellín y me encantaría ir, pero no tengo el dinero.
—no puedo —le contesto.
—vamos —insiste —yo pago todo, el pasaje, la comida, el hotel, etc.
La miró con desconfianza.
Ella no es así, prefiere aguantar hambre, a tener que comprar y compartirlo conmigo, que ahora me este ofreciendo tanto, es muy sospechoso.
—a que se debe tanta amabilidad? —le pregunto.
—se debe a que nadie quiere ir conmigo, los chicos de la iglesia me tienen aislada, según ellos, soy una mala influencia, así que no tengo con quien más contar, además quiero demostrarte que de verdad quiero que vuelvas a ser mi amiga. —responde haciendo ojitos
—no creo que mi mamá este de acuerdo —le digo.
—eso quiere decir que si la convenzo irás? —pregunta emocionada.
—si, iré —le confirmo.
Ya que me costea todo, no voy a desperdiciar está oportunidad
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