27. MI "BODA"
Santa Biblia Reina Valera 1960 - Mateo 23
28 Así también vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad.
—Emily —escucho la voz de Erick llamándome, —Emily espera.
Sigo corriendo, se que es bastante inmaduro de mi parte, debería de tomarme esto con madurez, pero no lo soporto, y no quiero que Erick me vea así, con mi rostro lleno de lágrimas.
Lo único que logré fue cansarme en vano, porque de todas formas el me alcanzó.
—no llores por favor —dijo mientras me abrazaba.
Es inevitable, sigo llorando y llorando de manera desconsolada.
Me duele tanto el pecho, que siento que voy a morir, siento que ya no puedo más, no entiendo porque la vida me trata así, porque la mayor parte de mi vida lo único que hago es llorar. Confiaba tanto en el y él me paga de esta manera.
Aunque pensándolo bien, y me duela mucho aceptarlo, el ya era un hombre libre de casarce con quién quisiera, ya que yo le había terminado.
Así que en parte, el no ha hecho nada malo.
Pero me duele tanto, duele que se halla olvidado tan rápido de mi, cuando yo no pude hacerlo, aunque lo intente de muchas maneras.
Erick estaba muy angustiado, me decía muchas cosas para que me calmara, pero era como si me estuviera hiriendo porque yo más lloraba.
Una pareja pasa por nuestro lado.
—mira ese chico —le dice la señora a su marido —mira como trata de consolar a su novia, quién sabe que le habrá hecho.
El esposo se siente avergonzado, por el comentario de su esposa.
—dejalos querida —le dice.
—seguramente le puso el cuerno —supone ella.
El hombre se avergüenza más, la toma de la mano y se la lleva.
No puedo evitar reír ante ello, a pesar de estar llorando.
—ves como me haces quedar como un zapato —me dice Erick.
—lo siento —digo tratando de no llorar.
Dejó de abrazarlo y le doy una sonrisa triste.
Veo su camibuso el cual está empapado por mis lágrimas, y agachó la cabeza avergonzada.
—no pasa nada —dice Erick despreocupado.
Doy un suspiro y comienzo a caminar en la playa, Erick me sigue, una que otra lágrima rueda por mi mejilla, trato de secarla rápido para que el no lo noté.
Minutos después.
—quieres que lo llame? —pregunta Erick después de caminar un rato en silencio.
Suspiro hondo.
—no —respondo —no soportaría escuchar su voz, además todo está muy claro y no tengo derecho a pedirle explicaciones —un nudo se comienza a hacer en mi garganta. —por ahora, lo único que quiero es olvidarlo —la voz se me quiebra al final.
Miro hacia otro lado, tratando de no llorar, trato de pensar en otra cosa.
—de acuerdo —me dice Erick —si eso es lo que quieres, yo me encargaré de que no tengas tiempo de pensar en el, en todos estos días que me quedan a tu lado. —me dio una sonrisa pícara.
Yo trate de sonreírle, pero creo que lo que hice fue una mueca.
—creo que no nos vendría mal un baño —dijo Erick, mirando el mar.
—yo ya me bañé —respondi.
—yo también, pero no le hace.
Iba a decir que no, pero cuando me di cuenta ya estaba en sus brazos.
—Erick no —le dije con seriedad.
Pero el parecía no escucharme y comenzó a correr en dirección al mar.
—he dicho que no Erick —ya llegamos al mar —noooo —grito —bajame, bajame —le ruego, pero ya era demasiado tarde.
Ya estábamos en medio del mar, el agua ya nos llegaba al cuello, ahora ya no me quiero bajar.
Erick se propuso hacer que no pensara en Jak y lo logro.
Narra Jak:
En estos días, la vida se me ha complicado mucho, he tenido que pasar por situaciones muy difíciles, la peor de todas fue que Emily rompiera conmigo, sin razón alguna y que me ignorara por completo.
Eso fue lo más duro.
Pero si piensa que se va a librar de mí, está muy equivocada.
Apenas termine de solucionar todos mis inconvenientes aquí en Corea, iré yo personalmente por ella.
Haber si se atreve a ignorarme estando frente a ella.
Si quiere terminar conmigo, debe de darme una buena razón para hacerlo y no creo que la haya.
Ni siquiera se en qué está pensando para hacer algo así.
Ni modo de decir que me olvidó, porque sé que está perdidamente enamorada de mi, desde el primer día que me vio en la universidad.
Aún así no puedo evitar sufrir y lo que más me duele e indigna, es que ella también este sufriendo.
Hice todo lo posible por llegar a ella, incluso le envié una carta, esperando su respuesta, pero no le importó, aún cuando lo he arriesgado todo por ella.
En estos momentos estoy en una junta de la empresa, aquí en Corea.
—si nos proponemos y ponemos de nuestra parte, lograremos ese proyecto —les digo con seriedad.
—yo pienso que es muy complicado —dice uno de tantos.
No entiendo porque si no van a dar una buena opinión, se ponen a hablar, mejor les fuera callar.
—quien dijo que es fácil —le respondo —todo tiene su precio.
—es como cuando uno está enamorado y lucha por esa persona —dijo otro —y no se rinde a pesar de todas las pruebas.
—exacto —les digo.
Creo que este hombre en pocas palabras a descrito mi situación.
«Por que tienes que hacerme esto Emily, por qué me dejas cuando más te necesito?».
—joven Xian —me llama uno de la junta al ver que me he ido en mis pensamientos.
—si? —digo mirándolo.
—que haremos con la competencia? —pregunta.
Mi mente se ha quedado en blanco, ya le perdí el hilo a esto.
—caballeros —digo tomando aire —esto es todo por hoy.
—pero y la competencia —insiste el sujeto.
Le doy una mirada fulminante.
—he dicho que esto es todo por hoy —le digo con frialdad.
—perdón joven —dice nervioso apurandose a salir.
Lo mismo hacen los demás.
Yo me dejó caer en la silla y cierro los ojos comenzandome a quedar dormido.
En estos días he tenido mucho trabajo, casi no he podido dormir, por tanto estoy muy agotado.
—joven Xian —alguien me llama.
Abro los ojos con molestia.
—disculpe —dice el sujeto —mi intención no es molestarle, si no felicitarle por su compromiso.
—queeee —digo despertando totalmente —de que hablas? —le pregunto.
«En qué momento mi compromiso con Emily se infiltró en los medios».
—pu...pu...pu...pues...de..de..su..su...fu..fu. —dice tartamudeando
—hable bien —le regaño.
—de su futura boda —dice con voz temblorosa, —por favor no me despida —ruega —se que fui imprudente, al felicitarle, pero no me despida.
Le doy una mirada fría.
—vete —le ordenó.
Salió corriendo de la sala.
Tomo inmediatamente mi teléfono, para informarme de lo que está pasando y al verlo me lleno de irá.
He estado tan ocupado que ni siquiera he revisado mi teléfono, además no le veo lógica, ya que la persona que quiero que me escriba, no lo hace.
Me apresuró a salir de la empresa y me dirijo a Seul.
Media hora después.
Llegue a la mansión de mi abuela y ni siquiera me tomé la molestia en parquear el auto, estaba tan molesto que miraba borroso.
«Como es posible que mi abuela se atreva a tanto?».
Entro y subo las escaleras en dirección a la habitación de ella, no miro, ni saludo a nadie.
Todos al verme se corren, supongo que en mi rostro se refleja la molestia e ira que llevo.
Entro a la habitación sin previo aviso.
—como pudiste? —le reclamo.
Ella está sentada en la cama, ojeando una revista.
—hola mi bebé —dice con voz melosa, ajena a la situación —que tal tu día?.
La miró indignado.
—como pudiste hacerme eso abuela? —vuelvo a reclamarle.
Ella me mira, dejando la revista de lado.
—no se de qué hablas mi niño —responde.
La ira aumenta en mi, respiro hondo tratando de controlarme, porque es mi abuela, pero ya estoy cansando de todas las cosas que me ha hecho, creo que está fue la que reboso la copa.
—hablo de las fotos abuela —le digo tratando de no perder la cordura —como te atreves a levantarme falsos positivos?.
—de que fotos hablas? —preguntas haciéndose la inocente.
La sangre hierve dentro de mi, lo único que anhelo es que Emily no las haya visto, pero lo más seguro es que si. No quiero ni imaginar cómo se habrá sentido, como estará en estos momentos.
Me acerco a la cama y tomo la revista que está en el regazo de mi abuela, en la portada aparezco yo con Ariana.
—hablo de esto.
—no tienes pruebas de que haya sido yo —dice indignada.
Apretó los ojos fuertemente y tomo más aire, y cuento hasta diez.
—abuela —le digo manteniendo la calma —los dos sabemos bien, que ninguno de los medios hablaría de nosotros sin nuestro consentimiento, nadie quiere tenernos de enemigos, acaso quieres que llame a ese canal de chismes a verificar lo que ya se? —le pregunto —además quién más quiere que me casé con Ariana, si no tú.
—esta bien —lo reconoce —si fui yo, yo fui la que hizo esas fotosmontaje, con los mejores editores de tal manera que nadie notará la diferencia de una foto real y esas.
—no tenías ningún derecho —le digo.
Camino de un lado a otro, desesperado, super estresado, nunca había estado tan enfadado con mi abuela.
—lo hice por tu propio bien —contesta.
«Solo ella se lo cree».
—si yo no lo hago tu nunca darás el paso —continua —además Ariana está totalmente de acuerdo con este matrimonio.
Rio de manera sarcástica al escuchar ello.
—obvio que ella estará encantada de casarse conmigo, pero yo no pienso casarme con ella —digo resueltamente.
—pués tendrás que hacerlo. —dice con rabia.
—no lo haré.
—con el tiempo aprenderás a amarla.
—ya hay otra persona en mi corazón —le respondo.
El rostro de mi abuela se pone rojo de la rabia.
—eres tan necio, edentico a tu padre, cuantas veces le dije que esa muerta de hambre no le convenía y más rápido se casó con ella y para que?, Para luego terminar muertos.
Tiemblo de la ira.
—no vuelvas a referirte a mi madre de esa manera —le advierto.
—me refiero a ella como lo que era —responde —acaso quieres terminar como ellos?.
Vuelvo a respirar hondo.
—no voy a discutir con usted —le digo en voz baja —por la sencilla razón de que es mi abuela, pero quiero que le quede claro que no me pienso casar con Ariana, jamás. —me dirijo hacia la puerta.
—odio que la gente se interponga en mi camino —dice cuando tomo el picaporte —si algo le pasa a esa persona que está en tu corazón, después no me culpes.
Solté el picaporte.
—me estás amenazando —dije a punto de estallar.
—nooo —dijo fingiendo inocencia —solo es una pequeña advertencia, jamás me interpondría en tu felicidad —sonrio ampliamente.
Creo que hasta aquí llegó mi paciencia.
Sabía que tarde que temprano, esto llegaría, aún así quise creer que mi abuela no se atrevería a tanto, pero tal parece que no tiene límites, no me deja otra opción que defenderme.
«Jamás permitiré que se meta con la niña de mis ojos».
«Es una gran cosa que aún no sepa quién es».
—para cuando será la boda? —pregunto.
—creo que ahora sí nos estamos entendiendo —responde, su ira ha desaparecido por completo —será en esta semana.
—pero como haremos los preparativos en tan solo una semana? —vuelvo a preguntar frustrado.
Ella sonríe.
—no te preocupes, ya tengo todo preparado.
«Vaya, vaya, vaya».
«Si eso es estando enferma».
«No me la imagino alentada».
Tres días después.
Se preguntarán si estoy loco por lo que estoy haciendo, pero no me quedaba otra opción, este es el precio a pagar, por la sencilla razón de ser un Xian.
Estoy entrando del brazo de mi abuela al salón en donde se realizará la boda por lo civil.
Siento como si estuviera entrando al infierno, veo todas las caras hipócritas que me sonríen y aplauden, cuando lo único que quieren es que me descuide para clavarmen el puñal.
Por haber sido una boda tan a la ligera o por no haberlo sabido de antemano, ni siquiera pude invitar a mis cercanos, por lo tanto están solamente los cercanos de mi abuela, que dicen apreciarme a mi también y obviamente también están los más allegados a la novia.
—estoy tan orgullosa de ti —dice mi abuela al llegar al frente dónde está el notario.
Me da un grande abrazo.
Yo le doy una sonrisa de boca cerrada.
El salón irrumpe en aplausos, volteo a mirar y veo a Ariana entrando del brazo de su padre.
Lleva una sonrisa radiante.
«Me pregunto qué puede ser más falso, ella o su sonrisa?».
Aparenta estar perdidamente enamorada de mi, cuando eso es imposible, ya que nunca he mostrado ninguna clase de afecto hacia ella.
«Pero aún así, ella insiste en esta farsa».
No me voy a molestar en contarles como va vestida, porque no me interesa en lo más mínimo cómo se ve, aunque allá pasado horas arreglándose.
Solo hay una persona que capta mi atención, el resto pasan inadvertidas.
Llegan frente a mi.
—espero que cuides mucho de mi hija —me dice su padre.
No me molestó en responder.
Él sabe que estoy aquí en contra de mi voluntad.
«Como es posible que le entregué su hija a un hombre que nunca la va a amar?».
El notario comienza a hablar.
—estamos aquí, para acompañar a esta hermosa pareja que van a unir sus vidas en el sagrado matrimonio....
La cabeza me comienza a doler de solo oírlo, lo único que quiero es que acabe lo más pronto posible.
Media hora después.
—joven Xian —dice el notario —acepta a la señorita Ariana, para amarla, respetarla, estar con ella en las buenas, en las malas, en la enfermedad, en la pobreza, en la riqueza, en...
—disculpe —digo interrumpiendo su monólogo. —puedo ponerle primero el anillo antes de decir que acepto?.
Ariana me mira sorprendida, el notario también, no sabe que decir y mira a mi abuela en busca de una respuesta.
Mi abuela no entiende porque quiero ponerle el anillo primero, aún así, asiente con la cabeza.
—de acuerdo —dice el notario —pongale el anillo.
Meto mi mano en el bolsillo y saco el anillo, aquel anillo que no deje que nadie mirara.
Todos están a la espectativa, en especial los periodistas que se acercan a fotografíar el precioso anillo.
Ariana casi grita de la emoción viéndolo y extiende su mano, para que se lo ponga.
La única que no está emocionada es mi abuela, que ha palidecío.
Antes de que pudiera ponerle el anillo, mi abuela cayó al suelo desmayada.
Fin de la narración.
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