14. SE ACABO
Sentí una leve caricia en mi mejilla y abrí los ojos de inmediato.
La primera figura que apareció fue Matías.
Lo examine con la mirada para saber si el había tocado mi mejilla, pero él se veia ajeno a tal situación.
«por lo visto son imaginaciones mías».
«creo que estoy paranoica»
Vuelvo a cerrar los ojos ya que los rayos del sol me eclipsan, me sobo los ojos con las manos y los vuelvo a abrir dando un bostezo.
—que hermoso despertar —me dice Matías.
—que hora es? —digo con la voz adormilada.
—son las 7.
—las 7 de la mañana? —le digo abriendo bien los ojos —hemos viajado toda la noche?
—si —me responde con una sonrisa —y ya hemos llegado, incluso ya se ha bajado todo el trasteo, solo faltas tú, estabas tan dormida que no quise despertarte.
El me contempla de una forma que no logro descifrar, desvío mi mirada.
—donde está mamá? —pregunto.
—ella ya está en la casa ubicándose —responde.
Me bajo del carro y lo primero que llega a mis narices es un olor a puro pescado. Siento como el estómago se me revuelve.
Nunca me ha gustado el pescado.
Veo que estamos en un puerto rodeado de puros pescadores.
Veo a gente comprando pescado, a otros arreglándolo, y otros votando aquel pescado que ya está dañado.
«Que bueno que no he comido mucho, de lo contrario ya había vomitado».
—bienvenida a Puerto Asís Putumayo —me dice Matías con orgullo, parándose a mi lado.
Lo miro tratando de mostrar mi mejor cara y disimulando las náuseas que tengo.
—gra... gracias.
—por nada —responde —esta es mi hermosa tierra donde nací.
—que bueno —contesto, tapándome la nariz disimuladamente.
Me pregunto cómo puede respirar con tanta tranquilidad, siendo que hay un olor a putrefacto.
—ven —dice tomándome del brazo —te presentaré a mi tío.
Comienza a jalarme hacia donde el que está votando el pescado podrido.
«creo que voy a morir».
Siento un poconon de sensaciones dentro de mi, que no son nada agradables, asco con repulsión entre otras cosas.
Trato de resistirme a ir, pero él sigue insistiendo.
—no seas tímida —me dice —ya verás qué es alguien super agradable.
«si supiera que no es por eso»
De pronto mi teléfono comenzó a timbrar y esa fue mi salvación.
—lo siento —le digo mostrando el teléfono —tengo que contestar.
—de acuerdo —dice soltandome el brazo y se va a saludar a su tío.
Sentí un gran alivio y comencé a alejarme lo más que pude de ese olor nauseabundo.
—hola —conteste.
—hola —respondio.
Sentí como mi corazón comenzó a latir más de lo normal.
Era Jak.
Inmediatamente una sonrisa se asomó en mis labios.
Aún en medio del dolor él era capaz de hacerme feliz.
—como estás? —pregunto al ver que me había quedado en silencio.
—bi...bi...bien —dije tartamudeando por los nervios y la emoción que sentía. —un poco mejor.
«me hacia tanta falta escuchar su voz».
Por veces me daban ganas de salir corriendo para los Ángeles California de una vez, lo único que me detenía aquí era mi madre.
—me alegra tanto poder hablar contigo —me dice —es como si hace una eternidad no habláramos.
—yo también pienso lo mismo —dije dando un suspiro mientras miraba el agua.
—te extraño mucho —dijo con tristeza.
—yo también. —sentia que el corazón se me iba a salir.
Hasta hablar por teléfono con el me afecta.
—no quiero ser imprudente —dijo un poco pensativo —pero piensas regresar pronto.
Di otro suspiro mientras me sentaba en una roca.
—aun no lo sé —dije tirando una piedrita al río —no quiero dejar a mamá sola.
La verdad era que me aterraba que me volviera a ir y mi madre también enfermara y muriera como papá.
—la puedes traer contigo —me respondió con tranquilidad.
El le ve la solución a todo.
—tu crees? —pregunto incrédula.
—por supuesto.
—se puede saber con quién hablas? —pregunto mi mamá a mis espaldas.
Me hizo dar un susto tan tremendo que por poco me caigo al río.
—ahora hablamos —le dije a Jak antes de colgar.
Mire a mamá la cual me miraba seria, parecía disgustada.
—estoy cansada de arreglar el trasteo sola, pensando que posiblemente estabas fatigada por el viaje, le pregunte a Matías, y resulta que la niña anda de turismo, como puedes ser así con tu madre? —me reclamó.
—lo siento mamá —dije inclinando mi cabeza.
—te he notado muy distraída estos días y creo que tienes muchas cosas que explicarme.
Oh no.
Literalmente comencé a temblar, era verdad que tenía muchas cosas que explicarle y me daba miedo de que se las tomara a mal.
—como por ejemplo: quienes eran esos chicos que vinieron al sepelio de tu padre y lo más importante ese tal señor Fares de dónde salió y quién es el tal joven Xian?. —pregunto poniendo sus manos en la cintura a la espera de mi respuesta.
Sabía que este momento iba a llegar, mi mamá nunca pasa nada por alto, esto era de esperarse.
—aquellos chicos son compañeros de la universidad —le explique.
—y ese señor? —pregunto —y porque andaba tan rodeado de hombres.
—pues el es un hombre que se toma su trabajo muy a pecho y como el dijo, es el escolta principal del joven Xian.
—y quién es ese joven Xian? —pregunto mi madre alzando una ceja —o mejor aún que tan cercanos son ustedes? Porque mando a ese hombre a hacerse cargo de todo?.
Eran muchas preguntas para responder.
Tomé todo el aire que más pude para contestar.
—el joven Xian es un hermano de la iglesia, con el cual he compartido todos estos meses y....—no sabía cómo decirlo, pero sabía que tenía que hacerlo —y estamos orando para casarnos.
Mi madre me miró incrédula, a la espera de que yo le dijera que era una broma, pero al ver que yo no dije nada, ella hablo.
—que están que? —dijo aturdida.
—que estamos orando para casarnos —dije con temor.
Mi madre comenzó a hiperventilar y palideció.
—dime que es una broma —dijo aterrada.
Era como si le acabará de confesar que había matado a alguien o algo parecido.
—no mamá —le respondí —quise decírtelo antes, pero tú no quisiste oír.
Mi madre se quedó pensativa por unos minutos que parecieron eternidad, parecía que estaba asimilando todo lo que le había dicho. Hasta que finalmente hablo.
—quiero que te olvides de él —me ordenó.
Fue como si clavara una daga en mi pecho, no pude o no quería entender lo que había dicho.
—que? —fue lo único que salió de mis labios.
—dije que quiero que cortes con él ya —me respondió —jamás voy a estar de acuerdo con esa relación, eso es obra de Satanás para destruirte.
Yo jamás le he llevado la contraria a mamá, siempre termino dándole la razón, porque como dice el dicho:
Las mamás siempre tienen la razón.
Pero esta vez creo que se equivocó.
—lo siento mamá —le dije con los ojos llorosos —pero no pienso terminar con el, además Dios ya me confirmó que es su voluntad.
—que te hace pensar que es la voluntad de Dios? —me grito —si de verdad fuera la voluntad de Dios, yo estaría de acuerdo, acaso crees que estoy pintada en la pared para no oír mis palabras, apártate de ese hombre, no te conviene —estaba roja de la rabia.
No entiendo porque estaba tan disgustada, si ni siquiera lo conocía.
—no lo conoces mamá, para que digas tales cosas —le respondí, sin darme cuenta de que le había alzado la voz.
Sentí mi mejilla arder.
Mi madre había alzado la mano y me acababa de abofetear.
Vi como la gente nos miraba.
Las lágrimas rodaron por mis mejillas, mientras ponía mi mano en la parte golpeada.
No lloraba de dolor, lloraba de impotencia.
Mamá jamás se había metido con mi rostro, y yo jamás la había gritado.
No se porque lo hice?.
Tal vez porque ella comenzó a hacerlo primero, o porque quería hacerle entender de qué Jak era una buena persona.
—lo...lo...siento mamá —dije sintiendo palpitar mi mejilla del dolor —no quise gritarte.
Mi madre me miró con mucho enojo, estaba roja de la ira.
—quiero que lo llames —dijo tratando de controlar la voz para no gritarme —y le termines ahora.
Yo negué con la cabeza mientras seguía llorando.
—no lo piensas hacer? —pregunto.
Parecía que le iba a dar algo, porque su cuerpo temblaba de la ira, aún así no quise ceder.
Seguí negando.
Ella comenzó a llorar y estirando su mano me tomo por el cabello y comenzó a jalarme, llevándome lejos, ante la atenta mirada de la gente.
Era tanto el dolor que sentí en mi cuero cabelludo que no tuve tiempo para la vergüenza, lo único que quería era soltarme de su agarre.
No entiendo porque actúa así, ella nunca ha sido violenta.
—sueltame mamá —le rogué —me lastimas.
Trataba en vano de soltarme.
—ese chico te hará cosas peores —me dijo.
«Porque estaba tan segura de lo que decía?».
Yo sabía quién era él, jamás levantaría sus manos contra mi.
El es un hombre que ama a Dios.
—el te destrozara el corazón —dijo mi madre llorando de manera desconsolada y soltandome finalmente del cabello —y créeme Emily que eso duele mucho más que esto.
Mire a mi alrededor, ya no había gente mirando estábamos en una zona apartada.
Abrí mi boca para decirle que el no haría eso, pero ella continúo hablando.
—acaso crees que yo no fui joven? —dice mirándome, mientras seguía llorando.
Me dolia ver a mamá así, quise acercarme para consolarla, pero temí por mi seguridad.
—tenía la misma edad que tu —dijo —cuando apareció un hombre igual que el, —se seco las lágrimas —con mucho dinero y curiosamente también era asiático.
«en que momento le había dicho a mamá que él era de corea?»
Ella leyó mis pensamientos.
—se que es asiático —confirmo —la familia Xian es conocida a nivel mundial y sabes que? —me dio una mirada de lastima —ellos no se casan con quién quieren sino con quién les toca.
Volvi a negar con la cabeza, eso era imposible, además de dónde sacaba mi mamá eso?.
—y sabes qué pasa con las que obstaculizan su destino? —yo le di una mirada incrédula. —osea mujeres como tú y yo —dijo siendo más clara —las mandan a eliminar —sentencio.
—co...co...como sabes eso? —pregunte en medio del llanto.
—porque yo pase lo mismo que tú —me aseguro.
Eso no podía ser verdad.
—no es posible —le dije.
—claro que lo es —me aseguro —de no haber sido por tu padre ya estaría muerta.
—que quieres decir? —pregunte.
Me sentía aturdida, esto era demasiado información para mi, no quería creer pero en el rostro de mamá no mire rastro de mentira.
—como te decía —dijo secándose las lágrimas que volvían a salir de sus ojos —yo también me enamoré ciegamente y cometí errores de los que ahora me arrepiento, pero ya es demasiado tarde, aquel hombre del que me enamoré desgracio mi vida por completo, dejando una marca imborrable y no quiero que tú repitas la misma historia —me suplico —corta con el por favor, es por tu propio bien.
Esto era muy duro para mí, sentía que mi corazón se iba a salir de mi pecho, me dolía demasiado.
Ella parecía conocer muy bien a los Xian.
—tu...tu...tuviste algo que ver con el papá de Jak? —pregunte con voz temblorosa.
—no puedo responder eso —respondio. —solo te pido que cortes con ese joven ahora.
—es que no lo entiendes mamá —le dije —yo lo amo.
Ella volvió a levantar su mano para abofetearme, cerré los ojos a la espera del golpe, pero nunca llegó, los abrí y vi como su mano estaba levantada, pero se había abstenido de hacerlo.
—si no lo haces —dijo —olvidate de que soy tu madre, toma tu maleta y largate con el, pero cuando te destruya —gruesas lágrimas rodaron por su rostro —recuerda que yo te lo advertí.
Si tenía que escoger, mi decisión ya estaba tomada.
Me dolía en lo profundo del corazón, pero no iba a escoger a alguien que apenas unos meses conocía.
Justo en ese momento mi teléfono comenzó a timbrar.
Era Jak.
Siempre que había visto su nombre en la pantalla, me había llenado de felicidad, pero en este momento sentí mucho dolor.
Seque mis lágrimas antes de contestar, ante la atenta mirada de mamá.
—si? —dije tratando de que mi voz sonará bien.
—ahora si podemos hablar? —pregunto.
Podía sentir que estaba sonriendo.
—por supuesto —le dije —tengo algo que decirte.
Trague grueso.
—que es?.
—lo siento Jak —le dije —pero he decidido terminar contigo, pienso quedarme con mamá aquí y creo que es mejor que no nos veamos.
El se quedó en silencio por unos momentos.
—pe...pero porque? —pregunto.
—lo siento —le dije al borde de las lágrimas —por favor no me busques. —colgue.
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