11. QUE SIGNIFICA TQM?
Nota: hola mis amores, me alegra mucho que me sigan leyendo, quiero saludar de manera muy especial a mi Tati, que ha estado super atenta a los capítulos, y también saludo a tod@s incluido mi shame querido
Santa Biblia Reina Valera 1960 - Ester 5
6 Y dijo el rey a Ester en el banquete, mientras bebían vino: ¿Cuál es tu petición, y te será otorgada? ¿Cuál es tu demanda? Aunque sea la mitad del reino, te será concedida.
Mis alarmas subieron al cien al ver a mi madre desmayada, no sabía que hacer, si no hubiera sido por el señor Fares que me la ayudó a sostener seguramente se me había caido.
—Mamá, mamá —la llamó, pero ha perdido totalmente el conocimiento.
La muevo tratando de que vuelva en si pero nada funciona, esto ya está comenzando a asustarme.
—no entiendo que fue exactamente lo que le pasó? —digo mientras trato de echarle aire.
—tal vez la muerte de su padre la tiene muy conmocionada —me respondió el señor Fares.
Tiene toda la razón, ella se ha mostrado muy fuerte, pero no sé cómo este por dentro y quizás ha explotado.
Los hermanos no tardan en acercarse al ver el estado de mi madre.
—que le ha pasado? —preguntan.
—no lo sé —digo con preocupación —se ha desmayado.
Es todo lo que les digo mientras trato en vano de hacerla reaccionar, la hn Cristina también me ayuda, poniendo alcohol en la nariz de mi madre, pero no pasa nada.
—quieres que llamemos a un médico? —dice Deimond acercándose a mi con semblante preocupado.
—yo creo que lo que ella necesita es descansar —habla el señor Fares —permitamen hacerme cargo.
Y sin previo aviso la cargo en sus brazos.
Todos me miraron con sorpresa, hasta yo estaba sorprendida.
«el señor Fares cargando a mamá»
Si no es porque lo estoy viendo, no lo creería.
Nadie hizo nada por detenerlo, mientras el se la lleva.
Yo tampoco, la verdad es que no se como reaccionar o que hacer, tengo muchas cosas encima, lo único que hice fue segur al señor Fares.
—se conocen? —me susurro Fabricio al oído, a pesar de la situación en que nos encontrábamos no dejaba de ser curioso.
—obvio no —le respondo —el señor Fares solo quiere ayudar.
—se me hace muy confianzudo —volvio a hablar, tuve que darle un codazo para que se callara, por veces suele ser muy imprudente.
Tratamos de no llamar la atención entre todos los presentes, pero fue imposible, la mayoría nos seguían con la mirada.
Salimos de la funeraria y el señor Fares entro a mamá a la limusina y la recostó en los asientos que con hundir un botón se convirtieron en cama.
«las limusinas tienen cosas muy interesantes».
Yo también me subí y me senté al lado de mi madre tocando su pulso el cual se sentía lento.
—puedes estar tranquila —dijo el señor Fares, poniendo una mano sobre mi hombro —ya viene un doctor en camino. —luego de decir eso se marchó.
Eso me hizo tranquilizar un poco, ya que me sentía demasiado abrumada, todo esto me tiene la cabeza a estallar y ni hablar del corazón que palpita adolorido dentro de mi.
Me quedé contemplando a mamá mientras acariciaba su mano, ella es una mujer muy hermosa, papá siempre decía que ella había sacado la belleza de mi abuela, como yo la de mi abuelo, lastima no haberlos conocido.
Mi abuelo murió antes de que yo naciera, ni siquiera mi padre lo conoció y la abuela se marchó y nunca más se volvió a saber de ella, mi padre me dijo que eso fue después de conocerme.
Por veces me da la tontera y pienso que mi abuela no me esperaba o no me quiso, pero eso solo son imaginaciones mías ya que a mí sí me hubiera gustado compartir tiempo con mi abuela, pero supongo que no todo puede ser posible en esta vida.
Me pregunto qué haré ahora que mi padre ya no está?, que será de mamá?.
El siempre estuvo a cargo de todo, fue un padre tan excelente que no tengo nada en contra que decir.
Generalmente cuando alguien muere, todos dicen: tan bueno que era.
Pero mi padre realmente lo fue, quizás no era de esas personas que se la pasaban mimandolo a uno o cosas así por el estilo, pero siempre se preocupó de que las cosas nunca faltarán en la casa, además me enseñó el sentido de la responsabilidad.
Escucho a alguien carraspear.
Giro mi rostro hacia la puerta de la limusina y me encuentro con el señor Fares observándome.
—lamento la interrupción señorita —se disculpa —el doctor acaba de llegar —me informa.
Yo asiento con la cabeza.
En ese momento entra un varón de aproximadamente unos 40 años el cual luego de saludarme comienza a examinar a mamá.
Luego de unos minutos de chequeo, el doctor me informa que todo está bien.
—solamente quedó en estado de shock por el extres que está experimentando —me explico —tendra que descansar unas cuantas horas para que pueda reponerse —dijo mientras la inyectaba.
—muchas gracias doctor —respondi.
Y es entonces cuando caí en cuenta que ahora la que quedaba a cargo de esta situación era yo, y no tenía ni idea que hacer, me mande las manos a la cabeza en señal de frustración.
El doctor se retiro dejándome sola con mamá, la cual se veía en un sueño profundo.
«que se supone que haga yo?»
Recuerdo que mi padre o el cuerpo de él, está en la funeraria y salgo de la limusina aún sin querer dejar a mi madre, pero no tengo otra opción.
—no se preocupe —me dice el señor Fares que esta recostado en la puerta delantera de la limusina —mis hombres estarán pendientes, yo puedo hacerme cargo de la situación.
Es como si supiera mis pensamientos.
Lo miro a los ojos, el luce muy calmado y tranquilo, supongo que es porque no es él el doliente, aunque desde que lo distingo siempre a tenido esa calma, es como si nada pudiera hacerlo sentir mal o algo así por el estilo.
Los ojos se me llenan de lágrimas, desearía tener esa tranquilidad que el tiene, pero me es imposible.
El me da una mirada de compasión, me acerco y sin previo aviso le doy un abrazo.
El se sorprende al principio, supongo que nunca se imaginó que yo lo abrazaría, la verdad es que yo tampoco, pero me siento tan agobiada de todo que al escucharle decir esas palabras no supe cómo más agradecerle.
—gracias —le digo entre sollozos.
El me abraza, pero su abrazo es bastante raro, incluso lo siento un poco opaco.
«tal vez no está enseñado a abrazar»
—por nada —me responde —son órdenes explícitas del joven Xian.
Se aparta de mi, como si le quemará.
—disculpe —dice —tengo unas llamadas que hacer.
Yo asiento con la cabeza, el se aleja y yo me dirijo hacia la funeraria.
Me siento un poco avergonzada, creo que me pase con el señor Fares, al abrazarlo.
Mientras camino hacia la salida del parqueadero, me doy cuenta de que el señor Fares tiene más hombres de los que vi cuando entro a la funeraria.
«que raro»
«porque anda tan escoltado?»
Inmediatamente llega a mi mente la respuesta.
«es porque es un hombre muy profesional»
«digno de admirar»
Llegó a la salida la cual está bloqueada por unos hombres gigantes, por el porte que llevan deduzco que son más escoltas.
Ellos al verme, despejan la salida.
—como está tu madre? —pregunta la pastora —quise entrar a verla pero no me lo permitieron —dice mirando a los sujetos.
No tuve tiempo para responder porque enseguida hablo Deimond, el cual estaba al lado de la pastora.
—todo bien?.
Yo asiento para ambos.
—por un momento pensé que te secuestraría? —dice Deimond, refiriéndose al señor Fares.
Le doy una mirada de reproche.
—lo distingues? —pregunta la pastora.
—si —respondo mirando a Deimond —estudia en la misma universidad que yo.
—no me refiero a el —dice.
La miró confundida.
—me refiero al sujeto que llevo a tu madre en brazos. —me explica.
«por lo visto el señor Fares ha llamado mucho la atención».
—si señora, —le digo —es un buen amigo.
No quiero dar explicaciones en este momento, por eso me adstengo de decir que es el escolta principal de Jak, además también lo aprecio como un buen amigo.
Escucho a Deimond bufar ante mi respuesta.
No se que es lo que se trae con el señor Fares, ni tampoco me interesa.
Entro a la funeraria y me vuelvo a chocar de golpe con esta dura situación, inmediatamente comienzo a sentir el olor a muerte y es tan doloroso saber que es el olor de mi padre.
Sin darme cuenta he empezado a llorar nuevamente, es muy duro para mí aceptarlo.
Me acerco a paso lento hacia la ataúd y observo hacia dentro.
Desearía ver el ataúd vacío y que me digan que todo ha sido una broma, pero no.
Mi padre se encuentra allí, inerte, ajeno a todo lo de esta tierra, jamás va a volver a oírme, ni yo tampoco a el.
Mis lágrimas salen de manera abundante, haciendo que mi vista se nuble.
—porque? —digo con dolor —porque tuvo que ser el?. —vuelvo a preguntar a la nada o más bien a Dios.
Siento una punzada fuerte en mi pecho, es como si me apuñalaran el corazón una y otra vez. Siento que la respiración me está faltando, abro mi boca para tomar aire, pero de nada sirve, siento que me ahogo.
De repente siento unas manos sobre mis hombros, que me hacen alejar del ataúd lentamente.
—ya —me dice Deimond de manera delicada, girando mi cuerpo, haciendo que quede frente a él —respira —vuelve a hablarme.
No sabía que pudiera ser tan compresivo en estas situaciones.
Comienza a tomar aire por la nariz y a botarlo por la boca, yo imitó su acción y poco a poco siento que vuelvo a respirar bien.
Al ver el que ya me siento mejor, me enrolla en sus brazos haciendo que me sienta segura.
No se que estarán pensando los demás al ver esta acción, aún así no le prestó atención a ello.
Sino que dejó que me abrace hasta que el decida no hacerlo.
No puedo evitar mojar su traje con mis lágrimas, es mucho el dolor que estoy sintiendo, pienso que si lloro tal vez, el dolor saldrá de mi.
Aunque lo dudo.
Dudo que vuelva a ser la misma, después de esto.
Horas después.
Ya me siento un poco más tranquila o sedada que se yo, ya que Fabricio me ha traído una aromática y de alguna manera a influenciado en mi.
—hn Emily —dice el pastor acercándose a mi.
Mira a los J5 que están a mi alrededor y a mi, Deimond aún tiene las manos sobre mis hombros en forma de medio abrazo y es cuando notó que su mirada es una de incomodidad o molestia.
«creo que esto no está bien»
Instintivamente corro la mano de Deimond, el lo nota, pero no dice nada.
—si pastor —le respondo.
El se remueve en su lugar un poco incómodo.
Creo que no le agrada mucho los J5.
—ya todo está listo, para salir con su padre hacia el cementerio. —me informa.
Esas palabras me hacen estremecer.
Se que después de enterrar a mi padre, jamás lo volveré a ver.
Exceptuando por las fotos, pero no es lo mismo.
«quien me diera no tener que hacer esto».
—ya? —le digo a modo de pregunta.
La verdad es que no quiero que lo entierren.
Se que es lo lógico, pero aún sigo aferrandome a el, no quiero dejarlo ir.
Aunque ya se fue.
—si —dice el pastor, desviando su mirada —de lo contrario se hará tarde.
En ese momento recuerdo a mamá.
No he vuelto desde que la deje allá.
Lo había olvidado por completo.
—ire a ver a mi madre —le informo antes de dirigirme hacia el parqueadero, los J5 me siguen.
Por un instante me siento como escoltada.
Narra Fares:
Esto de cumplir las órdenes del joven Xian, me está comenzando a pasar factura.
Todo me imaginé en la vida, menos que me fuera a mandar a Colombia a poner la cara por el.
Hubiera deseado que el lo hubiera hecho, asi yo no hubiera tenido que encontrarme con la cara de horror de la señora Sánchez.
Si no hubiera sido porque su abuela se “enfermo”, nada de esto estuviera pasando.
Pensándolo bien todo es culpa de esa vieja.
«ojala se muriera pronto».
Pero claro está que mala yerba no muere.
Y no lo digo por ella, lo digo por mi.
Me tuve que alejar lo más que pude de la señorita Emily, ya que se puso muy sentimental, tanto que hasta me abrazo y la verdad es que a mí no me agradan las muestras de afecto.
Eso se le da bien al joven Xian y a los J5, en especial a ese J2.
Solo deseo que esto acabe lo más pronto posible, para así poder largarme.
Mi teléfono vibra he inmediatamente contesto por el audífono que tengo en mi oído.
—diga —hablo.
Nadie responde.
Si algo me exaspera es que alguien llame y se quede en silencio, acaso creen que uno tiene tiempo para malgastar.
Si algo he aprendido en esta vida es: que el tiempo es oro.
Voy a ver mi teléfono para ver el nombre del desocupado, pero este inmediatamente suelta una carcajada haciendo que me detenga.
Es Mibsan y por su risa notó que está disfrutando.
Disfruta sacandome la paciencia, disfruta complicarme las cosas, disfruta causarme problemas.
Todo lo disfruta.
Lo único que no disfruta es sujetarse a las normas, y eso es lo que más me saca de quicio.
Por veces dan ganas de matarlo.
Como es posible en que se empeñe en estropear mis planes, siempre me ha gustado tener el control.
Yo no me meto en su vida, no entiendo porque el si insiste en meterse en la mía.
Eso es....
Es....
Es...
Inaceptable.
Si sigue haciendolo, un día de estos lo mataré y seré sin culpa.
Mi paciencia tiene un límite y pienso que todos lo tenemos.
No importa que tan buena sea una persona, sacarás lo peor de ella si la exasperas.
—puedes dejar de reírte —le grito notando que solo están mis hombres.
Emily ya se ha ido, hace rato.
Me temo que se olvidó de su madre.
Solo aspiro que no despierte pronto.
—tanto te molesta que me halla llevado a tu angelito, sin permiso —dice provocándome.
—no es mi angelito —le respondo, mientras doy vueltas haciendo un pequeño círculo.
—entonces el mío si —dice con ilusión falsa —quiero que sea mía o más bien ya es mía —esto último lo dice con seriedad.
Si sigue así, un día de estos va a terminar quedándosela.
—agradece que no te tengo frente —le digo —de lo contrario te rompería la cara.
Si quería oírme enfadado, lo consiguió.
—Furia me defendería —dice muy seguro.
—como si pudiera hacerlo —me mofo de sus palabras.
—ella daría la vida por mi —asegura.
Ya se hacia donde quiere ir, así que lo freno antes de que continúe
—dime para que has llamado, antes de que cuelgue —le digo.
El vuelve a reír.
Su risa me estresa.
Todo de el me estresa.
—tanto te molesta que ayudará a Emily.
—se que esto no es gratis —le digo —luego lo cobraras o peor aún la embarraras y eso no es lo que me molesta, y lo sabes bien, lo que me molesta es que te metas con esa pobre chica de esa manera.
—ya te dije que la quiero —vuelve a insistir —si me dejaras llevármela, no causaría más problemas, volvería a mi guarida y no sabrías más de mi.
Suena genuino.
Pero no.
No quiero más problemas.
No quiero ni imaginar cómo se pondrá Jak si Emily llegará a desaparecer y no es que le tenga miedo a eso, es por la promesa que le hice a su padre.
Y se que después de que la señora Sánchez me viera todo se complicó.
—te lo estás pensando? —pregunta al ver que me quedó en silencio.
—no —le respondo cortante —definitivamente no.
Voy a colgar, pero él lo presiente y se apura a decir la razón por la que ha llamado.
—sabias que la señora Xian ahora más que nunca está más cerca de Emily —me informa —que pensarías si te dijera que me contrato a mi, para que siguiera su rastro y que además me hizo una gran oferta para que la matará, —suspira —una oferta tan buena que incluso me hizo cuestionar si de verdad la quiero mucho o la quiero muerta.
Esas palabras hicieron que ardiera en irá, aún no entiendo cómo es posible que siga trabajando para ella.
Ya a hecho varios trabajos para ella, y no contento quiere esto.
Acaso le falta plata?
Me cuestiono.
Pero luego recuerdo que su deleite es matar.
Fin de la narración.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro